Esto no entra en la semana Lemon, en realidad esto está escrito hace mucho, no he tenido tiempo para nada por mala organización, pronto lo arreglaré y traeré lemon, este es un fic para que se distraigan por mientras :3
Pareja: Alfredxkid!Arthur -Estados UnidosxInglaterra-.
Disclaimer: Hetalia y todos los personajes que lo conforman no me pertenecen. El respectivo dueño es Himaruya Hidekaz.
Advertencia: Lobo y hermanos.
Arthur era un pastor pequeño, todavía un niño entrando en la adolescencia, de trece años, de gruesas cejas y determinada actitud. A él, por desgracia y por ser el menor, sin contar que sus hermanos, en especial Scott... eran las encarnaciones humanas de Lucifer, lo maltrataban casi a diario.
–Voy a comer puto conejo, si no cuidas al rebaño y se te escapa si quiera una... duermes con ellas–
–Vete a la mierda Scott...–susurró acido.
Sí, era una familia llena de amor y de buen uso de palabras para socializar con los demás.
El inglés se echó un rato sobre el pasto, mirando las estúpidas ovejas, sino fueran tan tontas, no se dejarían cazar, eran idiotas, aburridas, sumamente aburridas.
Y algo pasó, momentánea causa de euforia sin razón.
Gritos, Arthur gritaba sin control.
–¡El lobo, el lobo, si no vienes te quedas sin hermano maldito cabrón!–gritó exasperado.
Y gritó, el hermano mayor de cabellos rojizos fue el primero en llegar, encontrando a su hermano algo asustado, con las cejas arqueadas, pero miró suavemente el lugar, todo estaba intacto, no habían pisadas de lobo, sólo de otro humano más.
Scott castigó al pequeño, le hizo limpiar de todo, pero al día siguiente fue lo mismo.
–¡Lobo, lobo!–gritaba el rubio de ojos verdes sin control.
El escocés seguía llegando, casi arto, no importa que castigo le pusiera ese maldito crío seguía mintiendo descaradamente día tras día, alegando entre llantos que el lobo lo quiera capturar para devorarlo.
Ese día no era la excepción.
–Está gritando de nuevo...–susurró uno de los gemelos.
Scott miró hastiado por la ventana. –No iremos, ese maldito crío está sólo mintiendo...–
Sentenció el mayor, pero Arthur ese día no volvió, los hermanos fueron en su búsqueda luego de descubrir que no se encontraba donde las ovejas, estaban desesperados, era de noche, no encontraban rastro de él, no faltaba ninguna oveja, sólo faltaba el pastor.
Y es cuando Scott lo ve, a un ser arriba del risco, sujetando con fuerza el cuerpo de un niño, el ser es casi humano, de ropa común y corriente, de ojos vivos y azules, de mirada exquisita y embriagante, pero desde su cabellera rubia sobresalían dos orejas y de sus pantalones una cola, no de cualquier animal, de un lobo, los ojos del escocés se perdieron en pestañeos, pensando que la vista de noche le estaba jugando una mala pasada, pero el ser sonríe con sus colmillos implantando una sonrisa sujetando al pequeño niño al que el escocés alcanza a ver.
Es nada menos que su pequeño hermano inglés.
–Thank you...–susurra el chico de los ojos azules–Si le hubieras creído a tu hermano, no me lo hubiera podido jamás quedar...–
Y el rostro del escocés se deforma en rabia, si era una ilusión le sabía amarga, escaló el barrando hasta romperse las manos, pero ya no lo volvió a encontrar.
Y... algunas veces, en las noches, quizás es de burla de aquel lobo o tan sólo su imaginación, escuchaba al niño jadeando y gimiendo entre dolor y placer de un acto parecido al sexo o al celo en gemidos de pasión, no dejaba de hacerlo, no dejaba de escucharlo.
Repitiendo una y otra vez: "Lo-bo... lobo, lobo".
N.A: Espero que les haya gustado el regalo (?) pobre pastorcito, será comido una y otra vez por ese estadounidense lobo, y esta vez es otra la moraleja, no importa que, no puedes dejar de creer...Arthur decía la verdad.
