Declaimer: Los personajes y la historia original pertenecen a las CLAMP.
Prólogo
Subo las escaleras de la azotea despacito, con una caja de Marlboro en un mano y el reproductor en la otra, ¿qué voy a hacer? La puerta rechina demasiado mientras la abro, prendo un cigarro mientras pienso que no debería estar así. Quiero decir ¡la vista!
¿Cómo se puede estar triste cuando hay edificios que le quieren hacer cosquillas a las nubes? Edificios llenos de personas, de vidas, de posibilidades. Y yo estoy aquí, haciendo de todo y de nada al mismo tiempo.
Otra calada al cigarro, otra vez el sabor agrio en la lengua, el ardor en la garganta.
"Es la jaula, marica, la jaula" escucho la voz de Tomoyo en mi cabeza, la veo tambaleándose de tanto alcohol y sabrá-Dios-qué-más. "La jaula", por eso nos metemos en problemas, por eso fumamos, por eso vamos de fiesta en pase, de pase en fiesta. Intenté seguirle el paso a gente como Tomoyo, del tipo que no sale para divertirse: sale para huir. Por eso estoy aquí, en lo foráneo, huyendo de los gritos de mi papá por la noche, de mi novio emperrado con cualquier fulana, de un futuro sin soportes. Tenía miedo de terminar como mi mamá. No miedo de ser como ella, porque es una mujer regía, pero está ciegamente enamorada de mi padre, y eso la transformó en una imbécil. Parecen éones desde que llegaba a la casa, los gritos de Yamato, Nakuru llamando porque necesita la comida de la bebé, llamar a Y porque me siento sola, dos "cuidado que mi está clarísima", regresar a casa que no es casa, es un palacio, un castillo, una colmena de cristales multicolor; los gritos de mamá, 160 gotas de valeriana y otro día al liceo. Esa solía ser mi vida. Todos los días.
Personas como Tomoyo huyen de un futuro que ya está escrito: se casará con un camisa Polo, camioneta Prado, oliendo a Hugo Boss. Tendrán una mansión en algún país europeo y un departamento en Miami, y la tranquilidad de engañarse mutuamente. Están vacíos, pobrecitos. Desde los que se saben todas las ideas de Platón, hasta los Farra 27/9, ellos sólo buscan llenarse temporalmente de algo, como un disfraz remedado con dólares.
Sólo faltan quince días y podré regresar a casa.
Quince días, no más. No más sentirme deprimida, no más apariencias, no más seguirles el juego. Terminar este juego de la hija de la sirvienta con el hijo de los señores de la casa. Yo no llegué aquí sólo por un cupo en la Universidad, llegué aquí persiguiendo a un tipo. Sí, sí, sí. Muy feminista y muy neoliberal y todo. Muy trendy con mis porros y mis cigarros y el cabello corto; para caer en lo mismo, en el cliché de todos los cuentos: perseguir a un órgano reproductor masculino.
En las últimas dos semanas, no he podido leer, estudiar o comer sin sentir asco. No estaba preparada para ésto. Tan acostumbrada a la comodidad en mis problemas, a los abrazos de mi mamá, a los cigarros de Y, a los desplantes de mi novio...pero no sé cuál costumbre es más tóxica: si el juego de apariencias de acá o la dependencia natural de allá.
Nota de la autora: Hello, is someone there? I hope so...
Bueno, antes que nada, gracias si leíste este pequeño arrebato de creatividad que me golpeó. Si notas/n algún problema, error ortográfico o palabra incoherente, tiene dos explicaciones: El original viene de WordPad y en dialecto, no en español neutro. Notifiquen con un review o un PM!
Nos leemos.
