Disclaimer: Los personajes pertenecen a SM, la historia es de LyricalKris, yo solo me adjudico la traducción, con el debido permiso de la autora.
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Capítulo beteado por Yanina Barboza, beta de Élite Fanfiction (www facebook com/ groups/ elite . fanfiction)
Zafrina Ibori era una mujer increíble. Bella estaba tratando de mantener su máscara de profesionalismo cuando, en realidad, estaba fangirleando* por dentro. Cuando Eric le había dado la entrevista, había estado tan emocionada que había saltado a sus brazos.
La mujer era una increíble artista y filántropa que había tenido una carrera diversa e interesante. A los sesenta y tres años, estaba siendo honrada con un premio a la trayectoria, un honor sobre el que ella bromeaba que resentía.
—¿Están bajo la impresión de que he terminado? ¿Que a los sesenta y tres, soy incapaz de producir mi obra más famosa?
Ella era más fácil de entrevistar de lo que Bella había esperado; amable y abierta mientras hablaban tomando café. Si no fuera por la grabadora verde brillante entre ellas, Bella podría haber creído que no era más que una salida con una amiga.
Esto, poder conocer gente como Zafrina, conocer incluso un pequeño pedazo de ellos, era una de las millones de razones por las que Bella amaba su trabajo.
Bella suspiró, mirando entre sus notas.
—Déjame ver aquí. Creo que estamos a punto de terminar —dijo, tratando de mantener oculta la punzada de decepción en su voz. Podría haber hablado con Zafrina para siempre, pero la entrevista tenía que terminar en algún momento.
Zafrina ladeó la cabeza, dándole a Bella una mirada de complicidad.
—¿En serio? ¿No se te olvida una pregunta?
Bella revisó entre sus notas de nuevo, con la esperanza de que no hubiera olvidado algún evento reciente.
—Estoy segura de que olvido un montón de preguntas —respondió con una pequeña risa, esperando no parecer demasiado nerviosa—. Estoy segura de que podría escribir toda una serie de libros sobre tu vida si llegara a hacerte todas las preguntas que tengo. Un solo artículo es casi una injusticia.
—Oh, me agradas. —Zafrina se rio y le dedicó una suave sonrisa—. ¿No vas a preguntar sobre mi vida amorosa? ¿No quieres ver mis tatuajes?
Era, en el ambiente del periodismo actual, una pregunta válida. Zafrina era una de las raras artistas en el ojo público. Más allá de eso, a lo largo de su vida, había sido vinculada con un número de personas de alto perfil y celebridades, incluyendo uno de los solteros más codiciados de Hollywood en el momento. A pesar de que esa particular relación había terminado casi dos décadas atrás, Bella sabía a ciencia cierta que a Zafrina todavía le preguntaban sobre la misma.
Se apretó la lengua contra el paladar, considerando sus palabras con cuidado. Sus opiniones sobre la cultura de las celebridades y lo que el público pensaba que debía saber de completos extraños —en particular las mujeres—, eran claras y vehementes. Ella quería mantener la compostura y ser profesional.
—Mientras que, por supuesto, daría la bienvenida a cualquier anécdota personal que desees compartir, encuentro ese tipo de preguntas personales invasivas y groseras. Tal vez si yo fuera una buena amiga tuya, tus relaciones serían de mi interés, pero no lo somos.
Zafrina se echó hacia atrás en su silla, mirando a Bella por un largo momento antes de estallar en una sonrisa.
—Impresionante, ¿verdad? Nuestra obsesión con estos tatuajes. Como artista, es mi instinto abrazar la belleza de la idea. Estos tatuajes son una prueba de que hemos amado, y bajo cualquier circunstancia, creo que la esencia del amor es ver las maravillas de otra persona. El amor es el concepto personal más intenso, una conexión mágica con otro ser humano.
»Sin embargo, nuestra tendencia como sociedad es que sea algo burdo. Realmente, ¿qué significa el amor? Algunos de nosotros nos enamoramos y desenamoramos con el viento. No debe haber nada de malo en ello, sin embargo, esas personas llevan sus tatuajes como letras escarlatas. Nosotros, como sociedad, vamos más allá de nosotros mismos tratando de juzgar la forma en que amamos.
Bella asintió con entusiasmo.
—Y no se limita sólo a la siempre presente aparición del tatuaje. Estoy segura de que estás consciente; he visto innumerables artículos sobre las joyas que llevas, el posible significado de ciertas piezas que usas repetidamente. Eso es una locura.
Zafrina echó la cabeza hacia atrás y rio.
—Oh, sí. Estoy muy consciente. —Ella se inclinó sobre la mesa, sosteniendo su taza de café entre sus manos—. Sin embargo, los tatuajes tienen prioridad. Son una prueba fehaciente de amor, todo lo que alguien piensa que eso significa. ¿Sabes que ha habido personas que tratan de levantar mi camisa, falda, en busca de mis tatuajes?
Bella negó con la cabeza.
—Eso es terrible.
—Sí. Cada vez que estaba con alguien nuevo, esa era la única pregunta. ¿Tengo su tatuaje? Como si el tatuaje hiciera mi relación con esa persona más válida, importante o real. Es mi vida. Te aseguro que todas mis relaciones son reales.
Zafrina se inclinó de nuevo, sus ojos fijos en Bella.
—¿Quieres la respuesta a la pregunta más frecuente? Sí, por supuesto, tengo su tatuaje.
El corazón de Bella dio un vuelco a pesar de sí misma. Por mucho que honesta y verdaderamente creyera que la vida personal de Zafrina y sus relaciones eran solo asunto de ella, también era consciente de que lo que la mujer le había dado era una gran noticia. Ella estaba hablando de su más famosa relación. Le acababa de dar a Bella la respuesta a la pregunta que todos los que se interesaban en las celebridades querían saber, y a juzgar por la mirada traviesa en sus ojos, ella sabía exactamente lo que había hecho.
Ella se rio y puso su mano sobre la de Bella.
—Está bien. Te lo digo porque quiero. La mayoría de los reporteros, quieren lo jugoso, la historia que vende. El hecho de que siempre seré más conocida por mis relaciones que por mi trabajo es algo que a regañadientes he aceptado. Tal vez me estoy haciendo ingenua en mi vejez, pero creo que eres honesta en tus objetivos. Creo que lo entiendes. Nunca me conocerás. A puertas cerradas, puedo ser la persona más horrible en el planeta. Podría regañar a mi marido. Podría patear a mi perro. Nunca lo sabrás.
»Por lo que me admiras es por mi trabajo. Eso es todo lo que sabes, porque de eso es todo lo que tienes pruebas. Creo que entiendes eso, por lo que no importa decirte que sí, tengo su tatuaje. Lo que significa que, sí, mi amor por él fue real, a pesar del hecho de que, sí, rompí su corazón. Nunca sabrás cómo fue nuestra relación, lo que él era detrás de puertas cerradas. Es fácil para nosotros imaginar a estas celebridades como personas sin defectos, pero ese no es el caso. Lo cual no quiere decir que él es una persona horrible. No lo es en absoluto. Había una razón por la cual lo amaba, después de todo. Pero esa razón, el amor en sí, no es mágico. La prueba de ese amor es parte de mí, está escrito en mi piel, y no me arrepiento de eso. Tampoco voy a pedir disculpas por el hecho de que amarlo no fue suficiente para prometer una vida feliz.
—Sí. Entiendo eso, créeme —dijo Bella—. Yo crecí con una madre que no se enamoraba tan a menudo, pero sí sucedió un par de veces. Sin embargo, una vez, ella se enamoró de un hombre abusivo. Y después de eso, se conocía suficientemente bien como para saber que no era del tipo de sentar cabeza. Sin embargo, todavía se enamoró.
—Imagina eso. Ella todavía es capaz de amar a pesar de que no tiene interés en una relación a largo plazo. Y estaría dispuesta a apostar que un montón de gente encuentra algo malo en eso.
Bella resopló.
—Oh, por supuesto. Aunque, como se vio después, mi madre no fue el ejemplo perfecto de alguien que podría encontrar el amor sin compromiso. Ella ha estado felizmente casada desde hace mucho tiempo.
—Con una persona que supongo que no sólo amaba, pero encajaba con su estilo de vida.
—Exactamente.
Zafrina sonrió y asintió con la cabeza.
—¿Sabes por qué es esto, en mi opinión? Es porque nos vemos atrapados en la magia y el misticismo de esos tatuajes, del amor. Y lo que la gente no entiende es que el amor no es todo lo que se necesita, tampoco es la cosa más importante que necesitamos. Al menos, no esa clase de amor; la clase que los tatuajes representan. La clase de amor de "estar enamorados".
»Eso no quiere decir que el amor no sea grandioso. Oh, la historia de la gloria del amor. —Zafrina rio irónicamente—. Es una cosa hermosa y devastadora, ¿no es así? Las altas y bajas. La alegría extrema, siempre unida al hecho de que estas personas, estas personas perfectamente imperfectas, defectuosas, tienen el poder de hacernos daño en formas desgarradoras. El amor es todo lo que la gente dice que es. Una montaña rusa. Lo máximo en las altas. Las bajas tan horribles que, durante horas, días, o años, consideras la opción de que la muerte podría ser preferible.
»Cariño, ¿quién tiene tiempo para eso? —Zafrina se rio de nuevo, esta vez más ruidosa—. Me encanta estar enamorada. Lo hago. Es fantástico, pero también es desgastante y agotador. Pierdo de vista tantas otras cosas cuando estoy enamorada, y tengo cosas más importantes que hacer. Hay mucho más que quiero lograr. ¿Te gustaría conocer otro terrible secreto mío?
—Si digo que no, sabrías que estoy mintiendo —dijo Bella con una sonrisa.
—Ja. Sí. He aquí mi secreto. ¿Mi marido? ¿El único de mis amantes a quien he prometido amar, honrar, y atesorar hasta que el amor nos separe? No tengo su tatuaje y él no tiene el mío.
Bella parpadeó, aturdida.
Zafrina rio.
—Lo sé. Es difícil de concebir, ¿verdad? Oh, yo lo amo, y él me ama. Pero es este amor constante y tranquilo. La amistad y el compañerismo. Es cierto, no consigo las altas, la adrenalina de estar enamorada, pero prefiero esto. Extiendo mi pasión a través de muchas cosas, y no soy menos feliz por ello. De hecho, a menudo hay más paz en mi vida que cuando he estado locamente enamorada. Mi matrimonio es muy feliz y cálido. Nuestras vidas encajan, y eso me hace más feliz que cualquiera de los tatuajes que me voy a llevar a la tumba.
Durante mucho tiempo ninguna de las dos habló. Bella tomó un sorbo de café tibio, procesando las palabras y sabiduría de Zafrina. Seguramente debería tener algún tipo de seguimiento, pero no estaba al tope de su juego como habría estado normalmente.
Zafrina le acarició la mano.
—Bueno, querida. Tienes todos mis secretos ahora. ¿No tienes que volver a la oficina?
—Oh sí. —Bella se aclaró la garganta, enfocándose nuevamente—. Escucha, no puedo explicarte el gran honor que ha sido hablar contigo. Me siento honrada de que fueras tan abierta y honesta. No te preocupes. Voy a mantener tu privacidad.
—Mi querida, no vas a hacer tal cosa —amonestó Zafrina, su tono serio, pero sus ojos brillantes—. Di esta entrevista por voluntad propia, y soy muy consciente de cada palabra que he dicho. Utilízalas.
—Pero... esta es tu vida privada. Tu vida personal —indicó Bella, completamente en shock—. Nunca has hablado acerca de tus relaciones personales.
La mujer se encogió de hombros.
—Como lo hemos hablado, no importan mis logros, el público en general siempre estará más interesado por los tatuajes que tengo y lo que piensan que eso significa en términos en que me pueden juzgar. Una de las ventajas de tener mi edad es que, usando una de mis expresiones favoritas de tu generación, me importa una mierda. No me avergüenzo de lo que soy, a quién he amado, a quién no he amado, y los errores que he cometido a lo largo del camino. Todos hemos cometido errores. Todos hemos causado angustia y daño a las personas que hemos amado. Cada uno de nosotros. He aprendido. He crecido. Me gusta la persona que soy.
Su sonrisa se suavizó mientras miraba a Bella.
—No soy ajena a lo que sucederá si publicas lo que te he dicho. Eres una mujer muy joven, Bella. Y con talento. Oh, sí —dijo, señalando a la expresión del rostro de Bella—. He leído algo de tu trabajo. No voy a hablar con algún reportero a menos que haya leído su trabajo. Eric lo sabía. Aprendí hace mucho tiempo que el talento existe en abundancia. Sin embargo, es la perseverancia, habilidad, y la pura suerte lo que impulsa a las personas en sus carreras.
»Por lo tanto, hoy es tu día de suerte. Has dicho todo lo correcto, e hiciste a una anciana creer que eres exactamente lo que necesita el periodismo en estos días de sensacionalismo y juicios. Tienes el talento para contar mi historia de la manera que quiero contarla. Por lo tanto, cuéntala. Necesitamos más voces como la tuya en esta industria.
»La mejor de las suertes, Bella. Que tu carrera sea tan larga y maravillosa como la mía.
~ 0 ~
—Bueno, ya está hecho —dijo Bella.
Edward, que había estado sentado frente a ella, sus pies sobre su escritorio mientras hojeaba una revista de arquitectura, se puso de pie al instante. Rodeó la mesa para llegar a ella. La tomó de la mano, guiándola a ponerse en pie, y se sentó en su silla. Tiró de ella hacia abajo sobre su regazo y buscó el mouse, desplazándose a la parte superior del artículo.
Mientras leía, Bella apoyó la cabeza en su hombro, respirando el olor de él. Estaba, como siempre, nerviosa. Por supuesto, ella quería que él disfrutara de su artículo, y siempre estaba la duda, preguntándose si lo había hecho bien. Pero más allá de eso, ella amaba esta parte.
Siempre que tenía una fecha límite que cumplir y que la mantenía en la oficina tarde, Edward tendía a seguirle el paso. Nunca la molestaba, sentado frente a ella y haciendo sus propias cosas hasta que terminaba. Bella siempre encontraba su presencia calmante, pero era esta parte la que amaba.
Le encantaba la forma en que siempre estaba ansioso por ser la primera persona en leer su trabajo. Le encantaba bajar de la adrenalina de la escritura descansando en sus brazos así. Le encantaba cómo él mantenía una mano en el mouse mientras que con la otra le acariciaba la espalda. Le encantaba que podía sentir la vibración de sus gruñidos y risas mientras leía.
Bella amaba a este hombre con una intensidad que la estremecía cada vez.
—Esto es muy bueno, Bella —señaló Edward cuando terminó. La besó en la frente—. De verdad, honestamente estupendo. No sabía mucho sobre Zafrina antes de leer este artículo, pero la has hecho parecer tan fascinante.
—Ella es fascinante —explicó Bella—. Fácilmente una de las primeras veinte mujeres de todos los tiempos que admiro.
—Se muestra tu pasión. —Sus dedos se cerraron en su pelo mientras hablaba, y su sonrisa era de adoración cuando la miraba—. Tienes un don, amor. La forma en que me haces ver la esencia de una persona o de una situación, me encanta eso de tu trabajo.
Calor se expandió a través de Bella, e inclinó la cabeza, invitándolo a un beso. Él cumplió, acunando su mejilla mientras la besaba suave y lento.
—Estoy muy orgulloso de ti —dijo, las palabras retumbando contra sus labios—. Esto va a ser maravilloso.
—Sí —concordó Bella, agachando la cabeza y mirando a otro lado.
—¿Qué pasa?
Bella hizo una mueca.
—Sé que esto era lo que quería Zafrina, pero no me gusta el hecho de que esto podría dar a conocer mi nombre. —Apretó los labios, luchando contra la insatisfacción—. No todas las otras cosas en el artículo. No sobre su arte, la forma en que ella es capaz de capturar las almas de las personas y ciudades. No sobre su trabajo, lo que ha hecho para las personas necesitadas. Nadie se preocupa por todo eso. Voy a ser la reportera que consiguió que Zafrina Ibori hablara sobre sus tatuajes.
—Hmm. —Edward pasó la punta de la nariz a lo largo de su pómulo—. Me imagino que así de frustrada es como Zafrina se siente. Lo que dijo sobre el hecho de que siempre será más bien conocida por romper el corazón de un famoso actor de lo que será por lo que hizo por el mundo. Su arte. Su trabajo de caridad. —Le dio un beso en la comisura de la boca—. Sin embargo, su trabajo es obviamente apreciado. Está recibiendo este premio. Hay mucha gente como tú que aprecia lo bueno que ha hecho, la belleza que ha traído. Tu artículo le ayudará a otros a ver eso en ella, también. Y, lo más importante para mí, ayudará a la gente a verte a ti.
»Así que tal vez serás más conocida por ser esa periodista que consiguió que Zafrina contara los secretos de varias décadas. Lo que importa es la gente que verá más. Los que recordarán todo lo que has dicho sobre Zafrina. Los que estarán tan impresionados como lo estoy yo por la forma en que traes a la vida a una persona. Toma la oportunidad, Bella. Te lo mereces, ya sea que lo hayas conseguido de la forma que esperabas o no.
Bella sonrió y enlazó sus brazos alrededor de su cuello.
—¿De verdad crees que es un buen artículo?
—Uno de tus mejores. Empatado en el primer lugar con esa historia que hiciste sobre el tipo que se quedó atascado en el traje del conejito de Pascua.
Ella se rio y le golpeó el pecho. Él le agarró la mano y la besó.
—Ahora vamos —dijo, su voz baja y ronca—. Envía la maldita cosa a tu editor para que pueda sacarte de aquí. Quiero cogerte antes de que decidas que una periodista ganadora del premio Pulitzer no debe ser vista con alguien como yo.
—Eres ridículo —respondió ella, poniéndose de pie.
Él se levantó, envolviendo un brazo alrededor de su cintura.
—¿En qué te convierte eso por enamorarte de mí?
Ella suspiró.
—Una boba —bromeó, inclinándose para enviar el artículo y apagar la computadora.
En las primeras horas de la mañana, mucho después de que Edward se quedara dormido, con un brazo tirado al azar alrededor de su torso desnudo, Bella permaneció despierta. No podía dejar de pensar en todo lo que Zafrina había dicho sobre el amor, del tipo de enamorarse. De lo que los tatuajes estaban hechos.
Todo lo consume, había dicho Zafrina. Pierdo de vista tantas otras cosas cuando estoy enamorada, y tengo cosas más importantes que hacer.
Bella miró a Edward. Le pasó los dedos por el pelo, llena como siempre estaba con calor, ternura y pasión. Consumida por amor. Buen Dios, entendía el sentimiento de Zafrina. Gran parte de su vida estaba envuelta en este bello hombre.
Teniendo en cuenta la cantidad de pasión, deseos y necesidades que recaían en otra parte, Bella no podía dejar de preocuparse. Después de todo, las mujeres a las que más admiraba, Zafrina y Tanya la ex esposa de Edward entre ellas, tendían a poner al amor de segundo. ¿Qué decía eso de ella?
¿Qué decía eso sobre su futuro con este hombre maravilloso?
*Fangirleando: No encontré una traducción que le diera sentido a la palabra, por eso la dejé así. Pero les dejo la descripción de lo que es fangirling: la reacción que tiene una fan a cualquier mención o avistamiento del objeto de su "afecto". Estas reacciones incluyen dificultad para respirar, desmayos, ruidos elevados, temblores, sacudidas de cabeza feroces, como si estuvieran en medio de una convulsión, bragas mojadas, etc. Eso es parte de lo que Bella está sintiendo al estar sentada frente a una de las personas que ella más admira, y poder entrevistarla.
Lo prometido es deuda, y aquí tienen el primer capítulo de la secuela de Marked. Las actualizaciones serán los sábados.
Ya saben que en el grupo compartimos adelantos, actualizaciones e información sobre nuevos proyectos. Pueden acceder desde mi perfil, o aquí les dejo el link (recuerden eliminar los espacios): www facebook com/ groups/ la traductora malvada
Nos leemos en la próxima actualización.
Sarai.
