*Nota de la autora: La historia y los personajes de Harry Potter no me pertenecen, sólo aquellos de mi propia invención.

Una Carta

Harry miraba su baúl con nostalgia, otro verano en la casa de los Dursley comenzaba a atormentarlo, lentamente. Vació el contenido y justamente cuando creyó que si los ignoraba todo saldría bien descubrió que era un deseo vacío y tonto.

- Hola inútil, sabes mis amigos y yo te estaremos esperando, quieren divertirse un poco y yo no soy quien para negarles esa diversión_ Dudley rió de una manera brutal, parecía un cerdo rogando para evitar su muerte.

Se sentó en su cama sin saber que tendría que salvar la vida de ese ser que se alejaba de él, sin saber que tendría que salvar a Dudley de aquellos a los que tanto temía, de los espantosos dementores que ya había enfrentado una vez.

Después en esa audiencia con el profesor que más respetaba como su defensor tuvo tiempo de pensar que después de todo podría haber sido peor, había podido ver su gran alce, que le recordaba a su padre.

Unas ultimas semanas en casa de los Dursley no parecían tan malas al pensar que no había sido expulsado y podría regresar a Hogwarts, estaba tan impaciente que ya volvía a colocar las cosas de vuelta en el baúl, pronto los Weasley irían a buscarlo para ir al callejón Diagón, pero se detuvo al verla, había una lechuza en su ventana, parecía llevar ya algún tiempo en ese lugar, no sabía que las lechuzas podían ser silenciosas, Hedwig le hubiera avisado pero se encontraba de caza.

Se acerco a la lechuza y le quito la carta, era obvio no podía ser de nadie más, era la letra de Canuto, pero había algo mas, otra carta, y por más que lo intentaba no era capaz de adivinar de quien eran esos delicados trazos, una letra hermosa y muy bien hecha, nunca había visto ni siquiera a Hermione escribir tan bien.

Tomo primero la carta con la letra conocida y comenzó a leer:

Querido Harry:

Que padrino tan desalmado soy, tanto tiempo y aun no tienes noticias de mi, en verdad lo lamento, pero ya sabes lo paranoico que es Severus, insiste que debo mantener un bajo perfil, me costó trabajo deshacerme de él.

Sabes Harry, no había querido decirte esto antes pero creo que ya tienes edad, esta carta no te la escribo por gusto, hay una promesa que le hice a tu madre cuando supo que Voldemort iba tras ustedes, me pidió que si moría te entregara esta carta, está escrita con su puño y letra y ella es la única que conoce su contenido, espero que te llegue y así tu también logres conocerlo.

Saludos.

Con mucho cariño, Canuto.

P.D. hay un regalo para ti, no es la gran cosa pero es un pequeño detalle de tu padrino.

La lechuza llevaba además una pequeña bolsa atada a la pata, dentro había una foto de Sirius Black no tan malgastado por los años cargando un bebe y meciéndolo mientras intentaba desesperadamente que dejara de llorar, Harry rió, además había un par de Sickles, puso todo a un lado y se concentro en la otra carta.

Mí querido hijo:

Si recibes esto, bueno si lo recibes ya has de saber lo que significa, lo lamento, lamento tanto que tengas que pasar por esto por mi culpa, porque no te supe proteger, espero que entiendas el porqué tu padre y yo lo hicimos, pase lo que pase se que cuento con el imprudente de tu padrino para hacértelo saber, solo hazme un favor y evita seguirle mucho la corriente, él y tu padre nunca supieron controlarse, así que me temo que te pueda inducir en una de sus locuras.

Oh! mi niño, no sabes qué gusto me daría poder verte ahora, y te aseguro que a tu padre también, espero que te parezcas mas a James, el era fuerte y valiente, y supongo que es algo que vas a necesitar.

Bien, vallamos al grano, no creo tener mucho tiempo, pequeño debo pedirte un favor, lo que estoy a punto de enseñarte puede cambiar tu vida o dejarla como está según tu decisión, pero te pido que no lo uses en mí ni en tu padre, si te doy esta opción es para que la uses sabiamente, a tu padre y a mi ya nos conoces, al menos por fotos e historias, si te doy esta oportunidad es porque quiero que la conozcas, te lo advierto Harry si lo usas en cualquiera de nosotros no funcionara (ya me encargue de eso) y habrás perdido tu oportunidad, pues es un hechizo que solo se puede utilizar una vez en la vida.

Cuando te digo que quiero que la conozcas… te vas a sorprender, está bien al grano, tienes una hermana… ella murió al nacer, creímos que te pasaría lo mismo pero no fue así, el hechizo Harry te permite averiguar cómo habría sido tu vida con esa persona muerta que tu elijas, y al final puedes decidir si quieres que las cosas sigan igual que como están, o si quieres cambiar tu vida por esa que vives con la otra persona.

Te doy esta oportunidad para que la conozcas, aprovéchala mi vida, es única.

Y recuerda, te amo y te amare donde quiera que este.

Ahora cuando estés listo coge tu varita, y formando un circulo pronuncia alternum vitae y di su nombre, Angie Potter, y no te preocupes, este hechizo no puede ser rastrado por el ministerio.

Adiós mi vida.

Siempre tuya, tu madre.

Harry leyó la carta un par de veces más sin poder creer lo que decía, era sin duda algo que no se esperaba, el tenia una hermana y la podía conocer, sonrió y se levanto, no sabía si el hechizo detenía el tiempo, así que se asomo y grito por las escaleras:

Voy a dormir.

Como sea_ la voz de tío Vernon sonaba aburrida.

Hecho esto cerro su puerta con llave y salió por la ventana de su cuarto, no estaba dispuesto a dejar que lo interrumpieran.

Después lo pensó mejor y decidió entrar de nuevo, solo por si caía, no era una gran idea si se detenía a pensar que iba a caer por el balcón. Se levanto encima de la cama para caer en algo suave y comenzó a dibujar círculos con la varita, se irguió completamente y dijo con voz suave pero segura, "ALTERNUM VITAE... por un momento dudo podría ver a sus padres, pero ¿y si no funcionaba?, jamás conocería a su hermana, solo tenía una oportunidad, así que volvió a su tono suave... ANGIE POTTER"

Para su sorpresa no se desvaneció como esperaba, la varita soltó una bola de luz entre azul y morada como miles de rayos chocando entre si y cayó en la superficie de la cama haciendo un gran hoyo debajo de él en el cual se precipito con velocidad y cayó en la sala de una casa que desconocía.

Era sencilla, había un par de sillones y una mesa de vidrio en el centro, y entonces lo vio, un pequeño niño sentado en el piso, de apenas un año, jugaba con un carrito sonriéndole a alguien, y ahí estaba, a la que el niño miraba, su hermana, una niña de cabellos dorados, pero oscuros al mismo tiempo, sus ojos eran color miel a diferencia de los de Harry y su piel era blanca, la niña le sonreía al pequeño a su lado, era más grande que él, aunque solo por unas horas, se notaba la diferencia, y de pronto se acercaron sus padres, sonrientes ajenos al peligro.

A Harry se le escapo una lágrima y siguió observando, quiso hablar pero su voz no sonaba, un efecto del hechizo, no podía interferir de ningún modo.

Observo con atención todos y cada uno de los movimientos de la familia disfrutando los momentos más simples y patéticos que había visto en su vida, y fue así como empezó el infierno.

La puerta se abrió y ahí estaba el, al que Harry mas odiaba, ya no era un humano, en esa época ya era un vil ser alterado por el odio y el poder. Se acerco lentamente a los dos niños sentados, pero sus padres fueron más rápidos, Lily traía al niño en brazos y James tomo a la niña y se la entrego a su esposa "corre" fue lo último que dijo, ella fue escaleras arriba y se encerró en una habitación muy alejada de las escaleras, Harry la siguió, ella se apoyo contra la puerta y espero alguna señal de que el final se acercaba.

La señal llego, un grito espantoso inundo la casa. "¡JAMES!" intento llamarlo, las escaleras crujían y ella sabía que no podía hacer nada, ella no se atrevería a matarlo y él lo sabía, abrió la puerta con una gran estruendo.

Apártate, solo deja a los niños, te prometo que no sufrirán, tú no tienes que morir.

Tú no sabes lo que una madre es capaz de hacer, no voy a dejar que los mates.

De cualquier forma morirán, así que evítame el matarte.

Como si te importara una muerte más.

Como desees, AVADA KEDABRA.

Harry escucho el grito de su madre y comenzó a llorar, pero esta vez no hubo un grito con su nombre, simplemente un grito mudo, y de pronto sus ojos se apagaron, ella había muerto.

Y ahí es donde todo cambio, Voldemort no se dirigió hacia Harry como él lo esperaba, cometió el error de alardear, se acerco a la pequeña niña que seguía sonriéndole a su hermano.

Me interesa tu hermano pequeña_ le sonrió, pero la niña no le prestaba atención a él_ pero ¿por qué atrasar tu muerte y hacerte sufrir matándolo a él primero?

Voldemort volvió a pronunciar la maldición asesina apuntando a la pequeña, Harry se metió en el medio pero la maldición lo atravesó y siguió su curso hacia la niña, al tocarla el cuarto comenzó a brillar, el brillo salía del contacto de la maldición con la bebe, y fue tal que Harry no pudo ver lo que le siguió, pero cuando fue capaz de mirar nuevamente la niña sangraba de la cabeza, el niño lloraba y Voldemort había desaparecido.

Pasaron varias horas antes de que alguien se acercara al lugar y Harry pudo reconocer al enorme hombre que iba por los niños.

Hagrid tomo a los niños y los coloco en una canasta, después partió en la motocicleta de Sirius, Harry pensó que se quedaría ahí estancado, pero de pronto todo cambio y estaba de vuelta en Privet Drive.

Había un gato esperando en la puerta de la casa, Harry pensó que si él lo hubiera visto sin conocerlo le habría pegado una patada que no olvidaría en toda su vida, desgraciadamente no podía hacerlo, además ese gato era su maestra de transformaciones y jefa de casa.

De pronto el gato se quedo mirando fijo hacia una esquina y Harry pudo ver como en esa dirección las Farolas de la calle se iban fundiendo por hileras, y ahí estaba, esa persona a la que tanto admiraba caminaba rumbo a él y se paro exactamente en el mismo lugar donde él se encontraba, sintió una extraña sensación y se apresuro a apartarse para ver el resto de la escena.

No puedes dejar en este repugnante lugar a los niños Dumbledore_ el gato había vuelto a tomar la forma de la maestra con gafas que Harry recordaba, solo que esta era un poco más joven.

Lo siento Minerva, pero no logro pensar en un lugar mejor para ellos_ dijo el antes mencionado traspasando a la maestra con la mirada, Harry se pregunto en ese momento si la maestra se sentiría tan rara como el solía sentirse ante esa mirada.

Yo sí, y logro pensar en muchos no solo en uno.

Deberás disculparme, pero no puedo permitir que los niños crezcan en un mundo donde nadie los dejara ser normales a causa de el acto heroico cometido, un acto que ellos no recordaran, y solo los harán sufrir con el recuerdo de sus padres muertos, ¿traes la carta?

Por supuesto que la tengo profesor, que esperaba_ la maestra parecía ofendida, pero el anciano a su lado ya no le prestaba atención, tenía la mirada fija en unas luces que descendían del cielo.

Deberías tener más cuidado Hagrid, algún muggle podría ver las luces, y pensar que es uno de sus famosos ovnis.

Tranquila Minerva_ el anciano estaba despreocupado_ en una noche como esta ningún muggle se fijara en un par de luces voladoras, donde están los niños.

Hagrid no hablo, se limito a meter sus grandes manos y tomar un par de bultos que se movían de adentro de la moto, un bulto se lo entrego a la profesora y otro lo sostuvo él.

Pónganlos en la entrada_ índico el anciano.

Dejaron a los niños y dentro de una de las sabanas que los cubrían el anciano dejo la carta, saco un objeto plateado y después de llamar a la puerta devolvió la luz al lugar y desaparecieron como por arte de magia.

Unos momentos después un par de personas abrieron la puerta de la casa y llevaron los dos bultos adentro, discutían la mejor manera de deshacerse de ellos, y cuando por asares del destino el hombre dejo la sala, la mujer encontró la carta:

Petunia:

Sé que probablemente me has de odiar por no permitir tu entrada al colegio de magia y hechicería, pero es importante que termines de leer esta carta.

Lamento anunciarte que tu hermana y su esposo fallecieron esta misma noche, los dos niños que has encontrado son tus sobrinos, los dejo a tu cuidado, el niño se llama Harry, y la niña se llama Angie, te lo advierto Petunia, no intentes deshacerte de ellos, porque si lo haces me veré obligado a usar mi magia en contra de ustedes, y sería una pena que tu pequeño hijo tuviera la misma surte que tus sobrinos, si, considéralo una amenaza.

Con el gusto de siempre:

Albus Dumbledore.

Después de eso Petunia convenció a Vernon de cuidar de los niños.

Unos años después de este acontecimiento la pequeña niña encontró una carta dirigida hacia ella y hacia su hermano un día que sus tíos no estaban en casa, la carta les explicaba todo, desde el día de su nacimiento hasta la llegada a la casa de sus tíos.

Y después de otros cuantos años más.

Harry se había sorprendido de lo rápido que el hechizo había resumido su niñez, y ahora ya ocupaba su lugar en la historia, al parecer antes no lo había ocupado cuando era un bebe porque no habría entendido la historia, en cambio ahora ocupaba su cuerpo y aun así entendía que el día de su nacimiento había sido su hermana la que había quedado marcada de por vida.

Cuando despertó pensó que todo había sido un sueño, sin embargo ahora se encontraba en la vieja alacena y no estaba solo, este echo lo espanto, por lo que se levanto bruscamente y se estampo contra el techo de este, había olvidado lo pequeño que era ese lugar, y quien estaba a su lado, al caer de su "cama" callo sobre su hermana que se levanto asustada.

Por dios Harry, que no sabes que no puedes agredir a tu propia hermana_ la joven hizo una mueca burlona y lo empujo.

Lo siento, esta cosa es muy pequeña para dos.

Jajaja, creí que ya lo habías superado.

¿Qué es eso?_ Harry se sorprendió al ver una especie de cuaderno empastado con piel, tenia inscrito con letras doradas la palabra diario_ no me digas que tienes un diario_ se burló e intento tomarlo.

Eso no es de tu incumbencia_ dijo y tomo su diario antes que él.

¡Podrían callarse!_ tía Petunia se encontraba golpeando la puerta de la alacena_ mi pequeño trompito esta durmiendo, hoy es su cumpleaños.

Los dos chicos salieron de la alacena antes de que su tía comenzara a gritar de nuevo, al llegar a la cocina volvieron a pasar las cosas con velocidad hasta que llegaron al zoológico, en este Angie se acercaba a las peceras de las serpientes, pero la que mas llamo su atención estaba en un hoyo de la pared que estaba delimitado por un vidrio, la miro a los ojos y le sonrió, para su sorpresa la serpiente le devolvió la sonrisa, o al menos eso parecía.

¡Harry ven!_ Grito_ tienes que ver esto, la serpiente sonríe.

¡Oh por favor! No seas ridícula, ven vamonos antes de que el tío Vernon se enoje_ el chico intento jalar a su hermana.

¿Por qué escuchas a ese tonto?, seguro no tiene nada que hacer más que molestar, mejor quédate aquí a charlar un rato.

¿Quieres hablar?_ la chica la miro sorprendida, en serio una serpiente le había pedido que charlara con ella.

¿Con quién hablas?_ pregunto Harry, aunque en realidad estaba seguro de la respuesta.

Claro que quiero hablar, en este lugar todos son como tu hermano, no hay muchos que entiendan, me pregunto donde habrán dejado el cerebro.

Yo me pregunto lo mismo de mi hermano todo el tiempo_ sonrió.

¡Oye! Qué demonios… ¿estás hablando de mí?

¡Eso no importa!_ le miro_ Harry debes liberarla. ¡Por favor!

¿Estás loca?, aquí no podemos hacer magia, y ni siquiera sabemos controlarla.

¡Oh vamos! Por favor, además, que tú no hayas aprendido no quiere decir que yo tampoco sepa.

¿Sabes controlar tu magia?

Genial, gracias hermanito_ la chica sonrió mientras la serpiente se deslizaba por sus pies.

Por estar discutiendo no se habían dado cuenta de la presencia de su primo hasta que este callo dentro de "el hábitat de la serpiente".

Grandioso_ Harry gruño_ aquí vienen mis tíos, gracias por meternos en líos.