Hola, posible lector :D
Bueno...estaes mi primera historia aquí, así que estoy muy nerviosa .w.!
Deben saber que, probablemente, continue, y que, absolutamente, tendrá shonen ai (:
Este capítulo, al menos, está centrado en Abe. así que todo va desde su perspectiva, o eso intenté .w.
No tengo mucho más que decir.
Gracias por darle una oportunidad!
Disclaimer: Oofuri, ni sus personajes, me pertenecen. Son propiedad de la gran Higuchi-san (L)
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Era un día soleado, hacía buen tiempo. De vez en cuando podía apreciarse una ligera brisa, el cielo estaba despejado.
El ambiente no era tenso, pero tampoco era muy cómodo. Era el primer día (y de seguro, el último) en que la entrenadora iría a 'reclutar' miembros. Se hallaba de pie, en ninguna parte en particular, sólo observaba a sus posibles compañeros, que iban llegando uno a uno acompañados de la entrenadora. Ya había alrededor de seis personas, además de él. ‹‹Aún no llega ningún pitcher…necesitamos al menos a uno. Cualquiera servirá para empezar.›› pensó ajustando su gorra. Entonces, volvió a aparecer la mujer, esta vez arrastrando, literalmente, a otro chico.
−¿Cuál es tu nombre? –preguntó emocionada, una vez dentro del campo.
−Mi-Mihashi…− respondió, aparentemente nervioso.
−¿Qué posición juegas?
−Pi-pitcher…
−¡Oh! ¡Ya tenemos pitcher! –canturreó satisfecha.
‹‹¿Él? No luce como un pitcher. Es muy delgado, además parece demasiado tímido….bueno, supongo que eso puede ser porque es su primer día aquí.›› pensó sin mucha confianza mientras le observaba de pies a cabeza. Era más bajo que él, su piel lucía pálida, su cabello era de un castaño claro que casi limitaba con lo rojizo; sus ojos, color miel…lo que tendía a exasperarlo, de momento, era el nerviosismo que transmitía. Su postura, su expresión y su actitud se veían demasiado inseguras. ‹‹Es su primer día.›› se reafirmó mentalmente.
−Sólo tenemos gente de primer año – continuó explicando −, el equipo de béisbol se formó a penas este año. Soy una graduada de la generación de softbol, Momoe Maria, la entrenadora. – Hablaba con emoción implícita, y sin borrar su amigable sonrisa.
Seguía comentándole la situación al recién llegado. Él había sido uno de los primeros interesados en apoyar la iniciativa de la entrenadora. Quería jugar béisbol, y esperaba que, esta vez, fuese más agradable que en sus años anteriores. Sentía algo de escalofríos con sólo recordar a su pitcher anterior. ‹‹Espero que él sea diferente.›› se dijo a sí mismo.
−Vamos a asignar las demás posiciones. – dijo con una pequeña libreta en sus manos, dirigiéndose a todo el grupo, que comenzó a acercarse en torno a ella. – Después del pitcher, que será Mihashi-kun, tenemos al cátcher, Abe-kun ¿no? –preguntó en tono amable.
−Sí− habló sonriendo de la forma más natural que pudo. Eran los primeros días, y debía intentar ser lo más amable posible.
−En segunda base, Sakaeguchi-kun.
−¡Sí! –respondió el aludido, en tono muy alegre.
−Los dos han venido a entrenar desde mediados de vacaciones. Ya que son los mayores, enséñenle al resto cómo funcionan las cosas – Ambos asintieron sonriendo amablemente.
−Entonces…los otros jugados son…
−¡Aquí, aquí! ¡Soy Tajima! – gritó con euforia otro de los presentes.
−¿Tajima? −pensó, en voz alta, algo confundido.
−¡Soy tercer o cuarto bateador! – agregó señalándose a sí mismo, sin deshacer la alegría en su voz.
−Yo también lo era. Pero no tengo intención de unirme a este club. –habló otra persona.
−¿¡Eh!? Esto…¿Hanai-kun, verdad? – preguntó la entrenadora, yendo directamente frente a él. −¿Por qué?
−Porque el entrenador es una mujer. –dijo sin inmutarse, causando que todos los presentes se sobresaltaran. – Es absurdo, ¿no lo creen? –habló con seriedad.
El cátcher rió para sus adentros, sintiendo algo de lástima por su posible compañero. Y sólo se limitó a observar lo que vendría a continuación. ‹‹Tiene el bate a mano.›› observó. Caminó despacio hasta las bancas mientras la entrenadora rebotaba la bola contra el bate con absoluto control. Buscó un guante, y volvió con el grupo, pasando inadvertido. Por varios segundos sólo se oyó el ruido propio del rebote contra el bate.
−¡Woo! ¡También quiero hacerlo! – gritó Tajima, entre impresionado y emocionado.
En instantes se oyó el fuerte batazo que había enviado lejos a la bola, en perfectos noventa grados. Todos miraban impresionados, pues, como es sabido, ello es una gran hazaña, que requiere del más exquisito control. Tardó unos segundos en caer, directo a su mano. Tal vez era muy simple, pero sentir que la bola golpea el guante, era una de las sensaciones que más disfrutaba.
−¡Buena atrapada! – alabó con dulzura en su voz. Pronto se oyeron algunos aplausos, entre comentarios de ovación y sorpresa por la habilidad de la pelicastaña. −¡Cierto! – exclamó, como si hubiese recordado algo. − ¡Hay zumo! – dijo emocionada. Fue hasta la banca, donde había un saco lleno de pomelos. Tenía la intención de dejar más que claro que era perfectamente competente, en todos los sentidos, para entrenar a un equipo.
Suspiró y vio divertido las reacciones de los demás mientras su entrenadora hacía zumo. Esperaba algo como eso viniendo de ella.
Pero debía concentrarse en otra cosa. Si había un pitcher, lo primero sería ver qué tipo de lanzamientos hacía. Dudó por un momento, pero luego se acercó hasta él.
−Mihashi…-kun−llamó pausadamente, pensando que lo mejor sería ser cortés y amigable. Aún así, al ver que lo llamaban, el de tez clara se sobresaltó notoriamente, y volteó asustado. −¿Por qué no lanzas un poco? –propuso, aún con la bola en su mano. El muchacho la vio con terror en sus ojos. Pasaron unos cuantos segundos antes de que obtuviera algún tipo de respuesta.
−..Y-yo…me….retiro. –dijo con volumen bajo. Sin embargo, no pasó desapercibido para nadie. Pronto, sus ojos se llenaron de lágrimas; los cerró sus ojos con fuerza y soltó varios sollozos, siendo ahora, el centro de atención del equipo, en especial de Abe.
‹‹¿Está…llorando?...Esto es repentino…›› pensó sorprendido. ‹‹¿Acaso es mi culpa?›› pensó alarmado. ‹‹No…no he hecho nada malo ¡Apenas le dije un par de palabras!›› se dijo, auto convenciéndose. −¿Dije algo como para que se ponga así? –preguntó al aire, sintiéndose algo culpable.
−N-no es eso. – dijo el ojimiel, aún con los ojos cerrados. –No tiene caso que sea el pitcher.
−¿Por qué? –preguntó, sin entender.
−Porque…−respondió, pasando su antebrazo por sus ojos para limpiar todo rastro de lágrimas −…mis tiros…son lentos…− dijo apesadumbrado.
−Tampoco es que espere tiros de un profesional, pero… ¿eras suplente? –preguntó. El otro negó con la cabeza, sin dirigirle la mirada. – Entonces ¿titular? ¿En qué escuela?
−Mi…Mihoshi. –musitó.
−¿Mihoshi? – repitió –No la conozco ¿y tú? –preguntó volteando hacia Sakaeguchi.
−No, para nada…
−¿No será la academia Gunma Mihoshi? –intervino el profesor a cargo, que hasta ahora, había estado en las bancas. Y el joven asintió.
−Así que eres de Gunma ¿no? – dijo, sin desistir de la conversación. Sin embargo, Mihashi parecía abrumado, y aquello no mejoró con todas las preguntas, ansiosas, de sus posibles compañeros de equipo. "¡Pero eso está muy lejos!", "Woo, es genial!", "Entonces, ¿por qué elegiste Saitama?", "¿Vienes de intercambio?", y cosas por el estilo.
−¡Cállense! –se oyó de pronto. Hanai se oía molesto. –Eras el as de tu equipo ¿no? ¿El mejor de todos? –espetó, dirigiéndose al pitcher. –Deja de ser tan modesto.
−Te…te equivocas. –tartamudeó.
−¡No lo hago! –volvió a espetar con molestia.
−Cu-cuando estaba ahí….era …el as…p-por un favor. – explicó con tristeza.
−¿Un favor? –cuestionó Hanai, algo más relajado, aunque confundido.
−¡Qué genial es ser el as! –exclamó Tajima –Si me lo pidieran de favor ¡aceptaría sin dudarlo!
−¿De qué estás hablando? –preguntó el cátcher.
−P-porque …e-esa escuela…es de mi abuelo−explicó, colocándose en cuclillas y abrazando sus rodillas y ocultando su rostro en ellas, ante las exclamaciones de todos.
−¿Eras el as del equipo porque eres el nieto del dueño? –dijo cruzándose de brazos. –Qué asco de entrenador debiste tener…
−N-no fue culpa del entrenador…−habló en un sollozo− Sabía que…debí haber re…nunciado…Aún así…n-nunca quise…dejar el montículo…en tres años…−agregó. Las lágrimas volvían a agolparse en sus ojos. –Por mi culpa…n-nadie pudo….disfrutar del béisbol…Por mi culpa…perdíamos…−levantó su rostro, pero su mirada seguía perdida en algún punto del suelo. – Por mi culpa…todos terminaron…odiando el béisbol…
−Vaya que eres molesto− soltó resignado, interrumpiéndolo. –Nadie espera que te bajes del montículo, eso es lo esencial para cualquier pitcher. – explicó.
¿Estaba diciendo que estuvo mal porque siempre quiso lanzar? Desconocía muchos detalles sobre la situación…pero le parecía, casi, risorio si lo comparaba con Haruna. ‹‹Él era un pitcher que no valía la pena.›› pensó con molestia. Bajó la vista hacia el joven castaño y sonrió ligeramente.
−P-pero…
−Es por eso que creo que eres un tonto molesto –dijo con algo de severidad−, pero, como pitcher, me gustas.
−Yo…¿te gusto? –murmuró por lo bajo conteniendo el aliento.
‹‹Eso dije, pero…›› pensó al oírle. ‹‹Tal vez debí haber escogido otras palabras.›› De pronto, la imagen de Haruna llegó hasta su mente. ‹‹No. Lo mejor es ser claro desde el comienzo. Además, si lo que dice es cierto, puede que no sea duro trabajar con él.››
−L-lo siento. –volvió a habar el ojimiel, incorporándose frente a él. –Haré unos…lanzamientos. – E ojigris sonrió ante dicha afirmación. –P-pero…te defraudaré…así q-que…me disculpo de antemano….− dijo, antes de ir a prepararse para lanzar.
Le vio con detenimiento, sin saber exactamente cómo debía sentirse. ‹‹Todos los pitchers son raros después de todo.›› Fue a alistarse también, y en breve vio al muchacho sobre el montículo, viendo sus propios pies, como si estuviese confirmando la estabilidad bajo ellos. –Durante las vacaciones hemos estado trabajando en el terreno. –comentó una vez que estuvo cerca suyo. –Pero aún no hemos llegado al outfield…− agregó. –Mientras pensaba en qué tipo de pitcher llegaría, recogí tierra para el montículo. ¿Qué te parece?
−Está bien…−respondió, sin dejar de mirar sus pies.
−Hace tiempo que no lanzas, ¿no? No te excedas. –dijo amablemente mientras le entregaba la bola.
−He estado lanzando…
−¿Has practicado por tu cuenta? Qué bien. –elogió sin malicia. Sin embargo, un notorio escalofrío recorrió al otro de pies a cabeza. ‹‹¿Acaso lo estaré presionando? ….vaya que es difícil de tratar.››
−N-no creo q-que pueda lanzar como esperas….−lloriqueó temblando.
−No espero nada en particular, sólo lanza como prefieras. –respondió. Empezaba a perder la paciencia. ‹‹Dice que sus tiros son lentos, y tiene muy poca confianza.›› pensó mientras se ponía en posición. ‹‹… ahora veremos de qué estás hecho.››
Se prepara, lanza, y…
‹‹Viene abajo.›› pensó. Pues eso había visto, o eso parecía, sin embargo, la bola había llegado directo al guante, sin que tuviese que moverlo ni un milímetro. Le tomó un par de segundos asociar a qué podría deberse eso. −¡Muy lenta! –gritó. Sin estar seguro de qué otra observación hacer. Necesitaba confirmar varias cosas aún. −¡Mihashi! –llamó, y lanzó la bola hacia él, que, al parecer, ya se sentía resignado. Asintió ante la mirada confundida y nerviosa, dándole a entender que podrían continuar.
Esta vez, su guante estaba inclinado, ligeramente, hacia la izquierda, a pesar de que pasaba desapercibido para todos. O esa era la idea, mas no fue un hecho inadvertido para el pitcher.
Se prepara, lanza… ¡y nuevamente da justo en el guante!
‹‹¿Otra vez? …puede que sea coincidencia.›› pensó reacio.
Así estuvieron alrededor de diez minutos. Abe hacía 'pruebas' para comprobar si era pura suerte, o si estaba frente a un pitcher con un control magnánimo.
‹‹No hay duda. ¡Esto podría ser demasiado bueno!›› pensó emocionándose. Se puso de pie tras recibir el último tiro y fue hasta el montículo. −¡Mihashi! –gritó, sin ser consciente de ello. −¿¡T-tienes tiros especiales!? –soltó, prácticamente, deslumbrado ante las innumerables posibilidades de jugadas que pasaban por su mente.
−..¿Eh? –musitó asustado.
−¿Así que no tienes ningún tiro especial? –dijo Hanai, con algo de molestia y desinterés.
−¡L-los tengo! –rebatió por instinto.
−¿¡Cuáles son!? –volvió a hablar el cátcher, aún emocionado.
−A-algo así…probablemente, una curva…p-probablemente…una con efecto….y…supuestamente….u-una deslizante. –murmuraba mientras trazaba distintas trayectorias en el aire.
−¿"Probablemente" y "supuestamente"? ¿Alguna vez has tenido algún tipo de entrenamiento? –preguntó, recibiendo una negación como respuesta. –Ya veo…−dijo llevando una mano hasta su barbilla. ‹‹Eso explica el hecho de que 'no sepa lanzar'. Pero, su control lo compensa totalmente…hasta podemos sacar ventaja de esto.›› pensó, sintiendo gran admiración hacia el ojimiel. –Mihashi, decidamos las señas. –propuso. El aludido tembló hecho un manojo de nervios, que esta vez, decidió ignorar. –Hanai.
−¿Qué?
−¿Podrías ponerte en el cuadro del bateador?
−No, paso. –respondió. Mantenía una actitud desinteresada y algo presuntuosa, con ambas manos tras su nuca. –Lo siento, pero no pretendo unirme. –agregó y dio media vuelta, dispuesto a irse en ese mismo momento.
−¿Solías ser el cuarto bateador, cierto? –dijo con ínfima sorna en su voz. –Hagamos un desafío de tres outs. –propuso con confianza. El más alto se detuvo y le vio con recelo.
−…¿un desafío? –repitió. Se formó una pequeña tensión en el ambiente, que en breve, rompería un hiperactivo pelinegro.
−¡Yo lo hago! ¡También era cuarto bateador! –vociferaba con entusiasmo mientras alzaba su diestra.
−Tajima, tú lo harás otro día ¿sí?
−¿¡Eh!? ¡Por qué! –reclamó molesto.
‹‹Él es peligroso. Es raro ver a un bateador estrella de un equipo tan reconocido…aún no entiendo qué hace aquí.›› pensó recordando haberlo visto jugar en secundaria. ‹‹De momento, haré que Mihashi elimine a Hanai, que parece bastante hábil como bateador, y así podrá ganar algo de confianza.›› Su prioridad era el ojimiel a su lado, quien temblaba ligeramente y no apartaba la vista de sus pies. ‹‹Después de todo, un pitcher sin confianza o actitud, no me sirve.››
−Muy bien− habló, una vez que ambos estuvieron lejos del grupo. – Usabas algunas señas ¿no? Puedes decírmelas, las recordaré.
−Hace mucho que no…utilizo…señas –respondió.
Se hallaban uno frente al otro, sobre una de las bancas. El castaño evitaba ver al pelimarrón de frente, y parecía atribulado.
−El cátcher anterior…me odiaba….mucho− explicó, desviando aún más la mirada. – Él…−habló, esta vez dirigiendo su mirada al campo. −…ha dicho que es el cuarto bateador. –comentó apesadumbrado.
−Lo sé−respondió ‹‹Es por eso que lo elegí.›› −Descuida, no pasa nada. Lo vi jugar en secundaria. –dijo, tratando de tranquilizarlo. ‹‹Además, conozco muy bien a los de su tipo, estoy seguro de que podremos eliminarle.››
−L-lo..lo siento. –murmuró apenado.
−¿Sigues con eso? No te retractes ahora. –dijo subiendo el volumen con ligera molestia.
−¡Lo haré! –afirmó, aún sin mirarle. –Pero…por mi culpa…perderás, Abe-kun. –sus ojos volvían a estar al borde de las lágrimas.
−Mihashi. –llamó firme, pero suave a la vez. El aludido levantó sutilmente el rostro, con mirada insegura. –Te convertiré en un auténtico as. – declaró con seguridad, sin ser consciente de toda la confianza y esperanza que le transmitía al otro. –A cambio de eso, debes lanzar como yo te indique. Odio a los pitchers que no hacen caso a las señas. – soltó esto último con fastidio.
−¡No! –gritó, interrumpiendo cualquier otro amago de continuar por parte del ojigris. −¡H-haré todo lo que me digas! ¡Nunca ignoraré tus señas, Abe-kun! –dijo con ímpetu temeroso. − S-sólo…−continuó bajando el volumen, volviendo a los murmullos−…sólo…no dejes de hacérmelas, p-por favor…− murmuró en un sollozo suplicante.
Otra vez estaba llorando. No estaba seguro del porqué, pero comenzaba a molestarle bastante verlo llorar, como si a él mismo le afectara de alguna u otra forma.
Llevó una mano hasta sus claros cabellos y los revolvió con ternura, aunque terminó siendo un gesto algo brusco. Dio un suspiró y le vio intensamente. –Lo primero será eliminar a Hanai ¿si? –dijo mientras llevaba su mano libre hasta los pómulos ajenos, pasando el dorso por ellos y removiendo el rastro que las lágrimas habían dejado. −¿Podrás confiar en mí? – preguntó en voz baja. Mihashi asintió despacio. ‹‹Si esto funciona, y teniendo a Tajima en el equipo, de seguro podré sacarle provecho a estos tres años.››
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GRACIAS POR HABER LLEGADO HASTA ACÁ :D
Deben saber que, si una sola persona leyó, seré muy feliz (L) [por supuesto, si leen más personas, más feliz seré (?)]
Si gustan, pueden dejarme su opinión, crítica, sugerencia, etc!
Espero que no haya sido muy latoso o aburrido xd Lamento si ha habido algún error.
Muchas gracias!
