Todos necesitamos desahogarnos a veces, tenemos lugares a donde vamos cuando necesitamos pensar.
Para Mikey ese lugar se encuentra lejos ahora, su lugar era una parte de la alcantarilla que daba al mar. Para muchos era un lugar horrible y húmedo pero para Mikey era un lugar perfecto, allí podía pensar con claridad.
En esos momentos Mikey anhelaba el poder ir aunque fuese apenas por unos minutos, todo había estado horrible desde el incidente del auto mutante. En primer lugar las pesadillas de Mikey habían empeorado, ya se despertaba gritando del miedo, llorando y llamando a su padre, en segundo lugar cada vez se le hacía casi imposible comer a causa de náuseas y un nudo en el estómago y en tercer lugar sus hermanos lo ignoraban completamente
-Mikey la comida ya está lista- le aviso Abril, él estaba en la habitación tratando de enfocarse en el libro que había encontrado
-Gracias Abril pero no tengo hambre- respondió Mikey sonriéndole
-¿Estas bien Mikey?- pregunto Abril preocupada
-A excepción que mi estómago se estruja, mi cabeza late y no puedo dormir- pensó Mikey- Si solo estoy algo cansado no te preocupes- respondio
-Okey- dijo Abril antes de salir de la habitación, Mikey suspiro y miró el libro una última vez antes de acostarse en su cama.
Luego de varios intentos Mikey pudo dormir.
Pov de Mikey
Me desperté abruptamente con el corazón en la boca, sentía como si el corazón se me fuera a salir del pecho. Miré a mí alrededor y vi a Leo y a Rafa dormir a pata suelta. Los envidie. Me levante de la cama y baje las escaleras. Necesitaba aire, pensar tranquilamente, pensé en el rio que estaba a unos kilómetros de la granja, no era el mar pero era lo que necesitaba.
Al pasar por el granero me di cuenta que la luz estaba encendida. No le di importancia ya que de seguro Donnie estaba trabajando en algo.
Me tarde una hora aproximadamente en llegar al rio, por unos minutos me quedé allí, mirando el rio. No sé cuánto me quedé viéndolo hasta que explote.
-MALDITO SEAS DESTRUCTOR-grite golpeando con todo lo que tenía a un árbol
-MALDITA SEA LA HORA QUE ENTRASTE A NUESTRAS VIDAS. MALDITA SEA LA HORA EN LA QUE EL KRAANG SE ENFOCO EN LA TIERRA- las lágrimas caían en mi rostro y no me moleste en quitarlas- MALDIGO EL DIA EN QUE EL KRAANG LLEGO. MALDIGO LA HORA EN QUE PERDÍ A MI PADRE. MALDIGO EL MALDITO MOMENTO EN EL QUE PASÉ A HACER UN MALDITO ESTORBO-
Con esto termine de sacar todo lo que tenía dentro, tenía miedo, miedo por mi padre, miedo por mis amigos, miedo por mi familia y no podía hacer nada por cambiar la situación. Me miré las manos, ambas estaban ensangrentadas.
Lloré unos minutos más hasta que resonó un trueno y decidí volver antes de que la lluvia me agarrara en pleno camino. Lamentablemente me tomo por sorpresa cuando estaba cerca del granero. Me refugie en el pequeño pedazo de techo y me di cuenta que la luz seguía encendida, mire por la puerta y vi a Donnie durmiendo sobre el escritorio. Entre y busque en una viga suelta la manta que había ocultado y cubrí a Donnie con ella.
Yo la había ocultado debido a que yo sabía que Donnie se quedaría dormido aquí ya que lo hacía a menudo en la guarida pero Donnie no la quería allí así que tuve que ocultarla. Apague las luces y salí del granero. Corrí hasta la casa y entre por la puerta de atrás. Sin hacer ruido, me metí en el baño y me sequé, luego me limpie las heridas y me las vendé.
Me fui a la habitación y me di cuenta que Rafa y Leo seguían dormidos. Me metí en la cama y me dejé arrastrar por el cansancio
