—Nos ha llegado la hora.

—Tengo miedo, Helia. ¿Qué nos va a pasar?

—No sé y tampoco me importa. ¿Qué tan malo podría ser?

—Te odio tanto. No debí seguirte hasta aquí.

—Algún día nos tenía que pasar esto y lo sabes. Ahora… pásame el arma, ¿quieres?

—Te volviste loco ¿verdad?

—Siempre lo he estado. Musa.