Y luego de 10 meses, vuelvo a este maravilloso lugar.
Es el primer Fic de KagePro que publico, y me he decidido por algo corto. Espero que luego de esto no me agarre miedo de publicar otros.
• Ni Kagerou Project ni la imagen de portada me pertenece •
Una vez más
Comienzo a pensar que todo está perdido. Puedo ver aquella oscuridad acercándose. No tengo deseos de pelear, pero algo me dice que de todas formas voy a ganar. Escuché que la esperanza es difícil de encontrar. Yo no le veo sentido a esto, pero supongo que todo se reiniciará una vez más.
Puedo verme apuntar el arma nuevamente a aquella que oculta la mirada, ¿acaso nuevamente voy a querer volver a empezar? Claro, ver sus caras de horror, hundidos en la desesperación, deseando que todo esto termine y que sus sueños se hagan realidad, es divertido.
Gritos. Aquellos gritos de la Reina que tanto pide estar con sus amigos por toda la eternidad. La bala retumbando contra el cráneo de aquella que tanto deseaba desaparecer en un pasado. Y como no, en unos segundos escucharé los gritos desgarrados de los demás, y los pasos del muchacho que se esconde bajo sus máscaras, engañando miradas. Puedo ver en sus ojos cómo desea terminarme por haber matado a la única hermana que tiene en este mundo.
Disparo de nuevo, esta vez en el pecho de aquel ser que tanto quería pasar desapercibido las marcas que su madre le había dejado. Y ahora, se acerca el chico que puede leer los pensamiento de los demás, aquel que aún no se da cuenta del error que cometió al encontrar a la pequeña Reina.
Me gusta esta parte, más que nada por querer siempre dejar a ese muchacho para el final, así la pequeña medusa ve cómo aquel humano, que tanto ama, sufre por también ver como cada uno muere.
Observo como el de cabello negro se pone enfrente de la que cautiva la mirada, creyendo poder protegerla. La voz que sale de ese detestable aparato grita el nombre de aquel ser que tanto amó antes de convertirse en lo que ahora ve.
Así, hundidos en la desesperación, apuntando al solitario chico que no puede aguantar ni un segundo sin su computadora, agarrando al que roba la mirada del cuello. Y como no, el pequeño que puede ver a través de los objetos, rompiendo aquel orgullo de niño fuerte, ahora llorándole al cielo el porqué de esta tragedia, abrazado al cuerpo de la primera víctima.
Decido apuntar el arma hacia el aparato que sostiene el mayor de los dos hermanos presentes. Así, en cuestión de segundos, aquella chillante voz de ese ser de coletas azules, se termina, dando paso a los ojos horrorizados de su amo. Aquel móvil insignificante se hallaba destruido en el suelo, difícil se me hace esconder la sonrisa de satisfacción que me había provocado aquello.
Y ahora la escena más placentera: los únicos vivos rindiéndose, cayendo al suelo de rodillas, aceptando su final. Y, cómo no, antes de poder dispararles, la pequeña medusa comienza a gritar que quiere a sus amigos vivos, que hubiera deseado que jamás esto pasara y, apareciendo nuevamente, como en todos los bucles que se han creado, su cabello se corta y comienza a flotar, mientras las escenas finales se repetían una vez más y así, el mundo se volvió negro otra vez.
Volvió a reiniciar el tiempo, Reina. Nos veremos otra vez en otra horrible tragedia.
