ATENCIÓN: LOS PERSONAJES EXPUESTOS PERTENECEN A CLAMP, ESTO ES SIN FINES DE LUCRO Y SÓLO CON FINES DE ENTRETENIMIENTO.
¡Hola! Ya sé, ya sé. No es el momento más conveniente para traer una nueva historia pero qué puedo decir si mis musas me atacaron con esto y ellas son unas maniáticas que no se detienen hasta que escribo lo que desean.
En fin, bienvenidos y espero que les agrade.
Capítulo I
A la distancia
El final había sido como el de la película más romántica que jamás haya visto en su vida. Ella saltando a los brazos de él sin importar nada más. Sólo deseando estar entre sus brazos y por fin poder decirle una y otra vez que era cierto, que ya no tenía dudas y que también se había enamorado. En ese momento ya nada podría salir mal, lo había conseguido, había logrado sellar esa carta que por un instante casi le arrebataba su sentimiento más preciado.
Sakura sonrió al recordar aquel día que para ella parecía como si hubiese sido ayer, aunque de eso hacía ya algunos años. Y mientras escribía el nombre de él en la última hoja de su cuaderno, su mente repasaba de nuevo aquella escena final, que prácticamente marcó su último acto como card captor.
Pero más que un final, ese había sido el inicio de otra historia, una que vivía a lado de Syaoran. Bueno, "a su lado" por llamarlo de alguna manera, en realidad, su relación había sido un poco complicada respecto al tema de la distancia; no obstante, eso no les importaba y nunca les impidió que su amor creciera con los años.
Sin embargo, también debía reconocer que los últimos meses habían sido un poco complicados; y ya se empezaba a trazar una distancia entre ellos que era algo muy distinto al hecho de vivir en países diferentes.
Mientras remarcaba cada letra de su nombre escrito con caracteres chinos, la ojiverde sólo pensaba en lo poco que faltaba para volver a ver a Syaoran. La primavera ya se anunciaba, lo que implicaba el fin de los cursos en la escuela y, desde luego, las inminentes vacaciones. Como cada año, desde hacía 6 años, Syaoran iría a visitarla para compartir aunque sea un poco de tiempo juntos.
Era muy difícil estar así, amándolo tanto y tener que conformarse con verlo algunas semanas al año, a veces dejando en el aire tantas cosas por hacer y decirse... Pero ambos se habían prometido que la distancia no los separaría y serían pacientes al momento exacto de estar juntos por siempre.
Suspiró. No se dio cuenta que su expresión fue bastante notoria y algunos de sus compañeros de clase se volvieron hacia ella, incluso su profesor la miró fijamente y pidió diera la respuesta al problema de álgebra que estaba en el pizarrón.
No fue hasta que de pronto sintió un codazo en las costillas, que pudo reaccionar.
-¡Auch!- miró hacia Tomoyo, quien sentaba su lado en todas las clases, y ella señaló con los ojos hacia su profesor.
Hasta ese momento se dio cuenta que toda la clase la estaba observando y que su profesor la miraba expectante- ¿Y bien señorita Kinomoto, podría darnos la respuesta?
-Ammm... bueno, es...- miró fugazmente al pizarrón sintiendo cómo su rostro ardía (seguramente también estaría muy rojo) y apeló a su buena suerte- cero...
-Tuvo suerte señorita Kinomoto. Bien, continuemos... - dijo el profesor y continuó con su palabrería matemática al resto de la clase.
Afortunadamente el timbre sonó casi inmediatamente. Lo que dio oportunidad para que todos se dispersaran y Sakura pudiera sobarse su costilla a sus anchas- Ay... ¿Era necesario Tomoyo?
-Lo siento, es que estabas de nuevo pérdida en tus cosas... Apenas estamos saliendo del estrés de los exámenes finales y afortunadamente nos fue bien... ¿Todo en orden?
-Sí... - suspiró de nuevo.
-Li ¿cierto?
-Tomoyo ya estamos a una semana de terminar las clases, estoy muy ansiosa... Creo que más que en otras ocasiones.
Fueron las últimas en salir del salón de clases. Caminaron por los pasillos de la preparatoria, que en esos días estaban llenos de estudiantes eufóricos por las próximas vacaciones, y se dirigieron a los jardines para reunirse con el resto de sus amigas.
-¿Has tenido de nuevo ese sueño?- preguntó la ojiazul.
-No, hace un par de meses que no. Creo que era sólo un sueño.
-¿"Sólo un sueño"?... Sakura, ambas sabemos que tus sueños no son normales- la ojiverde se detuvo y miró a su amiga un poco preocupada- Tranquila- continuó Tomoyo- estoy segura que no es nada premonitorio, pero al final los sueños son el reflejo de nuestro inconsciente.
-Creo que son sólo ideas que se quedaron en mi cabeza por... - sus mejillas se encendieron mientras continuaron caminando y salieron del edificio principal de la preparatoria Tomoeda- por "eso" que te conté.
-Ay Sakura, no deberías preocuparte por eso. Li jamás dejaría de amarte, lo ha dicho y demostrado cientos de veces, y lo que pasó es ese día puede tener muchísimas explicaciones.
-Tienes razón- le sonrió y terminaron de conversar justo cuando llegaron al jardín.
Chiharu, Rika y Naoko las esperaban sentadas en el césped. Saludaron y se sentaron con ellas. Era curioso, como si el tiempo entre ellas no hubiera pasado. Desde luego ya no eran unas niñas, las 5 eran ya todas unas jóvenes próximas a concluir la preparatoria, físicamente había florecido y su forma de pensar había madurado un poco; pero nunca habían perdido la costumbre se reunirse en los jardines de la escuela cuando había acontecimientos importantes que compartir o simplemente para conversar un rato de vez en cuando.
En esta ocasión la reunión había sido convocada por Chiharu, quien en sus mensajes había sido enfática en que había algo "muy importante y especial" que quería contarles.
-Qué bueno que ya están aquí- comentó Naoko- Chiharu no nos ha querido adelantar nada y nos tiene con la intriga de lo que nos quiere contar.
-¿De qué se trata? Te noté muy ansiosa en tus mensajes- dijo Tomoyo.
Efectivamente la joven se notaba muy nerviosa y sin poder encontrar las palabras, sólo alzó su mano izquierda (que permanecía oculta, en lo que pensaron sus amigas era un gesto de nerviosismo). Entonces un resplandeciente anillo coronado por una pequeña piedra saltó a la vista del resto de las chicas. Las cuatro comprendían lo que esa sencilla pero bella joya significaba, por lo que las expresiones de alegría no pudieron faltar mientras se ponían de pie para abrazarla y felicitarla por su compromiso.
"¿Cómo fue?", ¿Cuándo te lo propuso?", "¿Qué se dijeron?"… fueron las preguntas que le llovieron a Chiharu en medio de la algarabía que se estaba formando entre el grupo de amigas.
-Fue muy inesperado para mí- dijo por fin la chica que no podía ocultar su alegría- Fue apenas el fin de semana, quería contarles pero esperé a que terminaran los nervios de las calificaciones de los exámenes finales... A mí todavía todo me da vueltas, Yamazaki me llevó a cenar, lo noté muy extraño, nervioso y particularmente formal, me hizo la gran pregunta antes del postre.
"¿Y qué sucedió?", "¿Qué dijeron tus padres?", "¿Han planeado algo?", fue una nueva lluvia de preguntas que formulaban las chicas.
-Mis papás están muy complacidos, Yamazaki ha sido mi novio formal desde la secundaria y ellos ya lo conocen muy bien y creen que es un buen muchacho... Respecto a planear algo, en realidad eso es parte del resto de cosas que quiero contarles- se puso un poco seria.
-¿Qué sucede?- preguntó Rika con un gesto de preocupación.
-Como dije, esto ha sido muy inesperado, no sólo para mí; Yamazaki me confesó que decidió precipitar todo esto porque se enteró hace un par de semanas que consiguió una beca para estudiar cine en el extranjero. Me dijo que lo pensó muy bien y no soportaba la idea de estar lejos durante tanto tiempo, así que quiere que nos casemos pronto para que yo me vaya con él.
-Eso quiere decir...- comenzó a decir Tomoyo.
-Su curso comenzará en agosto pero quiere que nos vayamos lo antes posible para establecernos y encontrar un trabajo de medio tiempo, así que esto de la boda lo hemos hablado para unas semanas.
El resto de las jóvenes no pudieron contener su sorpresa. Desde luego, Chiharu y Yamazaki estaban juntos desde hacía mucho tiempo, pero ninguno de los dos demostraba señales de querer casarte jóvenes.
Sakura pensó que a veces las cosas así se daban, de pronto sucedía algo que a una le cambiaba la vida completamente y en un instante. Además, tenía cierto sentido, ya estaban terminando la preparatoria y sus vidas comenzaban a tomar rumbos más definidos y diferentes, era completamente natural que otra de sus amigas decidiera formalizar su relación.
¿Qué será lo que a mí me espere ahora?- se preguntó, y antes de poder encontrar una respuesta, Chiharu ya estaba frente a ella. Se abrazaron. Era cierto, a Sakura le alegraba mucho saber que su amiga estaba a punto de emprender una gran aventura a lado del chico del que se había enamorado cuando prácticamente aún eran unos niños.
Al igual que Syaoran y yo.
-¿Y en qué podemos ayudar?- preguntó Rika.
-Am, no lo sé... Son tantas cosas: la fiesta, invitados, el vestido, nuestro viaje... - suspiró pensando en todo lo que se venía- De momento, Yamazaki sólo me ha comentado que esperaremos para fijar una fecha; primero quiere saber cuándo vendrá Li a Japón, ellos han sido buenos amigos y le gustaría que él estuviera presente.
Las miradas de sus amigas se posaron inmediatamente en Sakura, esperando a que ella proporcionara alguna información sobre la llegada de Syaoran a Japón. Sin embargo, con excepción de Tomoyo, ellas no sabían que ni la propia Sakura conocía cuándo regresaría al país, pues en últimos meses su comunicación había sido muy escasa y él ni siquiera había tocado el tema.
Era un asunto delicado para la ojiverde, pues no podía negar que el distanciamiento de Syaoran comenzaba a preocuparle; eso, acompañado de un sueño que solía tener en el que sentía a su novio alejarse. Pero, trataba de ser optimista, Syaoran siempre se había mostrado como un muchacho con muchas ocupaciones, así que era muy probable que ahora estuviese resolviendo varios asuntos.
-Li siempre ha venido en las vacaciones de primavera- interrumpió Tomoyo comprendiendo el silencio de su mejor amiga- Este año seguramente no será la excepción.
-Tienes razón Tomoyo, qué distraída estoy- respondió Chiharu- Claro que vendrá, me despisté un poco porque no viene desde el verano pasado.
-Sí ¿verdad?... Bueno, en otros temas, quería proponerte diseñar yo misma tu vestido de novia... Ay, tengo tantas ideas que te vendrían muy bien.
Sakura agradeció en silencio que Tomoyo cambiara de tema.
La emoción de hablar de telas y cortes de un vestido no duró mucho tiempo, de pronto Yamazaki apareció- Buenas tardes chicas- les saludó con una sonrisa- Parece que ya saben la gran noticia.
-Nos da mucho gusto Yamazaki- expresó Naoko.
-Sí, debes prometernos que la cuidarás muy bien- agregó Rika.
-Descuiden, descuiden. Den eso por hecho. Lo que ahora debe ocuparnos es el asunto de los rituales que debemos hacer antes de la boda... ¿Sabían ustedes que antiguamente las parejas próximas a casarse debían pasar dos semanas sin dormir?...- comenzó a relatar – Esto se hacía porque se creía que el cansancio de días abriría sus mentes antes de la boda y...
No logró concluir la idea porque su prometida lo tomó por la oreja - Sí, sí, sí... Después nos cuentas todo lo que tendremos que hacer, ahora vámonos que tenemos que ver varias cosas.
La pareja se marchó de ahí dejando a Tomoyo, Rika y Naoko sin poder contener la risa. Había cosas que nunca cambian, y ese par eran iguales que cuando niños.
-Bueno, debo irme- dijo al fin Rika- Yoshiyuki me dijo que llegaría temprano a casa y quisiera tener todo en orden.
-Yo también debo irme, hay unos libros que quisiera revisar en la biblioteca- agregó Naoko y ambas se marcharon dejando de nuevo a solas a Tomoyo y a una muy dispersa Sakura.
-Vaya qué sorpresa lo de Chiharu ¿no?- comentó Tomoyo.
-¿Eh? Ah, sí... No puedo creer que se irá con Yamazaki al extranjero y que sea tan pronto- respondió Sakura distraídamente.
Comenzaron a caminar a la salida en silencio. Para Tomoyo no era necesario que su amiga dijera algo más. Ella sabía perfectamente que todo eso sacudía a Sakura, quien esperaba que Li le hiciera alguna propuesta similar o por lo menos que cumpliera su promesa de volver definitivamente a Tomoeda; en cambio, su amiga sólo había recibido en últimos meses un distanciamiento.
-Es curioso- empezó a hablar la ojiazul con la intención de motivar a Sakura a desahogarse- No imaginé que Chiharu sería la primera de nosotras en casarse.
-Prácticamente no lo es- decía Sakura en un tono poco común en ella- Aunque Rika aún no se ha casado, ella ya vive con el profesor Terada, digo, con Terada- aclaró pues a pesar de los años y de que la propia Rika les había dicho que ya no le llamaran así, era una manía referirse a él como su profesor.
-Claro, pero sabes los problemas que a Rika le ha implicado esa relación. Apenas el otro día me decía que sus padres le cerraron prácticamente la puerta en la cara cuando los fue a visitar, a ellos aún no les parece que esté con un hombre más grande.
-Me imagino, pero ya están juntos y eso es lo que importa.
-Sakura, no tienes por qué estar así- dijo Tomoyo cuando llegaron a la puerta principal de la preparatoria- Tú no eres así, Li te ama y estoy segura que pronto vendrá y tal vez ya sea momento en que le plantees todas tus inquietudes.
-No lo sé Tomoyo... ¿Sabes? Chiharu se irá con Yamazaki haciendo ambos un gran esfuerzo. Sé que si Syaoran quisiera me llevaría con él, pero en todos estos años ni siquiera me ha invitado a pasar unos días en Hong Kong.
-Te he ofrecido muchas veces pagar todos tus gastos para que vayas.
-Pero no se trata de eso. Me gustaría que eso naciera de él... Desde que sellé aquella última carta y Syaoran y yo pasamos unos días juntos, él me dijo que le sería muy difícil estar lejos de mí, nos besamos por primera vez - se sonrojó al recordar aquello- y me prometió que un día estaríamos juntos por siempre. Yo lo amo mucho pero no sé cuándo podremos cumplir aquello, a veces siento que ese momento se aleja más.
-Y ahora que veo que el resto de mis amigas toman su camino- continuó- aun cuando sus relaciones oficialmente empezaron después que Syaoran y yo... No sé...- sintió como si las lágrimas empezarían a escapársele en cualquier momento.
Tomoyo colocó su mano en el hombro de su amiga. Le dolía mucho verla así, Sakura era una persona muy importante para ella y no toleraba verla triste. Estaba consciente de lo mucho que ella y Li se querían (y había aprendido a respetar esa relación), pero creía un poco injusto el actuar del chino. Lo único que ahora le quedaba era no parar de animar a Sakura y estar a su lado para todo lo que necesitara, porque la felicidad de la ojiverde era también su felicidad, o al menos así lo creyó mucho tiempo.
-Todo estará bien, y siempre conserva esa alegría que te caracteriza- dijo por fin.
Sakura le sonrió. Pensó en su novio y que solía decirle que llorando no arreglaría nada, y también cómo siempre le decía que lo más le gustaba de ella era su sonrisa y la alegría que contagiaba. Así que pensó que no debía deprimirse.
-Gracias Tomoyo. Bueno, debo irme, hoy me toca preparar la cena y hacer algunos quehaceres en casa.
-¿Quieres que te acompañe?
-No es necesario.
-Bueno, te veré mañana y no olvides que después de clases tendremos una sesión de fotos.
-Claro, le pediré a Kero que me ayude con los quehaceres para mañana tener la tarde libre- dibujó por fin una sonrisa.
Por la mente de Tomoyo le surgió una duda pero no quiso agobiar más a Sakura, quien ya se despedía y tomaba camino. La joven ojiazul miraba a su amiga perderse en el horizonte mientras pensaba en otra de las pequeñas "complicaciones" que existían en la relación de Sakura y Li, y es que desde hacía más o menos un año y medio, Sakura y Tomoyo habían emprendido un pequeño proyecto de diseño de modas; Daidouji diseñaba y confeccionaba prendas que su amiga modelaba para luego ofrecerlas a otras compañías que las producían en serie. Habían sido un éxito en pocos meses.
La cuestión era que en muchas ocasiones a Tomoyo le habían pedido información sobre su "modelo" pues era realmente buena y podría tener un gran futuro en el medio del modelaje. En un principio Sakura ayudaba a su amiga como un favor, pero con el tiempo (y una vez que comenzó a perder pena frente a la cámara) había descubierto que le gustaba hacerlo.
Tal vez una herencia oculta de su madre- pensó con una sonrisa.
El problema era que había alguien a quien esa idea no le parecía tan maravillosa. En cuanto se enteró, Li había dicho que estaba muy bien que apoyara a su amiga, sin embargo no había ocultado sus celos ante el hecho que "otros admiraran la belleza de su novia". Hasta donde sabía Tomoyo, Sakura no había vuelto a decirle nada a Li.
Muy mal, ese pequeño secreto le terminará reventando en la cara- inmediatamente deseó que eso no se cumpliera porque su amiga realmente merecía ser feliz con el chico que había elegido como la persona más importante.
-La señorita Sakura se ve algo agobiaba ¿no crees?- dijo de pronto una voz masculina a sus espaldas.
Cuando volteó no pudo evitar su sorpresa, hacía años que no lo veía pero no tenía duda de quién era el joven que estaba justo ahí - ¡Hiragizawa!
O/O/O/O/O
Para cuando llegó a casa su ánimo ya estaba un poco mejor. Tomoyo tenía razón, todo iba a salir bien y debía ser positiva.
Subió las escaleras y entró a su habitación. Kero estaba muy entretenido con la nueva consola de videojuegos que Sakura le había obsequiado hacía unos meses; pensaba que su fiel guardián merecía algo mejor que entretenimiento en 8 bits, por lo que le dio un regalo por los años que ya llevaba acompañándola.
-¡Hola! ¿Cómo te fue? – preguntó la criatura sin despegar los ojos de la pantalla y moviendo ágilmente sus patitas en el control.
La chica se dejó caer en su cama – Creo que bastante bien, recibí la última calificación que me faltaba, sí logré pasar Ciencias- suspiró en señal de victoria pues incluso Kero la había acompañado en las noches que se desveló estudiando para los exámenes finales.
-¡Oh qué bien! Valieron la pena esas noches en que no dejabas dormir por tener la luz encendida hasta tarde.
-Kero- dijo la chica para reprenderlo. En ese momento, karmáticamente el aludido se desconcentró y perdió en el juego en el que estaba. Luego de quejarse por su desgracia, fue hacia su ama.
-Bueno, entonces ya terminaste y ya empiezan las vacaciones… ¿Ya sabes cuándo vendrá el mocoso?
Sakura estuvo a punto de volver a reprenderlo, Kero no perdía la costumbre de llamarlo así pese a que Syaoran ya no era un niño; Tomoyo solía decirle que seguía llamándolo así porque celaba a su ama. No obstante, en ese momento no tuvo ánimo de regañar a Kero, se enderezó un poco y vio la foto que adornaba su mesa de noche. La ventaja de la manía que tenía su mejor amiga de grabar y fotografiar todo, era que tenía muchos recuerdos de ella con Syaoran, como ése, un pequeño collage de imágenes de ella y su novio.
-Aún no Kero, no he recibido alguna carta de él ni un mensaje en mi teléfono...- respondió taciturna.
-No pongas esa cara. Deberías revisar en tu computadora, a lo mejor el mocoso apenas te ha mandado un mensaje o de esas cosas con las que se comunican.
Podría ser…
En ese momento encendió su computadora, buscó algún correo o mensaje. Nada. Lo último que sabía de Syaoran fue una breve conversación que tuvieron hacía casi una semana y media. Estuvo a punto de apagar el aparato cuando de pronto le llegó una notificación. Sabía que Syaoran no le gustaban las videoconferencias (y, en general, comunicarse por la computadora) así que le extrañó que alguien quisiera hablar con ella.
-¡Hola!- escuchó al tiempo que el rostro de Meiling aparecía en la pantalla.
-¡Meiling, qué sorpresa! – respondió Sakura intentando ocultar todo lo que su novio estaba perturbando en ella.
-Es que vi que estabas en línea y quise aprovechar para saludarte, ya que mi primo es un despistado y seguro nunca te hace llegar mis saludos.
-A veces… Pero dime ¿cómo estás?
-Muy contenta y ansiosa de ir allá.
La ojiverde guardó silencio al no comprender -¿De qué hablas?
- ¡Qué tonta soy! Lo siento muchísimo, pensé que Syaoran te había contado que en su próximo viaje a Japón yo lo acompañaría, me lo pidió desde hace unas semanas y pensé que… Lo siento, creo que arruiné la sorpresa- Meiling se veía en verdad muy apenada.
-Ay chiquilla, tenías que hablar de más- intervino Kero; parecía que su guardián jamás perdería la costumbre de molestar a los Li.
Mientras Meiling y Kero se enfrascaban en una pequeña discusión sobre quién era el más entrometido, la cabeza de Sakura le daba vueltas, aunque también sentía que un alivio invadía su corazón. Syaoran sí pensaba en ir a verla, incluso había pedido a Meiling le acompañara ¿Sería por alguna situación en especial? ¿Estaría preparando alguna sorpresa? ¿Por eso había estado tan enigmático las últimas semanas?
Cuando por fin pudo seguir hablando con Meiling, ésta parecía desviar la conversación hacia otros temas más triviales: la escuela, el clima… No hablaron mucho más, la ojiverde pretextó (aunque sí era cierto) que debía colgar pues aún debía preparar la cena y hacer algunas quehaceres en casa.
En realidad Sakura ya no podía concentrarse mucho en lo que su amiga china decía, sólo pensaba una y otra vez en Syaoran, en lo mucho que lo extrañaba y todo lo que quería hablar con él de frente.
Quiero preguntarle… quiero saber qué sucedió exactamente… qué significó lo que pasó esa tarde en el verano pasado, cuando estábamos solos en su casa – se dijo a sí misma, y con sólo recordarlo, su rostro se puso colorado.
O/O/O/O/O
Tomoyo se había llevado una tremenda sorpresa cuando Eriol Hiragizawa se apareció de la nada en la salida de la preparatoria. Aunque no lo había visto en persona en años, él seguía teniendo un inconfundible porte.
En ese momento, se había imaginado que él buscaba a Sakura, por lo que le insistió en seguir a su amiga.
-No te preocupes, la noté algo apurada ¿Todo bien?- le había dicho.
-Sí, es sólo que está un poco cansada por los exámenes finales.
Eriol la miró no muy convencido. Desde luego que él tenía ciertas habilidades que le permitían darse cuenta que la señorita Sakura no estaba del todo bien, pero por el momento no quería agobiarla, además él mismo necesitaba distraerse un poco.
-Bueno, quizá pueda verla después, cuando esté más repuesta, de todos modos estaré aquí unos días.
-¿En serio? Vaya, a Sakura le dará mucho gusto… ¿Y a qué se debe tu visita?
-¿Te parece si lo hablamos mientras tomamos un café?- le había propuesto con una sonrisa.
De ahí se habían ido a conversar a un lugar tranquilo y apartado en la pequeña cafetería que Eriol eligió.
-¿Y por cuánto tiempo estarás aquí?- preguntó Tomoyo.
-Aún no lo sé. Hay asuntos que debo atender en Tomoeda – respondió para luego darle un sorbo a su café.
-… ¿Sucede algo?- preguntó algo intrigada por la actitud del joven inglés.
-¿Sabes Daidouji? Siempre admiré tu don de observación, pese a que no posees algún poder siempre ves más allá.
Ella sonrió algo apenada- ¿Eso es un sí?
-Es un tal vez.
Tomoyo temió por un momento, la última vez que Eriol Hiragizawa había estado en Japón había causado "algunas molestias" a su mejor amiga- ¿Sucede algo malo con Sakura o las Cartas?
Suspiró- La verdad no sé. Hace mucho tiempo que perdí el control de todo este asunto. Sakura ha superado las habilidades de quien fui en mi vida pasada… Desde poco antes que ella se convirtiera en la nueva dueña de las Cartas, yo ya no supe hacia dónde se dirigirían las cosas.
-No comprendo.
-Poco antes de morir, el Mago Clow dispuso varias cosas para el destino de las Cartas, entre ellas su reencarnación en mí y en… Bueno, algunas de esas cosas que él pensó sucederían, no se dieron. He pensado que entre ellas está que Sakura eligió a una persona como dueño de su corazón, y éste le correspondió.
-Hiragizawa, me estoy confundiendo ¿Qué tiene que ver la relación de Sakura y Li con todo esto?
-Como te dije, no lo sé con exactitud. De lo único que tengo certeza es que tengo un presentimiento…- fue lo más honesto que pudo sin generarle preocupaciones a Daidouji - Bueno, todo esto es nuevo para mí y ni siquiera tengo información de mi vida pasada sobre este asunto.
En ese momento unos comensales entraron a la cafetería. Al abrirse la puerta del establecimiento, Eriol dio un pequeño brinco y miró nervioso hacia la entrada, luego volvió a su café como si nada. A Tomoyo le pareció bastante extraña aquella reacción.
-Hiragizawa…
-Preferiría que ya me llamaras por mi nombre, en Inglaterra todos lo hacen… Supongo que es lo común entre los jóvenes occidentales de nuestra edad.
-Eriol ¿hay otra razón muy diferente por la que estás de visita?- preguntó directa.
-No me equivoqué, tu don de observación es admirable- comentó, pues Tomoyo estaba en lo correcto; ese viaje a Japón le había caído como anillo al dedo, en un momento en que necesitaba despejarse; o quizás, de alguna manera, escapar.
O/O/O/O/O
-Ya llegué- dijo Fujitaka Kinomoto en cuanto cruzó el umbral justo a tiempo para la cena.
-Bienvenido papá. Ya estoy terminando de cocinar ¿te apetece cenar de una vez?
-Excelente ¿Ayudo en algo?
-No es necesario, serviré en un momento. Logré hacer todos los quehaceres y la cena a tiempo – mintió piadosamente pues fue Kero quien le ayudó a terminar todo a cambio de una jugosa porción de postre en cuanto terminara.
- Te lo agradezco mucho. Desde que tu hermano se fue, has cargado con las responsabilidades de la casa- dijo mientras se sentaba y su hija le servía la cena.
-No te preocupes- se sentó con él para que ambos agradecieran la comida y comenzaran a degustar. –Extraño mucho a mi hermano (aunque se la pasaba molestando); pero me alegra mucho que Touya esté contento.
-Sí, él ya tomó su propio camino pronto tú harás lo mismo- miró con nostalgia la fotografía de su difunta esposa- No faltará mucho para que hagas tu vida, quizá al lado de alguien especial.
-Papá, sé que aún la extrañas mucho- dijo tomando su mano y deseando poder hacer algo para no ver ese semblante triste cuando hablaba de su madre.
-No te preocupes Sakura, yo entiendo que la vida es así- le sonrió- Y bueno, todo esto viene a propósito de algo que escuché esta tarde. No me habías comentado que Li había decidido estudiar la universidad en Tomoeda.
Ella guardó silencio. Le daba mucha pena decirle a su padre que su novio no le había comentado nada de sus planes, él tenía a Syaoran en un gran concepto- ¿Ah sí? ¿Cómo supiste?
-Esta tarde estaba en la sala de profesores, me contaron que los resultados de los exámenes de ingreso habían salido y que había un aspirante que llamó la atención por su alta puntación, se trata de un joven chino que solicitó desde allá realizar el examen. Fui a investigar y descubrí que era Li Syaoran.
Sakura profirió gritos internamente. Syaoran le había contado en una ocasión que hacía muchos años, cuando conoció a su padre, admiró mucho su área de trabajo y las investigaciones que realizaba; a veces decía que sería muy interesante dedicarse a la Arqueología, aunque Sakura no imaginó que él lo tomaría en serio en algún momento- ¿En serio?- fue lo único capaz de articular.
-No negaré que me sentí muy orgulloso de que el novio de mi hija destacara entre mis futuros estudiantes. Él es un gran muchacho Sakura, realmente me siento muy tranquilo de que un chico como él esté a tu lado y más ahora que sé que estará aquí en Japón contigo.
Esas últimas palabras retumbaron en la cabeza de la joven, aún no podía creerlo. Era cierto Syaoran tenía serios planes. Supuso que de ahí tanto misterio, incluso se lo imaginó estudiando como loco por semanas para poder aprobar el examen de admisión a la universidad.
-¿Sabes hija?- comentó su padre tomándola de las manos y sacándola de sus pensamientos- Estoy seguro que Li hace esto porque realmente quiere una relación seria contigo; durante mucho tiempo pensé que ustedes dos se estaban tomando como un juego su noviazgo, con eso de hablarse sólo por teléfono y mandándose mensajitos, pero me alegra saber que me equivoqué.
Sonrió cálidamente- Estoy muy contento de que él sea tu novio. Es un chico muy serio, responsable, formal, proviene de una buena familia…
-Papá, sabes que eso no me importa.
-Lo sé, pero me da tranquilidad saber que él puede ofrecerte la vida que te mereces… Además, sé que nunca me lo has dicho ni lo dirás, pero Li es un chico apuesto – sonrió mientras su hija se ponía en exceso colorada.
Su padre rio ante esa reacción. Sakura rio también, estaba feliz de que las cosas comenzaran a tomar cierto orden.
Regresó a su habitación para descansar. Se arrojó a su cama casi con un salto y tomó el oso de felpa que Syaoran le había obsequiado hacía muchos años, lo abrazó mientras tarareaba una canción.
Kero, por su parte, se quejó en silencio de lo extrañas que eran las mujeres. Esa tarde había visto a su ama muy triste por su novio y ahora desbordaba felicidad.
Sakura se quedó dormida feliz. Ya no pensó en las semanas que Syaoran había sido distante con ella, ni siquiera le importó el hecho que nunca le hablara de sus planes, dejó de lado los pequeños celos que la invadieron al saber que Chiharu se casaría pronto y que se iría a otro país sólo importándole su amor; y, también, olvidó su inseguridad por lo que vivió con Syaoran la última vez que estuvieron a solas en su casa, lo que había desencadenado una serie de sueños donde sentía que lo perdía y que de alguna manera había dado inicio con su distanciamiento.
O/O/O/O/O
Entró en su oscura habitación. Miró la hora. Ya era muy tarde como para molestar a su novia, quien seguramente ya se encontraba dormida.
Quizá mañana...
Se dejó caer en su cama. Syaoran se sentía muy cansado. Ciertamente habían sido unas semanas agotadoras: sus clases normales, su educación en magia, prácticas de artes marciales y estudiar para el examen de ingreso a la universidad, lo habían dejado molido. Aparentemente el asunto de la universidad ya había llegado a un buen fin; no obstante, sabía que lo que se le avecinaba era aún más complicado que aprobar ese examen.
Apenas esa tarde había recibido una notificación de su aceptación en la Universidad de Tomoeda gracias a unos extraordinarios resultados, lo cual era muy bueno y se trataba de algo que realmente anhelaba desde hacía mucho tiempo; sin embargo, no era tan sencillo dejar así Hong Kong. Nunca lo había sido, de ahí que en todos esos años no pudiera cumplir la promesa que le había hecho a Sakura.
Al pensar en ella suspiró. Deseaba tanto estar con ella, deseaba escuchar su voz, deseaba ver su sonrisa, deseaba oler su cabello, deseaba abrazarla, deseaba besarla, deseaba... deseaba... la deseaba. La deseaba tanto.
No, no, no. Calma. Paciencia- se dijo y trató de no pensar en "eso".
Todo llegaría en su momento y no importaba lo que tendría que hacer, lograría vencer cualquier adversidad que se presentara y enfrentaría a todos los que se opusieran.
Al pensar en eso, revisó en su cajón (que permanecía bajo llave), muy al fondo, hasta encontrar una pequeña caja oculta. Absolutamente nadie en esa casa podía saber de la existencia de esa pieza. No aún.
Se recostó de nuevo y la abrió. Un anillo de compromiso se asomó. Lo había comprado hacia tiempo, en aquella ocasión lo eligió pensando en cuál era la joya más hermosa que luciría perfecta en la mano de su novia. Desde entonces lo había escondido.
Pronto Sakura, pronto. Sólo dame un poco de tiempo para resolver el lío en el que estoy.
Continuará...
Os contaré brevemente, hace varios años tuve la idea de mi segundo fic basado en este maravilloso anime y manga de CLAMP.. En aquel momento tuve varias ideas y escenas más o menos planteadas, pero jamás encontré hacia dónde quería llevar la historia. Como que le faltaba algo pues. Luego de casi 8 años de mis ires y venires en el mundo del fanfiction, tuve una epifanía y de la nada encontré ese algo que a esta historia le faltaba. Mis musas me acosaron hasta que terminé estas líneas que hoy les presento.
Así pues, espero que esta historia sea de su interés. Y vaya que pasaran acá unas cosas que qué barbaridad (como podrán imaginar). Bien, como siempre agradezco de antemano su tiempo de lectura y sus comentarios, dudas y observaciones. Nos leemos pronto.
