NO PUEDO HACER QUE ME AMES

No puedo hacer que me ames…

Comienza a salir el sol, los rayos se cuelan por la ventana…me prometí que esta sería la última vez, como lo había prometido quien sabe cuantas veces más, pero esta vez, estaba dispuesto a cumplir mi promesa.

Te miro, sigues dormido, cansado, satisfecho, hiciste lo que quisiste conmigo, otra vez…no, no eres el villano de esta historia, no hay buenos ni malos en este tipo de situaciones, sólo estamos los tontos enamorados y los que se quieren lo suficiente y no se permiten sufrir, como tú.

Me levanto lentamente de la cama, intento no despertarte, me iré en silencio, con mi cobarde corazón. Recojo mi ropa, recojo los pedacitos que quedan de mi, comienzo a vestirme y a recordar porque estoy aquí y mis motivos para irme

No puedo hacer que me ames…

Ayer, mientras me tenías entre tus brazos, pude entender, termine de darme cuenta que no soy mucho para ti, que soy algo pasajero, pura pasión y locura…lo sabía, desde que empecé a tener estos encuentros contigo, sabía que nuestra relación se limitaría a "eso". Pero quise luchar una lucha sin sentido, quise creer que podía entrar en tu corazón de algún modo, no pude.

Conquistarte era mi sueño pero los sueños no siempre se cumplen. Me conformé con hacerte feliz en la cama para sentir, que de algún modo, me necesitabas.

No puedo hacer que me ames…

Pero la necesidad física es muy diferente a la necesidad emocional, y eso me lo dejaste muy claro anoche, recuerdo tus palabras y duelen…

"…me estoy aburriendo de esto… ¿tú no?…"

¿Aburrido? Eso era, aburrimiento, si alguna vez llegaste a tener un interés en mi me quedó claro que ya no lo tenías…me hubiera gustado que dijeras otras palabras, que estabas cansado, harto, incluso prefería que me dijeras que me odiabas, pero no. "Aburrido", esa palabra me dio vueltas toda la noche en mi cabeza y fue cuando me decidí.

No puedo hacer que me ames…

Me miro al espejo ya vestido, reconozco con esfuerzos al patético chico que está enfrente de mi, derrotado, con ganas de llorar y si, enamorado, todavía enamorado de ti, a pesar de todo.

Abro la puerta intentando no hacer mucho ruido, si despiertas y me diriges una palabra soy capaz de regresar a tus brazos y fingir que todo está bien, es mejor así, prefiero huir vencido antes que caer en tus redes, otra vez.

Te miro, por última vez. Perfecto, de eso no tengo dudas, podrán pasar mil años y seguirás siendo perfecto para mi, quiero recordarte así, porque no eres culpable, no, eres libre de amar a quien tú quieras, entiendo que esa persona no soy y nunca seré yo.

No puedo hacer que me ames…

Adiós, esta es una verdadera despedida, adiós Gilbert, te deseo lo mejor, lo mereces, gracias por todo y disculpa, si, discúlpame por amarte tanto…