Léeme. Este capítulo fue escrito por Negrinha una nueva autora que suele atrapar mi atención, pero que tiene mala suerte. Por una u otra razón, el sitio le borró una historia de Harry Potter que decidió no seguir y yo le pedí que me diera su primer capítulo, porque cuando lo leí, llenó mi cabeza de lindas ideas. Por tanto, todo el crédito de este primer capítulo va para ella y su ex historia "Al Filo del Destino".
Otra cosa. ¿Les gusta Crepúsculo? Porque de ser así, está comenzando una historia que según lo que me ha dicho de la trama, promete mucho. ¡Se las recomiendo!
Sin mucho más que decir, Harry Potter no me pertenece, este capítulo tampoco, aunque me fue cedido y hay que lidiar con ello.
Si estás enganchado en Jus Sanguinis y quieres saber cómo va, las remodelaciones dicen que hasta el tercer capítulo, casi todo cambió, pero voy avanzando rápido y ya no debería faltar mucho para tenerlo todo reorganizado y listo para seguir con la trama. Yo les dejo esto para que tengan algo que leer mientras tanto. 20 capítulos son una buena faena para editar.
"Crónicas Perdidas"
"Cómo viajar en el tiempo sin morir en el intento"
Por Ar-Nárwen
Capítulo 1
-Wow. ¿Todo eso ocurrió mientras yo estaba aquí? –preguntó Ron atónito.
-Sí. Aún me sorprende que lo hayamos logrado, pero después de la primera vez, supongo que sabía cómo iba a resultar todo, no tenía mucho de qué preocuparme –explicó Harry mientras se acomodaba en su cama, listo para un merecido descanso.
-¿Entonces Black se fue volando hacia Merlín sabe dónde?
-Sí, Ron. Todo fue sugerencia de Dumbledore, como te dijimos. Estoy muy alegre por Hagrid, nadie puede culparlo y Malfoy no se sale con la suya. Es un trato justo, después de todo, el hipogrifo era inocente. Me he dado cuenta de que las criaturas mágicas son maltratadas por el Ministerio de la Magia y la sociedad en general.
-¿A qué te refieres, Hermione?
-Es obvio –exclamó la chica-. No sólo condenan injustamente a las criaturas por creerlas peligrosas cuando son los magos los que están en falta. Hagrid explicó claramente que los Hipogrifos eran orgullosos y debían ser tratados con respeto y aunque no estoy de acuerdo con su selección de criaturas para que estudiemos, el Ministerio no escuchó razones, seguramente influenciados por Lucius Malfoy y por eso decidieron que lo correcto era matara a la criatura. Es lo mismo que con Dobby, a quien trataban de manera deplorable en su casa. Todos sabemos que los Malfoy no son buenas personas, pero el Ministerio no debería permitir tal trato hacia las criaturas mágicas. Estos complejos de superioridad de algunos magos son los que crean los problemas, por ejemplo, la importancia que se le da a la sangre y al estatus de aquellas familias que se hacen llamar puras. Mira por ejemplo a Harry, él es mitad y mitad y aún así es capaz de crear un Patronus corpóreo contra un ejército de dementores.
-Supongo que tienes un punto, Hermione. Pero no todos los magos tratan mal a las criaturas mágicas. Mi hermano, Charlie, trabaja en reservas de dragones. Y ahí son ellos los maltratados.
-Eso lo sé, Ron. Yo también llevé a Norberto esa noche para que tu hermano se lo llevara, sólo estaba pensando. Seguramente todo lo que ocurrió hoy fue por presión de Lucius Malfoy, de otra manera, la defensa de Hagrid hubiera sido más que suficiente. Teníamos pruebas inapelables.
-Lo que me cuesta creer es que pudieras mantener el giratiempo como un secreto durante todo el año, Hermione –Ron se intentó acomodar mejor en la cama, pero su pierna inmovilizada le dejaba pocas opciones fuera de recostado o medio recostado.
Hermione volvió a sacar el giratiempo y lo contempló un par de veces antes de guardárselo bajo la túnica, donde debía estar.
-La profesora McGonagall me hizo prometer que no diría palabra alguna sobre él, a nadie. Tener uno de estos es una gran responsabilidad. Jugar con el tiempo puede traer horribles consecuencias, personalmente no sé si todo lo que hemos hecho esta noche ha cambiado algo o no. Me gustaría pensar que no hemos alterado el curso del futuro, sino, el profesor Dumbledore no nos hubiera dicho que usáramos el giratiempo.
-No sé tú, pero a mí esos giratiempos me suenan como un salvavidas. Imagínate todo lo que podríamos llegar a hacer con uno de esos. ¡Estar en dos lugares al mismo tiempo!
-El tiempo no es un juguete, Ron –lo reprendió Hermione-. Se trata de algo serio.
-¿Tan serio como ir a muchas clases? ¡Por todo lo que es mágico, Hermione! Has tenido algo así todo el año y nunca nos dijiste nada. Pudimos haberle ahorrado a Harry muchos problemas para ir a Hogsmeade o…
-La educación es algo serio.
-¿Y cómo es que no alteraste el tiempo estando al mismo tiempo en dos lugares? Seguramente tus profesores habrán comentado alguna vez que te tuvieron en clases el mismo día y a la misma hora –preguntó Harry.
-Todo depende del impacto de las acciones que realices mientras usas un giratiempo, una acción menor no debería ser capaz de alterar el curso del tiempo de manera de producir un colapso de éste.
Como Harry y Ron miraban a Hermione con la misma expresión de confusión, ella profundizó la explicación.
-Imaginen nuestro tiempo como las líneas que estudiamos en Historia de la Magia. Cada acción quedaría marcada en la línea y las ramificaciones que tal acción puede tener, se irían desprendiendo hacia abajo.
-Pero Hermione, las líneas de tiempo no se desprenden hacia abajo.
-¿Quieren dejar que termine la explicación? –preguntó ella irritada, sin esperar una respuesta.
-¿Y para qué dejarte seguir si no estamos entendiendo el inicio? Sólo sabemos que seguirás hablando y hablando hasta que no podamos ni entender las palabras que dices.
-¡Eso no es verdad, Ron!
-Claro que lo es, siempre usas explicaciones complicadas y que no hacen sentido.
Harry, presintiendo que una discusión se estaba cocinando y que las repercusiones de ella serían que Hermione y Ron se enojarían entre ellos y por lo tanto, su amiga no diría una palabra más, los interrumpió.
-Déjalo, Hermione, y sigue.
Hermione le echó una mirada de petulancia a Ron y volvió a retomar su explicación.
-Lo que hace el giratiempo es crear una especie de línea paralela al tiempo, pero ficticia. Solo aquella persona con el giratiempo se dará cuenta de ambas líneas de tiempo ocurriendo a la vez, y por lo tanto, podrá cambiar lo sucedido, como lo que hacía yo. Ahora, los cambios sólo pueden hacerse de la manera más cuidadosa o cosas desastrosas pueden ocurrir tanto con la persona o con el tiempo ¿entienden?
Harry se quedó pensativo luego de escuchar el pequeño discurso de Hermione. Anteriormente ella le había explicado los numerosos riesgos que corrían en su pequeño viaje al pasado, pero si todo había salido bien, y él no se sentía diferente en lo absoluto, quizás todavía tenían la oportunidad de atrapar a Pettigrew. El viaje en el tiempo había sido necesario, si ellos no hubieran vuelto, los dementores habrían acabado con él y Sirius, Buckbeak no se hubiera salvado de un destino injusto, quizás hasta habrían sido descubiertos en la cabaña de Hagrid. Había sido una piedra lo que los había alertado sobre la urgencia de salir de la cabaña lo más rápido posible. Todo eso apuntaba a la necesidad del segundo viaje, de otra manera, la primera vez que los hechos ocurrieron, el desenlace habría sido completamente diferente.
-Pero lo que no entiendo es como en la primera vez, ocurrieron los eventos de la segunda –preguntó Harry.
-A eso me refería cuando decía que la línea creada por el giratiempo es ficticia. No es que ocurra después, sino que se agrega a la línea original. Es por eso que nadie nota los cambios, porque de haber siempre dos líneas, estaríamos hablando de dimensiones paralelas y aunque los investigadores del tiempo no han sacado grandes conclusiones en lo que a la materia se refiere, están seguros de que la posibilidad de dimensiones paralelas no es más que una fantasía.
-Esto es confuso –se quejó Ron.
-Podríamos intentarlo una vez más.
Ron y Hermione, voltearon sus cabezas y se quedaron mirando a Harry. Después del intento de Hermione de explicar el funcionamiento del giratiempo y el tiempo, los tres se habían quedado callados, hasta que Harry habló.
-Ir un par de horas atrás, esperar en el bosque y cuando el momento llegue, atrapar a Pettigrew. Lo petrificaremos antes de que alcance a cambiar de forma, antes de que el profesor Lupin cambie, de esa manera, Fudge podría encontrarlo y Sirius quedaría libre.
A medida que iba hablando, Harry se encontraba más y más razón. Su idea era perfecta, un segundo viaje se encargaría de resolver todos aquellos detalles que la primera vez no pudieron atender porque tenían que salvar varias vidas, incluyendo las propias. Ahora, nada de eso sería necesario. Ya habría otra versión suya ocupándose de todo.
-Harry, lo que quieres hacer es muy arriesgado.
-Pero si ya lo hicimos una vez y todo salió bien, Hermione. ¡Sólo piénsalo! Pettigrew merece ser encontrado y condenado por todo lo que ha hecho, es lo justo, Hermione, y nosotros somos los únicos capaces de lograrlo.
-Harry, sé que Pettigrew merece morir en Azkaban por lo que le hizo a tu familia, pero no creo que debamos… la vez pasada el profesor Dumbledore nos dijo que…
-Estoy de acuerdo con Harry, Hermione, tienen que hacerlo. Black merece tener su reputación limpia, además sólo pensar que durante tres años el asesino de los papás de Harry compartió dormitorio con él me enferma.
Quizás fuera por el dolor de su pierna o quizás fuera por pensar en que la mascota que toda su vida había creído ser una rata era en realidad el asesino de los papás de su mejor amigo, pero Ron estaba verde, un color poco saludable aún en la sociedad mágica, donde cosas más extrañas se veían a diario.
-Ustedes no entienden, ¡no se puede cambiar el pasado! –objetó Hermione comenzando a enojarse.
-Hermione, tú y Harry acaban de cambiar el pasado, has estado todo el año cambiando el pasado ¿qué podría pasar si lo haces una vez más?
-¡No es lo mismo, Ron! No sé qué podría pasar si usamos e giratiempo dos veces sobre el mismo período de tiempo. Las condiciones ya serían inestables y la probabilidad de que nos veamos a nosotros mismos aumenta drásticamente.
-Sí es lo mismo. Ya lo hicieron una vez, y ahora, sólo se van a encargar de que alguien más encuentre a Pettigrew. Nadie te está diciendo que tú y Harry sean quienes lo entreguen. Lo único que importa es que alguien además de nosotros lo vea. Hasta Snape serviría.
-La profesora McGonagall confió en mí para que usara el giratiempo de una forma responsable. Ir a todas mis clases no le hace daño a nadie y de todas formas, lo que interferí fue poco, sólo aparecí en algunas clases. No hay comparación alguna con lo que Harry quiere que hagamos.
-Pero aún así estuviste cambiando la historia. No debías ser capaz de ir a todos los cursos, debiste elegir como todos los demás, aún así, te dieron la oportunidad de algo grandioso, Hermione, ¿no lo entiendes? –Ron tomó aire-, no sólo tienes el tiempo de tu lado, es la vida de una persona lo que vas a poder cambiar. Tú sabes lo que Pettigrew se merece, es lo justo. ¿O no estás dispuesta a quebrar las reglas por ayudar a tu mejor amigo?
-Yo nunca he dicho que no quiero ayudar a Harry, Ron –se defendió Hermione.
-Pero de todas maneras no lo vas a hacer –recriminó el pelirrojo-, ¡es lo mismo que no querer hacerlo!
-¡No tienes idea de lo que estás diciendo!
-Ron, Hermione…
-Sólo sé que tienes la oportunidad de corregir todo lo que está mal y que no la vas a tomar porque McGonagall te dijo que le dieras un buen uso al ¡reloj ese! –bramó Ron, sentándose violentamente en la cama y gimiendo cuando el movimiento brusco le cambió la pierna de lugar.
-Que algunos de nosotros tomemos la responsabilidad como algo importante, Ronald, no quiere decir que seamos malos amigos.
A esa altura, Hermione tenía lágrimas en los ojos, pero se negaba a pestañear para que estas no cayeran por sus mejillas dejándola en evidencia.
-Hermione, por favor, lo único que haríamos sería impedir que Pettigrew se volviese a convertir en Scabbers. Después de eso, dejaremos que los eventos se desarrollen como deben ser.
-¡Es peligroso! ¿Por qué ustedes no pueden entenderlo? Muchas cosas podrían ir mal, muchas cosas.
-Hermione, por favor…
-Déjala, Harry, va a hacer lo mismo que hizo cuando recibiste tu Saeta de Fuego. Irá corriendo a decírselo a un profesor, para que luego la feliciten por ser una buena alumna.
Con ese último comentario de Ron, las lágrimas que Hermione peleaba por no dejar aparecer, corrieron libremente por sus mejillas, pero ella no les prestó atención. Aquél año había sido muy difícil para ella. No sólo debía estar mintiéndoles constantemente a sus amigos sobre sus clases, el tiempo o a dónde iba cuando desaparecía, sino que también estaba cansada, a pesar de contar con más tiempo, la carga académica era increíblemente pesada y el sueño se había transformado en un lujo que no siempre podía permitirse. Sin contar todo eso, todo el año se había preocupado de no hacer o decir nada que pudiera alterar su futuro, siempre cuidadosa de las consecuencias que las alteraciones en el tiempo traían consigo. Si el Ministerio se llegaba a enterar de lo que había pasado aquella noche, entonces todos estarían perdidos, quizás hasta los enviaran a Azkaban, sin contar en la cantidad de problemas que la profesora McGonagall se encontraría después de haber sido ella quien intercediera ante el Ministerio para que le dieran un giratiempo. No podía hacer más de lo que ya habían hecho, no era correcto. Sin embargo, Ron la volvía a catalogar de mala amiga, primero por lo de la escoba y ahora por no querer volver a usar el giratiempo. ¿No era suficiente con que salvaran a Sirius? ¿Por qué ellos siempre se aliaban y nunca pensaban la situación desde su punto de vista? Lo único que quería era protegerlos, asegurarse de que nada le pasara a Harry. Pero para Ron Weasley, no era suficiente, nada era suficiente.
-Si algo llegase a pasar, te haré el único responsable, Ron.
-¿Lo vas a hacer? –peguntó con los ojos saliéndosele de las órbitas.
-Sólo mírame –le gruñó Hermione, sacando el reloj de arena debajo de su túnica y caminando hacia la cama de Harry.
-Hermione, muchas gracias.
Después de todo, esto lo hacía únicamente por Harry. Sabía que para él era importante. Jamás podría imaginar lo dura que debió haber sido su niñez sin sus padres ahí, por lo tanto, ahora que tenía la oportunidad de que alguien que lo quisiera de verdad pudiera encargarse de él, lo mínimo que podía hacer como amiga era ayudarlo. Estaban rompiendo las reglas, no sólo las de Hogwarts, sino que de la hechicería en general, pero Pettigrew también merecía pagar por lo que había hecho años atrás. Sólo esperaba que nada saliera mal y que de alguna manera no descompensaran la línea de tiempo o su capacidad para recibir cambios colaterales. La profesora McGonagall había sido muy clara en sus explicaciones y el libro que le dio para entender los giratiempos también había sido muy claro a raíz de varios asuntos, lamentablemente no había mucho que se supiera sobre usar dos o más veces un giratiempo sobre el mismo período de tiempo. La información sobre el tiempo era increíblemente escasa en Hogwarts, donde muchos de los libros que había sobre el tema trataban de historias infantiles o ridículas leyendas.
-No sé qué pase cuando hagamos esto. Comprenderás que volver muchas veces en el tiempo no es seguro y no sólo por lo que ya te dije. No hay hechos que lo comprueben, pero la teoría dice que estaremos rompiendo el delicado equilibrio del tiempo y la posibilidad de que varios universos colapsen en sí mismos o en el nuestro es factible. Ahora, no estoy tan segura sobre lo de los universos, se puede referir tanto a dimensiones paralelas o a que algo salga mal, no sabría decírtelo, pero de salir algo mal -Hermione hizo una pausa significante-, prefiero no pensar en ello ¿estás seguro de que quieres seguir con esto?
-Nunca estuve más seguro de algo en mi vida. Además, ayuda que no haya entendido ni la mitad de lo que me dijiste.
-Harry, esto es importante, tienes que—
-No, Hermione, prefiero no tener que.
-Ojalá yo pudiera ir con ustedes, me molesta perderme toda la acción por segunda vez –interrumpió Ron. No había terminado de hablar cuando los cuerpos de sus dos mejores amigos desaparecieron de su vista, dejándolo nuevamente solo en la enfermería, pensando en cómo era que funcionaba aquél reloj de arena, qué estaría pasando en el pasado y qué desencadenaría en el futuro.
Una vez no había sido suficiente para que Harry se acostumbrara a la sensación de confusión y desorientación que dejaba el giratiempo. Al lado suyo, Hermione no perdió el tiempo, inmediatamente inspeccionó sus alrededores y sin darle tiempo a nada, lo sacó del castillo, murmurando qué debían estar haciendo en ese momento su primera y segunda versión.
-¿A dónde vamos, cuánto tiempo atrás nos llevaste?
-Tomando en cuenta lo que perdimos explicándole la situación a Ron, el tiempo que nos atendió Madame Pomfrey y… eso no importa, retrocedimos a la hora antes de que todo terminara la primera vez, si es que hice bien los cálculos. Lo que importa ahora es que vayamos a escondernos al bosque lo más rápido posible y que sólo aturdamos a Pettigrew, no sé cómo lo vamos a hacer, pero él no puede saber que nos dejó atrás y que de alguna misteriosa manera aparecimos frente a él, sería sospechoso y cualquier cosa sospechosa en su captura podría significarnos muchos problemas.
Harry asintió solemnemente y se dejó guiar por su amiga hacia un grupo de árboles cerca de los invernaderos.
-No podemos acercarnos a la cabaña de Hagrid, porque debemos estar por ahí cerca con Buckbeak y al mismo tiempo, debemos estar lejos de donde te atacaron los dementores, y del Sauce Boxeador. Quizás también lejos del bosque, o al menos de donde creemos que estuvimos. Y recemos para que no nos topemos con el profesor Lupin, esta vez no tenemos quien nos proteja.
-Pero si nos mantenemos alejados de donde ocurre todo ¿cómo vamos a atrapar a Pettigrew?
-No estoy segura, Harry, ojalá lo supiera, pero con dos de nuestras versiones corriendo por ahí, hay otras cosas que me tienen más preocupada.
Y fue así como se sentaron a esperar. Harry miraba continuamente a su alrededor en busca de pistas de lo que pudiera estar ocurriendo y Hermione mientras tanto sacaba cálculos y miraba una y otra vez su reloj.
-¿No podríamos acercarnos un poco más? –preguntó Harry por la cuarta vez en los últimos diez minutos.
-No, Harry, es peligroso –siseó Hermione, quien tampoco había logrado que su amigo bajara el tono de voz para hablar.
Harry no quería pasar su última oportunidad esperando por si se daban las cosas. Él tenía que intervenir. Su padrino le había ofrecido la oportunidad de ir a vivir con él. Dejar a los Dursley había sido su deseo de cumpleaños durante los últimos años y sentado ahí, escondido, veía como nuevamente se le escapaba de las manos. Los años anteriores no había podido hacer otra cosa que resignarse, después de todo, los Dursley habían sido muy claros cuando le explicaron que él estaba solo en el mundo, pero ahora, ahora todo aquello podría cambiar y él estaba sentado esperando.
-Creo que ya deberíamos haber salido del Sauce Boxeador –Hermione miró hacia la luna-, y si todavía no lo hacemos, será en cualquier minuto. La luna está casi descubierta, el profesor Lupin se transformará y ahí tenemos que detener a Pettigrew.
Feliz de tener un plan de acción y poder hacer algo, Harry se puso de pie, tironeó a Hermione de un brazo y manteniéndose siempre en las sombras se fue acercando hacia el lugar donde su nueva vida se decidiría.
Harry y Hermione llegaron más tarde de lo que esperaban. El grupo había salido por completo del Sauce Boxeador. Snape era levitado, Ron cojeaba y Pettigrew, quien todavía no se convertía en rata, estaba a punto de hacerlo, pues gritos llenaron la noche apenas comenzó el cambio del profesor Lupin. Harry vio como sucedía nuevamente frente a sus ojos en cámara lenta, no iban a poder lograrlo si se quedaban escondidos. Él lo sabía y estaba seguro de que Hermione había llegado a la misma conclusión si el tiritar de sus manos era prueba de algo.
-Hermione, tengo que hacerlo.
-¡Harry, no!
Harry salió corriendo, varita en mano, en dirección hacia Pettigrew, que ayudado por la distracción cogía la varita de Ron.
-¡Expelliarmus!
El hechizo salió con más fuerza de lo que Harry había pretendido en un comienzo. Dándole de lleno a Pettigrew, éste y Ron fueron impulsados hacia atrás de manera violenta. Los gritos de dolor de Ron se sumaron al griterío de esa noche. El aullido del hombre lobo resonaba claro en la noche, Sirius los había apremiado para que corrieran mientras él se convertía en perro y trataba de detener al profesor Lupin, y mientras Harry corría hacia Pettigrew, el otro Harry se quedaba de piedra mirando como un clon suyo aparecía en la noche, junto a una muy histérica Hermione.
-¡CUIDADO!
-Todos los presentes giraron la cabeza en dirección a la voz de Hermione, o una de las Hermione que se hallaban presentes en ese momento.
Pettigrew se había recuperado e intentaba volver a tomar una varita en la mano. Ron le dio una patada con toda la fuerza que poseía mandándolo nuevamente al suelo y ambos Harry se acercaron al él, varita en mano.
-¿¡Harry, James! Pe-pe-pero si tú estás muer-t-to –la voz de Pettigrew temblaba mientras miraba a las dos figuras que tenía delante de él, amenazándolo.
Hermione llegó en ese momento a la escena, pero ya era muy tarde. No sólo Pettigrew creía que de alguna misteriosa manera su amigo de la infancia había sido revivido y ahora estallaba en histéricos para ser perdonado, explicando que no había sido su culpa, sino que, Ron miraba a uno y otro Harry como si se fuera a desmayar en cualquier momento, lo que era muy probable que pasara y la otra Hermione, espantada, sacaba su propio giratiempo y miraba a todos los presentes como si no fueran más que uno horrible pesadilla.
-¡Cómo te atreves! –rugió Harry, enterrándole la varita a Pettigrew en el cuello-. ¡Cómo te atreves a decir el nombre de mi padre!
-¡Petrificus Totalus! –gritó Hermione, deteniendo efectivamente a uno de los Harry.
-¡Harry!
-¡Qué está pasando aquí! –la voz de Ron se unió a las demás.
Hermione sabía que no tenía otra opción. Si los Harry no habían cambiado sus posiciones, entonces aquél que estaba petrificado no era el que había llegado con ella. Tenía que sacarlos de ahí en ese momento, quizás aturdirlos a todos, por Merlín, se iban a volver todos locos.
-Petrificus Totalus –el nuevo hechizo dio de lleno en Pettigrew.
Ambas Hermione se quedaron mirando fijamente, ambas con la varita en mano.
-¿Quién eres tú?
-Soy un gran, gran, gran accidente. Pero tienes que escucharme. ¡Alguien tiene que encontrar a Pettigrew! Y Sirius, ¡los dementores! Si Harry no está ahí para detenerlos le darán el beso.
-¿De qué estás hablando?
Hermione sabía que era muy tarde. Habían alterado absolutamente todos los eventos de la noche. No sabía dónde estaba Sirius, al menos tenía a los dos Harry a la vista, pero ¿si la versión de ella y Harry que estaba escondida en el bosque con Buckbeak habían visto todo lo sucedido? No habría forma de explicar el caos de esa noche. Los creerían a todos locos, su palabra no sería tomada en cuenta, y si por suerte alguna atrapaban a Pettigrew, éste también podría decir que había visto a James Potter y a Harry. Estaban todos perdidos. ¡Cómo afectaría todo esto al futuro!
-¡Harry tenemos que irnos!
-Lo siento –le dijo una Hermione a la otra, mientras la petrificaba y la dejaba junto a Ron, que como no podía moverse, era el único que se había salvado de ser petrificado.
-¿Quién eres tú y qué estás haciendo aquí? –preguntó Ron mirando horrorizado a la otra Hermione.
Ella no respondió y tomó a Harry de un brazo para llevárselo a cualquier lugar que fuera más seguro que el actual.
-Hermione, yo lo siento tanto. No pude evitarlo, no podía dejar que se volviera a escapar frente a nuestros ojos.
-Cállate y corre, Harry.
-¡No dejes que escape, Ron! –gritó Harry antes de que algo más pudiera salir mal.
Se fueron corriendo lo más rápido que pudieron hacia el lago, donde si bien Harry ya no estaba, y eso era otro gran error en el tiempo, Sirius estaría siendo atacado por los dementores.
-¿Qué va a pasar ahora? –preguntó Harry casi sin aliento.
-¡No tengo idea! –Hermione estaba histérica-. Tú no estás ahí para ayudar a Sirius la primera vez que los atacan los dementores, y si tu otro tú no ha reaccionado rápido y ayudado a su padrino, entonces para ese entonces, todo lo que hemos hecho va a haber sido en vano, porque Sirius ya no va a tener alma.
-Eso es imposible, las cosas no fueron así la vez pasada.
-¡ESO ES PORQUE ESTA VEZ LO ARRUINASTE TODO! ¡No sólo te mostraste y yo también ante todos, sino que Pettigrew creyó ver a tu padre! Sirius está solo, no quiero ni pensar dónde estará el profesor Lupin y si es muy tarde para nosotros, no tenemos forma de asegurarnos que no pasaremos el resto de nuestras vidas internados y monitoreados por ¡LOCOS! Te dije que era peligroso, te dije lo que le había pasado a otros magos que jugaban con el tiempo. Hemos tenido suerte de no matarnos el uno al otro y eso únicamente porque estaban ocurriendo tantas cosas a la vez que no debimos haber tenido el tiempo necesario para pensar en ello.
Harry sentía ganas de vomitar. Todo lo que había descrito Hermione de pronto se volvía una realidad muy factible ante sus ojos. Él no quería arruinarlo todo, él sólo quería hacerle justicia a su padrino, quería ver su nombre limpio, quería poder ir a vivir con él, dejar a los Dursley, hacerle justicia a la memoria de sus padres.
-Snape –Harry se detuvo en seco.
-¿Qué dijiste, Harry? –preguntó Hermione, jadeando junto a él.
-¡Snape! Snape despertaba, fue él quien me movió a mí y a Sirius. Si yo no estoy ahí, quizás Snape deje que los dementores le den el beso a Sirius. Aunque haya visto a Pettigrew… Snape odia a Sirius. Puede decir que todo fue un accidente, ¡Snape puede dejar morir a mi padrino!
Sacando fuerzas de la flaqueza, Harry reanudó la carrera con más fuerza que antes. Debía llegar hasta Sirius, debía llegar a salvarlo. No permitiría que Snape le quitara a su padrino, no permitiría que los dementores se alimentaran del alma de un hombre inocente.
-¡NO PUEDES IR!
-Tengo que ayudarlo, Hermione. Tú misma dijiste que si pierde el alma todo lo que hemos hecho no va a servir de nada. Además, si quien debía venir en primer lugar no va a poder porque lo dejaste petrificado, entonces yo tomaré su lugar y el otro yo al otro lado del lago nunca sabrá que algo extraño sucedió. Simplemente nadie tiene que verte a ti.
Hermione no pudo decir nada contra la lógica aplastante de Harry, por lo que cruzando los dedos y rogando por un milagro que no acabara con todos ellos en una institución mental, lo siguió desde lejos, buscando donde esconderse.
Ahí estaba él, desmayado. Los dementores a su alrededor eran innumerables, de no haberlo vivido antes, Hermione hubiera pensado que Sirius ya estaba muerto.
-¡Harry, haz algo! –le gritó Hermione al ver como uno de los dementores sacaba una extremidad para tomar a Sirius de su túnica.
Harry, quien no había sido expuesto a los dementores, corrió en ayuda de su padrino. No volviendo a lograr su ciervo, pero sí una potente luz que formó una barrera entre Sirius Black, él y el resto de los dementores.
Hermione, desde su escondite, sacó el giratiempo de su cuello y observó la cantidad de arena que todavía quedaba en él. El ciervo plateado aún no llegaba, pero no debía faltar mucho tiempo para ello. Cuando las fuerzas de Harry comenzaban a flaquear por la exposición, la ayuda desde el otro lado del lago llegó a ellos. Ahora Hermione debía actuar, tenía que inutilizar a los otros dos que estaban escondidos tras la roca y luego sacar a Harry de ahí, para que así, Snape sólo encontrara a Sirius, ya que ellos debían estar aún petrificados con Ron y Pettigrew. No sabía cómo mantendría al hipogrifo tranquilo, pero luego se preocuparía de ese detalle.
Hermione se movió de manera sigilosa y en lo que había resultado ser lo más fácil de toda esa maldita noche, petrificó a la versión de ella y Harry que primero habían usado el giratiempo. Ahora todo estaba en orden. Los originales, fuera de peligro, los segundos, petrificados y escondidos, y los terceros, ella y Harry, tenían que desaparecer en ese momento. Hermione corrió de vuelta hacia donde estaba su amigo y el padrino de éste.
-Harry, tenemos que irnos de aquí ahora. Aún debemos buscar un lugar en el castillo donde poder escondernos para luego entrar en la enfermería y si dices que el profesor Snape va a—
Harry miró por encima del hombro a Hermione, pero no se quedó mucho rato observándola a ella, sino que sus ojos se abrieron como platos al entender la razón de su repentino silencio. Snape estaba a unos metros de ellos, pálido como un fantasma, su brazo totalmente extendido y con la varita en la mano que temblaba de manera notoria, pero sus ojos estaban fijos en Sirius, él y Hermione, que aún tenía en sus manos el giratiempo.
-¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí? ¿Por qué está Black en el suelo?
En ese momento, Hermione quiso que la tierra se abriera y se la tragara a ella y a Harry. ¡No bastaba con que Pettigrew, Ron y Harry original y Hermione original los hubieran visto en la catçastrofe que resultó al atrapar a la rata traidora, sino que ahora, Snape, la última persona que debía sospechar algo y claramente, el único con la autoridad suficiente de todos los implicados para hacer valer su palabra… estaba condenados. Ya no era sólo su sanidad mental la que estaba en juego. Oficialmente, habían destruido la línea del tiempo.
-Profesor, Sirius es inocente. ¡Usted vio a Pettigrew, él es el verdadero culpable!
-¡SILENCIO!- bramó Snape-. Acabo de enviar a Potter y a la señorita Granger a la enfermería junto a un muy alterado señor Weasley que aseguraba la existencia de clones, que había más de ustedes corriendo por el castillo. Pero en ningún momento vi a Pettigrew, quien quiere que seas. Ese hombre está muerto, muerto por la mano de aquél a quien proteges. Lo preguntaré una vez más ¿quiénes son y qué hacen aquí?
-Profesor Snape, lo que le estamos diciendo es la verdad, es Pettigrew el culpable. ¡Él es un animago, fue la rata de Ron todos estos años!
Un haz de luz roja golpeó a Hermione en el estómago, derribándola al suelo.
-No sé cómo lo ha hecho, pero su imitación de la señorita Granger era tan molesta como la original. Ahora, si no quieres morir en este mismo instante, soltarás tu varita.
Harry no tenía mucho tiempo para analizar lo que estaba pasando. Si Snape creía que él y Hermione eran algún tipo de fraudes, no había nada que él pudiera decir para convencerlo de lo contrario. Además, él decía que no había visto a Pettigrew. Si la rata había escapado nuevamente Harry no tenía tiempo que perder con Snape, debía deshacerse rápidamente de él. Ya no había peligro de dementores y si Snape actuaba como la vez pasada, entonces iría corriendo donde Fudge para mostrarle su captura del prisionero más peligroso de Azkaban. Lo que había que hacer era evidente, aunque muy doloroso.
-¡Expelliarmus! –gritó Harry en dirección a Snape.
Sabiendo que lo más seguro era que el profesor bloqueara su hechizo con suma facilidad, Harry se agachó junto a Hermione, de un tirón le quitó el giratiempo, sabía que lo iba a necesitar, y con la varita dirigida a Snape, esperó a que éste lo atacara.
Un haz de luz morado pasó muy cerca de la oreja de Harry, pero sus reflejos eran buenos y la adrenalina que corría por su cuerpo en ese momento le daba extra agilidad. Le volvió a tirar dos hechizos para desarmar a Snape, pero él las bloqueó con facilidad y con una sonrisa sardónica, le envió a Harry un haz de luz blanca. Incapaz de moverse a tiempo, Harry levantó el brazo que sostenía el giratiempo para cubrirse la cara. El hechizo dio contra el brazo de Harry y el giratiempo haciéndolo estallar en un montón de vidrio, arena y magia.
Inmediatamente, el suelo bajo los pies de Harry comenzó a moverse de forma violenta. No pudiendo mantenerse en pie, el chico cayó de rodillas, mientras la tierra bajo él se retorcía furiosa. No estaba seguro si era él quien se movía o todo el mundo a su alrededor. Quizás el hechizo que le mandara Snape fuera algún tipo de magia negra o al menos, algo que bordeaba bastante en ella. El espacio a su alrededor se iba condensando, el aire le faltaba y sentía como su piel poco a poco comenzaba a arder en llamas. Ya con esos síntomas, Harry estaba seguro de que el hechizo de Snape iba a matarlo. Primero el brazo que sostenía el giratiempo, luego parte del pecho, hacia el torso y siguiendo los cursos de sangre. La visión de Harry se hacía borrosa, miles de imágenes pasaban ante él con rapidez, se sentía mareado y sin aire. El fuego terminó de recorrer su cuerpo, el espacio se hacía cada vez más pequeño y luego la sensación ya familiar del funcionamiento del giratiempo, sólo que esta vez no veía como todo a su alrededor ocurría, sino que de alguna manera era él quien se movía. Estaba enfermo, vomitó o al menos eso creyó hacer. Se iba perdiendo, no tenía sensibilidad en las piernas, el dolor le estaba partiendo literalmente la cabeza y todo a su alrededor era una confusión de gigantescas proporciones.
El tiempo se detuvo a su alrededor, o quizás fue únicamente su conciencia que dejó de estar activa. Era ligero como el aire y aún así el peso del plomo lo llevaba hacia abajo. Después de mucho dolor, su mundo quedó en blanco, tal vez negro y puede que no fuera otra cosa que muchos colores destellando los unos contra los otros. Lo que fuera, Harry no se encontraba dentro de sí mismo. Suspendido, flotando, doliendo y mucho.
Continuará.
Puede que el título les dijera varias cosas, pero espero que estén listos para algunas sorpresas. Cualquier tipo de mensaje, bienvenido sea.
