¡Hola a todos! Éste es mi primer FanFic jamás hecho en mi vida, espero que este humilde escrito sea de su agrado.
Lamentó si lo publiqué antes, pero por un error mío lo borré (soy nuevo haciendo estas cosas) espero que no se molesten.
Disclaimer: Pokémon no me pertenece.
Capitulo 1
El bosque de los recuerdos olvidados
A veces nuestros recuerdos son lo único que tenemos de esa persona que ya no está con nosotros, de aquella persona que nos hace sentir feliz con solo tenerla cerca, pero a veces y solo a veces lo acabamos olvidando todo.
Un nuevo día comenzaba en la región de Sinnoh, una nueva aventura le aguardaba a un joven pelinegro de unos 16 años de edad en su búsqueda de convertirse en maestro pokémon, tras conseguir las 8 medallas de esta región, nuestro héroe junto con sus amigos se preparan a ir al lugar donde se llevará a cabo la Conferencia del Valle Lily.
Tras una larga caminata nuestros héroes llegan a un extraño y misterioso bosque, tras perderse como siempre, un joven azabache se encuentra jugando con una hermosa chica de cabello azul.
El día estaba a punto de terminarse, el sol estaba a punto de desaparecer por el oeste causando lugar a la noche, el ambiente poco a poco se enfriaba, las nubes grises cubrían todo el cielo dando la apariencia que llovería en unos instantes. En todo el lugar reinaba un silencio que desapareció por las risas de unos jóvenes que se acercaban a toda prisa.
De repente detrás de un árbol un joven de piel morena, cabello desordenado de color oscuro junto con un pequeño roedor amarillo apareció. Aun cansado después de correr por tanto tiempo se detuvo por un momento a tomar un ligero respiro tras su prolongada corrida , después de descansar por unos instantes, se sentó en una piedra pequeña que se encontraba ahí , miró hacia el cielo con una ligera sonrisa pensando en lo pronto que llegaría a su destino no faltaba más que unos cuantos días para que el se encontrase en el más grande torneo de entrenadores de todo Sinnoh, descolgando de su hombro su mochila, sacó un pequeño estuche de color negro donde se encontraba las 8 insignias que tanto esfuerzo le tomo a él y sus pokémon conseguirlas, recordando las duras batallas que tuvo en su viaje en Sinnoh y también los nuevos amigos que hizo se sentía alegre, solo faltaba un paso para que todo su esfuerzo valga la pena y eso era salir victorioso de la Conferencia del Valle Lily. De pronto un grito se escuchó por todo el lugar, de inmediato volviendo a la realidad el joven pelinegro se acordó del porque estaba corriendo, él estaba jugando a las escondidas con Dawn, tras encontrarla; ella se dispuso a correr para no ser atrapada, en el trayecto de buscarla el joven pelinegro se perdió junto con su pequeño Pikachu y es así como él estaba en ese lugar.
Luego de escuchar el grito nuestro joven héroe se dispuso a buscarla por todo el lugar, lentamente el ambiente cambiaba, el cielo daba muestras de empezar a llover, el suelo se volvía lodoso por las pequeñas gotas que caían del cielo y de pronto un gran rayo partió un árbol asustando al joven pelinegro y otra vez, el mismo grito se volvió a escuchar, pero esta vez más fuerte, preocupado por la situación de su compañera el joven azabache corrió por donde escuchó el grito.
Tras atravesar algunos arbustos y árboles vio a una joven de cabello azul y ojos del mismo color; en sus brazos sostenía un Piplup, ambos huían de una grupo de Zangoose furiosos. Nuestro héroe lanzó una piedra atrayendo así la atención de los pokémon normales, con algo de temor mandó a su roedor amarillo.
— ¡Pikachu usa impactrueno! —Ordeno el azabache a su pokémon.
Cargando en sus mejillas electricidad, aquel pokémon eléctrico se disponía a atacar a las salvajes criaturas, con un fuerte impacto; un rayo amarillo golpeó a los Zangoose, dejándolos aparentemente noqueados, después de aquello el joven pelinegro se acercó a donde su amiga se encontraba.
— ¿Estás bien?—Preguntó el azabache con algo de preocupación en su rostro a su compañera que aun estaba temblando de miedo.
—S... si muchas gracias Ash por salvarme —Respondía Dawn abrazando de repente al azabache.
—Bueno, ahora que estamos a salvo ¿me puedes explicar por qué te perseguían esos Zangoose?—Preguntaba el pelinegro algo sonrojado por el repentino abrazo que le dio ella.
—Yo estaba escapando de ti cuan…—Fue interrumpida ya que los pokémon normales se ponían de pie.
De repente los Zangoose se levantaban como si nada hubiera pasado, extrañamente una aura oscura los rodeaba, sin ningún aviso atacaron a Pikachu que aun estaba perplejo de lo que estaba sucediendo.
— ¡Pikachuuuu!—Gritaba Ash yendo a donde se encontraba su malherido pokémon .
Con la preocupación del estado de su pokémon, una profunda ira le invadió, busco desesperadamente en su pantalón la pokébola de Infernape, sin ningún éxito en encontrarlo se preguntaba donde había dejado sus pokébolas hasta que se acordó que lo dejó en aquella piedra junto con su mochila y sus insignias. Sin ninguna otra alternativa recogió a su pokémon amarillo y tomó la mano de Dawn para huir de aquel lugar.
Lentamente la lluvia se mostraba más intensa; un frio viento azotaba sin tregua a los árboles, en aquel extraño lugar se veía 2 siluetas corriendo desesperadamente de unos Zangoose salvajes. Escapando sin la más mínima idea de donde se encontraban y con todo el cansancio que tenían. Ash se detuvo por un instante.
—Dawn será mejor que vayas por otro lado, así yo, distraeré a los Zangoose —Decía a su compañera Ash con una gran determinación en su rostro.
— ¡NOOO! —Respondía con dureza Dawn aferrándose con más fuerza al brazo del chico, ella aun con todo el temor que le invadía, jamás dejaría que su mejor amigo arriesgara su vida por ella, aquél chico no solo representaba para ella un amigo, era más que eso, era tal vez una persona de la que ella jamás se olvidaría, una persona a la que tenia tanto cariño y afecto que en algunas ocasiones deseaba que fuera más que un amigo. Con lágrimas en los ojos se agarraba mas fuerte del brazo de aquel chico, se sentía impotente de no poder hacer nada, se sentía una persona inservible que no podía hacer nada por sus amigos. Ella siempre dependía de Ash y Brock cuando estaba en dificultades, lo único que sabía hacer, era llorar cuando las cosas no le salían bien.
Armándose de valor, dejó de aferrarse al brazo de Ash, miró directamente al rostro de aquel chico, limpiándose las lágrimas de su cara vio aquellos ojos cafés por última vez y con una gran determinación se alejó de ahí corriendo a toda velocidad sacó de su mochila un pokébola liberando así a un Buneary.
—Buneary rayo de hielo al cielo. —Ordenaba a su pokemon Dawn.
Siguiendo las órdenes de su entrenadora el conejo café disparó un potente rayo de hielo al cielo, atrayendo así la atención de los Zangoose que se disponían a perseguir a la muchacha. Aún sorprendido de la actitud que tomó su compañera, Ash iba a perseguir a su amiga, pero de repente un rayo cayó sobre un árbol partiéndolo en dos y por consecuencia impedía el paso de nuestro héroe, sin dudar ni un solo momento mandó a Pikachu que ya parecía algo recuperado.
— ¡Pikachu! Cola de hierro sobre ese árbol —ordenó el azabache.
Cargando fuerza en su cola, aquel pokémon sin ningún problema destrozó aquel árbol, corriendo con todas sus fuerzas, Ash aun no podía creer la acción que había tomado Dawn, se sentía culpable de la actitud que ella había hecho, no podía creer que tanto esfuerzo le tomó a él ganar sus medallas haciéndole creer que era un mejor entrenador cada día eran en vanos, ya que solo unos Zangoose le habían demostrado que era solo un entrenador mediocre e irresponsable a tal punto que toda la experiencia que había ganado en sus numerosos viajes no servían para nada, que tanto empeño que puso en cada pelea junto con sus pokémon eran nada. Con un profundo enojo hacia si mismo corrió con más velocidad, pensaba que si algo le ocurriese a ella, él jamás se perdonaría
Agitada después de correr por tanto tiempo, se paró en seco. De repente miró hacia el frente, se había detenido cerca de un barranco, no había forma de que ella pudiera avanzar más, poco a poco los pokémon salvajes se acercaban.
Pensando que tal vez este fuera su fin, solo rogaba para que esto acabase de una vez, poco a poco se lamentaba de no haberse despedido apropiadamente de Ash; una ligera sonrisa se mostraba en su rostro, ella se había imaginado de cómo le hubiera gustado despedirse de aquel chico, se imaginaba ella y él juntos caminado por un parque lleno de diversas flores y pokémon, que de repente ambos mirarían el atardecer tomados de la mano, que ambos dirían lo típico que dice la gente cuando se despiden, que después de decirlo él le daba una hermosa flor y ella a la misma vez le daba un beso en la mejilla, que en ese mismo instante se confesarían el amor que tenían por el otro y que todo terminase con un dulce beso de ambos. Pero la realidad es otra se decía así misma, pequeñas lagrimas se escapaban de los hermosos ojos azules de aquella chica. Los Zangoose aparecieron velozmente, llenos de ira y de rabia estaban dispuestos a atacar a la indefensa chica. Cerrando sus ojos y esperando el ataque, la única cosa que pensó aquélla hermosa chica fue en aquel joven moreno de cabello azabache, extrañas zetas en sus mejillas y con una personalidad inquebrantable que a veces era confiado y engreído, pero también era amable y siempre con una voluntad de ayudar a quien lo necesite.
Ella solo pensaba en lo que le haría sufrir a Ash por su culpa, no quería que esto terminara así, pero ella no quería que él arriesgara su vida por ella, fue en ese momento cuando un golpe la caer en el suelo lodoso, imaginó que esto había empezado, esperaba los siguientes golpes, pero nunca llegaron, abriendo poco a poco sus ojos vio a Ash que estaba peleando con los Zangoose junto con Pikachu.
Aun con todo en su contra sabiendo que tenían todas las de perder, Ash y Pikachu no se rendirían fácilmente. Los Zangoose atacaban con una gran fuerza, pero Pikachu atacaba 10 veces más fuertes que ellos, la batalla recién estaba comenzando aunque nuestro héroe y su fiel pokémon estaban ya cansados por la larga corrida eso no significaba que se rendirían fácilmente con Pikachu atacando a cada momento con su impactrueno, no dejaba que los Zangoose se acercaran a Dawn y Ash, sin embargo como todo en esta vida tiene un fin, pronto la electricidad se le acabó al pequeño roedor amarillo. Poco a poco aquellos pokémon salvajes se acercaban a nuestros héroes, pensado en que este era el verdadero fin. el joven azabache se puso delante de Dawn para así protegerla del ataque de aquellos pokémon pensando en lo que fue su vida; recordaba los momentos más felices de su vida, esperaba que toda su vida corriera en unos segundos como decía la gente cuando estás a punto de morir pero, aun no sucedía, de repente fue abrazado por dos delicadas manos, le abrazaban no con temor hacia la muerte si no con amor y ternura que solo una chica le puede hacer sentir a un chico.
—Si tan solo hubiera sido más fuerte. —Pensaba aquel joven pelinegro.
—Si tan solo hubiera sido más fuerte. —Murmuraba Ash.
— ¡Si tan solo hubiera sido más fuerte! —Ahora gritó con todas sus fuerzas, enseguida un gran rayo se dirigía hacia ellos impacto directamente sobre Pikachu recargándolo toda la electricidad que habia perdido, sintiendo toda esa energía atravesando cada parte de su cuerpo el roedor amarillo hizo el ataque más poderoso de los pokémon tipo eléctrico "TRUENO" aquel ataque fue el mismo ataque que utilizó cuando unos Spearows le estaban atacando a Ash al inicio de su viaje pokémon. Todos los Zangoose recibieron aquel impacto dejándolos noqueados al instante en ese mismo instante el cielo se despejo dando lugar a las estrellas que adornaban todo el cielo.
Una gran felicidad invadía a nuestros héroes Ash y Dawn saltaban de alegría, todo se había acabado. "Todo vuelve a la normalidad" pensaba Ash .
—A.. Ash… y… yo —Tartamudeaba la hermosa joven de cabello azul con lágrimas en su ojos.
—Me alegra que estés bien Dawn — Decía el azabache con una gran sonrisa en su rostro a su compañera de viaje, ya que todo había terminado nuestros héroes se disponían a irse, pero Ash había notado que Dawn no llevaba puesto su gorro y se veía toda despeinada; su hermoso cabello azul se encontraba todo desordenado con toda la amabilidad que tenia puso su gorro favorito en la pequeña cabeza de la peliazul para por lo menos no se notase el desorden que tenía en su pelo.
Aun sorprendida de la acción de Ash, la joven no podía creer que él le diera su gorra favorita a ella, una gran felicidad recorría por todo su ser, no podía imaginarse que Ash le diera aquella gorra como si nada, él usualmente ni siquiera lo presta a sus mejores amigos. Estaba a punto de darle un abrazo, pero al mismo tiempo un Zangoose se dirigía hacia ella con intención de atacarla, en ese mismo instante nuestro joven héroe se interpuso en el ataque. Provocando que se cayera al barranco.
Fue en ese momento que Ash vio toda su vida corriendo por sus ojos. La vez que inicio su viaje con un Pikachu que no le hacía caso. Aquella vez que tomó prestada la bicicleta de una chica pelirroja llamada Misty, que jamás se hubiera imaginado que ella se convertiría en su mejor amiga junto con Brock en su viaje por todo Kanto, vio la vez que participó en la liga Añil y perdió con un amigo que recién había conocido llamado Ritchie, vio también el comienzo de su nuevo viaje por las islas Naranja con Misty y su nuevo compañero Tracey con la que compartió muchas aventuras.
Inmediatamente ahora Ash volvía a la realidad veía como caía a toda velocidad por el barranco, veía como su amiga gritaba su nombre con desesperación, fue en ese mismo momento que cerró sus ojos esperando aquel dolor que sentiría.
Con lágrimas en sus ojos, sintiendo impotencia de no haber hecho nada, Dawn estaba en pánico, no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, fue Ash el que le salvo de no ser ella la que se hubiera caído por aquel barranco, arrodillándose al borde del precipicio, no podía creer que todo terminaría así, que todo lo que él luchó no sirvió para nada, por un momento pensó que esto no era real que esto solo era una pesadilla, una pesadilla de la cual quería despertarse, sin dudar un momento, se abalanzó sobre el barranco para despertarse de aquella pesadilla, pero de repente sus intenciones fueron frustradas, una mano extraña le sostenía por su muñeca para que ella no pudiese caer por aquel barranco.
— ¿Dawn qué haces?— Decía un joven de piel morena, cabello oscuro y ojos cerrados.
— ¡Y... yo..Yo NO SE BROCK! —Gritaba con fuerza Dawn agarrándose la cabeza con sus manos, se sentía sola, se sentía que había perdido algo importante, algo que tal vez jamás lo recuperaría, de pronto fue abrazada con cuidado por aquel joven moreno, lloraba con todas sus fuerzas, ya qye tal vez nunca mas lo volverían a ver. Ash quizás habría muerto.
Años después a éste extraño bosque se lo llamaría bosque de los recuerdos olvidados.
Bueno aquí termina el primer capítulo, espero les haya gustado y también espero recibir críticas de lo que faltaba a esta historia, sin más que decir me despido. "Capítulo Re-editado, ¡gracias por su visita!"
