Disclaimer: Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! no me pretenecen a mí, sino a la grandiosa Akira Amano, al igual que el universo y los personajes de One Piece pertenecen al genial Eiichiro Oda. Las ideas sosas sí son todas mías :DU.

Advertencias: Spoilers hasta el capítulo 594 de One Piece. Más adelante habrá menciones del canon de KHR hasta el Arco del Futuro, pero serán advertidas en sus correspondientes viñetas, al igual que cualquier otro tipo de spoiler que aparezca.

Notas: Este es un Crossover!AU, lo cual significa que es un Universo Alterno donde KHR está ambientado en el mundo de One Piece. Muchas cosas igualmente se mantendrán relativamente iguales a las del canon de KHR, por lo que quizás noten que, en muchos sentidos, no hay demasiadas diferencias, pero en esas diferencias igualmente pondré el acento :). Oh, y sí, las cosas tal vez se vean bizarras tanto en esta viñeta como más adelante *gota*. Enserio, traté de hacerlo lo más coherente posible, espero que no se vea muy apresurado.

Un saludo a la Nueva Era.

Capítulo 1: Una oferta que no podrás rechazar.

—Tsuna, te ha llegado un mensaje del Gobierno —le informó Reborn aquella mañana a su estudiante, apenas éste se levantó de la cama.

—¿Huh? ¿Qué puede querer el Gobierno conmigo? —preguntó el chico adormilado, mientras se dirigía a la cocina para desayunar.

—¿Qué podrían no querer del Jefe de la Mafia más grande del mundo?

Tsuna se detuvo un minuto para mirar a su tutor, horrorizado.

—Primero que nada, no soy el Jefe. Y segundo, ¡realmente no quiero saber nada acerca de la corrupción del Gobierno! ¡Era feliz pensando que eran los buenos!

—No seas tan ingenuo, Tsuna —respondió Reborn, con mucha seriedad—. El Gobierno Mundial nació con las manos manchadas de sangre, y no hay nada que pueda limpiarlos ahora. Es momento de que te enteres de esas cosas.

El chico guardó silencio ante aquellas palabras, cargadas de un peso con el que Reborn nunca antes le había hablado, excepto en situaciones extremas. Sabía que cualquier cosa que pudiera decir estaría equivocada. Pero más que eso, sabía que no quería saber más. Por lo que se volteó y continuó su camino a la cocina, donde su madre lo esperaba.

—Oh, sí. Te ofrecieron el puesto de Shichibukai —agregó su tutor de repente, volviendo a su forma habitual de hablar.

Tsuna casi se cae de las escaleras al oír eso. Y posiblemente toda la ciudad escuchó el grito de "¡¿Qué?" que soltó el futuro Jefe de los Vongola.

—¡E-eso no es…! ¿Cómo…? ¡No soy pirata! ¡Ni siquiera navegué en mi vida!

—Puedes rehusarte. Aunque posiblemente te amenacen con quitarle la inmunidad a la familia y perseguirlos por todo el mundo. Probablemente eliminando esta isla de paso.

Lo cual definitivamente no ayudó a que Tsuna se calmara.

—¡¿Están locos?

—Bueno, no tienen mucho poder para hacer algo en este momento, pero eventualmente…

—¡Reborn! ¡No puedo aceptar eso! ¡Ni siquiera quiero ser Jefe de la Mafia! ¿Y ahora encima me ofrecen ser Shichibukai? ¡¿Después de la Guerra?

¿Acaso su vida podía ponerse aún peor? Realmente extrañaba los momentos en los que era un pueblerino normal e ignorante en aquella isla llamada Namimori.

—¿Por qué estas cosas siempre me pasan a mí? —se quejó.

Y ni siquiera había desayunado aún.