Todos observaban perplejos como de las Torres Demonios salía humo, gris, espeso y picoso. Ver como se quemaban lentamente... cayendo poco a poco, despedazándose en escombros de pesada piedra. Y junto a ellos se demoraba su gobierno, su imperio, su fe...

Porque eran las reliquias de todo aquello en lo que creían. Y habían caído... no había esperanzas.

Ya no quedaba nada.