Hola :) solo quería quitarme las ganas de escribir algo sobre esta hermosa pareja. Es mi primer fanfiction sobre ellos, critiquen con libertad. Será largo y ya esta terminado, asi que si les gusta, hay para rato. Dsifruten.
Warning: Ninguno de estos personajes me pertence, si no a J.K Rowling. Gracias por hacerlos existir :)
PART 1
HERMIONE
Capítulo 1
Mientras los tres caminábamos por los pasillos de Hogwarts en silencio, yo observaba el ocaso a través de los destruidos muros. A pesar de la destrucción y de la gente que pasaba a nuestro lado, devastada, corriendo de un lado a otro, o simplemente deambulando, nosotros estábamos sumidos en nuestros pensamientos. Sabíamos que no sería fácil, los tiempos que venían estarían cargados de dolor, pero también de esperanza. Voldemort finalmente estaba muerto. Y eso cambiaría las cosas radicalmente en el futuro. De pronto ya no hubo ocaso. Cruzamos el retrato de la señora gorda y entramos en nuestra sala común. Se encontraba casi intacta, sentí algo de tranquilidad. Aquí no había rastro del dolor que sentíamos. Era agradable. Harry se detuvo y también lo hicimos nosotros.
-Entonces realmente se acabó –Dijo Ron con las manos en sus bolsillos y con la vista clavada al suelo. Con esfuerzo posó sus ojos profundamente azules en Harry, quien esbozo una media sonrisa como respuesta. Todo volvió a quedar en silencio. Me acerque despacio a ellos y los abracé. De inmediato ambos me devolvieron el abrazo. Necesitábamos aquél reponedor abrazo, seguíamos juntos, después de tanto.
-Gracias –Dijo Harry con pesar en su voz –No lo habría logrado sin ustedes y…
-No hace falta Harry –Le interrumpí –Esta bien. –Pude sentir como Harry asentía con la cabeza sobre mi hombro. Con lentitud nos deshicimos del abrazo. Harry saco una pequeña botella de su bolsillo y la observó moviéndola entre sus dedos.
-No quería tener que beberla, pero creo que me hará falta. –Dijo sin despegar los ojos del pequeño frasco.
-Te hará bien, la necesitas –Le revolví el cabello un poco y le dedique una mirada de dulzura. Harry me miró forzando una leve sonrisa. Abrió la botella y bebió el contenido de un trago. La profesora Mcgonagall nos dio a los tres una botella de dormir sin soñar, no se que impresión le habremos dado, pero después de tantos meses sin descansar la aceptamos sin siquiera replicar. –Mañana será un largo día –Agregué entristecida. Ron volvió a bajar la cabeza. Se había estado conteniendo desde hace mucho, no estaba segura de cuanto mas iba a aguantar. Pero lo conocía, e intentaría mostrarse fuerte, por su familia.
-Será mejor que me vaya a dormir –Dijo Harry conteniendo un bostezo
-Te sigo –Susurró Ron aún cabizbajo
-Te veo mañana Hermione –Dijo Harry con una mirada cálida, y se dispuso a caminar hacía las escaleras que llevaban al cuarto de chicos. Ron subió la cabeza cuando Harry hubo desaparecido y clavó su celestial mirada en mí. Subió de a poco su mano para rozar débilmente mi mejilla. Le sonreí torpemente, y lo vi alejarse por donde mismo lo hizo Harry. Eché un vistazo a la sala común, intacta, acogedora como siempre, pero la chimenea esta vez estaba apagada. Subí las escaleras extremadamente cansada y con mil emociones dando vueltas dentro de mí. Demasiadas para describirlas, y mucho mas para manejarlas. Cerré la puerta con suavidad para no despertar a Ginny quién dormía profundamente en una cama contigua a la mía. Yo me senté sobre mi cama, a pesar de lo espaciosa de mi habitación me sentía atrapada. Mi cabeza era un tornado de cosas, mis sentimientos eran extraños y mezclados, por un lado quería reír y gritar por que todo había finalmente acabado, por que había besado a Ron, por que estábamos vivos… pero por otro lado quería llorar hasta quedarme sin lágrimas, por los caídos, por la destrucción, por mis padres, por todo el sufrimiento que a lo largo de la guerra… sentía que me faltaba el aire. Comencé a desesperarme y a acelerar mi respiración. Apreté los puños que caían a mi lado y justo antes de proferir un grito inapropiado, Ginny se sentó de golpe en la cama, respirando agitadamente y me miró asustada.
-¿Pesadilla?-Le pregunté relajando mis puños y tranquilizándome para calmarla a ella. Ella asintió con la cabeza aún agitada, mirándome asustada. –Creo que pasará un largo tiempo antes de que dejemos de tenerlas… vuelve a dormir Ginny –Le dije en tono maternal.
-No se si pueda –Contesto con la voz ahogada. Me puse de pie y me senté a su lado, no dejo de mirarme en ningún segundo, con el miedo atravesado en su mirada. La abracé y esperé que dejara salir su tristeza, pero no lloró. Orgullo Weasly. Revolví mi bolsillo con una mano y encontré lo que buscaba. Solté a Ginny y ella recupero su posición clavando aún su mirada en la mía, como buscando protección. Le puse la botellita frente a sus ojos y ella miró confundida.
-Dormir sin soñar –Le dije rápidamente –Bébela.
-¿Y que hay de ti? –Pregunto volviendo a mirarme.
-Yo tengo otra –Le mentí- Anda, bébela –Dije agitando mi brazo frente a ella
- Quiero verla –Me contestó
- ¿Qué? –Le pregunté sorprendida
-Que quiero ver la botella –Me respondió desafiante. Inteligente pelirroja… suspiré derrotada.
-Está bien no tengo otra –Contesté bajando el brazo. Pero no hay problema, no voy a necesitarla, estoy muy cansada. Tú la necesitas más que yo. –Ginny sonrió mas tranquila.
- Eres una gran amiga, gracias –Ginny tomo la botella de mi mano y se la bebió rápido. Debió estar muy agotada para aceptarla tan rápido. Me abrazó con fuerzas –Ahora te quiero en tu cama, yo también quiero que descanses –Me ordenó –prométemelo
-Te lo prometo –Le dije intentando convencerme de que sería así. La solté y me metí a la cama sin siquiera desvestirme. Pasaron 5 minutos y Ginny ya estaba dormida, pero deje pasar otros diez minutos más para cerciorarme de que la poción funcionara. Durante todo ese tiempo intenté no pensar en nada, y estaba funcionando, hasta que de pronto ya no pude más. La angustia inundó mi cuerpo y una mezcla entre rabia y tristeza afloraba por cada poro de mi piel. No aguanté más y me puse de pie con rapidez, salí lo mas silenciosamente de la habitación y baje casi corriendo las escaleras. Llegué a una sala común completamente oscura y vacía. En mi desesperación tropecé con un sillón y caí sobre él. Me senté envolviendo mis piernas con mis brazos, e instantáneamente un montón de lágrimas se escaparon por mis ojos y no querían detenerse. Sollocé por lo bajo, pero los espasmos no podía disimularlos. No se cuanto tiempo pasó, solo sabía que me llanto no cesaba mientras que un millón de imágenes venían a mi mente, acompañadas de sentimientos mezclados que me desesperaban aún más. De pronto el peso en el sillón cambió, y un par de fuertes brazos me atrajeron hacía su pecho. En ningún minuto me digne a levantar la cabeza ni mucho menos a dejar de llorar, pero sabía perfectamente quién me estaba abrazando. Era inconfundible, aquél aroma, aquellos brazos, aquél agitado corazón latiendo con fuerzas bajo su pecho, Ron estaba conmigo, como siempre. Ni el nerviosismo que se incorporó a mi torbellino de emociones pudo detener mi llanto, de hecho lo incrementó. El hecho de que el estuviera allí, consolándome, abrazándome tan fuerte, me ayudaba a dejar salir toda mi angustia. El no dijo nada, yo tampoco. Me encontraba con la cabeza hundida en su pecho, arrodillada junto a el, mientras mi espalda estaba rodeada por sus brazos y una de sus manos acariciaba despacio mi sucio y enmarañado cabello. De a poco mi llanto empezó a cesar junto con las convulsiones y los sollozos ahogados. Por primera vez me moví y sequé mis lágrimas con mis manos, aún refugiada bajo sus brazos. Quise incorporarme y el me soltó y pude sentarme a su lado. Lo mire en la oscuridad, pero aún así pude encontrar sus ojos azules.
-Gracias –Dije en un susurró, avergonzada. Ron acercó su mano y me quitó un mechón de pelo que le impedía mirarme bien. Entonces me sonrió, o al menos lo intentó. Mas me avergoncé por lo terrible que debía verme, pero aún así le devolví la sonrisa.
-¿Estas bien? –Preguntó con preocupación
-Ahora un poco mejor –Contesté con mejor voz
-Es tan difícil creer que todo acabó… -Me dijo apesadumbrado ahora mirando al frente.
-Lo sé –Contesté imitándolo. –Va a ser difícil, pero saldremos de esta…
-Saldremos de esta –Repitió con la mirada totalmente perdida
-Sabes… es tan extraño… es una gran alegría por que todo finalmente acabo, pero tan triste por… por todos los caídos…-Ron bajo la cabeza. Con suavidad posé mi mano sobre la suya, la acaricié y la retiré rápidamente. -¿Cómo estas? –Le pregunté con la esperanza que se desahogara
-He tenido mejores días… -Dijo intentando sonar natural
-Sabes que debe estar muy orgulloso de ti –Ron no contestó. Pasaron varios minutos en los que solo lo mire mientras el no subía la cabeza. Hasta que lo hizo para posar sus tristes ojos en mi.
-Voy a extrañarlo –Me dijo con la voz quebrada. No pude evitar volver a tomarle la mano, esta vez el la volteó y abrió sus dedos para entrelazarlos con los míos. Era totalmente evidente lo que había causado con mi torpe y arrebatador beso. Pero no era el momento de hablar de eso.
-Todos vamos a extrañarlo y no imagino lo duro que debe estar siendo para ustedes… su recuerdo siempre va a estar con nosotros, pero con el tiempo las cosas van a mejorar Ron… lo sé… Fred lo habría querido así. –Basto sólo con pronunciar su nombre para que Ron apretara los ojos con dolor, soltó mi mano rápidamente y se cubrió la cara con sus manos, intentando que yo no notara que estaba llorando. Me partió el alma verlo sufrir de esa manera, así que imitándolo, lo rodee con mis brazos y lo atraje a mi regazo. Lo abracé dejando su cabeza apoyada con fuerzas contra mi vientre, mientras acariciaba su cabello y unas lágrimas silenciosas salían de mis ojos compartiendo su dolor. Cada espasmo de su cuerpo provocado por el llanto me dolía profundamente, lo único que quería era poder alivianar su dolor.
Cuando comenzó a calmarse puse mi cara sobre su pelo y con lentitud acaricié sus brazos. Cuando ya estuvo totalmente calmado, se liberó de mi abrazo y se sentó mirándome. Limpió sus lágrimas con el dorso de sus manos, y volvió a mirarme mucho mas tranquilo. Levanto su mano sobre mi cara y con su pulgar limpió la última lágrima que había corrido por mi mejilla. Nos miramos durante un rato, era impensable como había cambiado radicalmente mi forma de verlo.
-Gracias por estar aquí conmigo Hermione –Pronunció con dificultad.
-Tenías que dejar salir el dolor Ron… -Contesté. Nos quedamos callados por mucho tiempo hasta que él rompió el silencio.
-He querido preguntarte algo –Me dijo decidido. Mi corazón volvió a acelerarse al hacer contacto visual.
-¿Que? –Pregunté, aunque sabía perfectamente a que iba todo esto.
-¿Fue real? –Dijo nervioso –Me refiero si… si realmente lo sentías…si realmente… si…si, ¿ese beso fue real? –Soltó al fin. Con mucho valor me encontré con su mirada brillante.
-mucho mas que cualquier cosa –Le contesté con firmeza. Sonrió en la oscuridad. – ¿Y para ti?
-Fue lo mejor que pudo pasarme en medio de toda esa guerra –Contestó nervioso –Mira, Hermione, se que han pasado cosas y que…-Ron comenzó a dejar salir palabras atropelladas que no pude comprender.
-Ron, espera…-Le interrumpí. –Cálmate… -Ron inhalo con fuerza y exhaló de la misma manera –sé que lo que hice cambió mucho las cosas y que tenemos muchas cosas de que hablar, pero no en este momento, no es apropiado, no ahora en medio de tanta destrucción y muerte… tendremos mucho tiempo después… solo quiero que sepas una cosa…-Dije seria. El espero expectante –Si hice lo que hice, en el momento en que lo hice, fue por que sencillamente no quería morir sin al menos demostrarte algo de lo que sentía. Quería que supieras eso…-Ron me miró con ternura, y asintió despacio. Nos quedamos en silencio otro largo rato, hasta que me puse de pie.
-¿Que haces? –Me pregunto casi desesperado
- Quizás es ora de irme a la cama e intentar dormir
-¿No bebiste la poción? –Pregunto poniéndose de pie frente a mí
- Y tu tampoco la bebiste –Dije acusándolo. No contestó. –Mañana será un largo día. No quería arriesgarme a beberla y despertar quizás en cuantos días… además Ginny la necesitaba más que yo.
-¿Se la diste a Ginny? –Pregunto con sorpresa
-La necesita, no la esta pasando bien… -El me sonrió
-Eres muy dulce –Me dijo. Me avergoncé.
-Buenas noches Ron –Le dije para no rendirme frente a él. Igualmente no pude evitar posar mi mano sobre su mejilla como el lo había hecho hace un rato conmigo. Ron cerró los ojos y los abrió cuando baje la mano. Lentamente me di la vuelta y comencé a caminar. No llevaba ni tres pasos cuando sentí su mano sujetando mi brazo obligándome a voltear, quede a escasos centímetros de él. Sentí una mano sujetando mi cintura y la otra aún sostenía mi brazo. Sólo cerré los ojos y pude sentir su respiración tibia y acelerada en mi rostro, entonces sus labios rozaron los míos. Fue indescriptible lo que sentí. Nuestro primer beso fue un arrebato, desesperado. En cambio esta vez nos movimos lentamente, sin apuros, con los sentimientos a flor de piel. Entonces colgué mis manos en su cuello y lo acaricié mientras su boca besaba la mía. Nos separamos de a poco, casi con dolor, nuestras frentes y narices aún podían tocarse.
-Entiendo por que no quieres hablar conmigo, –Comenzó en un susurro –pero hasta que lo hagas, no te quiero lejos de mí. –Le mostré una gran sonrisa y me perdí en sus labios una vez más.
