Una oportunidad más, incluso si has perdido una.
Después de decidir no entrar a la taberna, la joven Regina vagó sin resultado alguno durante varios minutos todo para que terminara de nuevo cerca de la taberna
- Quisiera en estos momentos poder transportarme de un lugar a otro...estupido hechizo - ladeaba frustrada su cabeza
- Lo siento mi lady - decía un hombre tomándola por sorpresa, Regina se volteo - ¿se encuentra bien? - le preguntó
- Si gracias solo estoy esperando - contestó un poco temerosa y nerviosa al joven que se encontraba parado frente a ella
- Esperando ¿en serio? No imagino quien pueda hacerle esperar a estas horas de la noche
- Si bueno - balbuceo ella
- Discúlpeme mi lady soy Robin de Locksley - haciendo una pequeña reverencia ante ella - se ha perdido ¿verdad? No está esperando a nadie
- Soy Regina - dijo ella - y tiene razón me he perdido
- Sabia que no era usted del bosque Sherwood...entonces ¿donde queda su castillo mi lady?
- ¿Porque supone que vivo en un castillo?
- Bueno por su vestimenta los modales y discúlpeme por lo que voy a decir ahora pero es usted muy bonita que no me equivocaría al decir que es la princesa mas hermosa de entre la nobleza - Regina se sonrojó ante las palabras del joven Robin quien le sonrió gesto al que ella correspondió amablemente - entonces princesa puedo acompañarte hasta donde vives si me lo permites
- ¿Haría eso por mi? - cuestionó ella
- Por supuesto mi lady
- Muy bien yo vivo en el castillo del rey Leopoldo - Robin se sorprendió
- Vaya si que se perdió muy lejos
- ¿De verdad? ¿Tan lejos está? - se preocupó Regina
- Si pero no se preocupe, venga - la tomó de la mano llevándola hasta donde estaba un caballo - así ya no llegaremos tan tarde y usted no se meterá en problemas
- ¿Es de usted? - le preguntó refiriéndose al animal
- De un amigo mío que aun sigue en la taberna - Robin sonrió
- De acuerdo - consintió ella eligiendo no desconfiar del joven y subió al caballo con una pierna en cada lado lo que sorprendió a Robin
- He montado desde que era una niña, me encanta - presumió
- Oh - asintió el joven subiendo al caballo también, estando detrás de ella tan cerca sintió un agradable aroma como a flores y manzanas pensó en cuestión de segundos se perdió en el olor que desprendía de ella y suspiró
- ¿Nos vamos? - preguntaba Regina sacándolo de sus pensamientos
- Si claro mi lady disculpa me distraje - contestó el rodeándola con sus brazos lo que hizo a Regina sentirse segura ejerció fuerza en el caballo y comenzaron a cabalgar, el camino fue tranquilo y en silencio Robin se encontraba un poco nervioso y esto no le permitía articular palabra alguna lo mismo pasaba con Regina los brazos fuertes de Robin protegiéndola le recordó a Daniel su primer amor y las primeras veces que solían cabalgar juntos había pasado ya un año desde que su madre Cora arrancó su corazón frente a ella, llevándose con su muerte la mayor felicidad en su vida hasta el momento. Robin no se parecía en nada a Daniel su cabello era castaño su mirada firme parecía ser un hombre honesto pensó pues quien seria capaz de ofrecerse a llevarla sin conocerla de un reino a otro; nadie hacia algo así por ella en el reino tal vez pero debido a que era la Reina.
Horas mas tarde Regina le preguntó si ya estaban cerca del castillo a lo que Robin respondió que sí que faltaban poco para ver el camino que daba vista al castillo y estaría de vuelta a salvo, fue que ella sugirió caminar y el aceptó.
- Así que ¿le gusta montar mi lady? - preguntó Robin
- Sí mucho comencé a los 8 y no pude parar - comentaba con pasión la joven - cuando cumplí 16 mi papá me regalo a Rocinante mi primer compañero y amigo desde entonces
- Suena como un buen caballo
- El mejor - dijo ella esbozando una sonrisa - dígame ahora algo de usted Robin
- Bueno no soy un príncipe ni rey en Sherwood he vivido toda mi vida ahí y ha sido muy agradable tengo buenos amigos que son como mi familia
- Aprecia mucho a sus amigos
- Sí - afirmó el joven - disculpe pero ¿qué hacia usted cerca de la taberna?
- Iba a ver a una persona
- Ok pues déjeme decirle que no le recomiendo ver personas lejos de su castillo, el bosque puede ser muy peligroso por las noches
- Gracias lo tendré en mente - y con la mirada hacia el frente se dio cuenta que ya estaban por llegar al castillo -mira ya estamos muy cerca
- Si lo estamos - dijo Robin - y dígame princesa ¿le gusta vivir en el castillo?
- Lo siento Robin no he podido sacarte de tu error
- ¿Cual error?
- Yo no soy una princesa en efecto yo soy la reina
¿Reina? - frunció el ceño Robin - Entonces tu estas...
- Casada con el rey Leopoldo, si... lo estoy y regresando a tu pregunta si la vida en el castillo es bastante buena tengo todo lo que quiero conmigo un padre al que adoro y que también me adora no puedo quejarme - le comentaba Regina con la cabeza hacia abajo Robin se acercó a ella los dos dejaron de caminar, levantó con su mano la barbilla de Regina - ¿Es la verdad o solo intenta convencerme majestad? - el rostro de Regina se tensó y se puso seria - claro que es la verdad - quitando las manos de Robin de su rostro - debemos apurarnos - exigió y comenzó a caminar nuevamente, Robin la siguió con el caballo a su lado caminaron durante 10 minutos mas en silencio hasta llegar a las puertas del castillo Robin la tomó por el brazo
- Lo siento su majestad si la ofendí no fue en verdad mi intención solo intentaba conocer más de usted
- Robin está bien no estoy molesta no contigo
- Esta bien, que pase una buena noche su majestad ha sido un gran placer poder conocerla
- Igualmente Robin y prefiero Regina, su majestad es algo a lo que no termino de acostumbrarme - pidió Regina
- Buenas noches entonces Regina - y le dio un casto beso en la mano Regina le devolvió una sonrisa y las puertas del castillo se abrieron; cuando REgina estaba por entrar él preguntó - ¿lo ama? - Regina sabía a quien se refería y le contestó - esa es una pregunta inapropiada - y pidió a los guardias la escoltaran hasta su cámara, Robin se retiró al momento en que las grandes puertas del castillo se cerraron
- Es realmente hermosa ¿verdad? - se dirigió al caballo - ahora vamos a dejar con tu dueño si es que tengo suerte y continúa en la taberna - rió montando al animal. Durante su largo trayecto de vuelta al bosque de Sherwood no dejó de pensar en Regina en su aroma, su largo cabello negro, sus labios y su mirada; esa mirada inocente - que agradable sería volver a verte - pensó, pero sabía que eso sería imposible ella era la reina y el era Robin solo eso y nada mas, las posibilidades de encontrarse una reina y un plebeyo era una en un millón y a él ya le había pasado.
Por otra parte, en el castillo Tinkerbell aguardaba a Regina un tanto emocionada cuando la vió regresar:
- ¿Cómo te fue ? - preguntó emocionada el hada
- No entré - respondió Regina
- ¿Pero porqué, que paso?
- Tuve miedo de acuerdo abrí la puerta y no tuve el valor, Tink tal vez tengas razón y esa persona sea mi alma gemela pero aun no me repongo a la perdida de Daniel todavía lo recuerdo - lamentó ella con tristeza misma que el hada notó y se acercó a la reina y la abrazó
- Lo siento Regina te entiendo tal vez mas adelante cuando estes lista para amar de nuevo
- ¿Porqué te es tan importante que yo vuelva a amar?
- Por qué no quiero que caigas en el lado oscuro tú eres más que la rabia que ahora sientes y no es solo tu felicidad, también es la de él. Regina escuchó las palabras del el hada y las meditó, Tink tenía razón si ella era egoista y no buscaba al hombre con el tatuaje de león si eran almas gemelas como lo anunciaban los polvo de duende entonces el también no podría ser plenamente feliz ¿tendría el valor más adelante de ir por él? ¿Podría ser feliz de nuevo? ¿eso significaría que ya no intentaría de vengarse de Blancanieves la niña por cuya culpa su madre descubrió de su romance y sus planes de huir con Daniel? el recuerdo de su madre aplastando el corazón de Daniel volvió a su mente y los deseo por vengarse volvieron a priorizar sus pensamientos, se soltó rápido de Tinkerbell y le dijo - Creo que debes irte - el hada vio la mirada seria y encendida de Regina y se limitó a decir - Piénsalo bien Regina - y voló lejos fuera del castillo, Regina se recostó sobre su cama y entre sus pensamientos estaba el tatuaje de león que fue aquello que logró ver del hombre que según estaba destinado para ella y, allí, en el silencio de la habitación pensó en Robin y se preocupó ya casi estaba por ser media noche cuando ella arribó al castillo ¿conocería Robin a su alma gemela? ¿Sería su amigo tal vez? le había agradado aquel joven fue muy amable con ella y respetuoso en todo momento una sonrisa se asomó en sus labios al pensar en aquel muchacho que habia conocido.
