Disclaimer: No soy dueña de Fairy Tail. La historia tampoco es mía, es de HawofNavarre, originalmente escrita en ingles, pueden encontrarla en este link s/7865518/1/You-Stole-the-Rain . Para aquellos que pueden leer ingles les recomiendo leer la original, ya que HawkofNavarre es una gran escritora! Yo solo soy dueña de la traducción!
(Las siguientes aclaraciones también fueron escritas por la autora. Las traduje para que la historia pudiera entenderse mejor).
Sobre la historia: Un eventual romance. Esta historia acompaña a mi oto fan-fic sobre NaLu, Possession. Sin embargo, no es necesario leer la otra para entender esta historia. Claro, si están necesitando una NaLu fic, definitivamente le deberían dar un vistazo. Limits es la compañera GaLe de esta historia, asi que Tu Te Robaste La Lluvia está fuertemente atada a ella.
Rated T: Por el lenguaje y los temas sugestivos. Si no tienes 14 años o más, sus inocentes mentes pueden ser corrompidas. Esta historia también esta llena de placeres culpables. Han sido advertidos.
Generos: ROMANCE, humor (si tienen el mismo extraño sentido del humor que yo), drama/angst tal vez.
Parejas: GRAY x JUVIA, pero también pueden llegar a ver algo de Natsu x Lucy y Gajeel x Levy.
Tu Te Robaste La Lluviade HawkofNavarre
Traducción por VickyNicky
Capítulo 1 - Cielo Despejado
Era difícil poder decir con seguridad cómo era un día normal en Fairy Tail. Las peleas eran tan normales como sentarse a almorzar, pero un ambiente pacífico y sereno era igualmente posible en el gremio.
Entonces, ¿qué calificaba como un día normal?
Gray supuso que hoy sería uno. La mañana había sido muy tranquila a pesar de que Natsu también se encontraba allí. Ninguno de los dos chicos había tenido ganas de enredarse en una pelea hoy- de hecho, el dragon slayer parecía medio… apagado por alguna razón. Meh. Le ahorraba esfuerzos por ahora; alguien más podía empezar la pelea.
Bostezó mientras se sentaba a una mesa vacía, sacándose la remera sin darse cuenta. Por la periferia de su ojo percibió a Juvia. Ella estaba parada tras una pared, observándolo con timidez como hacía algunas veces (no tan seguido como antes, claro). Realmente, él no llegaba a entender a esa chica. Primero, porque ella lo acosaba incluso aunque eran compañeros de gremio. El mago de hielo realmente no pensaba que fuera necesario llegar hasta esos extremos solo para… admirarlo. ¿Qué es lo que era tan admirable de él de cualquier manera? Seguro, él tenía bastante de chico malo, pero eso casi no justificaba el hecho de que estuviera constantemente persiguiéndolo como a una sombra.
Otra cosa era que a pesar de que ella lo acosara, ella era su amiga. ¿Quién había oído alguna de vez ser el amigo de tu propio acosador, de cualquier manera? Realmente no tenía mucho sentido; ella era irrazonablemente tímida alrededor de él gran parte del tiempo, como justo ahora cuando ella elegía no acercársele, pero otras veces ellos podían sentarse juntos y tener conversación sobre temas al azar con tanta facilidad. ¡Hombre, hasta le había enseñado como comer un sándwich apropiadamente! ¿Qué tan normales podían ser las cosas?
Y eso llevó a Gray a la tercera y más confusa razón: ella tenía miedo de acercársele, sin embargo se encargaba de dejar en claro que estaba enamorada de él.
¿Qué demonios? ¿Qué verdaderos demonios?
Sí, él sabía exactamente lo que Juvia sentía por él; habría tenido que ser más idiota que Natsu (lo cual sería seriamente un gran problema) para no darse cuenta. Le había surgido bastante de repente después de que Fairy Tail acogiera a los dos ex-Phantom miembros y él nunca había estado muy interesado en las chicas… en el sentido romántico (tenía que admitir que le gustaba mirarlas de vez en cuando, seguía siendo un chico después de todo). La maga de agua ciertamente no era muy conocida por su sutileza tampoco. Hubo un par de oportunidades en las que ella bastante literalmente había gritado una declaración de amor hacia él en frente de sus enemigo en el medio de una misión o mostrado su comportamiento masoquista cuando cometía un "error".
Sin mencionar como ella tenía esas estrafalarias especulaciones sobre como andaban las relaciones en Fairy Tail y se volvía completamente loca sobre ellas. Sus celos eran calientes, irracionales y completamente sin de juicio. Cualquiera que la peliazul considerara una rival recibiría su mirada fulminante- y aunque ella no provocara las desgracias que le sucedían a sus "rivales", sí se reiría de ellas. Bueno, al menos no era completamente retorcida.
Mavis, a pesar de eso sí que era rara.
Aunque eso no significaba que a él de desagradara. Gray simplemente no llegaba a comprender la fascinación que ella tenía por él. Ellos habían estado en un montón de misiones juntos, y él no podía negar que ella era condenadamente útil en una batalla. Era divertido tenerla cerca.
"Oi, ¿vas a sentarte o qué?" la llamó con aspereza. Si ella quería estar cerca de él, podía estar cerca como una amiga, no una acosadora.
"¡S-sí, Gray-sama!" chilló ella como si fuera un patito de hule que acababa de ser apretado.
Instantáneamente Juvia estaba en el asiento junto al suyo, ruborizándose como una niña escolar, su aliento titilando como si estuviera a punto de sofocarse. Gray realmente no quería saber cómo era que ella soportaba vivir así y fue brevemente perturbado por el pensamiento de su doble en Edolas, quien actuaba exactamente de la misma manera que ella. No quería pensar sobre él mismo actuando así en ningún mundo o dimensión.
"Mira, Juvia, tu eres parte de Fairy Tail y eres considerada una amiga. No necesitas seguirme a todos lados," comenzó con firmeza, pero cuando se dio vuelta para mirar a la maga de agua, sus ojos estaban abiertos como platos y no mostraba señales de haber estado escuchándolo en lo absoluto—por una buena razón.
"¡G-Gray-sama! ¡Sus pantalones!"
Echó una mirada hacia abajo. Sin pantalones ciertamente.
O ropa interior.
"Mierda" maldijo. Justo cuando tenía algo importante que decirle, terminaba por exhibirle su basura en vez de eso. "Quédate aquí."
Ella simplemente asintió, temblando visiblemente tanto por excitación o por miedo emocional (Gray esperó fervientemente que no fuera ninguno de los dos). El mago de hielo no creyó que ella fuera a seguir su orden de cualquier manera, así que se apresuró a dar caza a su ropa.
Unos minutos después, volvió, completamente vestido y preparado para tener una conversación seria con ella. Estaba totalmente determinado a sacarle esa idea de que tenía que acosarlo de la cabeza.
"Okay," comenzó, sentándose de golpe en su lugar anterior, "¿escuchaste lo que te dije antes?"
"Gray-sama considera a Juvia una amiga" dijo sonriendo tímidamente.
Para ser honestos, estaba sorprendido de que la peliazul haya sido capaz de escucharlo cuando había estado obviamente mirando fijamente su pene, pero hizo a un lado el impulso de quedarse boquiabierto. "Correcto, sí. Eres mi amiga y no tienes que esconderte de mí."
"Juvia lo sabe," replicó suavemente la ex miembro de Phantom Lord, "pero Juvia no puede estar cerca de Gray-sama todo el tiempo… Ella no sería capaz de apreciar a Gray-sama…"
"¿Apreciar?"-preguntó él, levantando una ceja.
Ella posó una mano sobre su pecho y miró a la mesa, sonriendo de manera un poco nerviosa.
"Cuando Juvia está cerca de Gray-sama, a veces… ella-ella tartamudea y, Juvia- ella no puede pensar. Su corazón comienza a golpetear y Juvia se pone tan nerviosa. Juvia… no está segura de que decir.
Pero si Juvia ve a Gray-sama desde lejos, entonces ella puede recordar lo hermoso que él es. Ella puede admirar la manera en la que él camina y como se mueve. Juvia recuerda lo fuerte que él es y la clase de persona que Gray-sama es, y Juvia lo ama."
El mago de hielo raramente se sonrojaba, pero esa explicación puso su cara roja en una cuestión de segundos. Que se te confesaran de una manera tan dulce por primera vez, incluso aunque él ya fuera consciente de sus sentimientos, era tanto halagador como embarazoso. La forma en la que ella hablaba sobre ellos dos en tercera persona de alguna manera lo hacía incluso más adorable, y él simplemente no podía quitarle importancia a la sinceridad con la que ella hablaba. Cada palabra era verdad y cada palabra venía de muy profundamente dentro de ella. Pensar en él le daba confianza en sí misma. No se había perdido la segunda parte de la explicación; Juvia no había tartamudeado o vacilado en lo absoluto. El significaba tanto para ella…
…y le metía miedo como ver al diablo.
Él solo había querido que fueran amigos, pero ¿cómo podía eso suceder ahora que mirarla hacía que se le secara la garganta, le sudaran las manos, y la cara se le pusiera insoportablemente caliente? Gray definitivamente no se había enamorado por arte de magia de ella después de esa confesión; él simplemente no sabía cómo mantener una amistad con alguien cuyos sentimientos eran tan profundos por él. Antes, era fácil. Ahora, él realmente tenía que reconocer que esto no era un estúpido caprichito de enamoramiento.
Sip. Lo asustaba como la mierda.
"A Juvia realmente le gusta estar cerca de Gray-sama también," le dijo la maga altamente emocional. "Juvia… simplemente espera… que Gray-sama quiera ser más que amigos con Juvia…"
Su cabeza realmente debería haber explotado con eso. Pensó que había estado preparado, pero sus palabras eran tan genuinas- ¡tan obviamente del fondo su corazón…!
"Yo, eh…" medio tosió, perturbado por su franqueza.
"Juvia no necesita saberlo ahora. Juvia puede esperar," la peliazul lo calmó con gentileza.
Si había palabras para eso, se quedaron atoradas en su garganta. Lo hacía sentirse horrible.
Ella no debería esperar, pensó él miserablemente. ¡Ella se merecía una respuesta y él no podía darle una porque Gray no podía figurarse qué demonios estaba haciendo! Había estado tan seguro de que esto era solo un encaprichamiento que ella tenía con él, y que desaparecería en el momento en que él apaciguara su necesidad de atención. Había estado tan, tan equivocado. Tan malditamente equivocado. La había mal juzgado completamente, y ahora estaba pagando el precio.
Soy un sorete, se dio cuenta el mago de hielo en devastación. Eso era incluso peor. Si alguien podía considerarse un cretino en su gremio, ese era Laxus, y ahora Gray era uno también. ¡No quiero ser un sorete!
Antes de que Gray pudiera lamentarse de su nuevo estado auto impuesto como materia en descomposición, hubo un rosado en su cara. O más bien, una rosa roja.
¿Por qué tenía el pelo de Natsu en la cara…?
Le tomó un segundo ver la cara de Juvia igualmente sorprendida y un segundo más para encontrar a Lucy empujando la cabeza del dragon slayer hacia adelante. Estaba sonriendo sospechosamente y de repente el mago de cabello oscuro sintió que el día estaba a punto de volverse bastante menos normal. Lucy era un fracaso cuando se trataba de ocultar las emociones.
"¡Que tal ahí, Gray, Juvia!" la interpelada los saludó alegremente, su cuestionable sonrisa ensanchándose y por lo tanto volviéndose más sospechosa. "¡Natsu tiene algo que quiere decir!"
"NO QUIE-" Natsu se calló en cuanto la mirada fulminante de la rubia lo golpeó. Se enderezó, soltándose del agarre de la maga celestial, su rostro endureciéndose. "¡Tengo algo que decirte, idiota!"
"Eso ya lo aclaró ella, imbécil," Gray replicó sarcásticamente, sacándose la chaqueta inconscientemente.
"Solo voy a decirlo una vez, así que más te vale que escuches bien" gruñó el escupe-fuego irritado. Su brazo se levantó rápidamente, su dedo índice extendido completamente y sus ojos en llamas. "YO. TE. AMO."
En el salón se hizo silencio, todos los ojos en Natsu en medio de shock y diversión. Lucy sofocó una risa. Natsu seguía plantado con determinación. Gray se quedó mirando a su rival como si este hubiese perdido la razón.
Y entonces recordó exactamente quién se estaba sentando a su lado. Si esto era una broma pesada, era cruel. Hacía solo unos minutos, Juvia le había dicho que ella no necesitaba saber si él correspondía sus sentimientos o no, pero eso no significaba que estuviera dispuesta a compartir. ¿Quién sabe lo que podría llegar a hacer? ¡La melodramática mujer podía terminar inundando todo el gremio!
Por ahora, sin embargo, no se estaba moviendo y su cabeza estaba inclinada hacia abajo, su expresión oculta. Gray tomó la oportunidad para hacer lo que pudiera antes de que una bomba explotara en algún lado.
"¿Qué demonios estás haciendo, pelotudo?" demandó con vehemencia, parándose furiosamente. "¿Estás tratando de comenzar algo?"
"MALDICIÓN, SÍ, TÚ-" Natsu estaba por responder, presumiblemente con algo desagradable, pero se detuvo cuando la rubia le dio un duro codazo. Él le lanzó una mirada de muerte antes de mirar nuevamente a su rival con igual ferocidad. "Tú… bestia… sexy…"
Lucy explotó en risas histéricas, al igual que todos los otros que estaban mirando (que era una gran porción del gremio). La mandíbula de Gray se calló de repente, quedando boquiabierto. Esto era obra de Lucy. Tenía que ser obra de Lucy. Él nunca había escuchado la palabra "sexy" o nada remotamente similar salir de la boca del dragon slayer. Tenía que ser Lucy.
"¡NO!" Juvia gritó de repente, parándose también. La peliazul también se veía histérica, pero de una forma completamente distinta. El creador de hielo no estaba seguro de si ella iba a matar a alguien (llamado Natsu), literalmente explotar en un charco de lágrimas, o estallar en vapor porque su triángulo-octágono-penta-forma amoroso le estaba sobrecargando el cerebro.
Realmente fue sorprendente cuando no hizo ninguna de esas cosas.
La mente de Gray no pudo seguir el paso cuando Juvia se paró en frente de él protectoramente, con los brazos extendidos. "¡Gray-sama," comenzó, "no es una tarta!"
Okay, ahora estaba realmente confundido.
"¡Si todo lo que dices es que Gray-sama es sexy entonces no lo amas realmente! ¡Juvia nunca te aceptará en esta batalla!" continuó acaloradamente. "¡Juvia no te perdonará!"
El interpelado pareció momentáneamente pasmado por el discurso de Juvia, pero Natsu se veía como si no tuviera idea de lo que ella había estado hablando. El mago de hielo no lo culpaba por estar boquiabierto; él mismo estaba tratando de figurarse lo que estaba sucediendo. Sin embargo, como todos los demás, Natsu estaba construido como un mecanismo pelear-o-escapar, pero nunca había ganado la sensatez necesitada para invocar la segunda opción, incluso cuando su inteligente, rubia amiga se estaba apartando rápidamente. Aunque Gray sabía que la maga de agua nunca lo lastimaría, empezó a apartarse también.
La sorpresa se había acabado; era tiempo de lo normal.
"¡Dale! ¡Vamos a-"
La respuesta del dragon slayer se cortó rápidamente cuando fue lanzado a través de una pared por un veloz chorro de agua hirviendo que lo siguió a través del agujero.
Lucy reprimió otra risa.
Gray la miró.
Maldito mujer. Definitivamente era cosa de ella.
Dos minutos después de que Juvia atacara al tonto Natsu, el creador de hielo había descubierto la razón detrás de todo el incidente: una apuesta. Treinta segundos después de eso Gray jovialmente se había unido a la peliazul en su cruzada por cagar a piñas a Natsu- no solo por haber hecho tal apuesta, sino también por haberla perdido. Iba a ser por siempre atormentado por la imagen de Natsu llamándolo una "bestia sexy". Él podría haber llegado a manejarlo si hubiese sido Lucy la que se lo dijera, pero ¿Natsu? ¿De verdad?
Hablando de Lucy, ella se había escapado tan rápido como había tenido la oportunidad. Claro que Gray hubiese querido alguna especie de venganza contra ella también- ¡había apostado utilizando su vida amorosa! ¡No le importaba que el romance fuera probablemente la cosa menos importante en su cabeza! Esa apuesta se había entrometido con eso y a él lo habían dejado limpiando los platos rotos. Jesús, y ella solía ser una chica tan amable, tan deseosa de aprobación cuando acababa de unirse. Esa chica había sido demasiado influenciada por Natsu y Happy.
Bueno, por lo menos el dragon slayer ahora yacía en el suelo en un inspirador montón de sangre. Era un poco reconfortante. Hasta Juvia parecía satisfecha con su labor.
Así que… ¿qué era eso de la tarta, de nuevo?
Ella se inclinó ante él educadamente con esa tierna, tímida sonrisa jugando en sus labios. "Juvia se irá a casa para ducharse ahora. Juvia… realmente disfrutó hablar con Gray-sama hoy."
Con una sacudida elegante en su elástico cabello, se dio vuelta para irse. "¡Es-espera!" la llamó antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Acaso se suponía que había algo que podía ir después de un "espera" que había sonado patético? Gray ni siquiera sabía por qué lo había dicho. Aun así, no podía quedarse ahí como un idiota medio desnudo sin nada que decir. "Yo… iré contigo…"
La cara de ella inmediatamente se ruborizó y él sintió la suya propia inundada de calor al mismo tiempo. Ciertamente, el chico moreno quería hacerle unas preguntas, pero podría habérselas hecho algún otro día. Su boca lo estaba cagando (probablemente no por primera vez) y tuvo que convencerse a sí mismo de que su cerebro estaba confundido por la reciente cadena de acontecimientos o habría dudado de su propia cordura. De alguna manera, eso había sido lo único que se le había ocurrido decir y podía asegurar que no pretendía ser romántico. Querida Mavis, no podía contar el número de problemas que lo habían rodeado hoy. Ayer se veía tan lejano…
"Gray-sama… ¿quiere ac-acompañar a Juvia a casa?" preguntó ella, sus ojos brillando esperanzados.
Él se encogió nerviosamente con un poco de miedo ante su mirada chispeante. "Seh, algo como eso," respondió, sin encontrar una razón para retroceder ahora, "pero no tomes esto de la manera equivocada."
Juvia asintió vigorosamente y Gray realmente esperó que el resto del día fluyera tan suavemente como la mañana lo había hecho. No podía manejar más confesiones de amor por hoy, falsas o no.
Mientras caminaban, Gray hizo un consciente esfuerzo porque sus pantalones permanecieran en su lugar- realmente no quería que el incidente de mirar fijamente a su entrepierna se repitiera. La maga de agua estaba muy callada, pero su felicidad por esta situación era muy evidente por la mirada de su rostro. Mientras que él ya se había calmado de la vergüenza pasada previamente, ella seguía un poco sonrosada. Él solía no pensar mucho sobre eso, pero probablemente había una cascada de emociones amontonándose dentro de ella en este preciso momento. Aún se preguntaba por qué todo esto por él.
"Entonces, ¿por qué no soy una tarta?" Gray preguntó de repente, sus brazos acunando su cabeza mientras caminaban.
Juvia se sobresaltó levemente por el inicio de la conversación. Sus ojos se encontraron por un segundo, sus oscuras esferas lanzándose a su mirada y luego retirándose rápidamente, atrás y adelante.
"Una tarta es… algo que se corta y se comparte con amigos, ¿no es así?"
"Supongo que esa es una manera de describirlo" murmuró él con una ceja levantada. Solo Juvia podía inventarse unas metáforas tan raras.
"Bueno, Gray-sama no puede ser dividido. ¡Él es demasiado especial!" declaró la peliazul con todo el corazón.
"Juvia…"
"Juvia sabe que Gray-sama no es de ella y que muchos otros lo aman, pero Juvia desea que algún día…"
El mago de hielo no agregó nada, aliviado de que ella no se hiciera ilusiones, pero también sintiéndose un poco culpable por dejar de lado sus sentimientos con tanta facilidad.
"¡Juvia simplemente no pudo soportar tanta superficialidad!" declaró con enojo, claramente recordando el incidente. "Juvia tendrá que luchar por Gray-sama, pero Juvia quiere luchar por él. Todo de él. Juvia no se conformará con solo un pedazo."
Su corazón se aceleró cuando ella terminó su explicación. La pasión en su voz no podía ser negada. Ella se preocupaba tanto por él. Podía admitirlo libremente y seguir avanzando como si fuera algo natural. Lo amaba incondicionalmente y tenía esperanzas de que él le correspondiera algún día, pero no esperaba más de lo que él estaba dispuesto a dar.
¿Quién era esta chica?
Después de tantas misiones juntos, pensó que le había sacado la ficha. La había conocido por más de un año, estado decentemente cerca de ella y habían hablado constantemente. Nunca se había enterado- no, nunca se había molestado en notar- la clase de emociones que ella tenía por él. En este momento se estaba dando cuenta de cómo era realmente la situación. Ella siempre había sido simplemente otra amiga del gremio y una luchadora capaz que lo acosaba como pasatiempo.
Pero no. No la había conocido en lo más mínimo.
Ella paró de caminar frente a un edificio alto, presumiblemente el complejo de apartamentos donde se encontraba viviendo actualmente. Juvia sacó una llave de su bolsillo y empezó a ponerla en la cerradura, y Gray se dio cuenta de que necesitaba decirle algo. Cualquier cosa. Se sentía una mierda.
"Hey," empezó con la voz temblorosa, "siento… siento mucho no haber respetado tus sentimientos."
Juvia lo miró de manera burlona. "Gray-sama solo estaba siendo él mismo."
Sí, él mismo. Un sorete. "¿Por qué te gusto si quiera?"
Ella le sonrió suavemente y su corazón palpitó dolorosamente. ¿Qué había hecho él para merecer esa sonrisa? ¿Qué había hecho él para merecer tal devoción?
"Juvia ya ha dicho muchas cosas, pero la más importante es que…" la peliazul quitó el cerrojo de la puerta y volvió a meterse la llave en el bolsillo. Ella volteó su cabeza de nuevo en la dirección de él, compartiendo sus radiantes ojos con él por el más largo periodo de tiempo ese día. "Gray-sama es quien se llevó la lluvia." Abrió la puerta y se inclinó de nuevo. "Gracias por acompañar a Juvia a casa."
Esa fue su despedida por ese día mientras desaparecía tras la puerta, dejando a Gray parado allí solo con sus pensamientos. Giró sobre sus talones y se dirigió de nuevo al gremio.
Llevarme la lluvia, ¿eh? Con la mente un poco ida, Gray fijo su vista hacia arriba mientras ponderaba sus palabras.
Cielo despejado.
