Capitulo 1: La tormenta

Caminaba junto a su antiguo equipo, tsk, le molestaba de cierta forma que la Hokage lo haya mandado con ellos a esa misión. Quizás en estos momentos estaría acostado en su departamento relajándose y pensando cómo podría molestar a aquella mola rosa que tenia por compañera… No pero claro, Kami sama estaba en su contra, él no tenía la culta de que Suigetsu comenzara a pelear con Karin, él lo unico que quería hacer era tranquilizarlos con un chidori corriendo por todo su cuerpo.

—¡Sasuke!—respiro profundo para no voltear y hundirle su puño en la cara a Suigetsu de forma "amistosa".

—¿Qué quieres Suigetsu?—cuestiono con poca paciencia el Uchiha.

—Pronto caerá una fuerte tormenta, lo mejor será refugiarnos en alguna cueva cercana—Suigetsu lo miro de forma inquieta.

—Creo que el cara de pez tiene razón Sasuke-kun—susurro Karin mirando de reojo al Uchiha completamente sonrojada.

—Bien—acepto el Uchiha de mala gana.

—No se preocupe Sasuke-sama, las aves me dicen que solo durara la noche—hablo Juugo mientras acariciaba el pequeño cráneo de aquella ave.

El Uchiha bufo ante lo dicho por su ex subordinado. Volteo a ver a los tres, solto aire de mala gana. El término de la cuarta guerra ninja había sido cosa del pasado. Madara les había dado un poco de problemas y luego fue Kaguya, aquella mujer que fue como tener una piedra en el zapato, vaya que habían tenido muchos problemas al derrotarla.

—¡Hey Sasuke!—volvió a gritar Suigetsu.—No estés triste, ya verás que llegaremos pronto a la aldea para que puedas ver a Sakura-chan—dijo con diversión al ver que el Uchiha sonreía ladino y Karin fruncía el seño.

—Hmp—emitió el azabache.

—Esa pelo de chicle—susurro Karin con enojo.

—Aun no lo entiendo—Juugo llamo la atención de los tres. —Naruto-san me ha hablado sobre el antiguo equipo siete—dijo mirando de reojo a Sasuke el cual se tenso.

—Naruto también me hablo de ello—esta vez fue turno de Suigetsu. —Según lo que me ha dicho Sakurita estaba coladita por nuestro jefecito—señalo con la mirada al Uchiha.

—Sakura-san cambio mucho—inquirió el pelinaranja con interés.

—Yo no le veo el cambio—hablo la pelirroja. —Pelirosa, mal humorada, fuerza de mil bestias—dijo burlona.

—Su cabello me gusta es exótico, su actitud es la que la hace tan llamativa—el Hozuki se alzó de hombros, restándole importancia. —Pero pienso que ella podría partir una montaña con una patada—inquirió asintiendo dándose la razón.

—No creo que…—Juugo fue interrumpido.

—Tienes razón Juugo, con una sola patada la destrozaría—se corrigió el Hozuki.

—Idiota—murmuro el Uchiha con una venita en la sien.

El fuerte ruido que sonó por todo el bosque los hizo tensarse. La tormenta de la que Juugo había hablado prometía bastantes relámpagos y horas de diluvio. El azabache busco con la mirada alguna cueva encontrándola a unos 100 metros de donde estaban.

En Konoha las cosas no eran muy diferentes, el fuerte viento que había caído y con ello aquel diluvio ponía de nervios a cada habitante de aquella aldea. Cierta Kunoichi de exótico cabello rosado saltaba de techo en techo, asegurándose que nadie estuviera en problemas.

—¡Sakura-chan!—escucho detrás de ella.

Paro su andar, ladeando el rostro encontrándose con su rubio compañero seguirla a pocos metros. Lo observo llegar hasta ella con aquella sonrisa sacarrona que siempre adornaba su bronceado rostro. Alzó una ceja en alto, desde hace unos minutos había notado alguien seguirle pero estando ya a un metro del Uzumaki se extraño al saber que se trataba de un clon.

—¿Sucede algo?—cuestiono al estar frente aquel clon.

—Tsunade-bachan, dijo que se acercaba una tormenta—hablo el rubio. —Me preocupe al verte saltar de casa en casa, deberías ir directo a casa—comento con una sonrisa.

—Dile a Naruto que no se preocupe solo hare una ronda mas para asegurarme que no haya problemas—la Haruno dio la vuelta volviendo con su camino.

El rubio rodo los ojos, Sakura ya no era la misma desde hace tiempo, con él seguía comportándose con familiaridad al igual que con Sai, Kakashi, Yamato y los demás. El unico que no era perteneciente de su confianza era Sasuke, cuando ambos se veían se trataban con frialdad, brusquedad, etc.

Sonrió levemente, ¿Ni siquiera el sabia por que de su cambio?. Bufo, ni ella ni Sasuke le hablaban sobre eso, dio vuelta para regresar, subiendo sus brazos hasta posarlas detrás de su cabeza y sonreír secarronamente antes de que en un ¡Puf! desapareciera.

Dos horas habían pasado y con ello la fuerte lluvia había comenzado, hasta el momento había salvado a mas de 10 niños que iban de camino a sus casas. La ropa la tenia completamente empapada. Aseguro la mayor parte del perímetro del lado noreste de la aldea.

—Tiempo de regresar a casa—susurro para si misma.

Corrió a gran velocidad, tenía que atravesar los campos de entrenamiento, el hospital para asi llegar a unas calles de su departamento. Hacía meses que comenzó a independizarse sin la ayuda de nadie. Llego hasta el campo numero 3, se detuvo llevando su mirada al rio. Pequeños remolinos azotaban el agua.

—Tsk—chasqueo la lengua al momento en que un relámpago la cegó.

Escucho con levedad, como si algo cayera, alzó la mirada encontrando dos puntos caer sin tener en cuenta la distancia y/o velocidad en la que bajaba. Abrió los ojos a sobremanera al observar con claridad ya a unos 20 metros de ella dos molas rosas dirigiéndose a ella.

—Mierda—susurro sin poder hacer algo.

Colocó sus brazos cruzados para protegerse del dolor que le causaría aquel golpe. Lo último que pudo recordar fue el terrible estruendo que se escucho al sentir peso sobre ella. Sus ojos le pesaban, miro con dificultad su alrededor encontrando un enorme cráter, hizo una mueca de dolor y al instante quedo inconsciente.

N/G: Increiblemente, aquí volvemos con la aventura de las Haruno. Espero les guste.