Resumen: Al ver a Marinette tan desesperada por el hecho de que Adrien iría a la boda real a Londres con Kagami, Juleka decidió ayudar a su amiga a su propia manera con la ayuda de Rose, Alix y quizá alguien más. Y casi le causaron un infarto a Luka en el proceso. Basado en el capítulo de Rebrousse-temps (Backwarder). Two shot.
Notas:
1) Los Personajes no me pertenecen, son propiedad de ZAG Heroes, y los créditos son de Thomas Astruc y su equipo.
2) Este fin está realizado sin fines de lucro, solo por diversión.
3) Puede contener Spoilers de lo que ha aparecido en la tercera temporada
AYUDA INESPERADA
Habitación de Marinette Dupain-Cheng
Sábado, 9:00 hrs
-Chicas, escúchenme bien- declaró Marinette a sus semiconscientes amigas con todo el entusiasmo que la caracterizaba- es grave. C'est la cata!-
El entusiasmo de Marinette fue respondido por un enorme bostezo colectivo. La chica pelinegra, sin embargo, no se desanimó.
-Este fin de semana Adrien y su padre fueron invitados a la boda de un miembro de la familia real de Inglaterra-
-¿Esa es la urgencia por la que nos hiciste levantarnos y venir aquí super temprano en sábado por la mañana?- bostezó Alya, aún con los ojos cerrados y su cabeza apoyada en el respaldo del diván.
-¡Tú no entiendes!- exclamó Marinette, caminando en círculos por su habitación- Kagami y su madre fueron invitadas también. ¡Eso significa que Kagami y Adrien van a pasar todo un fin de semana juntos!-
-¿Y?- dijo Alix tras un bosteza.
-¿Y si Adrien es cautivado por su vestido y peinado magnífico?- dijo Marinette en tono de desesperación- ¿y si bailan juntos en la recepción?¿Y si hacen un paseo romántico por la ciudad en un carruaje también?¡Será el fin del mundo!-
Las chicas alzaron las cejas.
-Su tren sale para Londres a las 11 de la mañana. ¡Tenemos dos horas para detenerlos!¡Hay que hacer algo, y rápido!- sentenció Marinette finalmente.
De todas las chicas, solo Rose parecía estar consciente. Tras unos segundos de silencio, y cayendo en cuenta de que no saldrían de ahí hasta que Marinette estuviera satisfecha con una solución a su problema, Myléne fue la primera en hablar.
-¿Convocar una manifestación y provocar una huelga de trenes?-
-No, porque en ese caso ellos se irían a Londres en helicóptero o en un jet privado- dijo Alya perezosamente.
-Yo tengo una idea- dijo Rose, comenzando a contar una historia sobre disfrazar a Marinette de Lady Gigi, la famosa estrella inglesa, y Alix destruyó ese plan diciendo que a Adrien no le gustaría que le mintieran y prediciendo que Marinette terminaría encerrada para siempre en la torre de Londres, lo cual no le gustó mucho a la pelinegra.
Y finalmente Juleka dio su contribución.
-O podrías simplemente secuestrar a Kagami, eso estaría genial- dijo Juleka entre dientes con una expresión cansada. En su defensa, era lo primero que se le ocurrió a su cansado cerebro.
Las chicas casi se caen de su asiento al escuchar esa sugerencia.
-¿Bromeas?-
-¡No puedes hacer algo así, Juleka!-
-Es demasiado exagerado-
-Escucha, Marinette- dijo Alya ajustándose sus gafas- lo mejor que puedes hacer es confesar tus sentimientos a Adrien antes de que parta a Londres-
Marinette dudó.
-Eh… ¿no podríamos más bien intentar la idea de Juleka?-
El resto de la conversación pasó desapercibida para Juleka, quien se puso a imaginar cómo podría ayudar a Marinette a declarar su amor a Adrien o cuando menos ayudarla a Kagami alejada del rubio.
Antes de que Juleka supiera algo más, Marinette pareció de pronto aceptar la idea de Alya y empujó a las chicas para que salieran de su habitación y de su casa.
-Pfff… que raro- se quejó Alya al ver la manera en la que habían sido corridas de casa de Marinette- eso fue muy raro, incluso para los estándares de Marinette-
-Ya te lo había dicho, tu mejor amiga tiene serios problemas en el quinto piso- dijo Alix mientras que rodaba los ojos y señalaba su propia sien.
Las cinco chicas se echaron a reír ante la declaración de Alix.
-Bueno, yo me tengo que ir- dijo la pelirroja finalmente, mirando la hora en su teléfono celular y sonriendo- aprovecharé que me levanté temprano para ir a comprar el regalo de cumpleaños de Nino-
-Espera, yo voy contigo, Alya- se ofreció Mylène- queda de paso a mi casa-
Una vez que las chicas se fueron, Rose se volvió a Juleka y Alix.
-Tengo que confesar que me da un poco de pena Marinette- dijo Rose en un tono sumamente decepcionado- es una chica muy buena, pero a veces los muchachos suelen ser bastante ciegos. Sobre todo Adrien-
-Y que lo digas- rodó los ojos Alix de nuevo, frustrada de la ceguera de Adrien con respecto a los sentimientos de Marinette hacia él- ese idiota no se daría cuenta de que una chica está enamorada de él ni aunque le golpearan la cara con una pala que dijera "Marinette te ama, tarado"-
Rose suspiró.
-Ojalá hubiera algo que pudiéramos hacer para ayudarla con este asunto- comentó Rose tristemente- ¡pobre Marinette! Todo sería más fácil si no tartamudeara tanto. Y si Kagami no estuviera enamorada de él también y tuviera todas esas conexiones familiares como ventaja…-
Juleka, quien se había mantenido en silencio y pensativa en lo que Rose había dicho. Sí, era una verdadera pena que a Marinette le gustara el mismo chico que a Kagami (y que al resto de París). Y como Chloé antes que ella, Kagami tenía la ventaja de que su familia y la de Gabriel Agreste se habían vuelto cercanas desde que se mudaron a París.
La chica suspiró frustrada. Le recordaba un poco la situación de su propio hermano Luka. Era su mala suerte el haberse enamorado de Marinette cuando su atención estaba en otro chico. Ojalá pudiera hacer algo para ayudarlo también.
Y fue entonces cuando Juleka cayó en cuenta de algo.
-…- dijo en voz baja.
-Pfff, Juleka, no entendí nada- dijo Alix, poniendo las manos en las caderas.
-Dije que tengo una idea para ayudar a Marinette- dijo Juleka en voz un poco más clara.
-¿Y bien?- dijo Alix mientras alzaba las cejas- mientras que no sea esa idea tuya de secuestrar a Kagami…-
Juleka no respondió inmediatamente. Al ver su expresión, Alix rodó los ojos.
-Oh, no…-
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Gare du Nord
10:15 horas
Kagami suspiró largamente y aceptó la mano de su chofer para bajar del auto, acompañada de su madre. Miró con estoica paciencia al chofer ayudar a su madre a salir y tomar su bastón. Irían esa mañana a Londres a la boda real, y todo parecía augurar que sería un día de pesadilla. Lo único bueno de todo ese asunto es que iría con Adrien, así que no estaría tan mal. Al menos tendría alguien con quien pasar el tiempo mientras que su madre tenía todas esas conversaciones aburridas.
Y luego estaba esa sensación. Siempre que se ponía nerviosa o preocupada por su interacción con su madre, Kagami sentía horribles náuseas causadas por la ansiedad y el estrés. Tsurugi-san les había restado importancia, diciéndole que era normal. Su abuelo, en cambio, había insistido en que eran una señal de debilidad de su parte, tanto que la chica siempre fingía no sentirlas en presencia de su familia.
-¿Porqué estás tan tensa, Kagami?- escuchó a su madre decir. La chica se ruborizó levemente y bajó la mirada.
-No es nada, mère- respondió rápidamente ella- estaba pensando en los deberes que tengo para el lunes-
-Podrás hacerlos mañana en la noche, cuando regresemos de Londres- dijo Tsurugi-san- ahora, quita esa expresión y endereza un poco la espalda. Recuerda que tenemos que dar una buena impresión-
Kagami reprimió un suspiro de frustración, pero hizo lo que su madre le dijo. A veces incluso Tsurugi-san podía ponerse realmente difícil con su única hija. Después de cruzar la estación, ambas se acercaron a la plataforma donde tomarían el tren correspondiente.
"Es solo un fin de semana" se repitió Kagami mentalmente, haciendo un esfuerzo por tranquilizarse para mantener su ansiedad y por consiguiente sus náuseas bajo control, "además, Adrien estará conmigo y hará las cosas más tolerables"
Y hablando de Adrien, en la puerta del vagón de primera clase las esperaban Gabriel Agreste y Adrien, el último ladeando la cabeza y sonriendo levemente. Kagami no pudo evitar suavizar su mirada y respirar aliviada. Ese chico tenía algo que siempre la hacía sentirse mejor.
-Bienvenidas, Tsurugi-san- dijo Gabriel Agreste, ofreciendo su mano para ayudarla a subir al vagón.
Mientras que ocurría esa interacción entre sus padres, Adrien miró a la chica mientras que alzaba las cejas.
-¿Te sientes bien, Kagami?- dijo el chico rubio- pareces preocupada-
-No te preocupes, es solo que…- comenzó a decir la chica, y se cubrió la boca con las manos. ¡Esas estúpidas náuseas! Al ver que se interrumpió, Adrien se acercó a ella y le puso una mano en el hombro. Kagami dio un paso atrás, alejándose de él, pues temía vomitar su desayuno sobre la camisa de Adrien. Aquello no dejó de preocupar al chico.
-Creo que… te ves un poco pálida- insistió Adrien- ¿estás segura de…?-
-No… sí, estoy bien- dijo Kagami haciendo una mueca. Miró a su alrededor. Sabía que subir al tren empeoraría sus náuseas, y sus ojos se fijaron en los baños de la estación- yo… tengo que ir a mojarme un poco la cara. No tardo…-
Antes de que Adrien pudiera responder, Kagami lo apartó y se apresuró al baño de mujeres del a estación. El chico alzó las cejas, sin entender que le sucedía a la chica, pero se encogió de hombros y entró al vagón a avisar a su padre y a Tsurugi-san que Kagami tomaría unos minutos en llegar.
-Esa chica, creo que fue el nuevo desodorizado que el chofer usó- fue el único comentario de Tsurugi-san- yo misma sentí un poco de nauseas por el olor fuerte-
Adrien frunció el entrecejo levemente, pero no dijo nada. No podía negar que estaba un poco preocupado por su amiga.
Y por supuesto que Adrien no estaba mirando cuando tres de sus compañeras del colegio entraron al baño de mujeres detrás de Kagami.
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Gare du Nord
10:45 horas
Adrien golpeó con sus dedos el descansabrazos de su asiento mientras esperaba a que Kagami regresara. Le parecía un poco inusual la actitud de la chica, cuando estaba acostumbrado a verla siempre tan calma y segura de sí misma.
"¿Porqué tarda tanto?", se preguntó Adrien, aún golpeteando el descansabrazos con sus dedos en un gesto ansioso "es cierto que hace rato se veía un poco enferma. ¿Y si algo malo le sucedió?"
-Père, voy a ver porqué Kagami no ha regresado- dijo Adrien, poniéndose de pie de pronto.
-Aún faltan 15 minutos para que salga el tren, Adrien- comentó Tsurugi-san- pero quizá sería bueno que la apresuraras-
-Por supuesto, madame. Ya regreso- dijo Adrien mientras que se disponía a salir del vagón y dirigirse hacia el baño de mujeres, aunque aún no sabía cómo haría para poder averiguar si Kagami se encontraba bien ahí dentro. Su respuesta llegó cuando bajó del tren y chocó contra una chica que iba corriendo por el andén.
Marinette.
-¡Ouch!- se quejó ella- perdón, perdón, no vi por dónde…-
-Ouch…- se quejó él también, pero sonrió al ver de quién se trataba- ¡Marinette! ¡Qué gusto verte! No puedo creerlo, siempre llegas cuando necesito tu ayuda-
Parecía que la chica tenía pensado decirle algo, pero Adrien casi pudo ver como si su cerebro quedara en blanco de pronto. Miró al chico con enormes ojos, preguntándose si debía decir lo que tenía planeado o preguntar qué necesitaba.
-Yo caigo bien… digo, está bien, claro que sí- sonrió Marinette, recobrando la compostura- ¿qué necesitas?-
-Hace rato Kagami se veía un poco enferma- dijo Adrien, señalando el baño de mujeres- dijo que se iba a mojar la cara, pero ya pasó más de media hora y no ha regresado al tren. Estoy un poco preocupado por ella y…-
Mientras hablaba, Adrien notó que tenía una hoja de papel doblada en sus manos, pero la chica la guardó en su bolso y le sonrió.
-¿Quieres que yo entre al baño de chicas a asegurarme de que Kagami esté bien?- dijo Marinette antes de que Adrien terminara de hablar- claro que sí, yo me encargo. Yo puedo entrar porque soy una chica… por supuesto que ya sabes eso, pero…- se aclaró la garganta- quiero decir, ya voy-
-Gracias, Marinette- dijo el chico, ladeando la cabeza y sonriendo ampliamente- eres la mejor-
Marinette se sonrojó levemente, pero asintió y se apresuró al baño de mujeres, seguida de Adrien, quien la esperó en la entrada apoyando la espalda en la pared y cruzándose de brazos. Realmente esperaba que Kagami estuviera bien, y que nada hubiera pasado. No entendía porqué su madre no se había preocupado tanto por ella, pero al mismo tiempo pensó que su propio padre solía reaccionar de manera similar. Quizá por eso Tsurugi-san y su padre eran tan buenos amigos, porque tenían un carácter muy parecido.
"Creo que por eso Kagami y yo también somos tan buenos amigos", dijo él en voz baja "los dos tenemos el mismo tipo de padres estrictos y…"
Se interrumpió al ver a Marinette salir con una expresión confundida.
-Kagami no está ahí dentro, Adrien- dijo la chica al verlo.
Adrien hizo una mueca.
-¿Estás segura de eso, Marinette?- dijo el chico con una expresión preocupada- yo mismo la vi entrar ahí y…-
-Estoy segura- dijo ella mientras asentía- revisé todos los cubículos y cada rincón de los baños. Kagami no está ahí dentro-
Adrien sintió un vacío en el estómago. ¿Dónde estaba su amiga? Faltaban ocho minutos para que para que el tren partiera y no había rastro de ella. ¿Y si le había sucedido algo y no lo sabían?
Adrien sacó su teléfono celular y marcó el número de Kagami, pero Tsurugi-san le respondió. Marinette pareció detectar la preocupación del chico, pues puso una mano en el hombro de él con una expresión confundida.
-¿Estás bien?- dijo ella.
-No, creo que algo malo le pasó a Kagami- dijo él haciendo una mueca y mirando hacia el tren. Parecía ser que tuviera algo que ver con Hawkmoth. Si ese era el caso, Adrien no podía irse a Londres ese día porque tenía que ayudar a Ladybug, pero ¿cómo se lo iba a explicar a su padre?- ¿no crees que tenga algo que ver con un akuma?-
La chica entrecerró los ojos con una expresión llena de decisión.
-No lo sé- dijo ella en voz baja- pero creo que es algo serio. Sobre todo porque dijiste que Kagami se veía enferma antes de ir al baño a lavarse la cara-
Adrien hizo una mueca.
-Estoy muy preocupado. Todo este asunto me da una muy mala espina. Iré a decirle a su madre lo que pasó- dijo Adrien con una expresión llena de preocupación- y después… si no tienes otra cosa que hacer hoy, ¿te gustaría acompañarme para buscarla?-
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Port Autonome de París
14:00 horas
Kagami despertó con un leve dolor de cabeza y tardó un par de minutos en abrir los ojos y mirar a su alrededor. No podía recordar dónde estaba o porqué había estado durmiendo en un sitio tan extraño. Parecía estar bajo la cubierta de un viejo bote, en uno de los camarotes. Por la ventana redonda en la pared del camarote se podía ver a la distancia el puente de Bir-Hakeim, el puente de Jena y la Torre Eiffel. Frunció el entrecejo mientras se incorporaba sentada y se frotaba la frente.
Estaba en una pequeña cama junto a la pared del camarote. Parecía ser la habitación de un chico, pues había un enorme postre de Jagged Stone y varias picas de guitarra montadas sobre la pared.
"¿Dónde rayos estoy?", se preguntó Kagami.
Cuando intentó levantarse del suelo, pero sintió como si todo el mundo a su alrededor se moviera, forzándola a volver a sentarse sobre la cama y llevarse las manos a la cabeza. Gruñó en voz baja, haciendo una mueca, y apretó los ojos para intentar recordar que era lo que había pasado para encontrarse en ese extraño sitio.
FLASHBACK
Baño de mujeres, Gare du Nord
10:20 horas
-No tardo-
Ignorando lo que Adrien estaba a punto de decirle, la chica lo hizo a un lado y se apresuró al baño de mujeres en la estación para echarse un poco de agua en la cara. Pudo haberlo hecho en el tren, pero le molestaba el pequeño espacio del baño del mismo, además de que los lavabos ahí dentro eran sumamente pequeños también y en esos lavabos el agua tardaba horrores en salir. No, el baño de la estación era preferible.
Kagami empujó la puerta y se dirigió a la primera fila de lavabos, apoyándose en uno de ellos con ambas manos y se miró al espejo. Su visión era un poco borrosa, así que sacudió la cabeza. Tras respirar hondo, la chica acunó sus dos manos juntas para recoger un poco de agua y la usó para mojarse la cara. Se miró al espejo.
"Me siento terrible"; pensó Kagami mientras hacía una mueca. No estaba desacostumbrada a viajar, pero no se sentía bien, y sabía que esa no era suficiente razón para su madre para no tomar el tren "con o sin Adrien, no estoy muy segura de poder hacer esto"
La chica gruñó en voz baja, preguntándose qué tan grave sería si durante la boda vomitaba sobre la reina de Inglaterra. Gruñó nuevamente. Tenía la impresión de que eso no sería nada bueno. Quizá sería buena idea mantener su estómago vacío hasta que la ansiedad que sentía por pasar tanto tiempo con su estricta madre desapareciera.
"Puedo hacer esto, puedo hacer esto…" se repitió.
La puerta del baño se abrió, y Kagami se sorprendió de ver a tres de las compañeras del colegio de Adrien. Entrecerró los ojos al verlas, olvidándose momentáneamente de la ansiedad que había estado molestándola hasta ese momento.
-Salut, Kagami- dijo Rose amablemente mientras que ladeaba su cabeza. La chica rubia parecía tener un vaso desechable térmico- ¿te sientes bien? Te vimos entrar al baño y nos pareció que te veías un poco enferma. ¿Podemos ayudarte?-
Kagami las miró. Todas parecían ser bastante amables.
-Gracias, no me sentía muy bien- dijo fríamente la chica, irguiéndose como pudo y acomodándose la ropa para que no se notara lo mal que se había sentido- pero ya estoy…-
-…- dijo Juleka algo que no entendió.
-Oh, no. ¿Es tu estómago?- la interrumpió Rose, levantando su vaso térmico y poniéndolo frente a los ojos de Kagami- ¿comiste algo malo? ¿Quieres un poco de té? Puede ayudarte a asentar tu estómago-
Kagami la evaluó con la mirada. Parecía bastante amable, y si eran amigas de Adrien, no estaría mal, pero…
-No, no es necesario, yo…-
-Insisto- dijo Rose mientas que ampliaba su sonrisa- será mejor que lo tomes si vas a viajar. No es lindo pasar cuatro horas en el tren corriendo al baño a vomitar-
-No, pero…- dijo la chica japonesa, pero entrecerró los ojos- ¿cómo saben que voy a viajar?-
-Eh… ¿porque estás en la estación de tren? Dah…- dijo Alix, cruzando los brazos y rodando los ojos, como si fuera lo más obvio del mundo.
-¿Y qué es lo que ustedes tres hacen aquí?- dijo Kagami.
-Vinimos a recibir a una prima de Juleka que viene de visita desde España- dijo Rose como si no fuera algo importante- prima lejana-
-…- dijo Juleka, y de nueva cuenta Kagami no entendió nada.
Kagami entrecerró los ojos. Creía que los trenes provenientes de España llegaban a la Gare de Lyon y no a la Gare du Nord, pero se encogió de hombros. Quizá las chicas tenían razón, y un poco de té caliente le ayudaría a asentar su estómago durante el viaje y la recepción de la boda real. Era tan raro que la gente fuera amable con ella, que siempre dudaba de los demás. Adrien tenía razón, tenía que abrirse un poco más a tener otros amigos.
-Bien, tienen razón, muchas gracias- dijo Kagami, tomando el vaso de manos de Rose y acercándolo a sus labios para darle un sorbo. El té estaba tibio y tenía buen sabor- está delicioso-
-Sabía que te gustaría- volvió a sonreír Rose.
Kagami iba a decir algo, pero parpadeó confundida. Un repentino cansancio la invadió, nublando su vista y haciéndola perder el equilibrio. Tragó saliva. ¿Qué le estaba pasando?
-Yo…-
-¿Kagami?- escuchó decir a una de las chicas, no supo cuál, pero no pudo responder porque todo se fue a negro.
FIN DEL FLASHBACK
La chica frunció el entrecejo. ¿Qué rayos le había pasado?¿El té que le había dado Rose tenía algo raro? Kagami se frotó la frente nuevamente y frunció el entrecejo. ¿Acaso la habían secuestrado?
-Arggg…- exclamó la chica en un tono frustrado.
Kagami puso las manos sobre la cama e intentó levantarse otra vez, pero el mareo regresó, y la chica no tuvo otra opción más que extender sus brazos y balancearse hacia delante con la esperanza de apoyar las manos sobre la puerta del camarote.
El problema fue que antes de que Kagami alcanzara a apoyarse la puerta del camarote se abrió, y la chica cayó en un par de fuertes brazos que la atraparon para que no se fuera de narices al suelo.
-Wo… cuidado- escuchó una voz masculina junto a ella.
Kagami levantó la mirada, y vio que un par de ojos color turquesa se fijaron en ella, abriéndose desmesuradamente en sorpresa. El recién llegado parpadeó un par de veces y la ayudó a volverse a sentar sobre la cama. La chica lo reconoció. Era el amigo de Marinette…
El chico dio un paso atrás, alejándose de ella, y se dirigió a la puerta.
-No, espera, no te…- comenzó a decir Kagami, levantando para evitar que se fuera. ¡Necesitaba respuestas!
-¡Maman!¡Jules!- gritó Luka a través de la puerta abierta, tan sorprendido de encontrarse a Kagami ahí como ella lo estaba- ¿alguien me puede decir si existe una razón particular por la que haya una chica encerrada en mi habitación?-
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Poco antes
Luka regresó a casa después de una larga mañana en la escuela de música. Su trabajo de medio tiempo consistía en dar clases de guitarra a un grupo de niños. La paga no era mucha, pero era suficiente para ayudar un poco a su madre con los gastos, además de que dejaba un poco más para comprar cuñas para su guitarra, y estaba ahorrando para el próximo concierto de Jagged Stone.
Tras saludar a su madre y a Juleka, quien estaba en la sala junto con dos de sus amigas, Rose y otra chica bajita cuyo nombre no recordaba, comenzó a caminar hacia su camarote. Las amigas de su hermana le dirigieron una mirada extraña, pero decidió ignorarlas. No sabía que se traerían, pero había aprendido a mantener su distancia de las cosas de chicas, sobre todo a esa edad.
Cuando Luka abrió la puerta de su camarote, se sorprendió al ver que había una chica dentro. Y peor que ello, una chica que había perdido el equilibrio y estará a punto de caer de nariz al suelo. El chico la atrapó en sus brazos para evitar que cayera.
-Wo… cuidado- solo atinó a decir Luka. El cuerpo de la chica era pequeño y en esos momento estaba débil, como si se tratara de una muñeca de trapo. Con cuidado, Luka la levantó del suelo como si no pesara más que una pluma y la colocó sentada sobre su cama y dio un paso para mirarla.
"Oh, no…", pensó Luka al ver que la chica levantaba la vista hacia él. Estaba pálida y tenía una expresión confundida, pero el chico la reconoció inmediatamente "es Kagami Tsurugi, la amiga de Adrien".
Luka recordaba muy bien ese episodio en el patinadero hacía unos meses. Marinette dijo algo sobre ayudar a Adrien a conquistar a Kagami, y le pidió que la acompañara a la pista para no ser el mal tercio de la pareja, además de que Adrien se podía beneficiar de los consejos de un chico mayor más que los de ella. Luka había aceptado, pero durante el tiempo que estuvieron ahí se dio cuenta de algunas cosas. Había una extraña dinámica entre Marinette y Kagami. Las chicas parecían conocerse, pero podía detectar algún desagrado entre ambas.
Y al final todo le quedó claro a Luka. La causa de la animosidad entre ambas era nada menos que Adrien. Luka descubrió, muy a su pesar, que el corazón de la chica de la que se había enamorado ya le pertenecía a otro chico. Le había dolido, por supuesto, pero finalmente había decidido dejarla ir, animándola a confesar sus sentimientos a Adrien.
Si Marinette lo había hecho finalmente o no, Luka lo ignoraba, pero deseaba con todo su corazón que la extraordinaria chica fuera feliz.
Luka regresó a la realidad, y vio que Kagami aún lo miraba confundida, sosteniéndose firmemente con sus manos de la superficie de la cama para no caer hacia un lado y su palidez aún no mejoraba nada. No sabía que estaría haciendo la chica ahí, y de pronto las extrañas miradas de su hermana y sus amigas tuvieron sentido.
"Fueron ellas…"; pensó Luka "no sé que hicieron Juleka y sus amigas, pero ellas tienen algo que ver con esto".
Luka dio un paso hacia la puerta para confrontarlas.
-No, espera, no te…- comenzó a decirle Kagami, extendiendo su mano hacia él con una expresión igual de confundida que él.
-¡Maman!¡Jules!- gritó Luka a través de la puerta abierta. Estaba realmente confundido. No sabía que planeaban las chicas, pero seguramente no sería nada bueno- ¿alguien me puede decir si existe una razón particular por la que haya una chica encerrada en mi habitación?-
No pasó mucho tiempo cuando Juleka llegó, seguida de Rose y la otra chica.
"Alix", recordó Luka la segunda vez que intentó recordar su nombre "se llama Alix, la hija del director de las exposiciones egipcias del Louvre"
-Hey, Luka, ¿qué quieres decir?- dijo Alix.
El chico se cruzó de brazos y alzó su ceja derecha.
-Ustedes tres no me engañan. Sé que son las autoras materiales de esto. ¿Porqué Kagami está en mi habitación y se ve tan enferma?- dijo Luka, entrecerrando los ojos mientras que las miraba alternadamente- ¿qué están tramando?-
Kagami se sobresaltó levemente al escuchar su nombre, y Luka se volvió hacia ella sonriéndole levemente.
-No te preocupes, Kagami- le dijo el chico en voz baja, poniendo brevemente una mano en su hombro- no tengo idea de que es lo que está pasando, pero estoy seguro de que debe de haber una excelente explicación para esto. ¿Verdad, chicas?- añadió, frunciendo el entrecejo y volviéndose hacia ellas.
-Eh… claro que sí, Luka- dijo Rose con una expresión sumamente culpable- Kagami iba a abordar un tren, y vimos que se desmayó en el baño de la Gare du Nord, así que decidimos traerla para que pudiera descansar. No podíamos dejarla tirada en el baño de la estación, ¿o sí?-
-…- dijo Juleka en voz baja.
-¿Oh?- dijo Luka, alzando las cejas ante el comentario de su hermana menor- no entiendo, ¿qué es lo que Marinette tiene que ver en todo este asunto?-
-…- continuó Juleka.
Kagami no entendió bien lo que dijo Juleka, pero Luka pareció comprender absolutamente todo lo que había dicho su hermana, porque el chico abrió los ojos desmesuradamente y miró alternadamente a Kagami y a las amigas de su hermana, sacudiendo la cabeza.
-Oh no, absolutamente no, Jules- dijo Luka, cruzándose de brazos- ¡eso no se hace! Estoy de acuerdo que, como sus amigas, quieran lo mejor para Marinette. Yo también lo quiero, pero esta definitivamente no es la manera-
-No entiendo nada- dijo Kagami, a quien comenzaba a dolerle la cabeza entre lo mareada que se sentía, el movimiento del navío y la extraña conversación que estaban teniendo- ¿qué es lo que está pasando?-
-Ya te lo explico, dame un minuto para arreglar las cosas- dijo Luka, quien no parecía nada contento con la situación en la que estaban- ¡maman!-
No pasó mucho tiempo cuando madame Anarka bajó de la cubierta, cruzando los brazos. Kagami miró sorprendida a la extraña mujer. Si su propia madre tenía un extremo completamente opuesto, esa persona era madame Couffaine. Su vestimenta colorida, sus pasos ruidosos y su enorme sonrisa todo el tiempo.
La mujer se detuvo detrás de las chicas, con las manos en la cintura y alzando las cejas.
-¿Y bien?¿Qué les pasa a los dos?- dijo madame Anarka mirando alternadamente a sus hijos que se miraban molestos- si van a pelear, las espadas están en la cubierta. Excepto la mía, por supuesto- añadió, sacando su propia espada pirata y mostrándoselas, haciendo que Kagami alzara las cejas.
-No, maman- dijo Luka mientras que rodaba los ojos- ¿tú estabas enterada de lo que hizo Jules?-
-¿Sobre rescatar a la chica que se desmayó en la Gare du Nord?- dijo madame Couffaine- sí, vi a las chicas llegar con ella esta mañana y me contaron lo que pasaron-
-¿Y te contó las circunstancias?- dijo Luka frunciendo el entrecejo- que lo hicieron porque…-
-Sí, me contaron todo, Luka- lo interrumpió madame Anarka- no creo que sea tan malo darle una mano a Marinette, aprovechando las circunstancias-
Luka hizo una mueca.
-Perdón, pero… ¿de qué están hablando?- dijo Kagami de pronto- ¿qué estoy haciendo aquí?¿y qué tiene que ver Marinette en todo esto?-
-Que mi hermana y sus amigas te engañaron para que bebieras un té para que te quedaras dormida en la estación y poderte traer aquí- dijo Luka antes de que pudieran detenerlo.
-¿Qué?- dijo Kagami, volviéndose a las chicas sorprendida y horrorizada- ¿porqué me hicieron eso?-
Las chicas se ruborizaron, bajando la mirada con idénticas expresiones culpables mientras que Luka las miraba frunciendo el entrecejo y con los brazos cruzados.
-No es tan grave, era un té natural, y los efectos solo duran un par de horas- dijo Rose en tono culpable- en un rato estarás como nueva, Kagami-
-Lo sentimos mucho, pero no te veías con muchas ganas de ir a Londres- dijo Alix- además, estabas enferma, y eso no era nuestra culpa-
Kagami frunció el entrecejo. Al menos en esa parte tenían razón, no quería ir a la boda real, pero aún así no debieron haber hecho eso. Ademas, su madre la iba a matar por haber desaparecido ta de pronto. Y qué decir de su abuelo.
-¡Ese no es el punto, Alix!- dijo Luka alzando la voz, interrumpiendo de nuevo los pensamientos de Kagami- no puedes ir haciendo estas cosas. Además, no sabes si la familia de Kagami va a estar preocupada por ella cuando desapareció de la estación, o si no llega a Londres- se volvió a madame Couffaine- maman, por favor, hazlas entrar en razón-
Madame Anarka sonrió levemente y suspiró.
-Saben bien que Luka tiene toda la razón, les filles- dijo madame Anarka, acercándose al chico y revolviéndole el cabello con un gesto cariñoso y maternal- estoy orgullosa de ti, mon fils. Eres todo un caballero. Siempre haciendo lo correcto…-
Luka sonrió levemente, y las chicas suspiraron frustradas.
-Sin embargo, en esta ocasión tendremos que hacer una excepción. Espero que lo entiendas, pero es por el bien mayor- continuó madame Anarka- lo siento mucho, Luka-
El chico la miró confundido.
-¿A qué te…?- comenzó a decir, pero no alcanzó a terminar su frase, cuando madame Anarka lo golpeó en la frente con la empuñadura de su espada y todo se fue a negro.
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La Place des Vosges
16:00 horas
Adrien y Marinette se dejaron caer juntos en una de las bancas de la place des Vosges. Tras avisar de lo sucedido a Tsurugi-san, quien se mostró un poco preocupada por su hija, pero Gabriel Agreste la tranquilizó diciéndole que seguramente estaría bien. Antes de que el tren partiera, Adrien pidió permiso a su padre de quedarse en París para asegurarse de que Kagami estuviera bien y alcanzarlo en Londres al día siguiente. El hombre sorprendentemente había aceptado, aunque con la condición de que no se separara del Gorila mientras que la buscaban.
Antes de comenzar a buscar a Kagami, Marinette había ido a buscar a la mujer que el maestro Fu le había dicho, y le había entregado por accidente la receta médica. Cuando madame Lenoir le hizo ver su error, la chica verificó que le hubiera entregado la carta correcta y se apresuró a alcanzar a Adrien.
-Yo me encargaré de llevar la medicina a tu grandpère, ma petite- dijo madame Lenoir, tomando la receta médica de las manos de Marinette y guiñándole un ojo- anda y encuentra a tu amiga-
Tras buscar a Kagami desde media mañana, los dos chicos estaban sumamente agotados y hambriento, y no estaban más cerca de encontrarla, así que Marinette sugirió que ambos fueran a su casa por algo de comer antes de continuar la búsqueda.
Cuando escucharon sobre lo sucedido con Kagami, los Dupain-Cheng se miraron entre sí, preocupados, y se ofrecieron a ayudarles a buscar, y los llegaron de bocadillos. Monsieur Dupain les preparó un sandwich au jambon et beurre, y les dio una bolsa llena de galletas y un par de éclaires de chocolate.
-Gracias por todo, monsieur Dupain- dijo Adrien con una sonrisa mientras que él y Marinette salían a la place des Vosges a tomar un poco de aire fresco mientras comían.
-Me pregunto que le habrá pasado a Kagami- comentó Marinette en voz baja- no parece ser del tipo de chica que desaparecería sin avisar a nadie-
-Lo sé- dijo Adrien tristemente- no quiero creer que algo malo le haya pasado. Es una muy buena amiga-
Marinette no pudo evitar sonreír al escuchar aquello. Al menos a los ojos de Adrien tanto ella como Kagami estaban en la categoría de "buenas amigas", y eso la hizo sentir mucho mejor. La chica le puso una mano sobre el hombro y sonrió levemente.
-No te preocupes, Adrien. Estoy segura de que no tardaremos en encontrarla- dijo la chica- además, sé que debe estar bien. Kagami sabe cuidarse ella sola y patear traseros si es necesario-
Adrien rió en voz baja.
-Tienes razón- dijo el chico con una amplia sonrisa. El chico se apoyó en el respaldo de la banca y puso su mano en la espalda de Marinette, haciéndola tensarse- muchas gracias por ayudarme, Marinette. Eres una chica extraordinaria-
Marinette se sonrojó.
-No… no es nada- dijo ella- de todas maneras, lamento que no hayas podido ir a Londres a la boda real-
Adrien se encogió de hombros.
-Está bien, realmente no estaba muy entusiasmado por ir- dijo el chico con un gesto indiferente- lo único bueno de ese viaje era que en teoría pasaría un poco de tiempo con mi padre, pero conociéndolo, se la pasaría hablando de negocios con Tsurugi-san- sonrió levemente- y al menos tendría la compañía de Kagami-
Marinette borró su sonrisa, sintiéndose terrible al pensar nuevamente que el chico aún tenía sentimientos hacia Kagami.
-Debes estar muy enamorado de ella, ¿verdad?- dijo Marinette antes de pensarlo, pero se llevó las manos a la boca.
Adrien abrió los ojos, sorprendido, pero rió de nuevo y sacudió la cabeza.
-Para nada. Kagami es una buena amiga, pero nada más- dijo Adrien en voz baja, terminando de comer su éclaire y mirando sonriendo la fuente delante de ellos- realmente espero que esté bien-
-Nos aseguraremos de ello, Adrien- dijo Marinette con una expresión decidida- no temas-
La chica se quedó pensativa. Ninguno de los dos tenía idea de dónde estaría Kagami. No respondía su teléfono celular, no estaba en su casa o en los sitios habituales, y no era su estilo haber desaparecido de esa manera.
-¿Crees que haya sido un akuma?- dijo Adrien de pronto.
-Lo dudo- dijo la chica- creo que un akuma habría causado un poco más de caos, ¿no? Además- añadió sonriendo- estoy segura de que Ladybug y Chat Noir ya habrían aparecido para pelear contra el el akuma-
-Tienes razón- dijo Adrien mientras se encogía de hombros- temo que sepan que su madre es famosa y la hayan secuestrado-
Secuestrado. La última frase de Adrien resonó en su mente, y por un momento recordó la conversación que había tenido con sus amigas esa mañana, cuando en su desesperación por detener a Adrien de irse a Londres con Kagami las había llamado para pedirles ideas. Y una idea en particular, la de Juleka, la hizo recordar la situación.
-Oh, no, no lo hicieron…- dijo Marinette de pronto.
-¿Uh?- dijo Adrien, alzando las cejas.
La chica se ruborizó. ¿Y ahora qué le iba a decir a Adrien? No podía decirle que ella y sus amigas habían elaborado un plan para separarlo de Kagami, pero si no, no tenía otra razón para explicar cómo sospechaba que Kagami había sido víctima de un buen intencionado plan de secuestro de parte de sus amigas.
Marinette decidió finalmente usar la misma técnica que usaba como Ladybug con Chat Noir cuando no quería explicarle cómo conocía cierta información, principalmente para no tener que mentirle y, al mismo tiempo, proteger su identidad secreta. Porque Marinette odiaba mentir, y especialmente no quería mentirle a Adrien.
-Eh… lo que dijiste me acaba de dar una idea- dijo Marinette de pronto- pero no puedo explicarte cómo llegué a esa conclusión. Tendrás que confiar en mí-
Adrien la miró con enormes ojos, y sintió un vuelco, pensando en que eso era justamente lo que Ladybug solía decirle. ¿Acaso…? Sacudió levemente la cabeza. No, seguramente era una coincidencia.
-Por supuesto que confío en ti, Marinette- dijo Adiren, poniéndose de pie y ofreciéndole la mano para ayudarla a levantarse también- ¿a dónde nos dirigimos entonces?-
-A casa de Juleka- dijo Marinette mientras tomaba la mano de Adrien, mordiéndose el labio y esperando estar equivocada.
x-x-x
Bodega de La Liberté
17:00 horas
Kagami encogió las piernas y se cruzó de brazos, molesta. El sueño causado por el té y las náuseas habían casi desaparecido por completo, pero no estaba en menos problemas que antes. Tras el estúpido intento de Luka de hacer entrar en razón a su madre y a las chicas, madame Couffaine lo había golpeado en la sien, dejándolo inconsciente, y entre las cuatro los habían encerrado juntos en la bodega del pequeño barco.
La chica había pasado las últimas tres horas intentando buscar una salida tras asegurarse de que Luka estaría bien, pero no encontró nada que la pudiera ayudar a escapar. La puerta de la bodega solo se abría desde afuera, o al menos eso parecí ía que espera a que Luka despertara para preguntarle si había otra salida, aunque lo dudaba.
La pequeña bodega tenía un par de viejos sofás coloridos empujados contra las paredes, así como algunas bocinas, un teclado y varios instrumentos musicales viejos que Kagami supuso que estarían averiados.
Con un poco de esfuerzo, Kagami hizo que Luka se recostara sobre uno de los sofás y examinó su cabeza. Su frente tenía un leve enrojecimiento junto a la línea del cabello donde su madre lo había golpeado, así como un pequeño corte que había sangrado levemente, aunque la sangre ya se había secado y no había sido nada grave.
"Y yo que me quejaba de que mi familia es extraña", pensó Kagami mientras que rodaba los ojos "ahora veo que mi madre y su obsesión con el esgrima es perfectamente normal, a comparación de la obsesión de madame Couffaine con manejar su hogar y su familia como si fuera un barco pirata"
Rose les había llevado más temprano una bandeja con sandwiches y dos jarras con jugo de naranja y manzana, así como unas galletas.
"Qué extraño secuestro"; pensó Kagami al ver la comida.
Se interrumpió al escuchar que Luka gruñó levemente, y se volvió hacia él para asegurarse de que estuviera bien. El chico parpadeó, mirando a su alrededor y luego a Kagami, e hizo una mueca frustrada mientras intentaba ponerse de pie.
-Oh, no, no me digas que lo hicieron…- comenzó a decir Luka, poniéndose de pie pero cayendo estrepitosamente al suelo.
-Ten cuidado, tarado- dijo Kagami, rodando los ojos mientras lo ayudaba a levantarse y volver a sentarse sobre el sofá- te dieron un buen golpe en la cabeza. Tómatelo con calma-
-Mira quién lo dice- siseó Luka en voz baja- cuando lo primero que hiciste hoy fue caer en mis brazos por levantarte demasiado rápido, si mal no recuerdo-
Kagami frunció el entrecejo.
-Mira, Luka, no es mi culpa que…- comenzó a decir la chica, pero se interrumpió y sacudió la cabeza- no, no debemos pelear entre nosotros. Más bien tenemos que trabajar juntos para poder salir de aquí-
El chico gruñó, pero asintió.
-Lo lamento tanto- dijo Luka, frotándose la frente y haciendo un gesto de dolor al tocarse el sitio donde había sido golpeado- no tengo la más mínima idea de qué fue lo que hizo que mi madre y hermana creyeran que sería una buena idea llevar a cabo este estúpido plan…- se frotó la frente- aunque debo de confesar que no es la primera vez que maman me encierra con una chica- se ruborizó levemente- al menos no fue el armario en esta ocasión-
Kagami alzó las cejas, preguntándose cómo sería tener una madre tan extraña como madame Anarka, pero no quiso saber más.
-Después hablaremos de eso, Luka- lo interrumpió Kagami- estamos en la bodega del barco. ¿Hay una manera de salir de aquí?-
-Me temo que no- dijo Luka, señalando la puerta metálica que obstruía la salida- la puerta de la bodega solo se abre desde fuera, y no hay ventanas porque esta parte del barco está bajo la superficie del agua-
La chica suspiró frustrada mientras que Luka pasaba sus ojos por los objetos a su alrededor.
-Aunque… creo que tengo una pequeña idea- dijo el chico, sonriendo levemente al ver la guitarra y el viejo amplificador en una esquina- quizá no podemos salir de aquí, pero podemos llamar la atención para que vengan a ayudarnos-
-¿Quién nos podría ayudar?- preguntó Kagami, pues estaban en un muelle y sería difícil que si gritaban alguien los escuchara.
Luka sonrió levemente.
-El peor enemigo de maman- dijo el chico con su sonrisa traviesa- al menos, cuando maman hace desorden-
X-x-x
CONTINUARÁ…
¡Hola a todos! Esta pequeña historia me sirvió para responder a la pregunta, "¿qué habría pasado si Juleka hubiera seguido adelante con su idea de secuestrar a Kagami?". No me sorprendería que madame Anarka fuera capaz de apoyar a su hija y sus amigas en su misión. Esta historia son solo dos capítulos. La votación por PM y reviews fue que las historias cortas serían en el orden: Rebrousse-temps, luego Animaestro y finalmente Oblivio. Muchas gracias a todos por seguir leyendo mis locuras. Nos leemos pronto.
Abby L.
