Disclaimer: Ningún personaje me pertenece, son de la genial J.K Rowling. Lo único mío es la historia y la oc que leerán

Actualización: 7/12/2017 Casi seis años después de subirlo al one shot, me di cuenta que necesitaba una limpiada. Así que no va a cambiar su esencia principal, pero si se lo corregirán los errores.

Era una noche fresca de noviembre. Las agujas del reloj de la sala común de slytherin había marcado las doce en punto de la noche.

En una de las habitaciones de los muchachos de quinto año, uno de los jóvenes se removía en su cama sin poder conciliar el sueño. Si en los terrenos de Hogwarts helaba, también lo hacían en las mazmorras.

Theodore Nott un muchacho de quince años, de tez clara rasgos finos y ojos azules como el cielo, observaba el techo de la habitación como si fuese lo más interesante. Sus amigos Draco y Zabini roncaban profundo, y él los envidiaba por poder dormir.

Estaba estresado, quizás porque sabía que ese año eran los TIMOS y no quería llevarse ninguna complicación. Se había pasado las vacaciones de verano en la Mansión de Italia repasando para los exámenes, alejado del mundo. Se había reencontrado con sus compañeros el día que volvieron al colegio, y desde ese día que cada noche se desvelaba estudiando. Era el primero en entrar en la biblioteca y el último en salir. No podía entender como sus amigos estaban tan tranquilos.

Durante el desayuno el almuerzo y la cena, los obligaba a que le hagan preguntas que podían ser consultadas en el examen, y mientras veían los entrenamientos del equipo, Pansy repasaba en las gradas junto a él, ya que la chica también estaba preocupada por los exámenes, pero no se estresaba como su compañero.

Decidió que una caminata nocturna y unos bocadillos podrían cansarlo, por lo que decidió ir a la cocina a buscarse algo de comer. Se desperezó en la cama y corrió los doseles que lo separaban del resto de sus compañeros. Cuando sus pies tocaron el frío suelo contuvo el alarido y buscó las pantuflas rápidamente. Tomó su varita de la mesada de luz, y se puso la bata.

En la sala común quedaban algunos alumnos del último curso estudiando, pero no le prestaron un mínimo de atención. Estaban concentrados para sus EXTASIS.

Salió de la mazmorra y susurró un suave lumus haciendo que de la punta de la varita saliera la luz e iluminará el pasillo. Camino tranquilo, sin apuros y silbando una melodía que había escuchado.

Frente al cuadro de las frutas, se acercó a la pera y la acarició unos pocos segundos y luego está le abrió la puerta. En la cocina quedaban unos pocos elfos que ya se encontraban preparando el desayuno para el día siguiente.

Una elfina se acercó rápidamente a él. – ¿Qué es lo que Mindy puede ofrecerle jovencito?

Theodore le dedicó una suave sonrisa. – Una taza de chocolate caliente y unos bollos. –

– Enseguida. Tome asiento. – Le respondió la elfina mientras sus grandes ojos violeta lo observaban para luego irse dando saltitos.

Theodore observó el lugar y notó que no estaba solo allí. En una de las mesadas apartadas había una joven tomando algo y comiendo una porción de torta de calabaza.

Se sentó frente a ella y la reconoció al instante. Mary Williams estaba totalmente concentrada en el libro que tenía frente a ella. La conocía, iban en el mismo año pero ella era de Gryffindor. Compartían algunas clases, y se sentaban juntos en la clase de aritmancia.

Mary tenía los codos apoyados en la mesada y su cabeza reposaba entre sus manos, aún no se había dado cuenta de la presencia de su compañero. Cuando él fingió una tos, levantó la mirada.

– Buenas noches Nott. – Murmuró mientras le dedicaba una sonrisa y tomaba la taza.

– Buenas noches William ¿Qué haces por aquí a estas horas? – Pregunto mientras la observaba

– Hace algo de media hora que habré terminado con el ensayo del uso del ópalo para Snape. Y ahora vine a leer un poco de aritmancia y a abusar de la hospitalidad de los elfos domésticos. – Sonrió. – Sin que Hermione Granger se enteré claro. – Agregó. –¿Tu qué haces aquí? – Murmuro

– No podría dormir. – Theo se encogió de hombros, mientras la elfina le dejaba la taza de chocolate caliente y unos cuantos bollos, y volvía a rellenar la taza de la joven.

Ambos le agradecieron y Theo tomó la taza entre sus manos. El calor de la taza hizo que sus manos frías tomen temperatura y cerró sus ojos de placer.

– ¿Pudiste acabar con la tarea que nos envió la profesora Vector? – Pregunto Mary

– Sí. Tarde demasiado porque mi error fue hacerla con Malfoy y Zabini cerca. – Murmuró mientras le daba un mordisco a uno de los bollos de frutos rojos. – ¿Tu has podido terminarla? –

– Sí. Por suerte sí. – Sonrió ella. – Me llevó tiempo, pero la termine para entregarla mañana.

Theodore asintió con la cabeza suavemente y tomó su chocolate en silencio. Luego la joven inició la conversación que él siguió gustoso y charlaron animados, sin fijarse que ya eran las dos de la mañana.

Un bostezo se escapó de los labios del joven. – Creo que me iré yendo. –

Azul asintió con la cabeza y tomó su libro. – Yo también.

Ambos caminaron en silencio hasta la salida, y él se despidió con un gesto con la cabeza y comenzó a caminar. Pronto sintió unos suaves pasos hacía él y volteó para encontrarse a Mary.

– Theo. Me encantó estar contigo estas horas. Espero que se repitan y que ahora no estemos en silencio en aritmancia. – Susurró mientras le dedicaba una sonrisa.

Él correspondió el gesto. – No, ahora no lo estarán. Pero ¿De verdad? Yo pensé que un gryffindor y un slytherin no se hablaban

Mary se rio y negó con la cabeza. Beso su mejilla. – Es que tu eres un slytherin distinto a cualquier otro. – Y dicho esto se alejó animada, dejando al joven con una gran sonrisa.

Mary tenía razón, él no era como todos sus compañeros de casa, el era distinto a todo.