Sasuke y Naruto llevaban siete horas de videojuegos, ya habían perdido la noción del tiempo y ni siquiera se acordaban de que el rubio tenía un gemelo que se había ido pasada la primera hora, y una prima que había estado jugando con ellos hasta hacía media hora, en que quedó dormida en el suelo entre ambos varones. El tiempo pudo haber seguido pasando sin que ellos lo notaran, de no ser que el felino, mascota del Uchiha se había puesto a jugar con los cables de la consola y la desconectó.
—¡Maldito gato! —exclamó Naruto.
—Déjalo —murmuró Sasuke levantándose para arreglar nuevamente la consola.
—¡Pero estaba a punto de ganarte!
—Si claro, con menos de la mitad de vida, seguro.
Uzumaki quiso tomar al felino por el pellejo para seguir reclamando, pero éste caminó hasta la pelirroja y se acomodó en la espalda de ésta. El varón se sorprendió al ver a su prima descansar, lo que lo hizo preguntarse por la hora, y echó un vistazo a su reloj.
—¡Mamá me matará! —Exclamó con temor— ¡Si no llegamos antes de que vuelva a casa me matará!
—Entonces deja de gritar y ya vete.
Cuando el joven quiso obedecer a la indicación de su amigo, sintió un retortijón en el estómago que lo obligó a correr, pero al sanitario. Sasuke rodó los ojos con fastidio, no podía creer que anduviera de amigo con una persona como él. Uchiha terminó de arreglar su consola, aunque ya no la encendió y se acercó hasta la chica de trece años para despertarla, pues en cuanto Naruto saliera del sanitario, tendrían que irse.
—¡Karin! —la llamó mirando cómo Dante, su gato, dormía cómodamente en la espalda de la chica— ¡Karin!
No tenía intenciones de tocarla, pero por lo que notaba, ella no despertaría con sólo llamarla, y debió deducirlo antes si no se despertó con el griterío de su primo. El azabache se sentó junto a la adolecente, tomó al felino por el pellejo y lo corrió de ahí para mover a la pelirroja.
En cuanto Dante fue puesto en el piso, hizo un gesto de desagrado a su amo para finalmente volver a la chica, y acurrucarse entre su cabello. Sasuke iba a correrlo para poder despertarla, pero oyó quejidos en su baño, así como un sonido poco agradable y pensó que ya no valía la pena despertarla, por lo que atinó a quitarle a la chica los anteojos que dejó en el mueble junto a su cama. Naruto se había puesto mal del estómago, y no era para menos cuando el aludido había comido el triple de dulces y botanas, de lo que él y la chica habían consumido.
Sasuke dio un suspiro de resignación, y fijó su mirada en la chica que aún dormía sin ninguna preocupación, luego miró a Dante y frunció el ceño. Odiaba a esa niña, porque todo mundo la adoraba, es decir, primero estaba Dante, que no se dejaba tocar por nadie más allá de él, llegó Karin y el muy desgraciado lo traicionó después de que ella rascara su barbilla. Luego estaba su mamá, quien adoraba que ella fuera a la casa; Mikoto la trataba como a una hija, y toda atención que pudiera darle a él, se esfumaba sólo por la presencia de la chica. Luego estaba su amigo, que se ponía en un plan tan sobreprotector con ella que lo odiaba, pues la consentía a más no poder. ¡Ah! También estaba su padre, estando Karin presente, Fugaku no perdía oportunidad para halagarla por estar un año adelante en el colegio, algo que seguramente él habría querido de Sasuke. Y por último estaba su hermano Itachi, que no dejaba de regalarle dulces a la "bola rojiza", como solía llamarla mentalmente cuando se enfadaba con ella. ¿Qué tenía esa niña que tenía la atención de todo mundo?
La siguió mirando con rencor, y comenzó a notar que la chica vestía demasiado ligero. Bien, entendía que era verano, pero apenas daba cuenta que su vestuario no era el más apropiado para salir a la calle: llevaba una blusa de tirantes muy delgada de color rojo pálido, y unas pantaletas amarillas con adornos del color de la blusa. ¿Qué Naruto ni Menma habían notado la forma en que ella había salido? Cuando el rubio saliera del baño se lo haría saber, quizá él podría prestarle algo.
Y ahí estaba de nuevo, esa estúpida contradicción que sentía por esa adolecente tres años menor a él. Aunque habría que aclarar que esa contradicción no siempre existió, y él lo sabía, porque pese a los años, aún recordaba cuando la conoció.
*****Flash Back*****
Faltaba un mes exacto para que Sasuke cumpliera sus cuatro años, Mikoto los había llevado a él e Itachi a conocer a la hija de la hermana de su amiga, quien también se encontraba ahí con sus hijos gemelos, Naruto y Menma. Sasuke recordaba lo feliz que su madre se veía cuando se asomó al bulto que Nanao, la tía de Naruto, sostenía en brazos. Por supuesto, para su edad, la curiosidad lo llamó a querer mirar también, y la joven mujer bajó a la niña destapándola para que, tanto sus sobrinos como los niños invitados, pudieran conocer a la niña.
—Huele feo —acusó Menma, que en realidad era mentira, pero él sabía que a los bebés se les cambiaba el pañal.
—¡Menma! —regañó Kushina.
—Está toda roja —siguió Naruto riendo.
—¿Cómo se llama? —cuestionó Itachi.
—Karin —contestó Nanao.
—Es como una bolita roja —siguió Sasuke, aunque lo había dicho con ternura y una gran sonrisa— Hola Karin, yo soy Sasuke —al niño le pareció recibir una sonrisa de la bebé que dormía, y emocionado se volvió a Mikoto— ¡Mamá, la quiero de hermanita!
—¡No! ¡Ella será mi hermanita! —protestó Naruto.
—¡No! ¡Yo lo dije primero!
—Alto, alto niños —intervino Kushina— Cada uno ya tiene un hermano.
—Yo quiero a Karin como mi hermana —musitó Sasuke.
—Pero yo quiero una hermanita —siguió Naruto.
—Pero no a ella —siguió Menma— Está fea, arrugada y ni abre los ojos.
—¡Menma! —Gritó Kushina— Tú y Naruto eran iguales de recién nacidos —explicaba la mujer— Y estaban más regordetes que ella.
—¿Tan pronto te cansaste de mí hermanito? —preguntó Itachi.
—Karin es mi hija, no puede ser su hermanita. Por otro lado, será tu prima Naruto, y puede ser tu amiga Sasuke —habló Nanao— Si lo que quieren es una hermanita, deberán pedírsela a sus papás.
Una semana más tarde, Kushina quiso matar a su hermana por meterle ideas a su hijo, pues desde aquella visita, Naruto no dejaba de pedirles una hermana a ella y Minato, y aunque Minato parecía bastante animado con la idea, Kushina temía de volver a pasar por los síntomas del embarazo.
Por otro lado, Sasuke estaba enojado, y es que aunque él estaba gustoso de que su hermano mayor lo cuidara, él quería a alguien a quien proteger, no necesariamente tenía que ser una hermana, y desde que vio a Karin, había decido firmemente que ella sería a quien debía y quería cuidar. ¿La razón? Desde el momento en que la viera por primera vez le gustó ella, pero hay que aclarar que ese gusto no era en un sentido amoroso, más bien podía describirse como un niño con un juguete favorito.
*****Fin de Flash Back*****
—¡Listo! —Salió Naruto subiéndose el cierre— ¿Qué? ¿No has despertado a Karin? —Replicó al ver que su prima aún dormía— ¿Por qué no…?
Uzumaki volvió a correr hacia el baño, mientras Sasuke se cubría la nariz con desagrado, pues todo aroma del baño había salido al abrirse la puerta.
Uchiha dio otro suspiro, seguramente tendría que acompañar a Naruto y Karin a su casa, ya era muy noche, y así Mikoto estaría tranquila por la chica. De no ser que su madre se preocuparía, seguramente los dejaría ir solos, porque él ni siquiera tenía ganas de salir pero… bueno, tampoco era un desalmado, y realmente quería acompañar a la pelirroja, pues con la diarrea de su primo, él era capaz de dejarla sola en la calle con tal de encontrar un baño.
Y ahí estaba nuevamente con los pensamientos contradictorios que no dejaban su mente. Volvió a mirar a la chica, la envidiaba bastante por lo cómoda que se veía y se preguntó cómo era que había terminado odiándola, porque bien recordaba que al principio la quería. Volvió a sus recuerdos para averiguarlo.
*****Flash Back*****
Aquél día era cumpleaños de Sasuke, y entre los invitados estaba Karin y su familia, porque claro, el niño no quería hacerla a un lado, y pensaba en buscar una oportunidad para convertirse en su hermano, porque él no se rendiría tan fácilmente.
Para el final de la fiesta Sasuke no había podido hacer nada, pues siendo su fiesta, siempre lo solicitaban que para felicitarlo, que partiera la piñata, el pastel, que abriera los regalos etc. No fue sino poco antes de que Kushina y Nanao, con sus respectivas familias se fueran, que el pequeño pudo acercarse a la bebé que dormía en el cuarto de sus padres. Uchiha la miraba con una gran sonrisa mientras le hablaba a la durmiente.
—Yo puedo cuidarte bien, pero necesito que me ayudes para que tu mamá me deje.
—¡Sasuke! ¡Con que aquí estabas! —Llegó Naruto con todo el escándalo que su voz podía hacer— ¡Menma y yo…!
—¡Sh! Vas a despertarla.
—¿Qué haces aquí con Karin-chan?
—La estoy cuidando —respondió el cumpleañero— Eso hacen los hermanos mayores.
—Tía Nanao dijo que…
—No me importa, ella será mi hermanita.
—¡No! Es más fácil que sea mi hermanita porque…
—¡Sh!
Naruto se tapó la boca al ver que la niña comenzó a moverse y balbucear, y finalmente comenzó a llorar. Ambos niños intentaron calmarla, pero en poco tiempo Nanao llegó a atender a su niña.
—¿Qué le pasó? —llegó a tomar a Karin en brazos.
—Naruto empezó a gritar —comentó Sasuke.
—Vayan a jugar afuera por favor —pidió la mujer arrullando a su hija.
Los niños obedecieron, no sin comenzar una riña en cuanto estuvieron afuera. La pelea comenzó por quién había tenido la culpa, para terminar por volver a la disputa sobre quién sería el hermano mayor de Karin.
En su disputa, Menma los vio, y al acercarse oyó las razones. No podía creer que siguieran con esa discusión, pero finalmente se le había ocurrido una buena idea. Al moreno siempre le había gustado echar a pelear a esos dos, y si bien en ese momento ya estaban discutiendo, ahora se le ocurría algo más para hacerlo más divertido.
—¿Siguen peleando por Karin? —Se acercó a ellos— ¿Por qué no mejor hacen una competencia por ella?
—¿Qué clase competencia? —preguntó Uchiha.
—No lo sé ¿qué tal un duelo como en las películas? —Sugirió Menma— En las películas de mamá, cuando dos hombres se pelean por una mujer, hacen un duelo de espadas o pistolas.
—Bien, pelearé —habló Sasuke mirando retadoramente a su amigo.
—Yo también.
Menma sonrió complacido, y los tres niños fueron en busca de los juguetes nuevos de Sasuke, donde entre ellos, había un juego de espadas y escudos que usarían en el jardín.
—El primero que dé en el estómago a su adversario con la espada, gana.
El mayor de los Uzumaki miró el duelo que los otros dos estaban llevando a cabo, más él ya tenía un plan de a quien darle la victoria. De antemano sabía que Sasuke ganaría, su gemelo siempre había sido muy torpe para muchas cosas, pero Menma quería que Naruto ganara; en primer lugar porque quería ver la cara de sorpresa de Sasuke, y en segundo lugar, porque ya estaba harto de oírlo pedir una hermanita, y si el rubio ganaba, seguramente todo eso terminaría.
Al encontrar el momento oportuno, Menma pateó una pelota de baseball cerca de donde los niños peleaban y ¡zas! Sasuke tropezó dándole la victoria a Naruto.
—¡Si! ¡Karin-chan es mi hermanita ahora!
Está por demás decir que Sasuke estaba enfadado consigo mismo, y aunque no quisiera admitirlo, también se sentía triste, había perdido su oportunidad con Karin, y ya no podía pensar en nadie más para proteger.
*****Fin de Flash Back*****
Sacudió la cabeza, era obvio que en ese momento no fue que la odió a ella, más bien se reafirmó aquella rivalidad que tenía con Naruto que aún ahora se veía, no por nada habían terminado todo el día en los videojuegos compitiendo por quién era el mejor.
—¿Chicos? —oyó tras el llamado a la puerta.
—Adelante mamá —la mujer entró y busco con la mirada al rubio— ¿Y Naruto-kun?
—Está en el baño, parece que se indigestó.
—Veré si tengo algo para darle —Mikoto suspiró— Cuando salga ¿podrías decirle que Kushina llamó? —El varón asentó— Naruto-kun y Karin-chan se quedarán a dormir, Kushina ya no quiere que salgan tan tarde —miró a la pelirroja dormida en el suelo— Debe tener mucho calor, le traeré una cobija por si refresca la madrugada.
La mujer salió de la habitación en busca del medicamento y la cobija, acción que el azabache sólo atinó a refunfuñar. De nuevo plantó su atención en la chica, y volvió a sumergirse en sus memorias para tratar de descifrar el por qué también se había preocupado por el frío de la mañana y su enfado por las atenciones de su madre hacia ella.
*****Flash Back*****
Había pasado poco más de un año y Kushina y Minato finalmente se habían casado, en ese momento se encontraban en la recepción y Sasuke veía malhumorado a Karin. No, aún no la odiaba, sino que no se sentía apto para acercarse, pues si no pudo ganarle a Naruto ¿cómo podría cuidarla? Bueno, él ya no era el niño de cuatro años de hacía un año, quizá ya podría tomar la responsabilidad, pero oficialmente Naruto era su hermano, y él no sabía cómo tener ese título.
Giró la cabeza enfadado, y notó a Menma no muy lejos de ahí, fue entonces que se le ocurrió que quizá podría preguntarle al hermano de Naruto si podrían volver a tener un duelo por Karin. Seguramente algo de eso había en las películas de Kushina.
—¿Quieres volver a retar a mi hermano? —Menma quedó pensativo— En las películas de mamá cuando uno pierde no puede acercarse a la mujer.
—¿Por qué no?
—Bueno pues porque en el duelo el que pierde muere.
—Pero yo no estoy muerto.
—¿Y por qué tanto interés en ser hermano de Karin?
—Quiero cuidarla.
—Pues cuida a alguien más.
—No, yo la quiero a ella.
Menma quedó pensativo, no le gustaban esas discusiones por su prima, pero ya se le estaba ocurriendo algo nuevo para volver a hacer pelear a Sasuke y Naruto. Además, la fiesta se estaba poniendo muy aburrida y con eso podría divertirse.
—¿Y por qué no te casas con ella?
—¿Casarnos?
—Tú oíste al cura cuando casó a mis papás, papá tiene que cuidar de mamá y mamá a él. Mamá también me dijo que antes tía Nanao la cuidaba mucho y que dejaría de hacerlo cuando se casara con papá. Si te casas con Karin, Naruto ya no tiene porqué cuidarla.
—¿En serio? ¡Entonces me casaré con ella!
Menma se había ofrecido a casar a Sasuke y Karin, así que fueron a buscar a la niña, quien con apenas un año de edad, se dejó llevar a unos escalones que usarían de altar, Menma le subió el vestido para poner el velo, y le dieron unas flores que robaron de uno de los arreglos de la mesa.
—Flores —la niña sonreía.
—No Karin-chan, no avientes las flores —pidió Uchiha.
—¿Qué tanto hacen? —llegó Naruto, que había sido llamado por una seña de su hermano a lo lejos— ¿Puedo jugar?
—No estamos jugando —corrigió su gemelo— Voy a casar a Karin con Sasuke.
—¡¿Qué?!
—Cuando me case con ella, ya podré cuidar de ella.
—¡No! Yo me casaré con Karin-chan —peleó Naruto.
Menma sonrió, sabía que su gemelo no se aguantarías las ganas de pelearle algo a su amigo, y todo porque Naruto siempre intentaba demostrar que podía ser mejor que Sasuke.
—Tú no puedes casarte con ella —Sasuke se enojó— Eres su hermano mayor.
—Pues ya no quiero ser su hermano mayor. Yo me casaré con ella.
Y una vez más Menma propuso un duelo, algo complicado en una boda, pero ni Naruto ni Sasuke se negaron, especialmente Sasuke, que sentía aquél nuevo duelo como una revancha, y estaba determinado a no perderla.
Estuvieron buscando durante un rato qué usar para su duelo, y finalmente dieron con el armario de limpieza del salón donde tomaron escobas y trapeadores. Menma dio la señal para que iniciaran su duelo, escondidos a lado de los baños para que no los vieran sus papás.
Se oía el chocar de los palos y Menma estuvo a punto de regalarle nuevamente la victoria a su hermano, le había divertido bastante la reacción de Uchiha cuando perdió y quería repetirla, pero de último momento decidió que era mejor que él ganara, pues también ya estaba harto de que su hermano se la pasara velando por la pelirroja.
—¡Gané! —exclamó Sasuke con una gran sonrisa.
—¿Qué hacen? —Llegaron Kushina y Mikoto quienes se dirigían al baño, y la pelirroja notó cómo su sobrina llevaba levantado el vestido sobre la cabeza— ¿Por qué hicieron esto? —se acercó a la niña para acomodarle la ropa.
—Sasuke ¿qué hacían? —cuestionó Uchiha.
—¡Perdí! —exclamó el rubio enfadoso y queriendo soltar algunas lágrimas. Estaba golpeado.
Mikoto notó las escobas y trapeadores, armó las piezas y se formó una idea de lo que ocurría al recordar lo sucedido hace algún tiempo. Kushina no se quedó atrás en descifrar lo acontecido.
—Yo me casaré con Karin-chan —Sasuke tenía una gran sonrisa pese a los notables golpes.
—Déjenme adivinar ¿ahora el duelo era por casarse con ella? —preguntó Kushina mirándolos acusadoramente.
—Si, y yo gané —continuó el azabache sacándole una risita a su madre— Así que ahora yo cuidaré de Karin-chan.
—Menma, fuiste tú otra vez ¿no es cierto? —la novia lo miraba esperando que confesara.
—Sasuke me preguntó si podía pedir revancha para ser hermano de Karin, yo sólo le dije que no podía porque en tus películas el que pierde muere —el moreno se encogía de hombros— Por eso él quiso casarse, pero Naruto también quería casarse con ella y… —puso ojos de cachorrito para su mamá— Yo sólo quería ayudarlos a decidirlo.
Kushina miró a su hijo con molestia, pero terminó por ceder a sus brillantes ojos, sin mencionar que ya le urgía entrar al sanitario. Soltó un suspiro.
—Tenemos que hablar —musitó Mikoto.
—Si, pero primero, niños, vayan a dejar esas escobas en su lugar —siguió Kushina— Cuando salga del baño, los quiero ver a los cuatro aquí de nuevo ¿entendieron? —los niños asentaron espantados, pues creían que iban a ser regañados— Mikoto, ya vamos que ya no me aguanto.
—Ven conmigo Karin-chan —Sasuke la tomó de la mano.
—Sasuke —sonrió la aludida provocando la alegría del menor.
Los chicos obedecieron a lo dicho por Kushina, y asustados esperaron a sus madres, aunque cabe decir que el miedo iba en grados, empezando por el más horrorizado, Naruto, Menma, Sasuke y Karin, pues Uchiha estaba demasiado contento para sentirse asustado y Karin ni siquiera comprendía lo que pasaba.
—¿Quién se los explica? —Preguntó la novia a su amiga— ¿Tú o yo?
—Tú eres la de las películas —rio Mikoto— Explícales tú.
La aludida miró a sus hijos y al hijo de su amiga, dio un suspiro y sólo pensó que era tierno todo aquello, sólo porque eran reflejo de la inocencia, pero también era necesario que entendieran las cosas. Además, también le preocupaba que Naruto volviera a la insistencia de una hermanita.
—En primer lugar, Karin-chan es su prima —decía la mujer con mucha seriedad a sus hijos para después mirar a los tres niños— Tampoco puede ser su hermana, ya se los explicamos, pero pueden tratarla como si lo fuera, sin necesidad de duelos —sintió alivio al ver cómo a Naruto se le iluminaba la cara, se sentía salvada— Y en segundo lugar, no se pueden casar con ella.
—Pero ¿por qué? Yo gané.
—Yo también quiero casarme con ella.
—Naruto, no puedes porque es tu prima.
—Sólo los adultos se casan, y ustedes todavía son niños —intervino Mikoto al ver el enfado de su hijo — Cuando crezcan, y si Karin-chan quiere, pueden casarse.
—¿Entonces si Karin-chan no se quiere casar con Sasuke se puede casar conmigo? —preguntó Naruto ilusionado.
—No, es que… —siguió la madre del rubio— Mejor lo hablamos en la casa.
—Yo voy a convencer a Karin-chan de que se case conmigo —apretó la manita de la niña sin dañarla.
—No te hagas ilusiones Sasuke, ella se casará conmigo.
Surgió una nueva discusión entre los dos amigos, que sólo fue callada cuando se anunció que se partiría el pastel, pero desde ese momento, Sasuke procuraba estar cercano a Karin, después de todo él había ganado el duelo, y haría todo lo posible por convencer a la niña de casarse con él.
*****Fin de Flash Back*****
De sólo acordarse, Sasuke se sentía avergonzado, no podía creer que de niño fuera tan ingenuo como para querer casarse a esa edad, ni mucho menos con una niña que apenas hablaba. Y quizá, lo peor de todo no era todo ese alboroto que hicieron por saber quién se casaría con ella, sino que en aquél entonces, él de verdad estaba dispuesto a llevarla al altar cuando crecieran.
Sasuke lanzó un suspiro, seguía sin recordar cómo había llegado al punto de la contradicción, y ya tampoco quería seguir remontando en el pasado recordando cosas tan vergonzosas como esa. Torció la boca sin dejar de verla, Dante lo miró fijamente, y por un momento sintió como si estuviera siendo amenazado.
—Adelante —contestó el varón al oír el llamado de la puerta.
—¿Podrías darle esto a Naruto-kun? Y por favor sube a Karin a tú cama —La mujer entregó una caja de buscapinas, un vaso de agua a su hijo y una cobija— Karin-chan y Naruto-kun que se duerman en tu cuarto, tu vete a dormir al cuarto de tu hermano.
—¿Por qué no mejor que ella se quede en el cuarto de Itachi? No creo que sea buena idea que duerma con Naruto estando él enfermo —Propuso Sasuke— Además, si quiere ir al baño en la noche, no creo que quiera entrar al mío —pensó con molestia al saber que el lugar estaría apestando— Yo me iré a la sala.
—Tienes razón hijo, que atento que eres con ella —contestó la mujer enfadando a su hijo, no por ella, sino por recalcar que le importaba la pelirroja— ¿Sabes? Creo que será mejor que duermas con Karin-chan —el varón la miró sorprendido y confuso— Se quedó dormida en el suelo y si despierta en un lugar extraño podría asustarse, si ve a alguien conocido se sentirá más tranquila.
—No creo que verme a su lado al despertar vaya a tranquilizarla.
—Si muchas veces durmieron juntos, seguro que se sentiría tranquila contigo —la fémina sonrió— Además me refería a que tú te durmieras en el suelo.
—Iré a darle esto a Naruto.
Sasuke se levantó del suelo mientras su madre lo veía con una sonrisa, él se disponía a acercarse al baño, cuando Naruto salió del dichoso cuarto aun tocándose el estómago.
—Ya nos vamos.
—Hey, dobe, tómate esto —Sasuke le dio las cosas.
—Kushina habló, se quedarán a dormir aquí.
—¡¿Qué?! ¡¿Mamá habló?! —Naruto comenzó a temblar— Voy a morir cuando vuelva a casa.
—Dormirás en el cuarto de Sasuke, y él y Karin estarán en el de Itachi.
—¿Cómo que dormirás con Karin-chan? ¡Nada de eso…! —el rubio volvió a correr al baño con el vaso y la medicina en mano. En menos de un segundo ya estaba de nuevo en el escusado— ¡Ni se te ocurra ponerle una mano encima! —gritó desde el baño.
—¿Por quién me has creído? —Respondió Sasuke, y se oyó un ruido muy desagradable desde el baño— ¡Tómate la maldita pastilla!
—Creí que sus peleas por Karin-chan ya se habían terminado —rio Mikoto suavemente sonrojando a Sasuke por la vergüenza— Bueno, tu padre y yo ya nos vamos a dormir, lleva a Karin-chan a la cama, y no te acuestes muy tarde. Buenas noches hijo.
—Buenas noches.
Mikoto salió de la habitación y Uchiha volvió a tomar asiento junto a la chica, la miró con desprecio, pues ahora su madre pensaba que él la procuraba a causa de los sucesos de antaño. Ella se dio la vuelta y Dante tuvo que quitarse, el felino se estiró y terminó por irse de ahí. Karin se encontraba boca arriba y Sasuke recordó algo más de su pasado con ella.
