Prólogo: ¿Qué le ocurre a Naruto?

Bueno, tras terminar fjaka, he decidido embarcarme en un pequeño proyecto personal. Soy bastante inquieto, me gusta experimentar con nuevos géneros y estilos, ademas de parejas y personajes, asi que aqui quiero intentar algo nuevo.

Todos hemos leido aoguna vez un fic de tematica basadaven los lemmon. Vamos, los harem se basan en un 99% en eso, en poner un lemmon por capitulo. Y, concretamente, todis hemos al menos rozado un fic de ese estilo de tematica oscura. Clasica relacion de dominacion, rollo esclava-amo. Y siempre me chirrian esas historias: no solo ponen a la mujer casi como un objeto, presentan un protagonista desnaturalizado. Asi que quiero intentar yo un fic con esa base oscura, con esa relacion de codependencia entre la pareja protagonista, pero sij vaer en esos cliches sexistas, o sin describir violaciones olvidadas con facilidad pornla chica y vosas asi. No, quiero no caer en esos tópicos, y para ello he creado esta historia.

Será naruino. ¿por que naruino? Porque me parece que ese toque independiente de la rubia casa muy bien con un fic de tematica tan "cincuenta sombras de grey" (sin sado eh, aqui de eso nada). Ademas, llevo muchísimo tiempo queriendo hacer uno, la yamanaka y Sarada son mis nuevas musas (con respeto a la única e inigualable pelirrosada, reina sin duda alguna). Hubiese encajado tambien Sakura, peeeero la historia la pide en otro papel. Y puedo prometer un lemmon por capitulo (salvo este, que es un prologo, solo busca presentar), la inmensa mayoria NaruIno, alguno con otra chica. Espero que os guste, un saludo!


-aaaaaaaaaaa- personaje hablando

-aaaaaaaaaaa- personaje pensando

- aaaaaaaaaaa- ser sobrenatural hablando

- aaaaaaaaaaa- ser sobrenatural pensando

RENUNCIA DE DERECHOS: ¿en serio os imagináis a kishimoto escribiendo un Lemmon? Acabarían todos rogándole sexo a Sasuke mientras el uchiha hace su hmpf característico… no, ni el mundo de Naruto me pertenece, ni mis historias le pertenecen a kishimoto. Dos mundos separados, y yo cuál parásito usando una buena idea para lanzar las mías, nada más. Aunque también es cierto que yo le hago publicidad con estas cosas…


Rodeados de vegetación exhuberante, cerca de una pequeña laguna cercada por la madre selva, se producía una reunión vital para el mundo, aunque uno de los dos afectados no lo supiese. Por un lado, un hombre joven, de no más de dieciocho años, de pelo blanco y largo, camisa de malla metálica y pantalones holgados beige y rojos, con algunas pinturas de guerra rojas en sus párpados y pómulos. Jiraiya, quién en un futuro será conocido como el sennin de los sapos, Ero sennin para su alumno más talentoso y díscolo. Y por otro, Gamamaru, el anciano y milenario sapo, un batracio de varios metros de altura, con su piel de color marrón apagado y el vientre en color crema. El milenario sapo se encontraba dormitando, preparándose para la visión que sabía que estaba a punto de recibir. Gamamaru era famoso por dos aspectos: sus siestas de semanas, y sus poderes proféticos. Profetizó la llegada de Kaguya ototsuki, predijo su batalla contra su hijo hagoromo, incluso intentó advertir al sabio de los seis caminos de la futura traición de su hijo mayor, Indra Ototsuki, en un futuro conocido como Indra Uchiha. Su poder era invaluable, y no era de extrañar que, en cuanto se avecinaba una de sus profecías, se moviese cielo y tierra para ponerle en contacto con quién pudiese aprovecharse de ella para hacer el bien. Y en este caso esa persona era Jiraiya, un disperso aprendiz de Sennin, que contemplaba al batracio con hastío.

-Gamamaru chan… ¿falta mucho?

-Paciencia, joven aprendiz, dulce talento es la paciencia…- contestó el sapo con los ojos cerrados y una expresión serena. Cualquiera obedecería al grandioso sapo, que desprendía sabiduría por cada poro, y desde luego trataría a esa eminencia con más respeto, pero cualquiera no era jiraiya…

-Es que no tengo todo el día… hoy inauguran las aguas termales de konoha, y Tsuna tiene pensado ir…- reconoció el peliblanco, asomando un fino hilillo de sangre por su nariz al imaginarse que su plan de espionaje surtiese efecto. Si, jiraiya el sannin fue pervertido antes que sannin, un talento así solo puede ser innato. Estaba por seguir insistiendo, cuando el anciano batracio abrió los ojos con fuerza, asediado por esa importante profecía que llevaba esperando a decir toda su vida.

-Jiraiya chan… tu existencia marca un momento clave en la historia del mundo. Está escrito en las estrellas que cumplirás un deber vital en el devenir de los acontecimientos: tu carácter inquieto te llevará por todo el continente, conocerás a cientos de personas… no encontrarás el amor, por desgracia…- Jiraiya apretó los labios, frustrado, prometiendisecavsi mismo callarle la boca a ese viejo cuando le presentase a Tsunade Senju como su novia.- …pero si encontraras una familia que te acepte tal y como eres. Y, dentro de esa familia, encontrarás a un alumno especial. Un alumno que requerirá cada ápice de tu sabiduría, y de tu paciencia… la horma de tu zapato, si me permites decirlo…- explicó Gamamaru, recriminando veladamente lo excéntrico de su joven aprendiz.

-¿Y quién será, Gamamaru chan?- por supuesto, jiraiya no captó esa indirecta…

-No veo su nombre… solo veo un ingrediente de un plato de ramen…- confesó el batracio, arqueando una ceja jiraiya… ¿iba a enseñar el arte ninja a unos fideos?- pero escúchame bien, ese aprendiz perderá pronto a sus padres, como te ocurrió a ti. Y, al igual que tú, debe de aprender a volar solo antes de que le enseñes.- Jiraiya frunció el ceño, entendiendo lo que le estaba pidiendo el sabio sapo. Abandonar a un niño a la orfandad, un camino solitario y difícil… un camino que no le deseaba a nadie un huérfano como él…- No debes de acompañarle en su difícil camino, su triste infancia moldeará su carácter, y le hará capaz de cumplir con su destino manifiesto, un destino brillante…

-¿Qué destino?- preguntó Jiraiya, visiblemente disgustado. Estaba orgulloso de entrenar en un futuro a alguien tan poderoso que se merecía una visión del gran Gamamaru… pero, si debía de abandonarlo toda su infancia en lugar de estar con él y ayudarlo, quería un buen motivo. Si no, ignoraría al sabio sapo, lo tenía claro.

-Está escrito en el firmamento que ese aprendiz tuyo destruirá el mundo… y lo salvará…

-¿Qué destruirá el mundo y lo salvará?- preguntó un confundido jiraiya, incapaz de comprender.- Pero si son cosas contrapuestas, ¿estás seguro de que lo has leído bien? Además, ¿destruir el mundo no es algo malo?

-La profecía se puede entender de muchas maneras, jiraiya chan… pero es capital para el mundo que ese joven aprendiz tuyo pase su infancia sin ti, PASE LO QUE PASE. Nacerá hecho de pura luz, con el poder de destruir el mundo entero… y deberá de viajar por la oscuridad para fortalecerse y aprender a equilibrar su propia balanza. Si no, no podrá cumplir con su destino, y la raza humana se extinguirá…- explicó un cansado Gamamaru, al que sus visiones le solían dejar agotado… y esta, la más importante de su vida, aún más.- Debe de portar el cielo y el infierno en su alma, porque solo juntándolos podrá sobreponerse a todo. No lo olvides… el futuro del mundo está en sus manos… e indirectamente, en las tuyas…


Konoha, situada en el país del fuego. Un mundo en paz, al fin. Tras la cruenta guerra de las cinco naciones shinobi contra el maníaco guerrero conocido como uchiha madara, el continente al fin ha dejado de lado la sangre y el fuego para centrarse en el porvenir. A pesar de las desconfianzas y del frágil equilibrio de poder, las cinco grandes villas han formado el denominado como consejo gokage, un órgano por encima de cada nación que garantiza la estabilidad y la paz entre sus miembros. Aunque todo esto no quiere decir que el mundo ya no conozca el conflicto, no. Como se ha afirmado antes, la paz mundial es frágil. Las naciones siguen buscando ganar influencia, situarse en una posición de predominio, aunque ya no empleen las viles tácticas del ayer. Secuestros, asesinatos selectivos y campañas militares han sido sustituidos por diplomacia, pactos matrimoniales y un acuerdo entre las cinco grandes aldeas para permitir a cualquiera de sus miembros cambiar de hogar entre ellas sin represalias si así lo desea. El campo de batalla ahora es el despacho de cada kage, y en esos lugares se mantiene el equilibrio. Un equilibrio contingente, todo hay que decirlo, cientos de años de barbarie han dejado una realidad difícil: un paso en falso de cualquiera de los miembros del consejo, y todo puede venirse abajo, puesto que cada nación estaba casi deseando una excusa para debilitar al resto y empezar una guerra. De ahí que todavía fuesen necesarias las patrullas shinobi, como la que acontecía en ese momento.

-Venga Naruto…- se quejó una kunoichi de cabello rosado y ojos verdes claros, de nombre Sakura haruno, que se encontraba removiendo el contenido de una olla metálica en el centro de un campamento.- Termina ya de montar esa tienda, que yo ya he terminado de hacer la comida, y Sasuke kun ya trajo toda la leña…- anunció la joven, mientras un shinobi de pelo azabache, ataviado con un traje de jounin como la haruno, y con una expresión fría y distante, asentía de fondo. Sasuke uchiha, el legendario vengador, se aproximó a su compañera de equipo, y con un gesto tranquilo la abrazó posesivamente por la espalda, plantándola un beso en el cuello, uno que hizo sonreír a la ojijade con satisfacción.

-Ya voy…- contestó un hombre rubio ataviado con un chandal naranja sin más distintivo que el de gennin, de nombre Naruto, intentando montar la tienda de campaña. Lo cierto es que, en otra situación le habría sido muy fácil… pero en ese momento, otra cosa captaba su atención. Concretamente, su mejor amigo besándose con la mujer de sus sueños. Si, Sakura y Sasuke eran pareja desde después de la guerra, y Naruto no era capaz todavía de asumirlo. Tras la gran batalla final, y a pesar de los cientos de desplantes, el pelinegro se había presentado ante la kunoichi para ofrecerla ser su novia, y ella había contestado que si. Naruto sentía esa puñalada en el pecho cada vez que les veía compartiendo besos y caricias, el amargo sabor de haber luchado y ganado cada batalla para al final perder la guerra en lo más importante. Ya había tenido que desmontar lo construido tres veces por mirar de reojo donde no debía. Tendría que hablar con kakashi sensei sobre esto, decirle que prefería ir a sus misiones con otro equipo para poder así cumplir mejor con su labor y acumular méritos para obtener de una vez por todas el ascenso a chunnin que se le había negado ya tres veces, pero era incapaz de alejarse de Sakura. Cada vez que lo intentaba, ella lloraba y le pedía que volviese, y él no podía negarse. Era su condena.- Es que no encajan bien las piezas…- intentó excusarse torpemente para ocultar su desazón, pero Sakura, que conocía cada gesto suyo, se acercó a él.

-Ya te ayudo yo…- se ofreció, sonriéndole gentilmente, y devolviéndole Naruto una sonrisa ridícula de vuelta. A los pocos minutos ya casi la tenían montada, por lo que la haruno decidió sacar un tema que la interesaba.- ¿Qué tal con hinata?

-Etto…- Naruto se rascó la cabeza al pensar en su novia. Porque si, Naruto estaba oficialmente saliendo con la heredera hyuuga, Hinata. En un principio, debería de haber sido objeto de envidias: Hinata hyuuga era de las mujeres más bellas del continente. Un cuerpo de infarto con, citando a Kiba inuzuka, "dos armas de destrucción masiva delante y un par de caparazones detrás", junto con un rostro de piel blanca y suave y rasgos finos; y a todo eso había que añadir una total entrega al rubio. Hinata amaba a Naruto más que a nada, estaba dispuesta a cualquier cosa por él, incluso ya le había sugerido abandonar su carrera shinobi para dedicarse de lleno al hogar cuando viviesen juntos. Pero Naruto no se sentía tan afortunado: realmente, nunca había llegado a conectar con hinata. Cierto era que una parte de él se le hacía la boca agua con esa belleza, pero no despertaba en él esa pasión, ese fuego que le provocaba tan solo imaginarse haciendo el amor con Sakura haruno. Con hinata el sexo era gentil y básico, sin chispas, una obligación más que una diversión… Naruto ni tan siquiera se habría metido en ese berenjenal si no fuese por una conversación que tuvo con Sakura hace un tiempo en una misión, una conversación donde la haruno destrozó sin piedad cualquier esperanza que tuviese el ojiazul de enamorarla , y no paró de insistir hasta que Naruto se rindió y accedió a darle una oportunidad a hinata. Más porque no podía decirle que no a Sakura que por convicción realmente, y eso le estaba apagando de forma lenta.- Pues va bien… Hemos empezado a hablar de irnos a vivir juntos…

-¿Ah si?- preguntó la haruno, arqueando una ceja con un leve gesto de… ¿molestia?- Muy… rápido… para ofrecerla vivir contigo ¿no?- añadió, con un tono algo tosco, un tono que llamó la atención de los dos hombres del lugar, aunque no entendiesen el motivo.

-Yo… yo no lo sugerí, Sakura chan… fue idea de su padre… Hiashi sama cree que estaríamos más cómodos en el complejo hyuuga, dattebayo…- confesó el rubio, cambiando de golpe el rictus de Sakura de uno molesto a uno aliviado. Era extraño, su compañera de equipo solía tener estas reacciones tan extremas cuando se trataba de Naruto…

-Ah… así que no fue idea tuya… bueno, tú verás si quieres irte a vivir allí… Hiashi no tiene pinta de ser muy buen vecino…- comentó mientras ajustaba despreocupadamente una de las correas de la tienda, aunque miraba de reojo al rubio.

-Ya… yo le he dicho a hinata que es un poco pronto, quizás debería decirle…- Naruto iba a exponer sus preocupaciones, buscando el consejo de Sakura, uno que siempre obedecía a rajatabla, cuando de golpe sintió un fuerte mareo. Se irguió con rapidez, viendo todo dar vueltas, incluso trastabilló ligeramente…

-¿Naruto?- se preocupó Sakura, irguiéndose también y mirando al jinchuriki con un gesto de miedo. De repente se había puesto pálido, y apenas se sostenía en pie.

-Sa… Sakura chan… no… no me encuentro bie…- iba a quejarse el uzumaki, cuando de golpe cayó al suelo, inconsciente. Sasuke no llegó a tiempo para evitar que se diese un fuerte golpe en la cabeza contra el suelo, mientras Sakura gritaba su nombre con angustia. Lo último que pudo recordar fue esos ojos verdes mirándole con angustia, antes de que todo se volviese negro.

Mientras, en la aldea de la hoja, la vida seguía su curso, y con ella el día a día de Ino yamanaka. La explosiva rubia, una mujer sumamente bella de pelo rubio suave, carnosos labios rojos, brillantes ojos azul turquesa, cuerpo fino y curvilíneo y rasgos armoniosos, hablaba con un joven civil, un hombre unos años mayor que ella, quizás de treinta, de pelo castaño oscuro, barba bien recortada y constitución atlética. Y, vistas las reacciones de ambos, no era una conversación agradable. Ino hablaba y negaba con tristeza, mientras el hombre, abatido, aceptaba su ruptura y se retiraba desolado. Ino lo contempló marcharse, con una mezcla de frustración y desidia. Otro intento de relación fracasado que añadir a su lista. La yamanaka acumulaba ya una extensa hoja de hombres como Aoki Kagawa, hombres que la amaban y que objetivamente eran perfectos (este último era el mejor cirujano civil del hospital de konoha, amante de los animales, atractivo deportista, rico heredero… un auténtico partidazo), pero que no la llenaban. Ninguno la enamoraba, ninguno se había instalado en su corazón. Y todos ellos lo habían intentado, pero Ino siempre les encontraba algún defecto.

Con kiba inuzuka, a pesar de que adoraba ese toque canalla con el que se comportaba y esa faceta dominante y hambrienta en la cama, la frenó su mentalidad simple y poco interesante. Todo músculo, nada de cerebro. Con Shino aburame fue todo lo contrario: la gustaba mucho ese toque tierno con el que la trataba, abrazándola y respetándola, pero no podía soportar su falta de malicia, que no fuese capaz de, sin malentendidos, "darla un poco de caña". De Sai le atrajo ese toque misterioso, ese aspecto de hombre con un problema oculto que necesitaba algo de atención para sanar. Ino quería un hombre interesante, con aristas emocionales, con un lado oculto que la rubia pudiese entrever pero que tuviese que excavar para descubrirlo del todo, y Sai ofrecía eso a raudales. Pero, fuera de eso, no la aportaba nada. Ni pasión, ni atención, solo una disfunción emocional que la impidió incluso compartir cama con él. Y así, cada hombre mínimamente interesante de konoha había fracasado al intentar pasar el "filtro yamanaka", salvo dos excepciones: Sasuke uchiha y Naruto uzumaki. Y ambos, irónicamente, fuera de su alcance por la misma razón: Sakura haruno. Con respecto al pelinegro, ofrecía ese toque misterioso y era sumamente atractivo, pero era el novio y declarado amor eterno de su mejor amiga. Y en relación al rubio… ese lado tierno junto a esos ojazos azules eran una buena carta de presentación, sin contar que era un héroe legendario, aunque Ino echaba de menos en él algo de picardía. Pero, aún con ella, no se acercaría a Naruto: su amiga, aunque lo negase, era increíblemente celosa con su "baka personal". Solo había permitido acercarse sin gruñirla a hinata, y la rubia se olía el motivo real…

Así que, en resumen, su terreno amoroso era un desastre. Y eso la provocaba una sensación de desazón interna. Objetivamente, debería de ser feliz: ya lideraba de facto su clan tras retirarse de la mayoría de sus ocupaciones su padre, había sido ascendida a chunnin tras la guerra, su trabajo en el hospital era cómodo y agradable, tenía una muy buena amiga, una familia que la amaba, era reconocida como la mujer más atractiva de la hoja… pero, realmente, se sentía vacía. De ahí que casa vez le doliese menos romper sus relaciones y cada vez perdiese más la fe en que llegase ese hombre que aunase todo lo que ella buscaba en su pareja definitiva: atractivo físico, con intelecto, un toque canalla, algo de misterio en su forma de pensar y actuar, que la prestase atención, que la hiciese delirar en la cama… ¿estaría pidiendo demasiado? ¿Debería de conformarse? Se preguntó con desánimo, dirigiéndose hacia el hospital para comenzar su guardia. Se encontró en la puerta con Shizune, su jefa, que la saludó con alegría, y se preparó para otro día igual en su vida vacía objetivamente feliz. Pero entonces, lo inesperado apareció.

Con una fuerte ventolada, un frío Sasuke apareció en medio de urgencias, sosteniendo un cuerpo en sus brazos y a Sakura agarrada a su espalda. Gracias a su amenotejikara, había podido llegar en tiempo récord con su equipo a urgencias. La ojijade gritó con fuerza pidiendo un médico, claramente atacada de los nervios. Y, cuando anunció el nombre del herido, todas las urgencias estallaron en frenesí. Naruto uzumaki, el héroe de la gran guerra, el único jinchuriki de konoha y último uzumaki conocido, estaba en peligro de muerte. Y eso era ya una cuestión de estado, toda vez que la existencia de dos monstruos del chakra como Naruto y Sasuke había sido clave para nivelar la balanza del equilibrio mundial en el continente. Si uno muriese, uno que además era el depositario del chakra de los biju, las consecuencias serían catastróficas. De inmediato se dispuso al rubio sobre una camilla, enunciando Sakura los síntomas. De pronto, sin razón aparente, Naruto se había desmayado, y, tras unos segundos, había dejado de respirar. Una desesperada Sakura le había practicado la reanimación, pero no respondía, y el tiempo se agotaba.

Shizune ordenó a Ino y Sakura llevar al rubio al box más cercano, apareciendo una decena de enfermeras con material para atenderlo. Le enchufaron electrodos para medir sus constantes, le sacaron sangre, le inyectaron medicinas… y nada parecía sanarlo. Ni tan siquiera el chakra de Kurama actuaba para ayudar al equipo médico. Shizune preparó el desfibrilador, dispuesta a salvar a su hermano pequeño oficioso a cualquier coste, y lanzó una potente descarga sobre su pecho, deseando que funcionase. Y, granjas a kami, funcionó. Antes de que Sakura fuese a entubarle, Naruto comenzó a reaccionar. Todas se quedaron de piedra, aliviadas, cuando el ojiazul comenzó a moverse, primero parpadeando, después con sus manos. Naruto miró a su alrededor, y extrañó mucho a más doctoras que no hubiese confusión en su mirada, como si supiese perfectamente que estaba en urgencias y cómo había llegado allí. Iban a preguntarle, pero Naruto se centró en mirar su mano, y abrirla y cerrarla sin apartar sus ojos azules de ella. Y, acto seguido y para mayor confusión de los presentes, el uzumaki dejó escapar una suave risa irónica para luego hablar.

-Esto tiene que ser una broma…- se dijo para sí mismo, sin parar de contemplarse su mano. Y, por un segundo, todas creyeron ver un destello en sus ojos, un brillo extraño en él… un toque cruel.- bueno, creo que ha funcionado…


Y por hoy basta. Eres mia da su primer paso. Si, se que es poco, pero muy importante: veis el estado general de las cosas (como veis, ocurre tras The last), os presento esa premonicion (VITAL) que encima me permite ofrecer una excusa creible sobre la negligencia de jiraiya durante la infancia de naruto (al final del fic entenderéis todo, lo prometo), y puedo presentar el panorama de Ino. Lectoras del fic, ¿os parece que ese tipo de hombre que he descrito es perfecto para Ino? yo no la veo mucho con Sai si os soy sincero, Ino es mas... activa, no se si me explico. En este fic tendra accion... a raudales.

¿Que le habra ocurrido a naruto? he ahi la clave... Un saludo y hasta el siguiente capitulo.