Hola ¡hola y bienvenidas! Bienvenidas a otro año en Hogwards…ejem, perdón, creo que me equivoqué de liberto, ese es de Dumbledore..Ah ¡encontré otro! Veamos…ejem…ejem…¡bienvenidas!¡bienvenidas a los septuagésimo cuartos juegos del hambre!...ese tampoco…es es Ebbie Trinket, sorry, ejem, ejem, ah ¡acá hay otro!...vaya…había una vez, en un lejano reino…oh diablos ¿lo traspapelé? ¡No!¡al fin! Mis queridas seguidoras, tengo el gusto de presentarles mi nuevo fic ¡espero les agrade!
Las que hayan navegado por mi perfil o mi favorite, notarán que soy una gran fan de THG y como tal, no podía dejar de rendirle el homenaje requerido al mas puro estilo saint seya.
Espero me tengan paciencia, irá poco a poco como las demás, actualizándose tan bien como reciba respuesta de ustedes, paciencia, por favor, paciencia.
¡Déjenme saber su parecer!¡con un inesperado REVIEW!
Saint seya, es propiedad de Masami Kurumada, yo solo, les doy dolores de cabeza a sus personajes.
Juegos del hambre, la venganza de ares.
Prefacio.
En el monte Olimpo, en una tranquila noche, se hallaba una sombra sentada en las puertas del mismo, sus cabellos eran levantados por la sempiterna brisa que acompañaba al halla de las puertas de los dioses, la sombra miró a su alrededor, otra sombra femenina llegó.
-ya era hora. Dijo la primera sombra evidentemente masculina despectivamente –perdona hermano, han sido demasiados arreglos. Dijo la segunda sombra, la primera bufó.
-si no te hubieras metido con Poseidón hace tiempo, no estuviéramos en el ojo de Zeus. La segunda sombra rió –he estado tranquila desde hace mucho tiempo, pero por fin, lo logré. La primera sombra miró el ánfora transparente que tenía en las manos la segunda, en este, retozaban moviéndose a todas prisa 7 destellos de luz roja.
-ya los tenemos hermano mío. Dijo la segunda sombra, la primera rió.
- ¿Cómo los robaste querida Eris? Preguntó por fin, Eris suspiró –no fue fácil, pero créeme que valió la pena, además, conté con una ayudante. La primera sombra hizo un gesto divertido.
- ¿un ayudante? Explícame. Pidió, la segunda sonrió –bueno…¿recuerdas a la cuñadita de Julián? Las acciones siempre dejan marca, ella es especialmente propensa a mi control hermano, así que, fue mas fácil de lo que crees. La primera sombra se impresionó.
-pero hermana, ha sido un movimiento osado, Kanon habría podido detectarte. Eris bufó.
-no si está tan ocupado como se. Dijo, la primera sombra sonrió.
-vamos a mis dominios pues, mi querida hermana. Dijo por fin, la segunda sombra se dejó ver, una mujer de cabellos celestes y ojos morados, la primera sombra sonrió e imitó a su hermana, unos ojos rojos como la sangre y un cabello gris hasta la cintura, pollina con la apertura de lado, el dios Ares, planeaba algo muy malo.
Un dragón azul metal, cayó herido de muerte en el lecho marino, su sangre verde, derramándose por el lugar –lo que tenemos que soportar. Dijo Sorrento con astío –un estúpido príncipe tritón trata de robar el tridente ¿y que nos envía? Dragones de hielo. Kanon rió en un tono bajo.
-siempre hay personas con ambiciones malignas. Dijo mientras miraba con pena al animal –lástima, que este dragón fue enviado a destruirlo todo. Crisna, quien se acercó con un cuchillo sonrió.
-bien por nosotros que así haya sido, podremos vender el dragón. Kanon gruñó –como no es tu criatura. Dijo enfadado.
-ya chicos, alto. Dijo Sorrento conciliador, todo mundo suspiró –vamos a hacer el trabajo del dragón en santa paz. Crisna asintió junto a Kanon y los 3 acercaron hacia la bestia ajusticiada.
En Londres, 2 personas paseaban tomadas de las manos –todo es tan bello aquí. Dijo Honey Valente, Antoin asintió –ha pasado un año solamente desde que hemos regresado, pero yo, siento como si hubiera sido ayer. Honey rió.
-para mi, cada día es insubstancial si no te tengo, querido Toin. Dijo la rubia ojos miel, el peli azul sonrió.
-querida Honey, soy tan feliz. Dijo Antoin mientras llegaban al big ben, Antoin se arrodilló de repente, acaparando la atención de su dulce Honey y del resto del mundo.
-Honey Valente, llevo amándote desde hace mas tiempo del que puedo recordar, se que quizás, será algo apresurado, pero quisiera tu mano en sagrado y respetable matrimonio. La rubia solo pudo dejar escapar un leve "¡oh!" reflejando su sorpresa, sus ojos miel, clavados en los azules de el.
- ¿Qué dices? Hermosa princesa ¿quieres casarte conmigo? Toda la gente contenía el aliento, al igual que el hombre que esperaba de rodillas la decisión.
- ¡si!¡si quiero Antoin Bleu! Exclamó la rubia, Antoin se levantó y la abrazó, le dio una vuelta y rió junto a ella.
- ¡soy tan feliz querida Honey! Exclamó Antoin mientras con suma delicadeza le colocaba el anillo, todo mundo aplaudió e incluso un músico con un violín, tocó un poco para ellos, el músico de largo cabello rubio mantenía sus ojos cerrados, al abrirlos, el resplandor rojo los llenó por entero, alzó un brazalete rojo como la sangre.
-señor, el objetivo está como usted lo supuso con suprotector, será fácil arrancarla de su lado. El brazalete brilló –hazlo pronto Leo de Miseria, la quiero conmigo. El rubio asintió, bajó el brazalete y siguió tocando su violín.
Aioros y Giselle, habían llevado a los hijos de Poseidón, quienes se encontraban en la ciudad juntos, al parque de diversiones, los 6 niños corrían y jugaban por el lugar, Aioros cerró los ojos y suspiró.
-cuanta paz ¿no lo crees así amor? Preguntó, la rubia asintió –maravillosa paz, la que hemos tenido. Dijo mientras se acercaba al sagitario y lo besaba.
-este año ha sido maravilloso. Dijo Aioros, Giselle sonrió.
-solo será el principio de lo que está por venir. Acotó, Aioros asintió, a lo lejos, los niños jugaban, Melody había hecho una nueva amiga, una niña de cabellos azules y ojos morados, muy dulce e inocente, la nueva niña jugaba con sus nuevas amigas, Shaina Mu miró a Melody.
-voy a hacer pipí. Dijo, la niña peli azul asintió, Melody se alejó para preguntarle a Aioros si podía comprarle un refresco, la niña peli azul, percatándose de que la rubia mayor no la veía, se alejó un poco mas, dejó ver un brazalete rojo.
-ya los tengo, en la mira, mi señor. La voz de Ares, se escuchó del otro lado.
-bien Irene, no falles. Dijo el señor de la guerra brutal a su pequeña sirviente quien asintió enfáticamente.
Radamantis, Pandora, Allacos y Minos, habían ido a Perú, a conocer el Machu Pichu –todo es tan increíble. Dijo la pelinegra, el rubio asintió –así es, mi amor, es todo tan mágico. Minos hizo una cara.
-guaj, dejen tanto empalagamiento, o vomitaré, lo juro. Amenazó, Pandora lo taladró con la mirada.
-el hecho de que tu no tengas mujer fija, no quiere decir que el resto no pueda tenerla. Espetó, Allacos conciliador trató de disipar el negro humor del ambiente.
-vamos todo mundo, tranquilos. Dijo por fin –sigamos viéndola ciudad, quiero aprovechar el viaje. Dijo mientras veía a sus demás compañeros que asintieron gustosos.
Hilda, Sigfried, Fleur e Hyoga, estaban en Asgard tomando el te tranquilamente.
-los niños regresan pasado mañana. Dijo la representante de Odín –así es, ya quiero ver a mi pequeña. Dijo Fleur con ilusión mientras miraba a su rubio marido.
-querida Fleur, has estado muy callada ¿ocurre algo? Hilda intercambió una sonrisa feliz y cómplice con su hermana, Sigfried alzó las cejas en un gesto de descortés desconcierto.
-Hyoga ¡vamos a ser padres!¡estoy embarazada! Exclamó feliz la rubia, el rubio se quedó de piedra, el color se le bajó y miró a su despampanante esposa, su sonrisa fue surgiendo lentamente, como surge el amanecer.
- ¡wow Fleur!¡eso es una gran noticia! Exclamó contento, Hilda y Sigfried se miraron con su propio secreto, iban a esperar a que fuera mas visible para divulgarlo al mundo.
Milo con un último gemido de placer, se dejaba caer en brazos de la rubia Margareth, quien lo recibió gustosa –eres excelente Milo. Dijo la joven recorriendo con su uña la espalda del griego, el le besó la frente.
-tu igual cariño. Dijo el con dulzura, una voz masculina se oyó - ¡Milo Ricardo!¡tienes 10 segundos para ponerte algo y venir a saludar a tu viejo! Otra voz un poco mas suave regañó a la primera.
- ¡Ricardo! ¿no tienes vergüenza? Preguntó - ¿Qué dices esposa mía? ¡no he abierto la puerta de su cuarto! Replicó el ex santo dorado, Milo bufó y se colocó un albornoz negro, tras peinarse un poco, abrió la puerta, su madre se dio la vuelta.
-perdona hijo, no sabíamos que estabas ocupado. Dijo –para ustedes nunca lo estoy mamá. Afirmó el griego con una sonrisa, la inglesa lo besó en la frente.
- ¿Por qué no me avisaron que venían? Preguntó Milo, Beauty bufó –tu padre, queriendo darte sorpresas. Ricardo lo miró.
-condenado muchacho ¿Por qué le cambiaste el nombre a clítoris? Preguntó, Milo adoptó el mismo gesto de su padre –porque el nombre soltero de estela del desierto me metió en mas de un problema y como ahora la lancha es mía, le pongo el nombre que yo quiera. Ricardo bufó.
- ¿Qué clase de nombre es estela del desierto? Preguntó con filo –uno mucho mas decente que clítoris. Alegó el muchacho - ¡Ricardo! Exclamó Beauty.
- ¿Qué? Preguntaron padre e hijo –Milo Ricardo, tienes un punto, Ricardo Milo, cállate, que ahora la lancha es propiedad de tu hijo, si hubiera querido llamarla semental, no tienes derecho a argumentar nada. Ricardo sonrió de lado.
-menos mal te gustaron al final, los nombres calientes mi dulce Beauty. La rubia se ruborizó y los 2 peli azules rieron, Saory entró.
-perdona Milo, no lo pudimos evitar. El aludido asintió - ¿A dónde va mi señora? Preguntó –oh, voy con Seya e Ikki al teatro, iremos a ver Edipo rey. Milo asintió.
- ¿llevará escolta? Preguntó, la peli morada asintió.
-si, Shaka, Saga y Mu irán. El peli azul asintió.
-bien mi diosa, vaya con bien. Saory se despidió se fue tranquilamente, Ricardo vio a su hijo.
-ven muchacho, veremos un partido. Beauty se escandalizó –Ric, si Milo tenía otras cosas que hacer. Dijo, el peli azul mayor endureció el gesto.
-cosa mejor que hacer, vístete y baja, te esperamos en casa de Leo. Dijo y arrastró a Milo hacia la quinta casa.
En el castillo de Esparta, las cadenas estaban preparadas para recibir a sus 9 prisioneros –después de todo, mi venganza se realizará y eliminaré a todo mundo de una sola sentada. Dijo el dios de la guerra brutal junto a la diosa de la discordia, quien, miraba a una rubia con mechas azules, con un vestido morado que llevaba encadenada allí desde hace un buen tiempo, Ares rió mirando a la mujer.
-creo que Hades y Démeter no se resistirán, cuando te vean, mi querida Core. Dijo malicioso mientras tocaba el rostro de la rubia.
