Holaaa! Saludos desde las profundidades de mi cama :3 Un día, su servidora se hallaba buscando fanfictions de Rosario+Vampire cuando vio la minúscula cantidad, y se decidió por escribir uno, y así aportar su granito de arena. Bien, luego de escribir este (es la tercera vez que lo escribo x.x luego les cuento) pensaba hacer una parodia de Los juegos del Hambre, con los integrantes del anime Hellsing. Lean y opinen!
DISCLAIMER: Los personajes presentados a continuación no son de mi autoría, son obra del mangaka Akihisa Ikeda.
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Sentada frente al escritorio, leyendo un ejemplar viejísimo de una novela que había encontrado en el fondo del ropero de su habitación, ése era el divertidísimo verano de Akashiya Moka. Suspiró, y cambió suavemente la amarillenta hoja, el papel tan viejo y rígido daba la impresión de que se rompería en mil pedacitos si no era cuidadosa al cambiar de página. Una pequeña lámpara de escritorio la iluminaba, y compensaba la falta de iluminación de la araña que pendía del techo. La pelirrosada caminó junto a su vertiginosa sombra hacia la ventana, disfrutando del roce de la suave tela de su vestido con sus rodillas. Desde la ventana, una luna rojiza sobresaltaba entre el mar de oscuridad, y unos murciélagos revoloteaban frente a ella. Estaba pasando las vacaciones en casa de su padre, por lo que significaba encerrarse en su cuarto bajo 3 llaves para evitarlos a él y a su hermana.
Miró hacia el interior del cuarto y decidió recostarse en su cama, de aspecto prometedor. Una vez arriba, con su rostro mirando directo al techo, quitó su zapato derecho con la punta del pie izquierdo y viceversa, respiró hondo y extendió sus brazos, acariciando el suave edredón de color carmín. En un momento, una tela extraña hizo contacto con las yemas de sus níveos dedos. Tomó el elemento desconocido y cuando lo acercó poco a poco a su rostro, un aroma sumamente conocido inundó sus fosas nasales.
-¿Tsu…Tsukune?- El aroma de la sangre de aquel humano estaba impregnado en esa tela, perteneciente a su saco de la academia. Ah, Tsukune…lo extrañaba con toda su alma, quería volver a verlo lo más pronto posible. Una sensación apareció de repente en su estómago, en medio de sus felices recuerdos.- ¿Eh? ¿Qué es eso? ¿Mariposas?- Moka le daba vueltas a su pensamiento hasta que un gruñido le soltó la respuesta.- Ah no…es hambre… ¿Cuándo podré bajar a cenar?
Pasaron segundos, minutos, casi horas. Cuando logró dormirse un poco y distraerse de su panza necesitada de alimento, una mucama golpeó a la puerta suavemente, la abrió, y con voz monótona dijo.- Señorita Moka, la cena está servida. Sus hermanas están esperándola junto a su padre.
Agradecida, se calzó en sus delicados zapatos negros y caminó a la puerta acomodándose el cabello. Al pasar frente a la mucama, una anciana de edad desconocida y cabellos grisáceos recogidos en un perfecto rodete detrás de su cofia blanca, Moka hizo una pequeña reverencia con la cabeza, y al levantarla vio que sus ojos estaban en blanco, sin rastros de su pupila o iris. "Otro zombie de papá." Pensó, y se fue.
Luego de varios salones y escaleras, llegó al salón comedor. Una mesa de color negro lustrado rectangular llenaba gran parte de la sala, en un extremo, una chimenea se erguía en todo su esplendor, y sobre él un intimidante cuadro del jefe del hogar, pintado de forma sádica. Frente a la chimenea, en la cabecera de la mesa, estaba sentado Issa, el aterrador vampiro de cabellos blancos, junto a sus 3 hijas; Akua y Kahlua del lado derecho de la mesa, y Kokoa en el lado izquierdo. Los cuatro estaban inmersos en sus platos, mientras que un mayordomo se ocupaba de repetir guarniciones, llenar vasos y mantener calientes los alimentos.
Si había algo que Issa odiaba era que sus hijas se retrasaran, sea cual sea la actividad, sea cual sea el motivo, así que con suma cautela la ojiverde se acercó a la mesa, incluso sin respirar, para que su padre no la detectara. Todos comiendo, hasta ese momento iba bien.
-Moka, siéntate ahora.-Pronunció con su vibrante y severa voz el vampiro, sin apartar los ojos ni el tenedor del cerdo dorado que asomaba en su plato. La joven de cabello rosa, cabizbaja, no tuvo otra opción que sentarse al lado de Kokoa, pero alejada. Debía mantener distancia de cualquier miembro de su familia. El mayordomo pasó y dejó frente a ella un elaborado plato de cerdo con una extraña salsa blanca con puntitos verdes y patatas (no se ustedes, pero yo les digo papas xD), y llenó su vaso con una especie de bebida a base de tomate que secretamente ella había pedido.
-Padre… ¿Me dejarìas ir al mundo humano? Extraño a todos mis amigos de la academia, y están vacacionando allì.- Preguntó tímidamente, tocando con los dientes de su tenedor la superficie del cerdo cocinado en su punto. Sus hermanas rieron por lo bajo, hasta que el mayordomo repitió el procedimiento de rellenar el plato de los cuatro familiares por quinta vez consecutiva, haciendo que las tres jóvenes volvieran a centrar la atención en su alimento.
-No Moka, ni en tus sueños.- Respondió furioso Issa, levantándose de su silla de ébano y terciopelo rojo con tanta mala suerte que volcó la jarra que portaba el sirviente junto a él, derramando el contenido sobre su anteriormente impoluto traje. El líquido rojo goteaba y goteaba sin control frente a la mirada de sus hijas y su siervo. El peliblanco, temblando de ira, golpeó al mayordomo bajo la mandíbula, mandándolo a volar.- ¿Alguna idea interesante, Moka?
-Etto…-La cabeza de Moka maquinaba a mil por hora en ese momento. "Piensa en aprovechar todas las situaciones a tu favor Moka…Utiliza esto en tu bien"- Necesitamos mayordomos nuevos ¿No? Yo podría convocar a alguien.
-Un mayordomo dices…Pero en realidad, la pérdida de uno no afecta en mucho. Sería…sólo para ti.- ¡Oh, ya podía ver a su hija en su versión externa torturando a sus primeros sirvientes! Un poco tarde comparada con Kokoa pero…La idea iba y venía dentro de su cráneo como si de una lavadora se tratase, e intentaba disimular el orgullo de su rostro.
-¿Acaso podrían ser…más de uno?- Moka se sentía egoísta, al menos su parte dulce. ¡Jamás se atrevería a hacer semejante cosa! Pero si así podía traer con ella a sus amigos, lo haría. Issa asintió levemente, dándole a entender a su hija que había aceptado, todo por verla evolucionar y de esa forma ser igual de cruel (por así decirlo) como su forma interna. Era raro que las otras tres no hicieran escándalo, pero mientras que no chillaran de forma insoportable mejor.
-¿Eh? ¡No es justo! ¡Yo también quiero mayordomos para mi!- Gritó Kokoa enfurecida. ¿Cómo esa versión falsa de su amada hermana podía obtener todo lo que quisiera por parte de su padre y ella no? Una mirada feroz de su padre bastó para acallar sus caprichos.
-Es todo para que el lado interno de Moka…florezca.- Gruñó, y la expresión de la pelirroja se iluminó, al contrario del de su hermana.
"¿Acabo de hacer algo…bueno o malo?"
(Más tarde, en el mundo humano…)
Puc Puc Puc…
-¿Eh? ¿Qué es ese sonido?-
Puc Puc Puc
El joven de cabello castaño se levantó soñoliento y caminó, esquivando los cuerpos femeninos que yacían en su cuarto, hacia el lugar de donde procedían los sonidos; la ventana. Cuando se asomó a ver, un pequeño murcielaguito hizo aparición, golpeando la ventana con su cabeza repetidas veces. En su hocico llevaba un sobre con suma precaución. Al verlo, Tsukune abrió ambos vidrios, permitiendo que entrase a la habitación.
-Eh, Ko-chan, hace mucho que no te veía.- Susurró, para no despertar al resto de las jóvenes. La noche anterior sus amigas de la academia se habían instalado en su casa, junto con Gin-Sempai, provocándole un semi-infarto a su madre. Temblorosa, seguía ejerciendo todas las labores del hogar, y shockeada se susurraba a sí misma que "que las amigas de mi hijo vengan a quedarse aquí es la cosa más normal del mundo". Tsukune estaba sumamente entristecido por el estado físico y psicológico en el que entraba su madre cada vez que veía a Kurumu correr por la casa semidesnuda, o cada vez que Mizore se colgaba del barandal de la escalera y lo espiaba, sin importarle los efectos de la gravedad en su falda. Entre el humano de ojos café y su madre solo se preguntaban dónde estaría esa dulce y cariñosa jovencita pelirrosada tan agradable y reservada.
-Si si, lo que tú digas, dechu.- Dijo sin cuidado y algo molesto el murcielaguito, dejando caer la carta en manos de Tsukune.-Ahora apúrate a leer, que necesito una respuesta inmediata, dechu.- Y con esas palabras, Tsukune abrió apresuradamente la carta, seguro de que quien le estaba mandando ese mensaje era su amada ojiverde.
Querido Tsukune:
Envío esta carta tan corta, a pesar de todo lo que necesito decirte, para decirte que logré que mi padre los admitiera aquí en el verano. La parte no tan positiva es que deberán hacerse pasar por…mi servidumbre. Lo sé, no es algo digno de mí, pero no tenía alternativa. Te extraño mucho…oh, y a Kurumu, Mizore, Yukari, Ruby y Gin-Sempai, también. Necesito que respondan cuanto antes, así podrán venir ahora mismo.
Cariñosamente,
Moka.
-¿Qué es eso, Tsukune?- Preguntó la pequeña brujita de ojos violetas, abrazándose a la pierna color acanelada. Él estaba completamente atondado. "¿Cariñosamente? ¿Me extraña? ¿Verla despertarse todas las mañanas de todo el verano? Imposible decir que no" Como sentía los tirones de Yukari en su piyama, dejó caer el manuscrito en sus piernitas cubiertas con su pantaloncito de osos.
-¿Qué diablos es esto, Tsukune-kun?- Exclamó una horrorizada súcubo de cabello turquesa, leyendo la carta con la brujita y despertando a los otros tres, que una vez levantados se acercaron para leer con ellas.- ¡Yo no pienso pasar mi verano sirviéndole a Moka!
-Será sumamente aburrido.- Dijo Mizore, con su típico tono de voz monótono, poniéndose entre medio de Yukari y Kurumu. La bruja de cabello chocolate y el chico lobo se abstenían de leer; entre el rostro de Tsukune, y lo que decían las chicas, ya era suficiente. Ni para Ruby ni para Gin sería problema ir, sería muy parecido a lo que hacían en la academia (desde ambos puntos de vista)
-Entonces chicas, si no quieren ir, bien.- Les respondió el joven de ojos castaños dirigiéndose a su ropero, tomando algunas prendas y poniéndolas en una maleta. Y luego, a Ko-chan-: Yo si me iré.- Y luego de escribir unas palabras para su madre, se fue corriendo de la habitación.
-¡Espera, Tsukune-kun!- Gritaron a coro la súcubo, la brujita y la yuki onna, cargando también con sus maletas.- ¡Si tú vas, nosotras también!- Y se fueron, seguidas del murciélago.
-¿Dices que sea una buena idea, Gin?- Preguntó Ruby, mirando a su compañero. Éste ya se había armado de maletas y cámaras fotográficas por donde se mirase, asintiendo con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Pero claro que sí! ¡Esto significa chicas vestidas de maid y una sexy vampiresa levantándose de su cama en ropa interior! ¡Vámonos, pero ya!- Y jalando a la bruja, abandonó la casa, subiendo al auto junto a sus amigos.
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OMG :O Díganme, les está gustando? Debería seguir?
Bueno, en realidad seguiré les guste o no jijijiji :3
