"Es nuestro deber" Era su deber como princesa casarse con quien su padre eligiera. Pero por que de tantos hijos que el rey Taejo tenía, su padre, habia elegido al peor.
La convivencia con Wang Yo no podía ser peor. Myung Hee se sentía sóla y lejos de su familia, aunque las horas agradable que pasaba al lado de Baek Ah eran reconfortantes.
—Eres mía de mi propiedad— grito Wang Yo con furia apretándola de la muñeca.
—¡Te odio! te aborrezco hubiera preferido...— Myung Hee mordio su lengua antes de decir algo que se arrepintiera.
—¿Que ibas a decir? Hubieras prefiero casarte con Baek Ah— Wang Yo comenzo a reírse. Myung Hee se quedó callada con su mirada fija en la ventana.
— Estoy casada con un grosero un hombre bárbaro y frío— si a Yo le dolian aquellas palabras no lo daba a demostrar.
—¿Es eso lo que piensas de mi?— Yo la soltó del brazo para tomarla de la cintura acercándola a él, mientras con su otra mano la tomo del mentón obligandola a mirarlo —Bien, entonces sera mucho más fácil hacer ésto— acto seguido Wang Yo la beso. Sus besos pasaban de ser dulces o amorosos eran besos llenos de coraje de celos llenos de miedos ¿miedo a que? a perderla a que ella huyera con Baek Ah. El no era amable mucho menos amoroso, eso lo sabía. Pero que los cielos y su madre lo perdonarán porque habia caido por aquella mujer.
