Mi primer fanfic, espero les guste, denme su opinión o sugerencia. Saludos, Landa.
Capítulo I
Las calles de Londres comenzaban a nublarse y yo acaba de volver de ver a un paciente, pero al pasar por el cruce de Baker Street, me encontré con la señora Hudson que volvía de hacer algunas compras.
Me saludó con gran agrado, entonces considerando que hacía tiempo que no visitaba a mi viejo amigo Holmes, decidí aceptar la invitación a tomar algo.
Mientras nos dirigíamos hacia el 221B; distinguí la figura de Holmes deambulando por el cuarto con su conocida pipa en la boca.
-Oh, señor Watson. Sinceramente no sé que hacer con él, ha estado mucho tiempo sin salir, no ha tenido mucho trabajo, y bebe más de lo que come. Comienzo a preocuparme, espero que verlo a usted le anime un poco. En seguida subo un poco de té y galletas.-
-Gracias, Señora Hudson, hablaré con él- y subí por los conocidos 17 escalones que conducían al cuarto principal.
Me detuve en el último escalón, esperando, posiblemente, a que se reconociera mi particular andar justo antes de que tocara la puerta. Pero no sucedió, entré entonces y vi a Holmes recogido en el sillón de siempre, y aunque esperaba ver el bote y la jeringa en la mesita de al lado, éstas habían sido cambiadas por una botella y un vaso de Whisky.
-Holmes¿no me digas que ahora has adoptado beber cómo una de tus manías?-
-Ah, Watson. No¿qué no puedo beber algo de vez en cuándo?-
-Ya la señora Hudson me ha puesto al tanto, Holmes. No has tenido mucha actividad las últimas semanas-
-¿Qué te puedo decir? Soy ocioso- dijo y tomó una gran bocanada de humo. –Pero eso ya lo sabes, Watson. ¿Cómo está el trabajo¿el matrimonio?-
-El trabajo va bien, en esta época de frío los pacientes nunca faltan, justo vengo de ver un caso de resfriado. Mi esposa esta bien, estamos redecorando la casa, una vida en familia; el matrimonio es algo muy positivo, lo recomiendo ampliamente- dije con una leve sonrisa.
Holmes volvió hacía mí con una mirada de cierta molestia. Sin duda, se había dado cuenta de lo que sugería con respecto al matrimonio. Pero antes de que pudiera si quiera reprochar, llegó la señora Hudson con una bandeja.
-Aquí tienen la merienda, que la disfruten- dijo amablemente, a lo que respondimos agradecidos.
Sostuve mi taza de té, y saboreé una galleta, hace mucho que no comía las deliciosas galletas de la señora Hudson.
-¿Por qué no sales, Holmes? Un viaje te haría bien- sugerí después de beber un sorbo de té.
- ¿Es una sugerencia médica?- dijo con todo desanimo.
-Te lo digo, cómo médico y cómo amigo, quizás es lo que necesitas para salir de la monótona rutina-
-Entiendo, Watson. Pero, sabes que, los viajes simplemente por viajar, me llaman muy poco la atención, es la misma situación sólo que en otro lugar-
Sin otra idea más que plantearle a mi amigo, decidí dejar ese tema un momento, y la charla continuó con cometarios de otra naturaleza.
-Bueno, Holmes. Tengo que comprar unos víveres, espero verte pronto- dije colocándome el abrigo y el sombrero. –Y Holmes, considera lo del viaje-
-Hasta luego Watson, saluda a tu esposa de mi parte- escuché al cerrar la puerta tras de mí.
-Cuídese señora Hudson. Quizás vuelva la próxima semana- dije al bajar
-Qué esté bien Dr. Estaré al pendiente de él- me respondió ella y me dirigí una vez más hacía las calles de Londres, desde el 221B de Baker Street.
