Konoha un lugar sumamente tranquilo, en especial ese día, pues era digno de admirar el azul del cielo,el viento fresco alborotando un tanto las hojas de los arboles, el canto de lo pájaros, los niños jugando alegres, personas caminado con calma y armonía, se podía respirar ese entorno de paz, si, en definitiva todo seria perfecto, si no fuera por esa molestia enfrente suyo...

-Hinata, amor, ¿Por que tan sola, cariño?- Dijo Sasuke apareciendo de la nada, tan guapo y pulcro como siempre, manteniendo esa estúpida sonrisa que tanto la exasperaba.

-Apartate Uchiha, hoy no estoy de humor.- Alterada contesto de forma brusca.

Sasuke se quedo viéndola fijamente durante unos segundos -Siempre dices lo mismo Hyuga- De la nada adopto una pose pensativa- ¿Es que acaso es una estrategia para mantenerme alejado?- Acuso de manera dolida y un tanto exagerada

- Creí que era obvio, realmente eres lento- Ataco mordaz con una sonrisa altanera, harta de la situación contestó agresiva- Dejame tranquila, ¿Realmente es mucho pedir?

- Claro que si- Respondió como si fuera lo mas evidente del mundo- ¿Como podría ignorar a un bombón como tu? - Al instante lanzo una de esas sonrisas que derretiría a cualquiera...menos a ella.

- Que idiota- murmuro para ella misma, sin embargo logro escucharla con demasiada claridad, fruncio el ceño un poco ofendido.

-Sabes Hyuga- vaciló caminando unos cuantos pasos hacia ella- Realmente eres muy grosera, quien diría que una dama tan bella y refinada como tu se la pase hablando como una total bestia- sonrió de forma victoriosa, pues al momento de terminar su oración el rostro de Hinata paso de ser calmo e impasible a uno verdaderamente fastidiado y adquiriendo un tic en el ojo derecho, el pelinegro sonrió para sus adentros, aun en ese estado se veía hermosa.

-Mejor guarda silencio Uchiha, que tu no estas mejor, al menos no soy yo la que se la pasa regalando rosas a todo lo que se mueva y tenga bonitas piernas, eso si que es verdaderamente patético- musitó un tanto sofocada y con una expresión de satisfacción tras ver la cara de ese engreído.

Sintió como si le arrojaran una cubeta llena de piedras, se la devolvió, el semblante de Sasuke se encontraba totalmente desencajado, con una vena resaltando notoriamente en su sien.

Regularmente las mujeres hacían lo que el quería, cuando quería , a la hora que quería, nunca rechistaban, sabia de sobra que era un deleite observarlo, como una droga visual, sus expresiones eran tan delicadas pero a la vez tan varoniles, parecía haber sido tallado por los mismísimos dioses, nadie se resistía a el. No dejaba de sorprenderle que exisistiera alguien que se le opusiera con tanto empeño, sin embargo, le parecía interesante, la chica tenia carácter, y eso le gustaba. Esa Hyuga era una caja de sorpresas.

Era diferente a las demás, se podía ver a simple vista, no cualquiera le llevaba la contraria,y eso en vez de molestarlo lo excitaba de sobremanera.

Las personas que pasaban por ahí los observaba con suma diversión, siempre era lo mismo con esos dos.

Hinata al ver que se quedaba mudo, simplemente opto por rodar los ojos con frustración y pasar deliberadamente a un lado suyo. Sasuke al ver las intenciones de ella, con agilidad propia de un ninja de élite logró sontenerla de un brazo, jalandola con delicadeza hasta estrecharla en su pecho, bajo su boca a la altura de su oído, susurrando con voz sensual- De verdad que eres muy hermosa- Solto un poco su agarre para poder verla directamente a esos ojos que tanto le encantaban, hipnotizado, bajo un poco su mirada hasta esos labios carnosos que siempre quiso probar, se veían exquisitos- ¿Que pasaría si te doy un beso?- Menciono con voz ronca, de manera lenta.

Mentiría si dijera que no se sorprendió, esa pregunta si que la había descolocado un poco, pudiendo confirmar con tan solo ver su semblante. Con una rapidez extraordinaria se recupero de la impresión, mostrando su rostro siempre inexpresivo atinando a contestar- Si te atreves a hacerlo...no vivirás para contarlo, creeme.

Aterrador, fue la palabra que el azabache pensó en esos instantes.

-Pues creo que correré el riesgo...-De un momento a otro Sasuke tomo a Hinata por su estrecha cintura, pegándola fuertemente a su cuerpo, uniendo sus labios a los de ella en un beso un tanto brusco al principio a lo que después se convertiría en uno demasiado lento, delicado.

El pelinegro pudo confirmar lo que siempre se había cuestionado, sus labios eran extraordinariamente dulces, suaves, los mejores que había probado en su vida, fácilmente podría volverse adicto a ellos, por lo que aprovechando la situación sujeto la nuca de la peliazul y la empujo un poco, para así profundizar mas el beso, comenzando una interminable batalla con sus lenguas.

Hinata no podía creerlo, Sasuke Uchiha estaba besándola ¡Sin su autorización! Ese maldito arrogante, ya se las pagaría en cuanto la soltara ,porque oh si, lo haría pagar, de una manera ciertamente dolorosa, patearía su inútil trasero mandándolo al hospital por un mes entero si era necesario, pero lo que mas la sorprendió es que estaba disfrutando de ese beso, como ningún otro, siempre tuvo sus dudas, pero esos rumores si que eran ciertos, ese Uchiha besaba de maravilla.

Ambos se separaron pues el oxigeno les estaba haciendo falta, un tanto agitados se miraron durante un buen rato, hasta que cierta ojiperla se atrevió a romper el silencio.

-Te doy cinco segundos- musitó con los ojos cerrados.

El pelinegro puso una mueca de confusión, evidentemente no estaba entendiendo nada, si no fuera porque la Hyuga empezó a contar el no hubiera reaccionado, estaba hablando sobre el beso, y claramente se podía ver que estaba furiosa.

Vaya...si que era lento, pensó para si mismo, y así es como empezó a correr como alma que lleva el diablo seguido de inmediato por una Hinata enojada, no, lo que le seguía...

Mientras corría se podía apreciar una leve sonrisa por parte de Sasuke.

Esa mujer si que lo volvía loco, definitivamente seria suya, se lo propuso desde el primer momento en que la vio. Pero de eso se encargaría en otra ocasión, ahora estaba demasiado ocupado corriendo por su vida, literalmente.

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