DISCLAIMER: ninguno de los personajes pertenecen a mi persona, sino a SNK Playmore.
Sé que está pareja no gusta mucho, de hecho me gusta más el AthenaxKensou, pero hay que probar cosas nuevas, de ahí el título. Además se ven lindos juntos (:3).
Notarán que me gusta establecer relaciones entre mis fics, se me hace más interesante.
Dedicado a Athena1992 y a todos los fans del Iothena ;) .
Espero que les guste.
Capítulo uno.- Confundido
Sábado por la noche. Día que la mayoría de las personas utilizan para celebrar o irse de parranda. Bueno, ése sábado, un hombre estaba solitario, sentado en un banco de una de las tantas plazas de South Town. Miraba la luna, en un intento de distraerse de los sentimientos que venían atormentándolo. Y es que de verdad las cosas con Leona no iban por buen camino, todo lo contrario, la sentía cada vez más lejos. Tenía la sospecha de que ella sentía algo por ese Coronel, y desde que él se había marchado, ella había estado rara. Sacudió la cabeza en señal de disgusto: de verdad amaba a esa mujer.
"¿Qué más puedo hacer? ¿Acaso no le he dado ya todo?"
¡Qué tortura! Leona desaparecía cada sábado, vaya a saber dónde, e Iori moría por saber adónde rayos iba. Siempre volvía tarde, y a su parecer, cada vez venía más rara de sus excursiones misteriosas. Todos estos pensamientos aturdían su mente, cuando escuchó unos chillidos irritados.
— ¡Es un idiota! ¡Aaaaahh!
Alzó la vista en busca de culpable a tal alboroto, y vio una bola de energía rosada estrellarse contra un árbol, partiéndolo prácticamente en dos. Se le hacía conocido. Una muchacha corrió en dirección al árbol, y empezó a patearlo como si el pobre vegetal le hubiera hecho algo. Iori la miraba detenidamente. Después de unos momentos, la chica cayó rendida al suelo y empezó a llorar.
— ¿Por qué siempre hace eso? ¿Por qué?—escuchó sollozar a la chica. Se había recostado en el tronco de lo que quedaba del árbol, pero Iori notó que se iba a desplomar encima de la muchacha que lo había partido, y que ella tenía la cabeza tapada con sus manos para notarlo. Debía hacer algo. Corrió hasta ella, y cuando una gran rama estaba a punto de caer sobre su cabeza, él la apartó con una de sus famosas llamas púrpuras. La muchacha levantó la vista, y tardó unos segundos en comprender lo que había pasado. Iori le tendió una mano para ayudarla a levantarse, y ella la aceptó un tanto sonrojada: seguro que ese tipo había visto que ella había derribado aquel árbol y casi se noquea a sí misma. Al levantarse por completo, posó la mirada en su salvador y quedó sorprendida.
—Ya… ¿Yagami?—preguntó sin creerlo. Iori la miró más detenidamente.
—Athena… ¿qué pasó contigo?— dijo cuando la hubo reconocido. —Hiciste pedazos de ese pobre vegetal… ¿Había alguien dentro o qué?— se burló con una pequeña sonrisa. Athena se secó las lágrimas y le indicó que se fueran a sentar en el banco donde minutos antes estaba recostado el pelirrojo. Entre los concursantes del KOF había una extraña familiaridad, aunque no se veían después de los torneos.
— He estado bajo mucha presión estos días, y para colmo Kensou cada día está más insoportable. Hace rato tuvimos una discusión, y cada vez que nos enojamos, se pone a molestar a otras chicas. ¡Me tiene harta!— se quejó mientras lágrimas de ira recorrían sus mejillas. Se apresuró a secarlas torpemente. Iori la miró apenado. Realmente ese tal Kensou la había herido. Athena no le caía muy bien al pelirrojo: eran muy distintos. Él era reservado; ella siempre quería ser centro de atención. Aunque ella era música, como él, ella pertenecía al género del Pop (Iori lo odiaba) y tenía montones de fans. Siempre hacía sus demostraciones excesivamente dulces y tiernas con su novio, que a cualquiera que no fuera seguidor de aquella parejita de tórtolos, le hacía dar ganas de vomitar. Ella, siempre infantil y alocada; él: maduro y con aires de chico malo. Pero aunque ella no le agradara como persona, le daba mucha pena verla triste.
—No es de hombres hacer llorar a una dama— le comentó, algo serio. Ella lo miró y esbozó una sonrisa débil. Un cumplido definitivamente la hacía sentir mejor. Así que dejó de llorar, Iori suspiró satisfecho.
—¿Y qué hay de ti, Yagami? Nadie gasta los sábados en venir solo al parque… Espera ¿qué pasó con Leona? ¿Ya no están juntos?—preguntó la muchacha curiosa. A Iori le fastidió un poco que el tema viniera a luz, pero de seguro una charla la haría sentir mejor.
—Seguimos juntos… pero…—bajó un poco la vista, ella lo miraba expectativa.— ¿Puedo… puedo confiar en ti?—preguntó tímidamente, últimamente ya no contaba con nadie para contar sus penas. Athena se sorprendió de verlo en ese estado, tan vulnerable… Asintió despacio.—Creo que siente algo por otra persona, alguien que viene desde antes de que yo entrara en su vida, aunque no estoy seguro…
—¿Te refieres a Jones?—interrumpió Athena. Iori levantó la vista y la miró inquisitivamente.
—¿Cómo…?
—Vamos, Iori, saltaba a la vista. Él siempre andaba cuidándola de más y la abrazaba, supongo que si su Comandate los viera, lo pondría de patitas en la calle…— dijo riendo, pero al ver la expresión seria de Iori, dejó de hacerlo.— Tal vez deberías preguntarle, nunca sabrás si no lo haces.
—No, eso sólo empeoraría las cosas…—dijo Iori, mientras jugaba con los dedos de sus manos. —Ella no suele hablar de sus sentimientos, supongo que no quiere verse débil…
—Entonces tu deber es descubrir a quién quiere más, si a ti o a él, porque si no estás perdiendo tiempo valioso, Yagami. —dijo Athena levantándose.— Las cosas no siempre se dan como queremos, pero si es con él con quien ella quiere estar en realidad, tú debes seguir tu camino para lograr ser feliz, te lo mereces— comentó ella, sinceramente. Iori acababa de salvarla de ser aplastada por un árbol en decadencia, era una buena persona, no como todos creían.—Ya debo irme, pero fue un gusto hablar contigo, de verdad espero que todo se solucione para ti, y gracias por lo de hace rato.—concluyó, y le dio un fugaz beso en la mejilla que él no vio venir ates de desaparecer de su vista. Quedó sorprendido ante eso, sentía que su mejilla ardía donde se habían posado sus labios, y se palpó con los dedos. Seguro que su rostro estaba del color de su cabello, y con la conversación aún inmersa en sus pensamientos, se levantó con intención de ir a casa.
N/A: ¡Paciencia! Estaré subiendo los demás capítulos en estos días. Espero que el primero les haya gustado, bienvenidos los Reviews.
