Un pequeño resumen: Una pequeña introducción.

Las pequeñas cosas siempre hacen la diferencia y crean maravillas en nuestras vidas; por eso, este fic estará compuesto por pequeñas narraciones que llenaran de maravillas la vida de Kotonami Kanae.


Dedicado a a una joven enamorada.


...El ultimo arrebato de cobardía.

Se acurrucó entre las mantas de su cama y sonrió mirando su celular. Era una mujer estúpida… tonta, maraca y necia; con una mirada endemoniada, una sonrisa de hielo y un corazón de piedra... era una mujer indeseable; orgullosa y ensimismada, engreída y egocéntrica, deshonesta y cruel, materialista, vengativa y presumida. Ella era una mujer incapaz de empatizar con los sentimientos de otra persona… Respiró profundo y tomó el móvil, lo desbloqueó y empezó a buscar el destinatario de su arrebato de cobardía. Tus amigos tenían razón, escribió rápidamente, no me interesas. No deseo tener una relación a través de mensajes de texto; tú sabes que siempre tengo mis arrancadas locas por ahí y es porque amo salir. Me da lo mismo que digan de mi: maraca, puta o fácil, cualquiera de esos calificativos me tiene sin cuidado. No me interesan las flores o los corazones, odio los poemas y sinceramente, tampoco estoy interesada en una amistad. Creo que lo mejor que puedes hacer es seguir el consejo de tus amigos y bloquearme, borrar mi número de teléfono y hacer todas esas cosas que hacemos las mujeres cuando nos queremos olvidar de un hombre, agregó sintiendo como se quedaba sin aliento. Miró la pantalla del móvil y se obligó a marcar la respetable tecla enviar. Ahora, luego de haberte escrito todo lo que pienso, creó que podre volver a la cama, descansar y mañana levantarme para tener un nuevo y alegre día, escribió mandándole un nuevo mensaje mientras sonreía amargamente; debía reprimir las emociones que nacían en su corazón. Debía actuar y meterse en su papel de titiritero. Controlar la situación y asumir su responsabilidad; su poca valentía y la insuficiencia de empatía que se alojaban en su personalidad. Se abrasó dejando a un lado su teléfono móvil, su vida y su persona. Respiró profundo y se permitió dejar salir sus lágrimas. Si, era una estúpida, tonta y manipuladora… no se tomaba nada en serio y no era porque no quisiera hacerlo, sino que simplemente algo dentro de ella le impedía creer todo lo que vivía a diario. ¿Por qué no podía volver a ser todo como antes? Valla estupidez, pensó sonriendo y viendo como su móvil brillaba en la oscura habitación, dando a conocer la recepción de un nuevo mensaje. Por fin leí lo que quería leer… gracias por ser honesta esta vez, te lo agradezco! Dijiste lo que nunca me atreví a decirte y bueno, ahora sí sé que es lo que debo hacer…, leyó sintiendo como una extraña presión nacía en su pecho. Aquello significaba el inicio de un fin y la lenta desmembración de su corazón…Lo había conseguido; tal vez no como lo había imaginado, pero aun así todo había sucedido como se lo había esperado hace un par de meses atrás cuando aun no sentía nada especial por el joven y simplemente odiaba la idea de creer en el amor. Todo era tan absurdo. Tan estúpido y frustrante. Ella se había enamorado sin pensar en lo que podía suceder, sin tomar en cuenta el dolor que le podía causar el sentimiento de amar. Se enamoro dejándose llevar por una ingenua ilusión… Suspiró y lloró. Maniática, obsesiva, tonta, manipuladora y estúpida, repitió una y otra vez mientras se empeñaba en olvidar todo lo sucedido, mirando el cielo nocturno que podía apreciar por la ventana de su habitación.

Observo que no había estrellas en el cielo, y sonrió enternecida por el extraño dolor alojado en su pecho. Que no daría en aquel momento por ver una sola estrella en opaco cielo de la ciudad.