Todo le pertenece a Jotaká. Nada es mío.

Escribir HP después de una temporada de DW es raro. Eso es lo que tengo que decir, lol.


I.

La lleva a un restaurant en el mundo muggle.

Eso es lo que Harry piensa que es una cita perfecta, porque eso es lo que se hace en las primeras citas, ¿no?: una noche despejada en Londres muggle, un lugar agradable en donde pasar el rato (Ron insistía en que la llevase a un pub, que ella no iba a notar la diferencia; luego Hermione le pateaba por debajo de la mesa y le decía que un pub no era romántico) y la compañía perfecta: Ginny.

(Ginny con quien había roto en su sexto año por sus deberes para con el Mundo Mágico. Ginny con quien había peleado codo a codo en la guerra de Hogwarts. Ginny quien lo recibió con los brazos abiertos cuando él llegó roto y cansado a la Madriguera. Ginny que lo consoló. Ginny que lo quería. Ginny que lo comprendía)

En realidad, Harry piensa, esto no es una primera cita verdadera. Ya ellos había tenido su primera-primera cita en Hogsmeade (él en sexto, ella en quinto), tomando cerveza de mantequilla y dulces de Honeydukes. También tuvieron una primera-segunda cita algunos meses después de la guerra, era muy pronto para alguno de los dos, así que lo dejaron hasta allí. Esta salida sería oficialmente la primera-tercera cita que Harry Potter tendría con Ginny Weasley. Oh, sí.

Cuando la ve, Harry casi se atraganta.

Lleva un vestido negro un poco más arriba de la rodilla y se ve preciosa. Ron, George y Percy lo miran mal cuando le pone una mano en la cintura y no la quita de ahí. No se quiere imaginar lo que ellos estarán pensando de él, Ginny se ríe tranquilizándolo (ellos no harán nada, créeme). Harry tiene preparado aparecerse hasta el Londres muggle, no quiere arriesgar que Ginny se rompa un tobillo o algo. Se sonríen (él nervioso; ella un poco tímida), se agarran las manos y se desvanecen.

Al llegar, el mundo se le cae encima. Literalmente.

Está lloviendo a cántaros y además la aparición los deja más lejos de lo planeado. Harry suspira derrotado y le pasa la chaqueta a Ginny, que está tiritando de lo mojada que está. Corren hasta el techo de un local y se resguardan allí. Se apretujan un poco ya que varios muggles también han tenido la brillante idea de resguardarse de la lluvia.

— Lo siento, Ginny… esto no er-

Se interrumpe porque sus labios están siendo ocupados por otros más suaves y finos. Él reacciona un poco lento, pero toma su cintura y la pega más contra él. Rompen el beso después de un rato.

Ella lo mira traviesa.

— Deja de hablar, Harry. No lo has arruinado todavía. Lo que hemos tenido de cita ha sido… interesante.

— ¿Lluvia y todo?

— Lluvia y todo —afirma ella, tomándolo de la mano.

Harry mira hacia el pub a sus espaldas y piensa que no todo está perdido. En su mente, la sonrisa satisfecha de Ron se aparece. Aprieta la mano de Ginny y señala el pub.

— ¿Crees que consigamos cervezas de mantequillas ahí?

Ella niega divertida mientras lo hala a la puerta.