Link Original: artist-artists . tumblr post/35518022656/clumsy-instead (eliminar espacios)

Autor: Artist-artists


Sumario: Kurt había pasado todo el verano después de la graduación perdiendo la fe en sí mismo mientras lidiaba con un inesperado corazón roto. Había perdido a su novio, había sido rechazado por la universidad de sus sueños, y estaba trabajando en Lima Bean. Aunque, lo más inesperado de todo, era el consuelo que encontraba en Sebastian.


El día de la graduación de Kurt fue uno de los días más felices de su vida. Decirle un triunfante adiós a McKinley rodeado de amigos, familia, y su novio era algo que Kurt nunca había imaginado el primer día que había caminado por esos pasillos cuatro años atrás. La secundaria había sido dura, pero las cosas habían cambiado en los últimos años y habían mejorado. Kurt estaba emocionado por mudarse a Nueva York a comenzar la universidad y realmente empezar con su vida. Aunque aún le quedaba un último verano infancia y planeaba aprovecharlo al máximo. Aún habían muchas cosas que organizar y empacar y no podía esperar para usar el dinero que había estado guardando para añadir unas piezas más de ropa dignas de Nueva York. Cada momento libre antes de marcharse estaba dedicado a sus amigos, familia y Blaine, dado que Kurt sabía que no iban a verse muy seguido con el año escolar que se avecinaba. Iban a ser unos maravillosos dos meses, en preparación a la gran final, su partida a fines de agosto. Kurt no podía esperar.


Perder NYADA fue difícil. Fue más difícil perder a Blaine unas semanas después, pero quizás solo pudo haber sido porque Kurt aún no se recuperaba del primer golpe. La falta de comunicación y confianza entre ellos se había perdido rápidamente y todos a su alrededor estaban sorprendidos, pero Kurt sabía que todo eso había comenzado tiempo atrás. Con Chandler quizás, posiblemente incluso desde Sebastian o quizás el abismo siempre había estado ahí, y ni siquiera todo el amor del mundo lo hubiera podido mantener juntos. Kurt le gustaba más la versión 'solo no lo intentamos lo suficiente'. Las peleas habían empeorado rápidamente y fue Kurt quien echo a Blaine de su casa después de una explosiva discusión, diciendo que terminaban. El día siguiente, en Lima Bean, los dos se sentaron y hablaron con voces más calmadas y palabras menos crueles, pero llegaron a la misma conclusión que la noche anterior. Habían terminado.

Sin embargo, NYADA se había sentido más. Kurt podría haberse recuperado del rompimiento si aún hubiera tenido planes de marcharse, pero a raíz de su rechazo, lidiar con el rompimiento se había vuelto más difícil.

Kurt no tenía novio. No había entrado a la universidad. No se iba a Nueva York.

Por fortuna, Kurt había aprendido mucho tiempo atrás a no sorprenderse cuando las cosas no salían como las había planeado.

El nuevo plan era simple. Conseguir trabajo, ahorrar dinero, inscribirse en un centro de estudios en el otoño, quizás algún curso teatral, y reaplicar para NYADA. Aunque, no solo NYADA, a cada universidad artística a los alrededores de Nueva York. Las cosas se habían retrasado, y la gran reunión de Kurt y Blaine se había borrado, pero Kurt estaba dispuesto a trabajar con esos cambios. Había pasado dieciocho años en Lima, uno más no lo mataría.


"Estaba equivocado," murmuró Kurt a si mismo unas semanas más tarde mientras tomaba un croissant de la caja y lo colocaba en una pequeña bolsa de papel.

"¿Qué pasa, cariño?" preguntó Elaine, su cabello oscuro y rizado volaba detrás de ella mientras caminaba sosteniendo dos largos cafés. Aunque era la gerente de Lima Bean, los días ajetreados requerían que también hiciera servicio al cliente.

"Nada, lo siento," Kurt respondió. "Solo hablaba conmigo mismo." Dio un paso atrás hacía la registradora, sosteniendo el croissant al horrible hombre que ahora tenía el honor de ser el cliente más grosero, ni siquiera se preocupó de intentar sonreír cuando le dijo al idiota que tuviera un buen día cuando el hombre se alejó de la caja registradora para esperar por su bebida. Kurt respiró profundamente para recuperarse, luego volvió a pegarse una sonrisa en el rostro. "¿Siguiente?"

Trabajar en el Lima Bean no era tan malo, dejando de lado los clientes groseros. Su jefa era agradable y le daba muchas horas, lo cual ayudaba a pasar el tiempo ahora que no tenía necesidad de organizar juntas, salidas de comprar, o pasar tiempo con Blaine. El dinero no era muy bueno, pero prefería trabajar en eso que en el garaje con su padre todo el día. El delantal no era halagador, pero Kurt había encontrado maneras de hacer que funcionara. Planear su vestuario que combinara con el delantal era su ritual nocturno ahora. Veía a sus amigos también, aunque siempre parecían aparecer en las horas más concurridas de su jornada. Kurt había intentado en numerosas oportunidades, que lo visitaran más tarde, cerca del horario de cierre, cuando no había filas y Kurt podía realmente pasar tiempo hablando, pero hasta ahora, nadie lo había hecho. Bajo circunstancias normales, Kurt pensó que probablemente disfrutaría pasar tiempo solo con sus pensamientos durante los momentos más tranquilos de su trabajo, pero sus pensamientos no era muy agradables estos días. El teatro local no empezaría su siguiente producción hasta mediados de agosto, el centro de estudios no tenía clases de artes escénicas, y la falta de sentido práctico en el plan de Kurt ahora pesaba en su mente. Su aplicación no sería muy diferente a la que fue el último año, así que ¿Por qué entraría a NYADA ahora? ¿Por qué entraría a cualquier universidad artística? Apenas había conseguido un pequeño papel en el musical de su propia escuela. Había mucha posibilidad de que seguiría donde mismo el próximo verano, haciendo café y aceptando miserables propinas, en vez de estar empacando a Nueva York. Quizás había sido estúpido pensar que podría irse de ese lugar.

"Bueno, bueno, bueno." Una familiar voz dijo, alejando a Kurt de sus pensamientos. "Tengo que decirlo, no esperaba ver una linda princesa como tú sirviendo café como uno de los plebeyos."

Kurt suspiró, permitió que la falsa sonrisa cayera de su rostro cuando Sebastian Smythe se acercó a la caja registradora. "Hola, Sebastian." Los dos no habían hablado desde las regionales. La obsesión de Sebastian con el Lima Bean había terminado después de las competiciones, y a pesar de la disculpa, Blaine tampoco había mantenido contacto con Sebastian después de eso. "¿Qué puedo hacer por ti?"

Sebastian sonrió. "¿Tratando de deshacerte de mí tan pronto? ¿No quieres conversar?"

Aunque Kurt no sentía el mismo destello de ira que solía sentir alrededor de Sebastian, giró sus ojos. "Hay fila, genio," dijo, moviendo su cabeza en dirección a los clientes. "Sé que fue un largo viaje solo para venir a molestarme, pero desafortunadamente, no tengo mucho tiempo para charlar ahora."

Sebastian se rio. "No hay problema. Tengo bastante tiempo para molestarte este otoño."

"¿Este otoño? ¿Por qué?"

"Vas a Nueva York, ¿cierto? ¿NYADA?" Sebastian preguntó. "Voy a Columbia."

"Bueno, es una ciudad muy grande." Kurt dijo, esperando que su voz no lo traicionara ante lo mucho que dolía la mención de NYADA. "Va a ser difícil atormentarme allá."

"De seguro me las arreglare," dijo Sebastian con una sonrisa. "¿Cómo esta Blaine?"

No era una pregunta cruel, pero después de lo de NYADA, Kurt estaba al borde. "Está soltero," dijo de un golpe. "Así que puedes llamarlo y preguntarle tú mismo. ¿Vas a ordenar o no?"

Sebastian estaba tan sorprendido que dio un paso atrás del mostrador. "Tú… espera… ¿en serio?" Kurt solo le dio una mirada dura en respuesta. "Um… solo un iced late mediano," Sebastian dijo después de un momento.

Kurt golpeó las teclas de la caja registradora más fuerte de lo necesario. "Son 4,07."

Sebastian sacó su tarjeta de crédito y la deslizó por el lector. Cuando Sebastian le entregó el recibo, Sebastian abrió su boca para decir algo más, pero pareció pensarlo mejor cuando Kurt lo miro duramente de nuevo.

"Te darán tu late ahí," Kurt dijo, usando su alegre voz mientras señala el otro extremo del mostrador. "¡Que tengas un buen día!"

Sebastian se alejó sin decir una palabra. Kurt no esperaba volver a verlo pronto.

"¿Siguiente?"


Solo dos días pasaron antes que Sebastian visitara Lima Bean de nuevo mientras Kurt estaba trabajando en la caja registradora. Aunque Kurt no sentía la necesidad de disculparse por su comportamiento, tampoco fue rudo con Sebastian.

"Estas comportándote amable," Sebastian comentó mientras deslizaba su tarjeta de crédito.

"Soy amable con los clientes," respondió Kurt. "Hasta que me den una razón para no serlo."

Sebastian se rio mientras colocaba su nombre en la pantalla de lector. "Tomaré eso como la advertencia que es, y me alejare de tu camino."

"Buena idea," Kurt sonrió mientras le entregaba el recibo a Sebastian. "Que tengas un buen día."

"Cada día que te veo sufrir en ese ridículo delantal es un buen día," Sebastian gritó sobre sus hombros mientras se alejaba al otro extremo del mostrador.

Kurt solo giró los ojos. "¿Siguiente?"


Sebastian pasó muchas veces después de eso. No todos los días, pero suficiente como para que Kurt empezara a pensar que era extraño. Por semanas, Kurt no había visto a Sebastian en Lima Bean, pero repentinamente aparecía tres o cuatro veces a la semana, traía su computadora y se sentaba en una de las mesas de la esquina por horas. Él y Kurt la mayoría del tiempo se comportaban bien el uno con el otro, salvo por ocasionales insultos. Nunca eran hirientes, y usualmente terminaban sus breves interacciones con una sonrisa.

La primera vez que se acercaron a tener una conversación real fue los primeros días de Julio. Sebastian estaba trabajando en su computadora en su mesa favorita, aun jugando con su iced late que había comprado hace una hora cuando Kurt tuvo su momento libre. Usualmente pasaba sus quince minutos dando un rápido paseo por el centro comercial o jugando con su teléfono en una habitación donde tomaban sus descansos mientras comía algo, pero estaba lloviendo afuera y la habitación olía particularmente mal después que el microondas de Tim había sufrido un percance esa mañana.

La lluvia había causado que más gente de lo normal se había quedado en la cafetería, y después de un rápido escaneo a la habitación, Kurt supo que no habían mesas vacías para él. Tomó la rápida decisión de sentarse con Sebastian. No era una decisión difícil, considerando sus opciones, pero Kurt se sentía un poco nervioso mientras se acercaba a la mesa de Sebastian. No eran amigos, y Kurt temía que estuviera subestimando su nivel de camaradería. Transformó su cara en una mirada de fastidio antes de sacar la silla del otro lado de la mesa, moviendo el bolso que había estado ocupando ese lugar en el suelo, y se sentó.

"Sabes," Sebastian dijo sin alejar la mirada de su computadora, "dejo mis pertenencias ahí específicamente para que nadie me pida sentarse."

"Tu bolso tendrá la silla de vuelta en quince minutos," Kurt respondió, alejando unos libros y así poder dejar sus cosas en la mesa.

Sebastian levantó la mirada y levantó una ceja. "¿No tienen una sala de descanso o algo así?"

"Ninguna que sea adecuada para el uso humano en estos momentos," respondió Kurt. Sebastian no parecía enojado de que Kurt estuviera ahí, solo confuso, así que los nervios de Kurt se calmaron lo suficiente como para hacer la pregunta que se estaba haciendo. "¿Qué clase de trabajo haces aquí todo el tiempo? Aún falta para que las clases comiencen."

"Estoy tomando dos cursos de verano online," Sebastian explicó.

"¿Cursos de verano? ¿Antes de empezar tu primer semestre?"

Sebastian sonrió. "Sé que gente que realmente hace trabajo académico puede parecer extraña para personas que atienden a universidades artísticas, pero las universidades de alto prestigio son algo intensas."

Kurt giró los ojos, tratando de ignorar el dolor que sentía ante la vaga referencia a NYADA. "Lo sé," dijo. "Solo es extraño que estés tomando clases antes de siquiera haber empezado. ¿Has estado en orientación ya?"

"Orientación es poco antes de que las clases comiencen," Sebastian respondió. "Tengo que tomar estas clases para poder trabajar con el profesor que mi padre conoce. No es un trabajo que se le dé normalmente a los de primer año, y solo puedo hacerlo si tengo unos pre requisitos listos antes de llegar ahí."

"Apesta."

Sebastian se encogió de hombros. "No es tan malo. Solo mucho trabajo poco productivo."

"Lo cual debe ser terrible para un genio como tú," Kurt dijo mientras empezaba a desenvolver su muffin.

"Lo es," Sebastian estuvo de acuerdo, sus ojos brillaban divertidos. "Con suerte, al final podré tener clases que sean un desafío para mí."

"Cruzare mis dedos por ti," Estuvieron callados por un momento después de eso, y Kurt le dio un par de mordidas a su muffin antes que Sebastian hablara de nuevo.

"Me siento halagado de que hayas decidido concederme una conversación que durara más de treinta segundos," dijo. "Creí que jamás sucedería."

Kurt giró sus ojos y tragó antes de responder. "Es difícil para mi poder conversar con la gente cuando el lugar está lleno." No tenía intenciones de sonar irritado, pero había escuchado esa queja de sus amigos bastante seguido. "Si la gente quiere conversar conmigo, tiene que venir a la noche cuando no estoy ocupado. No sé porque eso es tan difícil de entender." Sebastian miró un poco sorprendido por el ataque, así que Kurt continuo, tratando de sonar menos agresivo. "Además, no tenía idea de que tenías cosas que discutir conmigo."

"Bueno," Sebastian comenzó, una esquina de su boca se inclinó hacia arriba formando una sonrisa, "Tengo una pregunta sobre tu ropa."

"¿Mi ropa?" Kurt miró lo que estaba usando. Había dejado su delantal en la sala de descanso para evitar que los clientes lo molestaran en su rato libre, y aunque su vestimenta no se veía 100% completa sin él, Kurt estaba bastante seguro que estaba bien.

"Si," Sebastian dijo. "Tengo un amigo que quieres ser drag queen para Halloween este año, y está buscando ideas. Dado que tu luces como drag queen todo el tiempo, pensé que podías darle algunos consejos."

Kurt pasó el resto de su descanso leyendo noticias sobre celebridades en su teléfono.


La próxima vez que Sebastian pareció en Lima Bean, llegó un par de horas antes de que se cerrara. Se convirtió en un hábito para él, y aunque Kurt nunca lo menciono directamente, se sentía realmente tocado de que Sebastian lo haya de verdad escuchado. Era un cambio bienvenido, pasar las noches que le tocaba cerrar intercambiando comentarios crueles sobre vestimenta con Sebastian en vez de detenerse en el hecho de que se quedara en Lima indefinidamente, condenado a permanecer vendiendo café mientras todos sus amigos lentamente lo dejaban. Kurt esperaba con ansias las visitas de Sebastian, y en las noches que no pasaba, Kurt se encontraba extrañando su juguetona sonrisa, o la manera en que los músculos de sus brazos lucían cuando se inclinaba en el mostrador. Era extraño, lo atractivo que Sebastian parecía ahora que no estaba intentando quitarle el novio a Kurt. Sebastian nunca mencionaba a Blaine, a diferencia de su padre o sus otros amigos, quienes parecían pensar que Kurt y Blaine deberían tratar de resolver las cosas, especialmente dado que ahora Kurt no se iba a marchar en el otoño como lo había planeado. Solo Santana finalmente dejó de lado esa idea, decidiendo que lo que Kurt necesitaba realmente era otro chico.

"Ve a Scandals," dijo. "Estoy segura que al menos uno de esos viejos degenerados quiere follarte. Te sentirás mejor cuando coloques algo de distancia entre Blaine y tú." Se detuvo por un minuto, luego su rostro se iluminó con una pícara sonrisa. "Y cuando digo distancia, por supuesto, me refiero al largo de la-"

"Lo entiendo, Santana," Kurt respondió. Giró sus ojos y trató de desestimar el comentario, pero sabía que no estaba completamente equivocada. Quizás no estaba interesado en acostarse con alguien de Scandals, pero Kurt podía ver el atractivo en tener a alguien. Había pasado diecisiete años sin besar, y dieciocho sin sexo, y no había sido malo, pero ni siquiera habían pasado dos meses desde que había terminado con Blaine y ya estaba encontrando la falta de afecto difícil de soportar. Se había vuelto difícil no mirar a Sebastian como una opción. Era guapo y alto. Inteligente y hacía reír a Kurt, y lo más importante estaba presente. Por cualquiera que sea la razón, Sebastian hacía un esfuerzo por ver a Kurt, por escuchar lo que decía, por dejar a sus ojos vagar en los labios de Kurt más de lo necesario.

Al principio parecía algo loco, cuando Kurt considero a Sebastian como un potencial. Sebastian. A quién Kurt había pasado tanto tiempo el año pasado odiándolo. Kurt había estado empezando a pensar que era parte del atractivo – que Sebastian no era alguien cercano, pero tampoco era un extraño. Kurt no estaría asustado, pero tampoco tendría el temor de perder a un amigo cercano. Sebastian nunca había mostrado interés en una relación de pareja, y parecía disfrutar del sexo, así que probablemente no se opondría a ser una solución a corto plazo para la frustración de Kurt. El hecho de que toda esta situación molestaría a Blaine solo era un punto extra. No le costó mucho a Kurt convencerse de que conseguir a Sebastian era una meta digna.

Kurt no tenía un plan inmediato, pero hizo un esfuerzo por mostrarle a Sebastian que sus continuas visitas eran apreciadas. Pasar el rato con Sebastian era divertido, y una buena distracción ante las crecientes dudas de Kurt sobre su futuro, las cuales se intensificaron a mediados de Julio cuando Elaine le pregunto cuando se iba.

"¿Irme?" Kurt preguntó, confuso.

"A la universidad," ella aclaró. "Necesito saber para los horarios. Asumo que ¿mediados de agosto? Ahí se irán Delia y Alex."

"Oh, no… no yo…" Era siempre difícil para Kurt admitir que no se iría a la universidad en otoño, que no había cumplido con las expectativas. Que estaba estancado en Lima por el previsible futuro. "No iré a la universidad aún," dijo finalmente, tratando de sonreír. "Así que es una persona menos que tendrás que contratar."

Ella no escondió su sorpresa muy bien, pero de todas maneras, Kurt apreció el esfuerzo. "¡Oh! Lo siento, pensé… bueno, en realidad son muy buenas noticias. Eres uno de mis mejores empleados, y sería terrible intentar reemplazarte. Y, okay, normalmente no anunciamos esto hasta la reunión mensual, poro Martin y yo estamos de acuerdo en premiarte como el empleado del mes de julio, así que…" ella dijo. "Bien, entonces. Eso es muy bueno." Le dio un incómodo golpe en la espalda y se fue rápidamente, consiente del momento poco agradable que había provocado. Unos días después, Kurt recibió su premio – una gifcard con $25 para el Lima Bean, y una fotografía de su rostro colgaba en la sala de descanso.

Kurt, viendo esto como una oportunidad de desarrollar su plan 'hacer saber a Sebastian que no estaría completamente en desacuerdo con la idea de besarse y posiblemente algo más con él', le regalaría la gif card a Sebastian el día después de ganársela. Ambos eran recientemente amigos de Facebook, y Kurt se había enterado que el cumpleaños de Sebastian se acercaba luego de indagar un poco en su perfil. Kurt también había pasado tiempo suficiente viendo a través de todas las fotografías que Sebastian había subido los últimos años, pero para eso sirve Facebook, ¿cierto? Kurt colocó la gif card en una tarjeta de cumpleaños de 99 centavos que compró en la farmacia y se sacó el delantal apenas la tienda se vacio y no había fila de gente esperando ser atendida.

"Toma," dijo, pasándole la tarjeta sobre el mostrador tan pronto como Sebastian se acercó para la ronda nocturna de 'burlarse en voz baja de los clientes en el otro lado del local.' "Pensé que tendrías planes el día de tu cumpleaños, y no te pasarías por aquí, así que me quería asegurar de dártela antes."

Sebastian tomó el sobre y lo abrió, luciendo sorprendido cuando la gif card cayó en sus manos. "¿Me estas regalando una gif card?" preguntó, levantándola para examinarla de más cerca. "¿Para aquí?"

"No pague por ella," Kurt dijo. Ya se estaba empezando a reprenderse a sí mismo por parecer tan desesperado. Debe ser obvio para Sebastian ahora, lo patético y necesitado que esta Kurt. Además apenas eran amigos y Kurt le estaba dando un regalo de cumpleaños obviamente diseñado para mantener a Sebastian en su vida. "La tuve gratis. Soy el empleado del mes, y me la dieron así que…"

Sebastian levantó la vista. "¿Y no quieres usarla tú? Quiero decir, estás aquí todo el tiempo."

"Yo sacó lo que quiero," Kurt admitió. "No pago."

Sebastian asintió. "Si, realmente eres el empleado del mes," dijo, sacudiendo su cabeza mientras se guardaba su regalo.

"Todos lo hacen," Kurt dijo. "No solo yo."

"Claro, claro," Sebastian respondió con una sonrisa. "Así que, uh, ¿Cómo supiste que era mi cumpleaños?"

Kurt esperó no sonrojarse mucho. "Facebook," dijo. "Me di cuenta, y pensé… tu podrías usarla más que yo. Dado que estas mucho tiempo aquí."

"Si," Sebastian respondió. "Bueno, gracias."

"De nada," dijo Kurt, empezando a sentirse más relajado ya que Sebastian había aceptado el regalo. "Feliz Cumpleaños."

Sebastian se quedó hasta muy tarde, a pesar del anuncio de cierre, y en vez de guardar sus cosas como siempre. Se recostó en la silla, observando a Kurt limpiar las mesas y colocar las sillas arriba, cuando Elaine asomó su cabeza desde la sala de descanso. Kurt esperó que ella echara a Sebastian, pero solo sonrió.

"No me importa si tu novio se queda," le dijo a Kurt, "pero necesitas cerrar las puertas."

"No es mi novio," Kurt protestó, pero ella ya se había ido. Sebastian parecía divertido.

"¿Qué? ¿No me ves cómo novio?" bromeó mientras Kurt se dirigía a cerrar las puertas.

"Te vistes como Finn," respondió.

Sebastian resopló. "Creo que eso sería algo bueno. Quiero decir, escuche el rumor que te pasaban cosas con él."

Kurt pudo sentir como sus mejillas se volvían rojas. ¿Blaine le había contado a Sebastian de su pasado? ¿Cómo es que salió el tema? "Es bueno saber que Blaine pensó que eso era una información apropiada como para compartirla con el mundo," dijo, volviendo a limpiar las mesas mientras Sebastian se reía.

"Blaine no me contó nada," dijo. "Rachel hizo una broma sobre eso en tu Facebook la semana pasada. No sabía si era verdad, así que gracias por la confirmación."

"Eres un idiota." Esa publicación había sido semanas atrás, Kurt se alegró al darse cuenta que no era el único que había estado indagando en Facebook.

Sebastian se encogió de hombros. "Y tú estás enamorado de tu medio hermano. ¿La cosa tabú te excita?"

Kurt no sabía que responder, así que le tiró el trapo sucio en la cara a Sebastian. Desafortunadamente, Sebastian tenía buenos reflejos y lo atrapó antes de que lo golpeara.

"Peleas sucio," dijo, dándole a Kurt una sonrisa divertida mientras le arrojaba el trapo de vuelta. "Literalmente."

"Lindo," Kurt respondió, girando los ojos. "¿Podemos hacer un trato? Si te callas con el asunto de Finn. No te quitaré la gif card."

"Como si yo te fuera a dejar quitármela," se burló Sebastian. "Dios, espero que Nueva York te suavice un poco. Definitivamente tienes el potencial de ser una perra, pero ahora ni siquiera te puedes reír de ti."

Kurt estaba tan ocupado pensado en el comentario de Nueva York que no pudo llegar con un insulto para responder. Se había olvidado que Sebastian aun no sabía que no iba a ir a Nueva York en el otoño. Sería una conversación incomoda, pero Kurt no podía esperar más para dar las noticias. Si quería tener algo con Sebastian, sería probablemente de ayuda si Sebastian sabía que Kurt no lo estaría siguiendo a Nueva York para intentar atraparlo en una relación real.

"Desafortunadamente, tendrás que esperar para eso," Kurt dijo, tratando de mantener un tono casual. "No estaré en Nueva York por ahora."

"¿Qué quieres decir? ¿Las clases en NYADA no comienzan a fines de agosto?"

"Si," Kurt dijo, enfocando su atención en la mesa que estaba limpiando. "Yo, um… no voy, así que no me afecta."

Sebastian se quedó en silencio por un momento, y Kurt le envió una mirada. Estaba con el ceño fruncido.

"No lo entiendo," dijo finalmente. "¿Por qué no vas?"

"No es que no quiera," Kurt explicó. "No me aceptaron."

"Entonces ¿Dónde vas a estudiar?"

Kurt suspiró. "Allen County. No tiene un programa de artes pero-"

"Espera, ¿no iras a una verdadera universidad?" Sebastian preguntó.

"Los centros de estudios son universidades," Kurt dijo de golpe. "No seas tan elitista. No todos tenemos padres ricos que nos puedan comprar la entrada a una universidad de alto prestigio. Mi padre estudio en un centro de estudios y me ha criado muy bien."

"Jesús, Kurt relájate," Sebastian dijo. "No es lo que quise decir, ¿okay? No tienes que pretender que quieres ir a un centro de estudios. No soy tan estúpido como para creer eso."

"Bueno, tengo que hacer algo."

"¿No entraste a otra universidad?"

"No aplique a ninguna otra," Kurt admitió.

"Eso fue estúpido," Sebastian le dijo. "¿Así que volverás a aplicar para primavera? ¿Y a otras universidades artísticas en la ciudad?"

"Quizás," Kurt dijo. Estaba apretando tan fuerte el trapo en su mano que estaba empezando a doler. "Aunque, no sé qué tan bueno sería. Mi aplicación sería la misma."

"Pero la audición podría ser diferente."

"¿Y qué?" Kurt preguntó. "Estoy muy poco preparado para una universidad artística. La única experiencia que tengo es bailar y cantar en el fondo para las nacionales."

"Estuviste en West Side Story," Sebastian señaló.

"Tenía tres líneas."

"Así que, entonces no apliques para una universidad artística si no crees que puedes entrar," Sebastian dijo. "Elige algo distinto. O solo múdate a la ciudad y busca un trabajo."

"Esa es una horrible idea."

"¿Por qué?" preguntó Sebastian. "Eres miserable aquí. Apenas te conozco y puedo decirlo. Si verme a mi es la mejor parte de tu día, es una muy mala señal."

"Estaba bromeando cuando dije eso," Kurt insistió, sintiendo como su rostro volvía a ruborizarse.

"No estabas bromeando. Eso demuestra lo mucho que odias estar aquí. Tienes que irte."

"No es tan simple," Kurt dijo. Rindiéndose en pretender que estaba limpiando mesas. "Si estuviera en la universidad, podría conseguir prestamos, pero no puedo… mudarme a Nueva York sin ninguna razón. Es demasiado caro. Sería muy poco responsable."

"Puedes quedarte con alguien," Sebastian sugirió. "Puedes quedarte conmigo, si quieres."

Kurt resopló. "¿Es una habitación universitaria? No, gracias."

"Oh por favor, como si yo fuera a vivir en la universidad," Sebastian respondió. "Tendré un departamento. Mi papá y yo iremos a buscar uno la próxima semana."

"Debe ser lindo." Kurt murmuró.

"Lo es. Pero, hey, podrías ser mi sirvienta," Sebastian bromeó. "Me asegurare que haya espacio para ti."

Kurt odiaba el hecho de que deseara poder tomar la oferta de Sebastian. "Muy gracioso."

"Sería mejor que quedarte aquí," dijo Sebastian. "¿Qué pasará cuando estés tan mal contigo mismo que no apliques para la universidad el próximo semestre? ¿Trabajaras aquí para siempre? ¿Te quedarás aquí y sentirás lastima por ti, puteando a cualquiera que venga a escucharte hablar sobre tu terrible vida en vez de hacer algo al respecto?"

Eso lo golpeó, probablemente porque Sebastian estaba tan cerca de describir como Kurt se sentía, y el verano aún no terminaba. Kurt perdió su último indicio de paciencia. "No tienes derecho," dijo furioso. "Ninguno. No tienes idea lo que se siente que te nieguen todo, Sebastian. Nunca has tenido que esforzarte por nada, todo lo has tenido en tus manos. ¡No tienes opinión!" Kurt se detuvo entonces, tratando de contener las lágrimas. Cuando estaba claro que Sebastian no iba a responder, Kurt respiró profundamente. "Cerramos," dijo. "Deberías irte."

Sebastian soltó un profundo suspiro. "Está bien." Recogió sus pertenencias, las colocó dentro de su bolso, y se fue sin decir una palabra.

Para cuando Kurt volvió a cerrar las puertas, ya estaba arrepintiéndose de sus duras palabras.


Kurt trabajo cinco turnos sin ver a Sebastian, no le tomó tanto darse cuando lo mucho que extrañaba a Sebastian en la cafetería. Sin él, los turnos eran aburridos, y cada momento libre que tenía lo pasaba pensando en su sombrío futuro. Aunque odiaba admitirlo, sabía que tenía razón. Eso era todo lo que Kurt estaba haciendo – la incapacidad de entrar en NYADA, la falta de un plan B decente – y no tenía idea de cómo evadir la situación que Sebastian había predicho, en donde Kurt quedaba estancado en Lima por años porque siente que no es suficiente como para seguir sus sueños. Y ahora, aparte de la pérdida de NYADA y Blaine, Kurt se las había arreglado para perder la incipiente relación que podía haber existido con Sebastian. No era un sentimiento agradable.

Intentó distraerse del hecho de que había destruido cualquier oportunidad que tenía de enrollarse con Sebastian ayudando a Rachel en la última fiesta de Nuevas Direcciones antes que la mitad de ellos abandonen la ciudad al fin del verano.

"Obviamente Finn ya se fue, y Sam no estará, y Mercedes esta en L.A… oh, y Rory dejó el país, por supuesto, pero si lo dejamos para el 5, la mayoría todavía va a estar acá," dijo Rachel un día en el teléfono. Sonaba como si hubiera tenido ya mucha cafeína.

"¿Estás segura que puedes con una fiesta ahora?" Kurt preguntó. No se habían visto mucho en el verano, pero cada vez que hablaban, era claro que el rompimiento con Finn la había dejado destrozada. "Quizás solo deberíamos juntarnos los dos. ¿Tener una pijamada?"

"Nop," Rachel dijo. "Quiero verlos a todos antes que me valla, Kurt. Este puede ser mi último verano en Ohio, y necesito tener una buena despedida. ¿Qué pasa si soy famosa antes del primer semestre?"

"Um…"

"Exactamente. ¿Burt y Carole va a estar en DC para el 3? Porque mis papas ya se tomaron sus vacaciones de verano, y siento que esta fiesta va a estar mejor sin la supervisión de un adulto."

Kurt suspiró. "No van a estar. Pero, son solo chicos del club Glee, ¿cierto? Porque no quiero un gran…"

"Por supuesto, solo los chicos Glee que aun estén acá," ella le aseguró. "Oh, y Puck quiere traer a unos de sus clientes a los que les limpia las piscinas. Y Blaine menciono algo de invitar a unos warblers. Y Joe tiene unos amigos del grupo de jóvenes…"

"Rachel," Kurt la interrumpió. "Esto es una terrible idea."

"¡Estará bien!" ella dijo. "¡Nos divertiremos! ¡Beberemos alcohol!"

"Como si eso hubiera ido bien la última vez."

Rachel suspiró. "Solo… realmente quiero una última noche donde pueda ver a mis amigos, ¿okay? Porque pronto me iré, y estaré en Nueva York sola, sin ti, sin Finn y yo-"

"Okay, okay," la tranquilizo, esperando poder evadir sus lágrimas. "Podemos hacerlo en mi casa."

"¡Yay!"

"¡Pero tendrás que ayudarme a limpiar!"

"¡Por supuesto!"

"Y… los Warblers puede venir, y el grupo de jóvenes, pero dile a Puck que la fiesta es para adolescente o recién graduados, ¿okay? No quiero un montón de mujeres cuarentones alrededor."

"Está bien, está bien. Me asegurare de que lo entienda. Gracias, ¡Kurt! ¡Te lo debo!"

Kurt pensó que probablemente era él el que se lo debía a Rachel. Había estado distante este verano aunque sabía que ella estaba herida. De todos sus amigos, solo Rachel era la única que había intentado salirse de sus asuntos para ponerse en contacto con él en el verano, y Kurt la había mantenido lejos. Se sentía culpable. No era el resentimiento lo que lo había causado – aunque en los días malos se le hacía difícil simpatizar con la chica que podía irse a Nueva York después del verano y perseguir sus sueños. Kurt había estado hecho un desastre últimamente, y no puede imaginarse que alguien que pasa la mayoría de sus noches despierto dejando que la ansiedad lo consuma vivo pueda ser de mucha ayuda.


Sebastian apareció en Lima Bean otra vez seis días después de la discusión. Era temprano y Kurt solo estaba ahí porque se había ofrecido a tomar uno de los turnos de Delia. Sebastian lucía sorprendido de verlo, pero no respondió las bromas de Kurt cuando ordeno, solo pidió un iced latte y un muffin de chocolate, le entregó su gif card, y dejó la caja registradora rápidamente.

Kurt ayudó al siguiente cliente mientras tenía un ojo fijo en Sebastian al otro lado del mostrador, esperando por su café. Había pasado casi una semana desde que habían hablado y Kurt realmente no quería pasar la oportunidad de disculparse. Había considerado hacerlo a través de un mensaje en Facebook, pero no quería que pareciera poco sincero. La semana pasado había sido difícil. Kurt por fin se había dado cuenta lo esencial que era Sebastian a su actual vida social hasta que había dejado de ir a la cafetería y realmente quería que las cosas estuvieran bien entre ellos.

"Vuelvo pronto," le dijo a Alex, quien estaba en la otra caja registradora, antes de dirigirse a la puerta trasera para encontrar a Elaine. Aunque la encontró a mitad de camino cuando atravesaba la puerta. Después de ver la fila, abrió su boca, probablemente para preguntarle a Kurt porque no estaba en la caja, pero habló antes que ella pudiera. "¿Puedo tomar mis quince minutos ahora? Sé que tengo que tomármelos en una hora, pero…"

Ella frunció el ceño. "Kurt…"

"¿Por favor? Es… importante," dijo, mirando a Sebastian quien había recibido su café y se dirigía a la salida.

Elaine siguió la mirada de Kurt, y suspiró cuando vio a Sebastian. Kurt no había discutido la situación con ella, pero no dudaba que se había dado cuenta la ausencia de Sebastian las pasadas noches que habían cerrado la tienda juntos. "Okay," estuvo de acuerdo. "Yo iré a la caja registradora, anda y haz lo que tengas que hacer."

"¡Gracias!" Kurt sabía que probablemente le debía otro turno extra por el favor, pero valía la pena.

Tuvo que salir a la calle para alcanzar a Sebastian y después de gritar su nombre un par de veces en el estacionamiento, finalmente logró que se girara.

"Hola," Kurt dijo, sin aliento ante la salida apresurada. Ahora que tenía la atención de Sebastian, no estaba seguro que decir. "Um… ¿podemos hablar? Tengo un rato libre, así que…"

Sebastian lo pensó por un minuto antes de asentir con su cabeza. "Si, ¿por qué no?"

"Okay," Kurt dijo, dejando soltar un suspiro de alivio. "Podemos, um…" Escaneó el área buscando un lugar para sentarse, y encontró una banca vacía no muy lejos. "¿sentémonos allá?" Sebastian no respondió, así que Kurt camino hacia la banca y espero que Sebastian lo siguiera. Por suerte, lo hizo, pero hubo un momento incomodo cuando ambos se sentaron y Kurt no estaba seguro de cómo empezar.

"Lo siento," finalmente dijo. "Fui innecesariamente rudo contigo. Puedo ponerme un poco… defensivo, cuando la gente me cuestiona."

Sebastian resopló. "No me digas."

"Es solo algo difícil de hablar para mí," Kurt continuó. "Quiero decir, he planeado tanto tiempo irme de aquí y ahora eso no va a suceder."

"Aún puede suceder," Sebastian dijo. "Sé que me arriesgo a otra pataleta Hummel al sugerirlo, pero sigue en pie lo que dije la otra noche. Deberías ir a Nueva York de todas maneras. Creo que lo necesitas. A la mierda NYADA, si no te quieren. Haz algo mucho mejor, pruébales que estaban equivocados."

"No creo que a NYADA le importe si intentó vengarme de ellos siendo fabuloso por mi cuenta."

"Bueno, como sea," Sebastian dijo, encogiéndose de hombros. "De todas maneras no es sobre ellos. Es sobre ti."

Era sorpresivamente un comentario muy estilo Blaine. O quizás era un comentario estilo novio. Kurt no estaba seguro, pero le era familiar el cálido sentimiento ante las palabras de Sebastian, esas que significan que alguien por el que Kurt se preocupaba también se preocupa por él. Había sido difícil encontrar eso de sus amigos últimamente, y aunque siempre lo sentía con su padre, ambos habían pasado la mayoría del verano 500 millas separados.

"Gracias," Kurt dijo. "Por preocuparte. Significa mucho. Tienes razón al decir que me siento miserable aquí, pero no puedo ir a Nueva York sin un plan. Aunque me asegurare de trabajar en eso." La promesa no era más que para apaciguar a Sebastian. Kurt aun no tenía idea de cómo llegar a Nueva York con sus limitadas capacidades.

"Bien. La oferta de sirvienta sigue en pie."

Kurt sonrió. "No podrías permitirte alguien como yo." Odiaba que la idea de mudarse a Nueva York y vivir de los padres de Sebastian sea una idea atractiva.

"Probablemente no," Sebastian reconoció. "Mi padre y yo nos vamos el domingo a buscar lugares. Trataré y buscaré uno que tu apruebes."

Kurt decidió seguirle el juego. "Mejor que tenga un lindo baño."

"Oh, confía en mí, lo tendrá." Sebastian le aseguró. "Soy muy exigente con los baños."

Las conversación se detuvo un momento mientras Sebastian sacaba su muffin. "¿Quieres dividirlo?" Preguntó.

Kurt no tenía mucha hambre, y sabía que si rompían el muffin a la mitad en su regazo y lo comían sin una mesa de por medio, iba a ser una catástrofe de migas. También sabía que la oferta era un gesto y que no tendría tiempo para comer más tarde en el turno.

"¿Estás seguro?" preguntó. "No quiero robarte tu comida."

"No tengo mucha hambre como para comerlo todo," Sebastian dijo. "Solo lo pedí para deshacerme de la gif card más rápido, dado que ya no tenía razón de ir si tu no me hablabas."

El cálido sentimiento se transformó en lo que podía describirse como un millón de mariposas dentro de él. Cuando dividieron el muffin, Kurt ni siquiera tuvo que preocuparse por las migajas, porque Sebastian había vuelto a mirar su boca, robando pequeñas miradas mientras Kurt comía, lo cual solo podía significar que una potencial sesión de besos había vuelto a ser restaurada.

Entonces la idea golpeo a Kurt, nacida por esos oscilantes sentimientos y su creciente temor por la próxima reunión de Nuevas Direcciones el próximo fin de semana, y ni siquiera tuvo tiempo de cambiar de parecer.

"Hay una fiesta en mi casa en sábado," le dijo a Sebastian. "Es más que nada una idea de Rachel, pero me chantajeó con hacerla en mi casa. La mayoría es gente de Nuevas Direcciones, pero si quieres venir…"

"No lo sé," Sebastian dijo, frunciendo el ceño. "No creo que el club Glee me quiera ahí."

"No creo que nadie valla a causar problemas. Aparentemente, Blaine invitó a algunos Warblers, así que encajaras bien."

"Si, quizás si todos usamos nuestros uniformes, no serán capaces de decir cual soy yo." Sebastian bromeó.

"Estas bromeando, pero para alguno de los míos, quizás así sea. Realmente no creo que nadie te cause problemas. Quiero decir, si Blaine puede invitar a otros chicos que fueron terrible con nosotros, yo puedo invitarte también."

"Es algo raro que sigas enojado con esos chicos por lo que hicieron, y aun así estés invitando al chico que fue el causante de hacerle daño al ojo de Blaine. Cuando el objetivo eras tú, tengo que añadir."

Kurt se encogió de hombros. "Es… diferente. Sabía que me odiabas. Nunca fue un secreto. Esos otros chicos supuestamente eran nuestros amigos. Y fueron amigos de Blaine desde mucho antes."

"La idea del granizado fue mía, no de ellos." Sebastian dijo.

"No parece haber sido problema para ellos seguirte," Kurt respondió. "Y ninguno de ellos se disculpó con nosotros."

"Solo me disculpe con Blaine, no contigo."

"¿Lo sientes?"

Sebastian lo pensó por un minuto. "Lo estaría si te hubiera hecho daño de alguna manera. Lo cual, por cierto, no hubiera dañado a nadie si a Blaine no le hubiera dado por hacerse el héroe. Solo quería molestarte y arruinar tu ropa. Realmente te odiaba."

"Realmente te odiaba también," Kurt dijo. "Aunque, deberías venir. A nadie le importaría." Se estaba empezando a sentir bastante atraído a la idea de que Sebastian viniera a la fiesta. Kurt no había visto mucho a Blaine desde que habían terminado, y tenía miedo de que al estar en la misma fiesta fuera incómodo. Tener a Sebastian le garantizaría alguien con quien hablar, incluso si todos los demás pasaban tiempo con Blaine.

"¿Dijiste sábado?" Sebastian preguntó.

"Si, no tienes que decidir ahora." Kurt dijo. "Tengo que volver, pero ¿Por qué no intercambiamos números así puedo enviarte los detalles? ¿En caso de que no nos veamos hasta entonces?"

"Okay," Sebastian estuvo de acuerdo.

Dos días antes de la fiesta, Kurt y Sebastian no se habían visto. Sin embargo, mantenían un constante flujo de mensajes de texto, y para el sábado en la tarde, Kurt estaba convencido que sus intentos por tener a Sebastian iban a llegar a buen término esa noche.


Sebastian llegó a la fiesta un poco tarde balbuceando disculpas. Aunque no ofreció ninguna excusa, y Kurt pudo darse cuenta que se sentía incómodo. Kurt también estaba un poco incómodo. Sin Mercedes, Finn y Sam ahí, estaba extrañando a su gente cercana. Rachel estaba junto a Quinn en la cocina. Tina no apareció, y la mayoría de los chicos estaban jugando video juegos en la sala de estar. Kurt no estaba seguro donde Brittany y Santana estaban, pero habían subido al segundo piso hace un rato, y no las había visto desde eso. Joe estaba en el patio de atrás, sentando en un círculo con su grupo de jóvenes, y Sugar estaba en el porche con Blaine y sus amigos Warblers, probablemente tratando de decidir a cual quería hacer su próximo novio ahora que Rory se había ido.

Blaine y Kurt había mantenido sus distancias toda la noche. Compartieron un forzado saludo cuando Blaine llegó, pero no habían hablado desde entonces. Era un alivio para Kurt, pero aun lo hacía sentir incómodo y fuera de lugar. Estaba feliz de ver a Sebastian, e incluso más feliz cuando Blaine apareció en búsqueda de unas cervezas un minuto más tarde y miró dos veces cuando vio a Sebastian al lado de Kurt, Blaine salió por la puerta de atrás de nuevo sin decir nada, y Sebastian soltó un suspiró.

"Bueno," dijo, contemplando la sala de estar y el área de la cocina. "Esta sí que es fiesta."

Kurt se rio. "Uh, si, te dije que sería terrible, ¿cierto?"

"Si," Sebastian concedió. Estaba casi tocando a Kurt ahora, estaban muy cerca, y Kurt no estaba seguro cuál de los dos se había cercado tanto. Quizás fue algo inconsciente de los dos. Como sea, el malestar y la incomodidad de la tarde estaba comenzando a disiparse cuando Kurt recordó que el principal objetivo para esta noche era pasarla con Sebastian.

"Quizás tenga más vida cuando la gente empiece a beber más," Kurt dijo, cerrando la pequeña distancia entre los dos dando a Sebastian un suave golpe en el hombro. "Hablando de eso, ¿te traigo algo para beber?"

"Podría ser una cerveza o algo así," Sebastian dijo, siguiendo a Kurt a la cocina. "Aunque no puedo beber mucho. Necesito estar sobrio para volver a casa como a las… once."

"Si, por supuesto," Kurt respondió. Sebastian había mencionado vía mensaje que se marchaba a Nueva York con su padre temprano la siguiente mañana, y no se podía quedar hasta tarde. "Espero que te guste la PBR," continuó, metiendo la mano en el refrigerador para sacar una lata. "Es todo lo que Puck trajo."

"Está bien, gracias." Sebastian tomo la lata de Kurt, luego miró la impresionante colección de licores en el mostrador. "Estas cosas son más tu estilo que la cerveza, me imagino."

Kurt rio. "Um, realmente no. No bebo mucho. O… nada. Siempre soy el conductor designado, ¿recuerdas?"

"Estaba bromeando cuando dije eso," Sebastian dijo. "No me di cuenta que era verdad. ¿Cuál es la historia? ¿No bebes?"

"No hay historia," Kurt dijo, un poco confundido. "Quiero decir… de verdad usualmente soy el conductor designado."

"¿Y lo haces porque eres amable y cuidadoso?" Sebastian preguntó con una sonrisa juguetona.

"¿Es eso muy difícil de creer?"

Sebastian lo pensó un momento. "En realidad no. Pero no creo que sea la única razón."

Kurt se encogió de hombros. "No me molesta no beber alcohol. La única vez que bebí alcohol fue bastante vergonzoso, entonces…"

"A-ha," Sebastian dijo, sus ojos brillaban divertidos. "Así que hay una razón. Necesito escuchar esa historia."

"No hay historia."

"Mentiroso. No puedes decir que te paso algo vergonzoso y esperar que no te haga preguntas." Sebastian hizo un exagerado puchero. "¿Es que no me conoces?"

"Realmente no es interesante," Kurt insistió.

"Vamos, ¿Qué paso?" Sebastian insistió "¿Un incómodo encuentro sexual? ¿Una terrible decisión de moda? ¡¿Corriste desnudo?!"

"Te gustaría eso, ¿cierto?" Kurt inmediatamente se preocupó de estar flirteando demasiado, pero Sebastian solo recorrió su mirada por un momento por el cuerpo de Kurt.

"Me gustaría," Sebastian estuvo de acuerdo y Kurt tubo que morderse el labio para no soltar lo que estaba seguro hubiera sido una vergonzosa expresión vocal de su aturdimiento. "Pero trágicamente, estoy seguro que eso no sucedió. Vamos, suéltalo."

Kurt soltó un suspiro exagerado. "Está bien, le vomite a mi consejera estudiantil."

"¡Estas bromeando!"

"Trágicamente, no"

"WoW. Okay, eso es mucho mejor que andar desnudo," Sebastian dijo. "Aunque, no tan sexi."

"Sí. Definitivamente nada de sexi." Kurt sabía que su rostro estaba de un rojo brillante ahora, pero no era de vergüenza. Su corazón latía rápidamente y estaba emocionado, porque la implementación de su plan de pasar un buen momento con Sebastian parecía ir mejor de lo que esperaba. Lo que era más sorprendente era el hecho de lo fácil que Sebastian se lo estaba haciendo. Kurt estaba bastante seguro de que había algo de interés de parte del otro chico, pero esta noche estaba siendo flagrante e imposible de ignorar. Kurt no había bebido nada, pero se sentía un poco ebrio ante la emoción que coquetear con Sebastian le estaba provocando. Era la primera vez desde la carta de rechazo de NYADA que Kurt estaba de verdad emocionado sobre todo y se sentía bastante poderoso.

Cualquier duda que Kurt tenía al seducir a Sebastian se disipaba mientras la noche avanzaba. Sebastian se quedó al lado de Kurt toda la noche, incluso cuando eventualmente salieron de la cocina. Pasaron tiempo hablando con todos, con exclusión de Joe y sus amigos, quienes lucían como si estuviera rezando y Kurt tenía razón: nadie le dio problemas a Sebastian. La mayoría de los invitados asumieron que había venido con los Warblers, e incluso Blaine forzó una sonrisa. Kurt y Sebastian se quedaron en el porche con ellos por un rato mientras escuchaba a los chicos quienes aún no se habían graduado sobre un número potencial para el próximo año.

Sebastian arrastró a Kurt de vuelta dentro de la casa después de un rato con el pretexto de querer otro trago, pero una vez dentro, se negó a la oferta de Kurt.

"No puedo, ¿recuerdas? Mi papá me mataría si me quedó esta noche."

"Okay, ¿entonces…?"

"Oh, lo siento, ¿quieres pasar el resto de la noche escuchando a tu ex y a su banda de warblers debatiendo con cual canción Blaine sonaba mejor dos años atrás?"

"No, particularmente," Kurt admitió.

"Si, yo tampoco." Soltó su mano que había tenido en la muñeca de Kurt desde que habían abandonado el patio. "Preferiría jugar video juegos con tu amigo del mohicano."

Aunque no terminaron con Puck, Artie y Mike en la sala de estar, porque Rachel estaba ahí también, hablando en un tono muy irritado sobre diferentes cosas, pero parecía estar principalmente enfocada en el ejército y en lo que Barbra Streisand haría o no haría dada cualquier situación. Kurt considero intentar calmarla, pero Quinn estaba sentada junto a ella, y Sugar, quien había entrado a la casa también, estaba al otro lado, asintiendo entusiasmada a lo que Rachel decía. Estaba segura, al menos, aun no estaba llorando y Kurt se dio cuenta que probablemente era bueno para ella soltar un poco de frustración.

"Deberíamos subir," le dijo a Sebastian antes de poder convencerse a sí mismo de hacerlo. Aparte de Rachel todos en la fiesta parecían estar calmados y estar comportándose, y dado que Sebastian no se podía quedar hasta tarde, era buen momento de escabullirse. "Porque, um… Britanny y Santana subieron hace mucho rato, y quiero asegurarme de que estén bien. O al menos que no estén haciendo indecibles cosas en mi cama. Jamás volvería a dormir ahí."

"Si, por supuesto." Sebastian dijo, encontrándose con la mirada de Kurt. "Eso sería asqueroso."

"Muy asqueroso," Kurt estuvo de acuerdo.

Subió con Sebastian por las escaleras, pero no buscaron a Brittany y Santana antes de entrar en la habitación de Kurt. Kurt se fijó que la habitación de Finn tenía la puerta cerrada, pero no lo menciono.

"¿Supongo que esta es tu habitación?" Sebastian preguntó cuándo Kurt encendió la luz.

"¿El bueno gusto en decoración te dio la idea?"

"Eso, y por la colección de pañoletas colgando de tu closet," dijo, "Tu cama parece limpia, así que creo que tus amigas-"

Kurt se estremeció. "Por favor, no termines esa frase. Aunque tienes razón, creo que no entraron aquí."

"Así que… ¿quieres volver a bajar?" Sebastian preguntó.

"Realmente no," Kurt respondió. "Lidiar con el drama de Rachel es algo que no tengo ganas de hacer ahora. ¿Podemos… quedarnos aquí un rato? ¿Hasta que ella se calme?"

"Claro."

Aunque Kurt se había sentido un poco mareado y hiper alerta desde que Sebastian había llegado, sintiendo esa electricidad entre ellos cada vez que aunque sea rosaban sus hombros, su ritmo cardiaco empezó a correr a toda marcha cuando cerró la puerta del dormitorio. Esto es, hizo su movimiento. Kurt nunca había hecho algo como esto antes, porque fue tan diferente con Blaine. Con Blaine, había querido romance de película, pero ahora, todo en lo que Kurt podía pensar era en que su cama tuviera algo de acción esta noche, a pesar de ser abandonado por sus amigos. Sentía como si hubiera estado esperando por este momento por semanas y cuando se giró de la puerta, Sebastian ya estaba acorralando su espacio personal, con una ceja levantada en desafío.

Esa era la última señal que Kurt necesitaba. Tragó los últimos vestigios de nervios y se abalanzo para presionar sus labios contra los de Sebastian. Después de dejar escapar un "oomph," Sebastian respondió el beso con entusiasmo, dejando a Kurt llevar su mano detrás de la cabeza de Sebastian para acercarlo más. En poco tiempo, Kurt se encontraba presionado contra la pared mientras Sebastian tomaba el control.

Eso fue unos minutos antes de soltar los labios de Kurt y alejarse un poco. "¿Esta puerta tiene seguro?"

En los segundos que le tomo al cuerpo de Kurt ponerse al día con su cerebro para poder responder, Sebastian se puso impaciente y comenzó a besarlo de nuevo.

"Si," Kurt logró decir después de un minuto, "Es, um… aquí, espera." Se giró un poco para poder alcanzar el seguro y colocarlo, mareado ante la idea de lo que eso significaba. Unos días atrás, Kurt estaba convencido de que había arruinado cualquier oportunidad de que esto sucediera, pero había sido tan fácil, tan rápido y habían pasado meses desde que alguien lo había besado así y se sentía maravilloso. Por primera vez, no había mal interpretado una situación con otro chico. Sebastian era guapo, atento y no buscaba un romance épico y estaba ahí, en la habitación de Kurt y acababan de colocarle seguro a la puerta.

Kurt se lanzó a Sebastian rudamente y cuando sus labios chocaron otra vez, fue un poco doloroso. Ninguno de los dos se quejó, pero Sebastian dejó soltar un pequeño quejido que se fue directo al pene de Kurt. Lo motivó a dejar a sus manos viajar un poco más al sur, debajo de la cabeza de Sebastian, sobre sus hombros y pecho.

"Jesus, Kurt," Sebastian dijo cuándo una de sus manos se deslizo peligrosamente cerca del cinturón de Sebastian. "Te mueves rápido."

"Tú eres el que quería cerrar la puerta con seguro," Kurt señaló. Ya sonaba sin aliento.

"No dije que fuera algo malo," Sebastian respondió con una sonrisa, apoyando su frente contra la de Kurt. "Estoy impresionado."

"Y aún no hemos hecho nada. Eres muy fácil de sorprender."

"Realmente no lo soy," Sebastian susurró, sus ojos se enfocaron en los labios de Kurt por un minuto antes de moverse para besarlos de nuevo. Kurt mantuvo sus manos en el cinturón de Sebastian mientras este lo presionaba fuerte contra la puerta, tratando de meter su pierna entre los muslos de Kurt. Sebastian gimió cuando sintió que Kurt se estaba empezando a endurecer, y después de un momento de frenéticos besos y roces, Sebastian se alejó de la boca de Kurt.

"¿Puedo hacer una mamada?" preguntó, mirando los ojos de Kurt "¿Estaría bien?"

"Dios, si," Kurt dijo inmediatamente, aunque le tomo un momento pensar en si estaba todo preparado para tener sexo. Nadie estaba ebrio, o confuso, o llorando, no había amistades en juego, ninguno de ellos estaba con alguien más. Solo faltaba la seguridad, pero Sebastian se encargó de eso antes que Kurt pudiera expresarlo.

"¿Tienes condones aquí?" preguntó. Kurt le hizo un gesto al último cajón de la cómoda, donde la caja estaba escondida bajo muchas cosas de la temporada pasada que Kurt ya no usaba. No estaba seguro si Sebastian quería que se moviera o no, así que se quedó contra la pared, esperando.

Sebastian volvió después de sacar el condón y dejar el resto de la caja a un lado, pero no se fue al cinturón de Kurt inmediatamente. Se besaron de nuevo antes que Sebastian empezara a trabajar en los botones de la camisa de Kurt.

"Nunca vuelvas a decir que yo me muevo rápido," Kurt dijo mientras Sebastian se daba por vencido con los botones y tiraba la camisa. "No después de ofrecerme una mamada antes de siquiera desabrochar un botón."

"¿Estás diciendo que no aprecias mi entusiasmo?" Sebastian preguntó, indicando a Kurt que levantara los brazos.

"Para nada." La respuesta de Kurt se vio amortiguada por su camisa y camiseta ambas sacadas por su cabeza al mismo tiempo.

Sebastian lanzó ambas a un lado, y Kurt se mordió un discurso sobre pasar lindas camisas con botones por la cabeza de la gente y luego tirarlas a un lado.

"Bien," Sebastian dijo. Estrelló sus labios contra los de Kurt de nuevo, pero no pasó mucho cuando se movió a la piel recién expuesta. Para cuando llegó a la cintura de Kurt y empezó a deshacerse del cinturón, Sebastian estaba de rodillas. El pene de Kurt estaba completamente erecto enfrente de él y levantó la mirada hacía Kurt antes de desabrochar sus pantalones. "¿Aun está bien esto?"

"Si, definitivamente," Kurt le aseguro, sorprendido que Sebastian parecía tan dedicado a la seguridad y al consentimiento. El año pasado, sentado en el Lima Bean escuchar al Sebastian sobre sus conquistas, Kurt nunca habría imaginado ser el caso.

Una vez Sebastian desabrocho los pantalones de Kurt, agarró los pantalones y los calzoncillos y los bajo al mismo tiempo, dejándolos un poco más arriba de las rodillas. Sebastian no perdió tiempo en juegos una vez que la prenda estaba fuera de su camino, pero le dio al pene de Kurt una mirada apreciativa antes de tomar el condón y colocarlo. Se inclinó hacia adelante y dio unas lamidas suaves. Kurt no podía evitar el gemido que se escapó de sus labios cuando Sebastian tomo su pene dentro de su boca.

Kurt no era ajeno a ello. Blaine amaba hacerlo y siempre era su movimiento cuando tenían tiempo para pasarlo juntos. Aunque esto se sentía diferente, emocionante de una manera distinta. Sebastian era algo rudo, chupaba fuerte y rápido, cuando Blaine siempre lo saboreaba, siendo más reverente. Una vez Sebastian movió su mano para cubrir el resto que no podía con su boca, Kurt supo que no duraría mucho. Dejó que su mano se apoderara de la cabeza de Sebastian, pero intentó ser gentil con su pelo. Le tomo mucho esfuerzo no tirar a Sebastian y empezar a follarlo en su boca, pero Kurt se las arregló para contenerse. Aunque no había manera de detener los pequeños gemidos, sin importar lo avergonzado que iba a estar más tarde.

Se las arregló para mantenerse calmado cuando el orgasmo lo golpeó. Sebastian siguió chupando, sin alejarse hasta que Kurt estuvo listo contra la puerta y dejó caer sus brazos de la cabeza de Sebastian.

"Dios mio," Kurt dijo después de un minuto, observando aturdido mientras Sebastian le sacaba el condón y lo lanzaba al basurero al lado de la cómoda.

"Sí, soy maravilloso, lo sé," dijo, dándole a Kurt una sonrisa traviesa.

Kurt aun sentía la bruma post orgasmo, pero estaba empezando a darse cuando de lo expuesto que estaba. Se subió su ropa interior pero le costó cuando intentó afirmar los pantalones. Sebastian lo ayudó, pero no sin reírse.

"Tomaré tu inhabilidad de completar tus simples tareas como confirmación de mi habilidad sin igual."

"Si, bueno, si me das un segundo, con gusto… igualare tu habilidad," Kurt respondió. "No, en serio," continuo después que Sebastian comenzó a reírse de nuevo. "¡Soy bueno en eso! ¿Quieres o no?"

"Definitivamente, definitivamente quiero."

"Bien. Aunque, tendrás que ir a la cama," Kurt le dijo. "Porque no hay manera de que me arrodille en estos pantalones.

Sebastian sonrió. "Si, señor."

Kurt dejó un momento para recuperarse mientras Sebastian hacía un show acomodándose en la cama.

"Cómodo," remarcó.

"Mi cama es maravillosa," Kurt estuvo de acuerdo. Cuando caminó para tomar otro condón de la caja que Sebastian había tirado en el suelo unos minutos atrás y cuando vio el condón usado en la basura todo lo golpeó. Él y Sebastian acababan de tener sexo, y fue genial, no fue extraño ni incomodo, y continuarían haciéndolo. Kurt había estado esperando que esto sucediera, pero esta noche había resultado mucho mejor de lo que había anticipado. También, realmente necesitaba recordar sacar la basura más tarde.

Un fuerte golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos.

"¡Kurt!" gritó Rachel. "¿Estás ahí? ¡Kuuuuuuuuuuuurtt!"

Kurt se quedó un silencio un momento, pero el pomo de la puerta comenzaba a moverse de un lado a otro mientras ella comenzaba a golpear de nuevo.

¡KURT!"

"Si, ¿Rachel?"

"¿Puedo entrar? ¿Qué haces con la puerta con seguro?"

Kurt suspiró y le dio a Sebastian una mirada de disculpa. "Evadiendo los gritos de los borrachos," le gritó a la puerta cerrada. Después de recuperar su camiseta del suelo y colocarse lo más rápido que pudo, le saco el seguro a la puerta y dejo a Rachel entrar. Sebastian se había movido y se encontraba ahora en el borde de la cama y Rachel no parecía estar sospechosa de todo el asunto.

"No hubieron gritos," ella le informó a Kurt mientras entraba en la habitación. "Esta fue una legítima y apropiada expresión de emoción."

"Okay," Kurt dijo. Quizás si estaba de acuerdo con ella, se iría pronto. "¿Te puedo ayudar con algo?"

Rachel lucía como si se hubiera perdido en su propia mente. "¡La gente necesita irse, Kurt! ¡Prometiste que los llevarías!"

"Y voy a hacerlo," Kurt le aseguro, colocando las manos en sus hombros. "Cálmate. Es solo que no estaba consiente que necesitaban que los lleve en este preciso instante."

"La gente necesita irse," repitió, con voz solemne.

Kurt suspiró. "Okay. Estaré abajo en un minuto." Rachel se marchó sin cerrar la puerta, y Kurt se giró a Sebastian. "Lo siento. Lo prometí, así que probablemente… debería ir. Puedes venir conmigo, ¿si quieres? No sé cuánto me demorare, pero quizás ¿podemos volver después?"

"No, está bien," Sebastian dijo. "Probablemente debería irme a casa."

"Claro," Kurt dijo, sintiéndose un poco decepcionado de no tener la oportunidad de estar con Sebastian. "Um… ¿Para la próxima?"

Sebastian se rio. "Claro. Y, uh, puedo ayudarte a llevar gente a casa, ¿si quieres? Estoy seguro que hay gente que vive en mi dirección."

"Si, eso sería genial."

"¡KURT!" Rachel gritó desde el pasillo.

Kurt giro los ojos a Sebastian antes de gritar. "¡Ya voy, Rachel!"


A pesar de las conversaciones por mensajes de texto que Sebastian y Kurt habían tenido hasta ese sábado en la noche, el domingo pasó sin comunicación entre los dos. Kurt consideró enviarle un mensaje en la mañana para decirle que tuviera un vuelo seguro, pero no estaba seguro si volaría o iría en auto. Kurt temió parecer un poco pegajoso, lo cual no es lo que quiere parecer un día después de tener sexo. Aun no estaba interesado en que Sebastian sea más que algo casual para superar a Blaine y sabe que Sebastian no estaba buscando una relación tampoco. Cualquier cosa que Kurt le escribiera podría darle a Sebastian una idea equivocada y podría asustarlo.

Para el final de día, Sebastian no le había mandado ningún mensaje a Kurt tampoco, y Kurt estaba empezando a pensar que quizás la falta de comunicación era demasiada. Quizás Sebastian estaba arrepentido de lo que había pasado, o quizás tenía alguna regla estricta de dejar de hablar con la gente con la que había tenido un encuentro sexual. Parecía poco probable, pero Kurt no podía estar seguro de como Sebastian se sentía. Era obvio que Sebastian se sentía atraído por él, pero aparte de las anécdotas sexuales de Sebastian en Scandals, Kurt no sabía realmente mucho sobre la su vida sexual o como lidiaba él con la gente después de dormir con ellas. Quizás nunca había tenido sexo con alguien que conocía de antes y este era un territorio extraño para él.

Kurt pasó la mayor parte de lunes en la mañana tratando de redactar el mensaje perfecto para Sebastian. Quería que fuera un broma, algo sarcástico, sin mencionar la falta de comunicación entre ellos. Después de todo, antes de ese sábado, habían pasado días sin hablarse. No habían tenidos sus números de teléfono hasta la semana pasada. Kurt sabía que probablemente no había razón para entrar en pánico así, pero antes de poder detenerse, necesitaba confirmación de Sebastian.

Sucedió antes que Kurt tuviera la oportunidad de encontrar el mensaje perfecto. Su teléfono vibró justo antes de entrar a Lima Bean para empezar su turno y era una imagen. La fotografía era de un cuarto de baño bastante agradable y lo acompañaba un mensaje que decía, En caso que cambies de idea sobre ser mi sirvienta, ¿esto cumple con tus estándares?

Kurt sonrió, aliviado ante el contacto, y rápidamente respondió. Supongo que pudo haber sido peor.

Estaba en la sala de descanso colocándose su delantal cuando la siguiente imagen llegó. Esta era de una habitación vacía, con la luz del sol entrando por una gran ventana. Esta es la segunda habitación.

No lo sé, no creo que sea suficientemente grande para mí, Kurt le respondió.

Le tomó su tiempo atarse el delantal, esperando que Sebastian respondiera antes de salir a la caja registradora. Cuando estaba a punto de rendirse, el mensaje llegó.

Oh… no, esta habitación no sería para ti. Como sirvienta, tendrás que dormir en el cuarto de las escobas. Una imagen de un closet vacío llegó unos segundos más tarde y Kurt rio en voz alta.

Estaba un poco atrasado, pero dejó su teléfono en vibrador cuando lo coloco en el bolsillo de su delantal. Usualmente era bastante bueno con la regla de no usar el teléfono en el trabajo, pero no pudo evitar esperar que la multitud no fuera mucha hoy así podía seguir la conversación.


Sebastian apareció en el Lima Bean cerca de la hora del cierre dos días más tarde. Sabiendo que había una posibilidad de que Sebastian pasara, Kurt había retrasado su rato libre. Salió de la caja registradora tan pronto como el último cliente en la corta fila se había servido y ni siquiera le dijo a Alex que se tomaría el rato libre. Todos los compañeros de trabajo de Kurt conocían a Sebastian. Elaine no era la única que lo llamaba su novio.

"Hey," Kurt dijo, sentándose en la silla vacía en la mesa que Sebastian había elegido. "¿Cómo estuvo tu viaje?" Aunque habían pasado mucho tiempo enviándose mensajes los últimos días, la conversación se había transformado en una larga discusión por cual tortuga ninja era la mejor. Después de las imágenes del departamento que le había enviado a Kurt, Sebastian no había mencionado mucho lo que estaba haciendo en la ciudad. Lo que había pasado en la fiesta el sábado en la noche tampoco había salido como tema de conversación y Kurt sabía que tenían que hablarlo más temprano que tarde, aunque sea solo para asegurarse de que ambos sentían los mismo sobre el tema.

"Estuvo bueno," Sebastian respondió. "El asunto del departamento ya está listo, así que eso es un alivio. ¿Cómo estuvo la limpieza después de la fiesta?"

"Sorprendentemente fácil. Aparentemente los chicos Dalton y los devotos de cristo limpiaron antes, porque solo tuve que pasar tiempo limpiando la sala de estar."

Sebastian sonrió. "Entonces la fiesta fue un éxito."

"Lo fue," Kurt estuvo de acuerdo, recordando el coqueteo, los suaves toques y Sebastian de rodillas frente a él. "Muy exitosa."

"Mi viaje también lo fue. Quiero decir, aparte de lo del departamento." Sebastian se inclinó para abrir su bolso, y sacó una gran cantidad de papeles y los coloco frente a Kurt. "Te traje un regalo."

"Um… ¿gracias? ¿Qué son estas cosas?" preguntó, recogiendo el primer papel.

"Aplicaciones para algunas universidades de artes escénicas en Nueva York," Sebastian explico. "Quiero decir, aparentemente solo aplicaste a una el año pasado, así que pensé que quizás habías olvidado que había más de una universidad."

"Sebastian…"

"No te enojes. No estoy tratando de forzarte a nada, solo pienso que es estúpido que te rindas de hacer lo que quieres porque no le gustaste a una persona en una audición."

Kurt no pudo evitar corregirlo. "Le guste. Mi audición fue muy buena, pero creo que incluso en mi mejor actuación no soy lo sufici-"

"Oh, para, si le gustaste, eso es algo bueno. Quiere decir que eres bueno. Quiere decir que si lo intentas de nuevo puede haber espacio para ti. Quiere decir que a otras personas puedes gustarles también. Además no te hará daño intentarlo. Muchos de estos lugares ya pasaron los plazos para aplicar en primavera, o no te dejaran partir en el segundo semestre, pero aun tienes tiempo para el siguiente otoño."

"Gracias," Kurt dijo, emocionado ante el esfuerzo de Sebastian. "Creo que podías haber conseguido todo esto online, no tenías que haber tenido que pasar por todo ese problema."

"Bueno, ahora te sientes culpable por el esfuerzo que puse, y quizás pensaras en eso más," Sebastian dijo con un guiñó. "Solo lo hice porque fue claro para mí que no estas interesado en ser mi sirvienta."

"No, no lo estoy."

"Pero, si quieres venir a Nueva York en el otoño, y aun insistes en ser inteligente y tener un plan, puedes buscar y aplicar por trabajos online," Sebastian continuo. "Y si tienes una entrevista o algo, yo estaré ahí, así tendrás un lugar donde quedarte en la noche."

Kurt lo consideró. "Gracias. Quiero decir, revisaré esto, pero dudo que sea capaz de encontrar un trabajo bien pagado que me dé suficiente dinero como para vivir en la ciudad."

"Bueno, quizás podrías hacer le dinero suficiente como para compartir casa con otras personas," Sebastian dijo. "Al menos hasta que decidas que hacer sobre la universidad."

"¿Realmente quieres que valla a Nueva York, huh?" Kurt bromeó.

"Creo que realmente tú quieres ir a Nueva York, pero por alguna razón, inventas un montón de excusas en vez de hacer que suceda."

"No son excusas, Sebastian, soy legitimas-"

"Te estas poniendo molesto," Sebastian lo interrumpió, levantando una mano. "Estábamos de acuerdo en que eso no estaba permitido."

"No recuerdo haber estado de acuerdo en eso," Kurt dijo, pero su molestia se estaba desvaneciendo.

"Oh, estaba implícito. Pero deberíamos cambiar de tema antes que empieces a quebrar las reglas de nuevo. ¿Cómo fue la vida sin mí?"

"Horrenda," Kurt dijo inexpresivo. "Tuve que trabajar de verdad mientras estaba aquí."

"Oh, eso tuvo que ser terrible para ti." Los ojos de Sebastian brillaban divertidos.

Cayeron en un agradable silencio, pero Kurt lo rompió pronto, pensó que probablemente era buen momento como cualquier otro para hablar de lo del sábado. "¿Podemos hablar de la fiesta? Quiero decir… ¿lo que hicimos en la fiesta?"

La sonrisa de Sebastian cayó de su rostro inmediatamente. "¿Tenemos que hacerlo?" Lucía en pánico.

No era la reacción que Kurt estaba esperando. "Um ¿sí? ¿Fue tan malo?"

"¡No! No, solo… realmente no creo que deberíamos empezar algo serio, y-"

Kurt lo detuvo. "Yo tampoco."

Sebastian soltó un gran suspiro de alivio. "Oh, gracias a dios."

Kurt levantó una ceja y Sebastian se apresuró en explicar. "No, no, no tiene nada que ver contigo," le aseguro a Kurt. "Aun con lo terrorífico e inesperado que es, en realidad me gustas mucho. Pero sería, como, el peor novio del mundo. Quiero decir, especialmente con lo que tú esperas de un novio. Sería terrible."

"No lo dudo."

"Y, de todas maneras, me voy de la ciudad, así que sería una idea bastante estúpida."

"Estoy de acuerdo," Kurt dijo. "Solo quería asegurarme que estuviéramos en la misma página."

"Y lo estamos, ¿cierto? ¿Acerca de nada serio?"

"Si," Kurt se detuvo, un poco nervioso ante la siguiente pregunta. "Y, um, ¿En qué página estas sobre la mamada que te debo?"

Los ojos de Sebastian se abrieron ampliamente, pero rápidamente cambio la expresión a algo más neutral. "Tú, uh… ¿aun quieres hacerlo? Porque yo siempre estoy en la página donde una mamada este."

"Bueno," Kurt dijo, su confianza volvió. "como dije, soy bueno en eso." Sebastian se rio mientras Kurt continuo. "Y estamos de acuerdo con que esto no es serio, así que no habrán más conversaciones incomodas como esta."

"Un argumento impresionante," Sebastian respondió. "Creo que me convenciste."

"Bien." Kurt se inclinó en la mesa, acercándose a Sebastian lo más que pudo. Bajando un poco la voz, dijo, "Porque mi casa está vacía esta noche."


Kurt estuvo despierto en la cama por horas después que Sebastian se marchó, pero no era la ansiedad o la duda lo que lo mantenía despierto. Era la posibilidad que existía en la pila de aplicaciones que estaban en su escritorio. Pensó en las palabras de Sebastian esta tarde, diciendo que Kurt quería ser inteligente y tener un plan. Sebastian estaba equivocado. Kurt no quería hacer esto seguro. Quería más que nada, ir a Nueva York para el otoño, como siempre lo había planeado. No iba a ser inteligente y definitivamente no iba a ser fácil. Pero Kurt no estaba acostumbrado a hacer las cosas de la manera fácil, y no sabía cómo se había podido engañar sobre ello todo el verano. Pertenecía a Nueva York y se debía a si mismo por lo menos intentarlo. Con Rachel y Sebastian en la ciudad, tendría una red de seguridad, gente a quien recurrir por ayuda. Sabía, lógicamente, que lo peor que podía pasar era que quedara sin dinero y tuviera que volver a Lima, y eso probablemente no sería peor a como son las cosas ahora.

Kurt finalmente se quedó dormido después de elaborar un vago plan de acción, y llamó a Rachel tan pronto como despertó la mañana siguiente.

Sin ni siquiera saludarla, Kurt inmediatamente se lanzó cuando ella contesto. "¿Cuál es la fecha límite para que te devuelvan el dinero de tu dormitorio si decides vivir fuera del campus?"

A Rachel le tomó un minuto responder. "Umm… no estoy segura."

"Deberías averiguar," Kurt le dijo. "Estoy pensando en mudarme a Nueva York este otoño, y pensé que quizás deberíamos buscar un departamento juntos."

El chillido de alegría de Rachel fue probablemente lo suficientemente fuerte como para molestar a los vecinos.


Las siguientes semanas fueron las mejores del verano de Kurt. El solo pensamiento de abandonar Lima era suficiente para mantener su humor elevado. Pasaba horas buscando trabajos, pasantías, programas universitarios y departamentos. Aunque Rachel estaba emocionada ante la idea de vivir con Kurt en vez de los dormitorios de NYADA, aún tenía que convencer a sus papas que era lo mejor. Usualmente ella obtenía lo que quería al final, así que Kurt trató de no preocuparse por eso.

Los turnos en el trabajo eran más fáciles también, ahora que Kurt veía la luz al final del túnel otra vez. Su sonrisa a los clientes ya no era forzada y cuando sus compañeros de trabajo mencionaban sus planes universitarios ya no se sentía devastado. Incluso su jefe se dio cuenta del cambio en su comportamiento.

"¡Sonríes mucho últimamente!" Elaine le menciono una lenta tarde de trabajo. "Se ve bien en ti."

"Oh," Kurt respondió, sorprendido de que sea tan notorio. "Um, gracias, supongo que ha sido una buena semana."

Elaine sonrió. "¡Bien!"

"Sobre eso… creo que debería mencionarte que quizás me valla al final del verano, incluso aunque dije antes que no lo haría."

"¿Oh si? ¿Dónde te vas?"

"No es seguro aun," Kurt respondió, "pero creo que me mudare a Nueva York con mi mejor amiga."

"Oh ¡Eso es maravilloso! Estoy feliz por ti," dijo entusiasmada. "Aunque serás difícil de reemplazar."

Kurt se rio, sintiendo a sus cachetes llenarse de color. "Gracias. Estoy muy emocionado."

Entonces Sebastian entró a la tienda y Elaine le dio una Kurt una mirada de complicidad.

"Iré a trabajar en los horarios," dijo con un guiñó. "Hazme saber si necesitas algo." Desapareció en la puerta posterior y Kurt se giró a sonreírle a Sebastian.

"Hola," Kurt lo saludo. "Es día de un iced latte, o…hm, parece que hoy necesitas un frappe."

Sebastian le devolvió la sonrisa. "Estas tratando de sacarme dinero ahora que mi gif card se terminó."

"Que terrible acusación," Kurt dijo, marcando un frappe en la caja registradora. "¿Quieres algo más?"

"Si, pero no creo que puedas dármelo hasta que estés fuera del trabajo," Sebastian dijo con un guiñó. "Oh y si te pago por ello, creo que ambos terminaríamos arrestados."

"Bueno, salgo en una hora," Kurt respondió. "Y Carole no estará en casa hasta las seis."

La sonrisa de Sebastian se ensanchó, pero Delia se acercó para empezar a hacer el frappe, así que no dijeron nada más que pudiera incriminarlos. Sus encuentros después de los turno de Kurt se habían convertido en un hábito para ellos desde que Sebastian había vuelto de Nueva York. Lo hacían tan seguido como sus casas estuvieras desocupadas, aunque Kurt desconfiaba de ir a la casa de Sebastian después de que el padre de Sebastian los sorprendiera unos días atrás.

"Déjame adivinar," el papa de Sebastian dijo, luciendo divertido. "Tú eres Kurt."

Kurt estaba demasiado ocupado tratando de subirse el cierre de sus pantalones sin caerse del sofá como para responder.

Fue mortificante, pero después de ser sorprendidos por la abuela de Blaine en una posición mucho más comprometedora hace cerca de un año, Kurt sabía que tenía suerte. También sabía que nunca volvería a arriesgarse a hacer cosas en la sala de estar de la casa de los padres de alguien.

A pesar de eso, era divertido, estar con Sebastian y aunque el papa de Sebastian sabía claramente quien era él, Kurt aún no le había dicho a nadie lo que estaba sucediendo. Sabía que había una posibilidad de que nadie reaccionara positivamente al saber que estaba durmiendo con el chico que todos pasaron el año pasado odiando. Kurt había estado demasiado feliz últimamente como para dejar entrar cualquier clase de negatividad.

Sus encuentros con Sebastian no era el único secreto que Kurt tenía. Tampoco le había dicho a Sebastian sobre sus planes de obtener un departamento con Rachel en el otoño. Aunque había sido muy abierto con Sebastian en muchas cosas, Kurt estaba reacio a compartir esta noticia tan pronto, especialmente dado que no había garantía aun de que sucediera. Decirle a Sebastian que se mudaría a Nueva York en el otoño sería fácil, y Kurt no podía esperar poder hacerlo. Decirle a Sebastian que sus planes fracasaron y que no se mudaría pronto después de todo no sería para nada fácil y Kurt quería evitar eso a toda costa.

No había mencionado sus planes a su papa tampoco, pero Kurt sabía que no podía guardarlo mucho más tiempo. Unos días después, cuando Burt estaba en casa un fin de semana y Carole estaba en el trabajo. Kurt preparó la cena para los dos y le dio las noticias.

"Rachel y yo estamos pensando en buscar un departamento juntos en Nueva York," dijo tan pronto como se sentaron. Su padre no respondió inmediatamente, así que Kurt continuó. "Aunque, no el próximo año. El próximo mes, cuando ella inicie sus clases. Quiero decir, en realidad es menos de un mes, pero-"

"Kurt," Burt dijo, interrumpiendo su balbuceo nervioso. "Creo que es una idea genial,"

"¿De verdad?" Kurt soltó el aliento que había estado sosteniendo.

"Si, de verdad. En realidad estoy… aliviado de que estés planeando eso." Su padre admitió. "Estaba empezando a preocuparme."

"¿De verdad? ¿Por qué?"

Burt suspiró. "Parecías tan triste. Cuando no entraste, pensé que te recuperarías, como siempre, pero…"

"Bueno, fue un golpe duro."

"Lo sé," Burt le aseguró. "Créeme, lo sé. Pero siempre me sorprendiste con lo resistente que eras, así que pensé que le restarías importancia. Estaba empezando a pensar en armar una intervención."

Kurt sonrió. "No es necesario. Tuve un verano difícil, pero… realmente quiero esto."

"Y deberías," Burt dijo. "Esta ciudad no te merece."

"¿No te molesta?" Kurt preguntó. "Que tenga que irme sin una universidad, o un trabajo garantizado."

"Quizás no sea lo ideal," Burt respondió. "Pero si alguien puede hacerlo, eres tú. Y te ayudare con la renta, lo más que pueda, y no es como si no pudieras volver a casa si las cosas no funcionan."

Kurt pudo sentir las lágrimas amenazando con caer, pero no ejerció mucho esfuerzo en tratar de detenerlas. Este era su padre después de todo, y Kurt dejo de ocultarle cosas a él muchos años atrás. "¿alguna vez te dije que eres el papa más maravilloso del mundo?"

Burt se rio. "Quizás no tan directamente. Te extrañare, lo sabes."

"Voy a extrañarte, también." Kurt respondió. "Quiero decir, si es que aun sucede. Aun no sé si los padres de Rachel están de acuerdo, o si encontraremos departamento, o si-"

"Va a suceder," Burt dijo, dejando poco espacio para argumentar. "Más temprano que tarde, sucederá."


Tarde esa noche, Kurt recibió una llamada de Rachel informándole que sus padres estaban de acuerdo provisoriamente con la idea del departamento. "Pero sabes lo de la regla de las 48 horas, por supuesto, así que no sabré si la decisión se mantiene hasta el lunes en la noche. Aunque, raramente deciden cambiar de idea. ¡Estoy tan emocionada!"

"Yo, también," Le contó. "Hable con mi papá y piensa que es una buena idea."

Rachel chilló. "¡Yay! ¡Oh, va a ser tan divertido!"

"Pero no podemos emocionarnos mucho hasta el lunes," Kurt le recordó.

"Claro," Rachel respondió. "Así que, um. ¡Hablemos de otra cosa! ¡Como de Sebastian!"

"¿Sebastian? ¿Por qué tenemos que hablar de él?"

Rachel soltó un suspiró irritado. "Kurt, no soy estúpida. Has estado más feliz últimamente y lo trajiste a tu fiesta y luego se encerraron en la habitación por mucho rato…"

"Um, primero que todo, era tu fiesta," Kurt dijo. Más allá de decirle que ya no se llevaban mal, nunca le había mencionado nada acerca de su relación con Sebastian.

"¿Y segundo?" Rachel preguntó en tono petulante.

Kurt suspiró, pero decidió decir la verdad. "Está bien. Hemos estado… haciendo cosas."

"Cosas," Rachel repitió. "Que sexi."

"No tendrás más detalles, Rachel."

"¡No eres divertido! Aunque supongo que puedo respetar tu privacidad." Se detuvo un momento. "¿Estás haciendo esto para hacer enojar a Blaine? Porque estoy segura que está funcionando."

Kurt frunció el ceño, recordaba que lo había considerado como bono antes. Nunca había sido un objetivo en su misión, aunque, ahora que Kurt pensaba en ello, sabe que en realidad no quiere causarle a Blaine una molestia real. "No lo hice para molestarlo. ¿Estaba enojado por qué lleve a Sebastian a la fiesta?"

"Sí," Rachel dijo. "No sé si era porque estabas con otro chico, o porque era Sebastian. Quiero decir, tienes que admitir que fue raro que fuera Sebastian quien te haya subido el ánimo."

"No fue Sebastian," Kurt insistió. "Solo… la idea de ir a Nueva York. No tiene nada que ver con él."

Hasta ahora, Kurt no había pensado mucho en como su relación con Sebastian lo había afectado. Kurt sabía que había estado más feliz últimamente, y sabía que era obvio, dado que otras personas se habían dado cuenta también. Tenía sentido que la perspectiva de irse después de pasar tantas tristes semanas sintiéndose condenado a permanecer el Lima para siempre había iluminado su humor, pero quizás había algo de verdad en lo que Rachel estaba diciendo. A Kurt le gustaría creer que su propia miseria era el impulso para el cambio, pero quizás Sebastian se merecía algo de crédito por ayudarlo a acelerar el proceso. Había sido una compañía cuando Kurt se sentía solo, un constante en sus largos y solitarios turnos al principio del verano. Sin la indignación de Sebastian por la apatía de Kurt, o las manos de Sebastian sobre su cuerpo, quizás la confianza de Kurt no se hubiera recuperado a tiempo para irse a Nueva York al final de verano. Quizás le hubiera costado más tiempo recordar que merecía ir a Nueva York y perseguir sus sueños. Tenía que admitir que Sebastian había servido mucho más que para solo mostrarle a Kurt que tenía la capacidad de atraer a múltiples hombres guapos, incluso como un adolescente gay de Lima, Ohio.

"Quizás," Kurt dijo finalmente. "Sebastian ha sido un muy buen amigo."

Rachel resopló. "¡Si, un buen amigo para tu pene, quizás!" No pudo decirlo sin soltar una risa, y era tan ridículo que Kurt no pudo evitar pero unírsele en las risas.


Estaban en el asiento trasero del auto de Sebastian la primera vez que Kurt se dio cuenta que sus sentimientos por Sebastian eran mucho más profundos que la línea de amigos con ventajas que le había dicho a Rachel. Podía decirse que era su encuentro más poco romántico, pero estaban desesperados esa noche, y ninguna de sus casas estaba vacía. Sebastian había dado a entender que su padre probablemente no los molestaría si fueran a su casa, pero Kurt no estaba listo para enfrentar al señor Smythe de nuevo después de la vergüenza de la última vez.

No era el lugar más seguro para ellos, pero intentaron ser cuidadosos, esperar hasta que el estacionamiento del Lima Bean estuviera vacío, y luego se quedaron con casi toda la ropa. Ninguno de los dos trajo nada, por lo que no fue nada de otro mundo - fue una áspera mutua masturbación con sus pantalones lo suficientemente abajo como para que no molestara. Se recostaron juntos en el asiento trasero después de limpiarse lo mejor que pudieron, y Kurt se sentía seguro y saciado en los brazos de Sebastian cuando Sebastian soltó un profundo suspiro.

"Voy a extrañar ese auto."

Kurt se rio. "El auto, ¿o lo que hacemos en él?"

"¿Qué crees tú?"

"Creo que tendrás todo un departamento para tus escandalosas conquistas, así que no extrañaras este auto para nada."

Por primera vez, pensar en la inminente mudanza de Sebastian dejó a Kurt con un sentimiento de melancolía. Ya eran aproximadamente las 48 horas del periodo de espera de sus papas, pero Kurt aún no había oído de ella. Incluso si Kurt se muda a Nueva York con Rachel en un par de semanas, Sebastian se iba al final de este fin de semana, e iba a haber un periodo de tiempo en el que estarán separados. En realidad, un par de semanas no era mucho, pero era tiempo suficiente como para que Sebastian estuviera con otras personas, lo cual tenía permitido. Kurt no se había dado cuenta hasta ese momento que esa idea lo molestaba.

"Aunque, te extrañare a ti," Sebastian dijo. Presionando un beso en la cabeza de Kurt, y eso fue todo lo que le tomo a Kurt calmar sus preocupaciones. No estaba solo en esto, y pensó que quizás nunca lo estuvo. Estaban en la misma página cuando estuvieron en la fiesta, y Kurt piensa que están en la misma página ahora, también. Se imaginó en una relación real con Sebastian – comiendo en restaurantes, de la mano, llegando a casa en las noches. Era una sensación agradable, y Kurt pensó que podía ser real. Quizás no ahora, pero eventualmente, cuando estén juntos en la ciudad y tengan más tiempo y privacidad y Sebastian se dé cuenta que ya sabe cómo ser un buen novio. Kurt lo tomaría con calma, dejando que Sebastian le reste importancia a todo, pero ahora, en el auto, Kurt pudo ver un futuro para ellos. El hecho de que ya se sienta tan cómodo con esto le hace preguntarse cuanto tiempo estos sentimientos han estado acechando su cerebro, esperando el momento perfecto para hacerse consientes así no estarían desperdiciados en Kurt antes de estar listo.

"También te extrañare," respondió. "Pero no será por mucho tiempo." Incluso ahora, con la confirmación final, no quiso dar las noticias, pero tomó la mano de Sebastian así pudo darle una gentil caricia. "Voy a estar allá, pronto."

"Lo sé," Sebastian dijo, respondiéndole la caricia.


Las cosas vinieron muy rápido después de eso.

Una llamada telefónica de Rachel interrumpió su rutina de limpieza facial más tarde esa noche, y estaba tan emocionada que era difícil entender sus palabras.

"¡La decisión se mantiene!" gritó. "¡Dijeron que si! ¡Y me ayudaran con la renta dado que no van a pagar mi dormitorio! ¡Bueno, mientras mantenga buenas notas y encontremos un lugar!"

"¡No lo puedo creer!"

"¡LO SÉ! ¡Jocelyn es una amiga que es una agente de bienes raíces que trabaja en la ciudad y ya empezaron a hablar con ella hoy así pueda encontrar un lugar para nosotros que esté disponible para cuando empiecen las clases! ¿Tienes libre este fin de semana?"

Kurt lo pensó. "Tenía planes con Sebastian el jueves en la noche," dijo, esperando desesperadamente que no tengan que cancelar. Es la última noche que Sebastian tiene libre antes de irse a la ciudad, y Kurt había cambiado un turno en su trabajo, así que tenían planeado salir a un lugar que por primera vez no fuera Lima Bean. "Y trabajo todo el fin de semana, como siempre, pero por esto, puedo decir que estoy enfermo. ¡O puedo renunciar!" El pensamiento de no tener que nunca más colocarse el delantal lo volvió casi loco de felicidad. "¡Dios mio, puedo renunciar, Rachel!"

"¡Si puedes!" gritó. "Creo que estarás bien el jueves en la noche. Mi papa mencionó el viernes en la mañana, así podemos buscar un lugar el sábado. No tienes que venir, pero-"

"Quiero ir," Kurt la interrumpió. "No iré a trabajar, no me importa," No menciono que la decisión no habría sido tan fácil si hubiera arruinado sus planes con Sebastian.

"¡Yay!" Vamos a vivir juntos, Kurt. ¡En Nueva York! ¡No puedo creerlo! ¡Es como si todos mis sueños se hicieran realidad!"

"Los míos, también," dijo, y por primera vez, no sintió el más mínimo rastro de amargura al saber que Rachel había sido aceptada en NYADA.


No le contó a Sebastian en el momento. Llamó a su papá, quien mostró un apropiado entusiasmo antes de decirle que los padres de Rachel habían decidido ir el fin de semana. Le contó a Carole, cuando se la topó camino a la cocina la siguiente mañana, y ella sonrió, lo abrazó, y comenzó a planear su primera visita antes de comenzar a llorar cuando se dio cuenta que era inminente el vacío del nido. Le contó a Elaine más tarde en el trabajo, y cuando añadió que el jueves en la mañana sería su último turno, el corto plazo de la noticia no pareció enojarla tanto como debería.

La anticipación de la reacción de Sebastian estaba matando a Kurt, pero quería ver esa reacción, no solo escucharla, y debido a su mudanza en la semana, le había dicho a Kurt que no tendría tiempo de pasar por el Lima Bean. Cuando Sebastian llamó el miércoles en la noche para confirmar sus planes para el jueves, fue difícil para Kurt contenerse y no soltar las buenas noticias apenas escucho la voz de Sebastian.

"Estaba pensando que podría pasar por tu casa y recogerte," Sebastian dijo después del saludo. "¿Cómo a las seis?"

"¿Por qué harías eso?" Kurt preguntó, confuso. "No te queda de camino, y Carole va a estar aquí, así que no vamos a poder hacer nada. Deberíamos encontrarlos en el Lima Bean, y podemos comer en algún restaurante de por ahí, y luego quizás ¿ver una película en el centro comercial?"

"Okay," Sebastian estuvo de acuerdo. "Solo pensé que sería estúpido llevar dos autos si vamos a ir a algún lugar, pero si solo nos quedaremos por ahí entonces creo que tiene sentido."

"Así que, ¿A las seis en el Lima Bean? Parece apropiado, ¿no crees? ¿Terminar el verano ahí?"

Sebastian se rio. "Si, eso creo."

"Okay, está decidido entonces," Kurt dijo, apoyándose en sus talones emocionado. "Hay algo de lo que tengo que hablarte," continuó, esperando despertar el interés de Sebastian. "aunque en persona, así que tendrá que esperar a mañana."

"Oh," Sebastian respondió, sonando inseguro. "Um. Okay. ¿Es algo ma-"

"Tengo que irme ahora," Kurt lo interrumpió, sabiendo que no sería capaz de guardar el secreto si Sebastian empieza a preguntar. "¡Te veré mañana a las seis, adiós!" Terminó la llamada sin esperar una respuesta y mentalmente se felicitó por el auto control.


El último turno en el Lima Bean no fue muy diferente a cualquier otro que había hecho en el verano. Las largas filas, los derrames de café, las malas propinas no hicieron mucho como para amortiguar el espíritu de Kurt. En casa, sus maletas estaban empacadas para el fin de semana ir a buscar un departamento en Nueva York. Iba a tomar mucho más que un cliente grosero arruinar el buen humor de Kurt ahora.

Sebastian no pasó aquel día. Había estado muy ocupado últimamente, corriendo para que todo su equipaje esté listo y asegurándose que todos supieran que se marcharía el lunes. Hoy andaba de compras con la novia de su padre buscando utensilios de cocina para su nuevo departamento. Hizo el día de Kurt más solitario, sabiendo que Sebastian no aparecería, pero tenían planes para la noche y Kurt por fin podría dar las buenas noticias. Sabía que Sebastian estaría mucho más emocionado que los padres de Kurt o que cualquiera de sus amigos, y tenía una maravillosa imagen en su mente del rostro de Sebastian con una enorme sonrisa. Kurt no podía esperar a ver que sucediera. Pensaba que tenía una buena oportunidad para obtener un abrazo.

A menos que no pueda controlarse y arruine el momento pidiendo a Sebastian ser su novio o algo así. Sebastian no estaba listo para eso, y aunque Kurt era optimista sobre el potencial, sabía que necesitaba permanecer paciente y dejar que todo sucediera naturalmente. Esta noche no era momento de hacer las cosas más complicadas de lo que ya eran.

Su turno terminaba a las tres. Les dio una pequeño y cordial despedida a sus compañeros de trabajo y le devolvió el delantal a Elaine, quien llegó a Lima Bean en el turno de cierre.

"Si regresas a Lima," dijo. "Estoy segura que habrá un trabajo para ti aquí."

Una protuberancia en la garganta de Kurt se formó al oír esas palabras. Es todo, lo sabe, pero estaba empezando a darse cuenta que van a haber muchas cosas en Lima que va a dejar atrás. Necesitaba ir a Nueva York, y sabía que mudarse era una de las mejores decisiones en su vida, pero le tocó tomar de verdad la decisión para darse cuenta que siempre iba a tener un lugar en Lima, donde sea que terminara.

"No creo que vuelva," Kurt le dijo, tratando que su voz sonara calmada. "Pero me asegurare de pasar a visitar."

"Mejor que sea así," Le dio un abrazo apretado. "Espero que encuentres un mejor trabajo que este en Nueva York."

Kurt se rio. No podía imaginar otra cosa para que fuera calificado, al menos no al principio. Probablemente tendrá suerte si consigue un trabajo como este en Nueva York. "Espero tener un jefe que sea la mitad de lo maravillosa que eres tú."

Sus ojos se humedecieron cuando salió de la puerta hacia el brillante sol de agosto.


Kurt estaba de vuelta en el estacionamiento de Lima Bean solo unas horas más tarde, recién duchado, con un rebote adicional en cada paso mientras se acercaba a la entrada, cuando vio que Sebastian ya estaba esperándolo. Además de decirle sobre sus planes de mudarse a Nueva York, Kurt tampoco podía esperar poder informarle que el turno de Carole había cambiado, e iba a estar fuera de la casa esta tarde si es que querían pasar después de la cena.

"Hola," Kurt dijo cuándo se acercó lo suficiente. "¿Has esperado mucho?"

Sebastian sonrió ante el saludo, pero lucía nervioso, "No, solo llegue hace un minuto atrás. ¿Quieres ir por un café, o quieres solo ir a cenar?"

"Vayamos solo a cenar ¿si eso es lo que quieres? Ya me despedí hoy de la gente aquí, si vuelvo a ver a Elaine, quizás empiece a llorar."

Sebastian se rio. "Okay ¿Vamos a Marty's?"

"Definitivamente," Kurt estuvo de acuerdo, feliz de que Sebastian estaba interesado en algo más lujoso que Breadstix. No había ido a Marty´s en años. "Aunque, ¿podemos hablar primero? Tengo algo que decirte, e iba a esperar hasta la cena, pero-"

"Okay," Sebastian dijo, pero no lucía emocionado ente la perspectiva. "¿Pero puedo decirte algo primero?"

"Oh, um… claro," Kurt respondió, desconcertado.

Le tomó a Sebastian un buen rato empezar a hablar, y la expresión en su cara le recordó a Kurt el momento en la cafetería cuando Sebastian estaba convencido que Kurt iba a proponerle salir seriamente. Si eso era lo que Sebastian temía ahora, Kurt sabía que había tomado la decisión correcta en guardarse sus sentimientos.

Sebastian finalmente comenzó a hablar después de un momento. "Yo, um… sabes que me voy en un par de días, y…" Se detuvo, mordiéndose los labios y era claro que estaba pensando muy bien que decir. Kurt deseo que hubiera una forma de poder ayudarlo, pero Sebastian finalmente continúo. "No voy a acostarme con otras personas. Solo… para que lo sepas. Si es que estas preocupado por eso."

La mandíbula de Kurt cayó. Eso definitivamente no era lo que estaba esperando.

"No es que tu tengas que hacer lo mismo," Sebastian se apresuró en añadir. "Quiero decir, eso sería genial, pero yo solo… quería decírtelo. Si es que te lo estabas preguntando."

"¿Quieres que seamos exclusivos?" Kurt intentó clarificar. "Como… ¿novios?"

"Si eso es… sí. Um, si es que quieres. Sé que no puedo esperar que permanezcas célibe si no estamos realmente juntos, porque probablemente eres el chico más guapo de todo Lima."

Kurt se sintió halagado, pero no pudo evitar reír incrédulo. "Creo que estas exagerando."

"No lo estoy," Sebastian respondió, sonando con más confianza mirando los ojos de Kurt. "En serio, anda a Scandals soltero y los chicos harán fila solo para tener una oportunidad contigo. Yo… me voy y sería mucho más fácil si supiera-"

"¿Qué no me estoy acostando con nadie?" Kurt preguntó, manteniendo un tono divertido en un intento por calmar a Sebastian un poco.

Pareció funcionar, porque Sebastian se rio. "Um, si ¿Creo? Aunque lo haces sonar como algo malo. Estaba tratando de decirlo de una manera menos egoísta y posesiva, lo juro."

"Está bien" Kurt le dijo. "Realmente tampoco me gusta la idea de saber que te estas acostando con otras personas."

"¿Si?" Sebastian lucía esperanzado. "Sé que este es un muy mal momento, porque me voy, y voy a ser, el peor novio del mundo, pero-"

"No lo serás," Kurt lo interrumpió, pensando en todas las maneras en que Sebastian lo ha ayudado este verano. "No creo que te das el crédito suficiente."

Sebastian ladeó la cabeza. "Eso lo veremos, si es que quieres intentarlo."

"Si quiero," Kurt dijo inmediatamente. "Definitivamente. En realidad estaba esperando que cambiaras de idea, pero no quería decir nada hasta que ambos estuviéramos en Nueva York."

Sebastian hizo una mueca de dolor. "Si, la distancia va a ser algo que va a apestar, pero… estarás allá pronto, ¿cierto?"

"¡Oh!" Kurt exclamó, recordando que no había dado la noticia aún. "¡Claro! Lo que quería decirte antes que empezaras a hablar era que me voy a Nueva York con Rachel y sus padres mañana a buscar un departamento juntos y voy a buscar un trabajo o una pasantía o algo hasta que pueda entrar en la universidad."

La reacción de Sebastian no fue decepcionante. Sus ojos se abrieron ampliamente, su sonrisa era enorme y para cuando Kurt termino de explicar, Sebastian tenía los brazos alrededor de él.

"Es en serio, ¿cierto?" le preguntó a Kurt. "¿Esta no es una clase de extraña broma?"

Kurt se rio mientras Sebastian se alejaba de Kurt, "No, no es una broma. Si todo va bien, nos mudaremos en un par de semanas. No estaba seguro hasta unos días atrás."

"¡Eso es genial! Pensé que no estarías allá hasta fines de enero." Se mordió los labios, inseguro de preguntar de nuevo. "¿Sería… um, sería muy raro si te besara ahora?"

Kurt sabía por qué lo preguntaba – estaban en público, y había personas a su alrededor, y nunca se habían besado a menos que eso los llevará a otra cosa. Pensó en dejarlo como una broma, así que levantó una ceja. "¿Raro? ¿Por qué? Me besas todo el tiempo. Quiero decir, la semana pasada tenías tu lengua en-"

Sebastian lo cayó inclinándose adelante y presionando sus labios juntos. Fue un beso bastante casto, porque había gente alrededor, pero Kurt quedó queriendo más cuando Sebastian se alejó. Considero la idea de saltarse la cena y llevar a Sebastian a su casa.

"Así que vas a estar en Nueva York," Sebastian dijo, sacudiendo la cabeza incrédulo. "No puedo creerlo."

"¿Qué pensaste que iba a decirte?" Kurt preguntó, recordando repentinamente el extraño afán de Sebastian por hablar primero. "¿Qué te hizo querer decirme eso antes que yo dijera nada?"

"Oh," Sebastian dijo, sonando avergonzado. "Pensé que ibas a decir que no deberíamos vernos más, dado que yo me voy. Estaba esperando poder hacerte cambiar de idea."

"Esto es bueno para nosotros ¿Cierto? ¿Qué no me quede acá? No me dijiste eso solo porque pensaste que era la manera de que-"

"No," Sebastian lo interrumpió. "Bueno… quizás por eso fue que tuve la motivación para decirlo, pero hubiera querido de todas maneras. En realidad no cambia nada, excepto que quizás voy a ser un novio de mierda en persona y no por teléfono."

Escuchar a Sebastian decir la palabra 'novio' era mucho más emocionante de lo que Kurt había esperado. "Lo harás bien." Le aseguró a Sebastian mientras comenzaban a caminar hacía el restaurante, lo cual estaba localizado al otro lado de la plaza. "Deja de preocuparte."

"Bueno, al menos ya sé que aprecias lo que traigo en el lado físico de la relación," Sebastian respondió dándole un sonrisa picarona a Kurt.

"Eso me recuerdo, tengo algo más que decirte."

"¿Oh?"

"El turno de Carole cambio hoy, no estará en la casa en toda la noche. Mi casa está vacía."

La sonrisa de Sebastian creció aún más. "Okay, esa noticia es mucho mejor que saber que te mudaras," Cuando Kurt le dio un codazo, se rio. "¡Estoy bromeando! Por supuesto estoy más feliz de que te vas a mudar. Ahora no tendremos que esperar una casa vacía."

Kurt giró los ojos, divertido. "Así que estas feliz de que me mude, no porque es una buena decisión para mí y voy a ser más feliz porque estoy siguiendo mis sueños sino que porque voy a estar más cerca y tendremos lugar donde tener sexo."

Sebastian se encogió de hombros, su sonrisa juguetona seguía firme en su lugar. "Te dije que sería el peor novio del mundo," Tomó la mano de Kurt y le dio un apretón antes de empezar a caminar más rápido tirando a Kurt con él. "Vamos, mientras más rápido cenemos, más rápido podemos ir a tu casa."

Kurt se rio. "Tienes razón," mintió, acelerando su ritmo para alcanzar a Sebastian. "Realmente eres el peor novio del mundo."


Nota de la traductora: No lo dejó como finalizado porque viene una secuela, de lo que sucede en Nueva York.