Hola a todas, bueno este es mi primer fic sobre la pareja que más me ha gustado de Dragon Ball Z :), espero que disfruten leerla y dejen sus comentarios para saber qué les pareció.

Soy activa y actualizo cada semana, casi siempre subo los primeros capítulos más seguido para no dejar a mis lectoras en suspenso tanto tiempo.

El primer capítulo sucede justo después de la llegada de Trunks al planeta tierra. Lo demás es parte de mi imaginación.

Sin más que decir que disfruten y espero que les guste ^v^

¡A leer!

:D


Un cambio radical

Bulma regresó a la casa junto con Yamcha, aunque no había hecho nada se sentía agotada por toda la información que aquel muchacho de cabello lila vino a darles, la peli azul se dirigió a su piscina para refrescar sus piernas en el agua helada. Yamcha la seguía con dificultad al haber volado por más de 25 minutos cargando el cuerpo de su novia.

- ¿Acaso no piensas cocinar algo, cielo?, muero por comer algo - se quejaba Yamcha colocando sus manos en su espalda.

- ¿Quién te crees que soy?, te recuerdo que ya no tenemos una relación seria, así que si deseas algo ¡ve y cocínalo tú mismo!, además me siento agotada - decía suspirando mientras veía sus pies sumergidos en el agua. Además el solo hecho de recordar la relación que tenía ahora con Yamcha la enfurecía, aún no podía olvidar las veces en las que ella le había perdonado otra más de sus infidelidades.

- ¿Agotada tú?, pero ¿de qué?, yo soy el que está agotado por volar y cargarte todo el camino - la miro.

- ¿Qué?, ¿¡me estás diciendo gorda ahora!? - su cara enrojeció por completo, volteándose para mirarlo, la reacción de Yamcha era obvia, su cuerpo temblaba del miedo que le tenía al carácter de su amada al enojarse.

- No… yo no quise decir eso… - movía sus manos en señal de negación, pero al ver que Bulma tardaría en calmarse prefirió irse - Sabes…se me quitó el apetito, mejor iré a entrenar ¿sí?, te quiero adiós - salió corriendo.

- Pero que se cree, ¿gorda yo? - Bulma agitaba sus pies en el agua y se detuvo a mirar la cámara de gravedad logrando ver a Vegeta quien entrenaba arduamente. Pero no estaba pensando en Vegeta precisamente sino en las palabras que le dijo Goku antes de irse con Gohan y Piccolo a entrenar, "Bulma espero que tengas un bebe sano".

- ¿Bebé?...¡Ay Goku pero qué tonto eres!, ¿no? - pero una sonrisa apareció al recordar a Piccolo cuando le pegó un puñetazo en la cabeza al haber dicho eso - Ah…me pregunto por qué habrá dicho aquel disparate …

Al pasar un rato Bulma se dirigió a su habitación para tomar una siesta, en cambio Vegeta seguía entrenando, su objetivo era demostrarle a todos que era más poderoso que Kakaroto y probar que su gran poder de saiyajin había incrementado considerablemente.

Después de ocho horas de imparable entrenamiento el príncipe dejó la cámara para comer algo. Bulma aún seguía durmiendo en su habitación.

Vegeta llegó a la cocina y se sentó en la silla del comedor esperando a que la humana apareciera. El príncipe estaba cada vez más y más impaciente, su estómago rugía por el hambre que sentía cada cinco segundos. Cuando de pronto un ki desagradable se aproximó a la casa.

- ¡Bulma!, cielo…pero… - Yamcha dirigió su mirada hacia el rostro sudoroso de Vegeta, colocándose rígido al instante - ¿Qué haces tú aquí?, ¡responde! - le ordenó a gritos. Bulma despertó de un salto y decidió bajar para ver qué sucedía.

- No tengo por qué responder tus preguntas estúpidas, después de todo tú no eres más que un insecto - trataba de provocarlo.

- ¿Qué has dicho?, ¡repite lo que dijiste! - se acercó levemente con inseguridad.

- ¿Qué acaso no sabes escuchar o tienes los oídos solamente para adornar tu feo rostro? - Vegeta sonreía con malicia al ver la reacción de Yamcha.

- ¡Eres un miserable! - Yamcha apretó sus puños con fuerza, el saiyajin se levantó con lentitud de su silla sin dejar de mirar los ojos de Yamcha, este vaciló y dio un paso atrás. Vegeta sonrió aún más al ver el miedo que provocaba en aquel humano - No te acerques o verás…

- ¿Veré qué? , ¿no recuerdas quién fue el culpable de tu muerte? - reía burlonamente mientras seguía avanzando.

- Pero ¿qué es este escándalo?, ¿acaso no puede una linda chica dormir una siesta? - Bulma se dirigió a ambos interponiéndose entre ellos.

- ¡Él es quien empezó! - bramó Yamcha, clavándole sus ojos a Vegeta quien seguía avanzando.

- Eres un llorón, ¿qué no ves que Vegeta solo intenta provocarte? - Vegeta se sorprendió, luego Bulma observó al príncipe - ¿Y tú?...¿acaso no piensas bañarte o algo? - Yamcha rió - ¿Y tú de qué te ríes?, no quiero verte hoy al saber que me dijiste aquel insulto, ¡lárgate de mi casa! - el príncipe sonrió triunfante y subió las escaleras.

- ¿Insulto?, yo jamás dije que estabas gorda - suavizó su voz.

- ¡Oh!, eso no importa ahora, por tu culpa ya no tuve una siesta - Bulma empezó a ordenar la cocina para preparar algo de comida.

- Esta bien, volveré mañana - Yamcha dejó la casa de Bulma y se fue volando con resignación.

Bulma empezó a ordenar la mesa con comida suficiente para un saiyajin, era tanto lo que había cocinado que se sentía agotada y más cansada se sintió al saber que después debía lavar todos esos platos y ollas.

- Esto de ser una dama de verdad… - suspiró - ¡Ay!, mis brazos duelen y mis manos también - observó sus extremidades con tristeza. Pero al escuchar los pasos ruidosos del príncipe que bajaba las escaleras Bulma se arregló el cabello y se dio unas palmadas en el rostro para despertar un poco - Supuse que tendrías hambre, así que preparé esto.

- Pues ya era hora, ya me estaba preguntando si matarte o no - dijo con seriedad. Tenía mucha hambre como para darle un mejor trato a la mujer.

- Hmp, deberías estar agradecido - Bulma cogió un tenedor y comenzó a comer. El saiyajin no hacía más que concentrarse en su comida, entretanto Bulma lo observaba de reojo, era fascinante verlo comer con tal educación a pesar de ser un mercenario.

- Si no te importa, deja de mirarme - su voz fue suave pero intimidante. La muchacha se sonrojó al instante y siguió comiendo. Luego de comer, esta comenzó a retirar cada plato. Vegeta la miraba con cierta molestia en su rostro - ¿Podrías dejar de hacer eso?, es bastante fastidioso - refunfuñó.

- ¡Pues discúlpame pero seré yo la que lavaré los platos y no tú! - dijo la mujer, comenzando a lavar y a secar los platos.

- ¡Bha!, simplemente déjalos así y los lavas mañana. A no ser que te quedes por mi compañía - sonrió ladinamente.

- ¡Ja!, no me hagas reír, tu compañía es odiosa al igual que tú - chilló ella sin mirarlo. La sonrisa de Vegeta desapareció al instante. El hombre se puso de pie con rapidez, tomando los últimos platos justo donde Bulma dejaba los limpios, ensuciándolos con la poca comida que Vegeta dejó, provocando el enojo de la mujer al ver tal desastre.

- ¡En qué estabas pensando idiota!, mira lo que has hecho, ¿acaso no sabes diferenciar lo que está limpio de lo que está sucio?, ¡eres un inútil! - estaba furiosa, sus dientes crujían al rosarse.

- ¿Cómo me llamaste? - el saiyajin se acercó hacia ella.

- Que eres un…un… - al ver a Vegeta tan cerca de ella su boca se relajó y un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el cálido calor que emanaba aquel intimidante sujeto. Bulma se sentía cada vez más pequeña al ver cómo el príncipe intentaba acorralarla - ¿Pero qué crees que estás haciendo? - le preguntó con nerviosismo al ver aparecer la sonrisa maliciosa de Vegeta. Bulma quedó embobada al mirar los ojos negros del príncipe pero el movimiento brusco que hizo Vegeta al poner sus brazos cerca de la cintura de la mujer para apoyarlos en el mesón la hizo asustarse aún más. Sentía la respiración relajada que hacía el mercenario que poco a poco se acercaba al rostro de la humana. Vegeta abrió la boca sutilmente viendo cómo la mujer se sonrojaba.

- Veo que mi presencia te hace sentir nerviosa - le susurraba en el oído - Y te debilitas al escucharme de esta manera… - su sonrisa se hacía cada vez más amplia - Eres fuerte de carácter aunque ya no lo siento si estoy así de cerca. Aún así sigues siendo una insignificante humana que no se atrevió a repetir lo último que dijo - soltó una pequeña risa maliciosa y se dio vuelta dirigiéndose hacia las escaleras para ir dormir.

Bulma quedó sorprendida por aquella actitud de Vegeta al verlo tan cerca de ella, sentía un cosquilleo en su vientre y sus manos comenzaron a tiritar repentinamente.

- Pero…¿qué me pasó? - se preguntó, aún estaba extrañada por lo sucedido - ¡Ah!...en fin, seguiré limpiando este desastre que hizo este bruto animal - chilló entre dientes.

La peli azul estaba agotada, sus manos estaban heladas de tanto lavar. Apenas terminó con la cocina ella subió las escaleras y se dirigió a su habitación, pero antes de entrar vio la puerta del cuarto de Vegeta preguntándose si estaba durmiendo o no, aquel acercamiento la dejó confundida. Un suspiro salió de su boca al ver que estaba en la recamara continua a la de ella y entro a su cuarto resignada. Se puso su piyama y se acostó en su cama mirando el techo hasta quedarse dormida.

A la mañana siguiente Bulma bajó para desayunar junto a sus padres.

- Buenos días Bulma, aquí tienes - la señora Briefs dejaba una bandeja llena de pastelitos y comida de todo tipo. Bulma como siempre tenía su café en la mano más un pastelito. La peli azul estaba más pensativa que nunca, recordando cada movimiento del saiyajin. Aún podía sentir su respiración en su cuello, tal sensación le daba escalofríos tanto así que su cuerpo se estremeció por completo - ¿Querida tienes frío? - preguntó su madre preocupada.

- Oh no mamá, estoy bien, no te preocupes - respondió automáticamente, dando pequeños sorbos de café.

- ¡Ah!, apuesto y joven Vegeta, debes de estar hambriento - decía la señora con gran entusiasmo al verlo bajar las escaleras para luego incorporarse en la mesa. Vegeta solo atinó a sentarse para empezar a comer sin darle importancia a los halagos o expresiones de la mujer.

Bulma parecía nerviosa ante la presencia del mercenario, no podía mirarlo sin antes ruborizarse, la madre observaba a su hija y no podía evitar reírse cuando notaba la reacción de Bulma.

- Bueno, disfruten del desayuno - se despidió la madre de Bulma mientras le guiñó un ojo a su hija para alentarla.

Un silencio incómodo invadió el comedor. Bulma trataba de no mirarlo.

"Pero ¿qué me pasa?, él es solo un hombre más que solo quiso entretenerse anoche al intimidarme ¡y eso es todo!, hmp".

- Vegeta pásame la bandeja de pastelitos - dijo la mujer con voz dominante. El príncipe seguía comiendo con tranquilidad, Bulma empezó a desesperarse - ¿Qué estás sordo o qué?

- ¿Acaso tú no tienes manos? - respondió de inmediato.

- ¡Aich!, pero qué grosero eres - Bulma se levantó molesta, sacando dos bocadillos de pastelitos. Al pasar por detrás de Vegeta este empezó a hablar.

- Si sigues comiendo pasteles vas a engordar ¿no crees? - Bulma se puso roja de furia al escuchar aquel comentario, el príncipe continuaba comiendo, llevándose un bocado de pan para comérselo pero Bulma fue rápida y de un manotazo le arrancó el pan que salió volando hacia el suelo. Vegeta se dio vuelta para mirarla desafiante y de un salto de puso de pie. La peli azul retrocedió un poco asustada.

- Veo que tu entusiasmo volvió - dijo el príncipe con su característica sonrisa. Se levantó de su silla para aproximarse hacia ella.

- ¿¡Qué!?...ya no te acerques o juro que pondré esto en tu cabello - lo amenazó con uno de los pastelitos.

- No me hagas reír, ni si quiera te atreverías a hacerlo - los ojos negros del saiyajin se clavaron directamente en los ojos azules de la mujer que aún sostenía los pastelillos en sus manos. Este tomó los pasteles de las suaves manos de la mujer dejándolos en la mesa - Ahora…repite lo que dijiste - la mirada del saiyajin era intensa acercándose lentamente al cuerpo de la mujer.

- Ve…Vegeta… - suspiraba. De pronto la puerta de la casa se abrió, era Yamcha. Bulma reaccionó de un salto ante la aparición de su "novio" mientras que Vegeta seguía en su posición mirando al sujeto.

- ¿¡Pero qué demonios pasa aquí!? - Yamcha cerró la puerta bruscamente para luego acercarse al mercenario con temor pero seguro.

- ¿Quieres por favor calmarte?, aquí no pasa nada, es solo un mal entendido - Bulma empezó a retirar los platos con inquietud mientras que ambos muchachos se despedazaban con las miradas.

- ¿Qué miras tanto insecto? - refunfuñó Vegeta en tono amenazador. Yamcha seguía observando hasta que el príncipe subió las escaleras para cambiarse de ropa.

- ¿Quién se cree este tipo?...Bulma ten cuidado con Vegeta sabes que no es de fiar - la muchacha asentía con la cabeza sin darle mucha importancia a su advertencia.

- Tu tampoco lo eres - Yamcha abrió los ojos desconcertado.

- Solo digo que te cuides, ese sujeto no tiene consideración ni si quiera consigo mismo…algún día de estos no dudará en dañarte.

- ¿De verdad crees que sea tan malo? - Bulma se mantenía serena.

- Lo es, es un ser maligno, si pudieras sentir su ki no te cabrían dudas, está en su naturaleza - reprimió Yamcha, este se aproximaba hacia la mujer.

Bulma sonreía vagamente, aún no podía creer que Vegeta fuera pura maldad.

"Sé que debe haber algo bueno en él"

Sin darse cuenta Bulma sintió que Yamcha la estaba abrazando alrededor de su cintura, esta comenzó a hacer intentos para zafarse.

- ¿No me crees que sea así? - susurró en su oído. Bulma tomo las manos del hombre para soltarse pero se extrañó al ver unos guantes blancos y trató de alejarse con todas sus fuerzas pero una barbilla áspera rozó su hombro descubierto "¿Me imaginas?" preguntó la voz de Vegeta en su oído. El calor subió por su cuerpo con una rapidez que jamás había experimentado dándose la vuelta con ímpetu, acelerando su respiración al ver tal situación.

- Tranquila Bulma, ¿Qué ocurre? - la mujer recuperó el aliento al ver el rostro de Yamcha.

- Lo siento, es que estoy…cansada…eso es todo - se puso una mano en su frente.

- Al parecer ese idiota está abusando de ti con tantos platos que debes lavar.

- Subiré a mi cuarto para descansar.

- ¿Te acompaño?

- No…solo quiero estar sola.

- Esta bien…estaré aquí por si me necesitas. Aunque no lo creas te ayudare a limpiar este desastre en la cocina - Yamcha sintió el ki de Vegeta que bajaba las escaleras. Bulma lo miro impresionada al verlo sin polera, este sonrió con malicia al ver la reacción de la mujer - ¡Oye tú!, ¿acaso no tienes ropa que ponerte? - preguntó Yamcha enfurecido.

- No me fastidies inútil y lava los platos - ignorando la mirada de odio de parte de él - No es mi culpa que tu no tengas un cuerpo como tal para que sea admirado - Vegeta se retiró triunfante al ver que Bulma no dejó de mirarlo.

- ¿Qué has dicho?

- Sera mejor que controles a tu humana a no ser que…

- ¡Ya basta!, ambos dejen de discutir, mi cabeza duele un montón. Yamcha si quieres ayudarme pues hazlo ya. Y tu principito ve a hacer tus malditos ejercicios antes de que haga estallar la cámara contigo dentro.

Bulma se dirigió a su cuarto y se tiró en su cama, abrazando una almohada.

- ¿Acaso me estará gustando?, pero si es así…¿qué es lo que me hace sentir ese sentimiento hacia él?, es arrogante, machista, un engreído y malhumorado - Bulma se cruzó de brazos y movía su boca de un lado a otro, pensando - Pero de algo estoy segura, cuando sonríe lo hace de una manera sincera…es inteligente, tiene un buen cuerpo y esos ojos negros… - la peli azul sonreía al pensar en aquella mirada tan vigorosa - ¡No!...esto no me puede estar pasando pero…es mejor que lo compruebe yo misma para saber si él siente algo por mí. De todas formas él sigue siendo un hombre… - una risa maliciosa salió de la boca de Bulma al tener en mente un gran plan de seducción.

Rápidamente la muchacha comenzó a cambiarse de ropa para ponerse un bikini. Sacó una gran toalla y llenó una botella con agua, se arregló el cabello y se maquilló un poco para luego ponerse unos lentes de sol. Salió de la habitación sigilosamente para no ser percibida por Yamcha que aún seguía lavando loza.

Bulma salió al jardín y se colocó junto a la piscina, sentándose en una silla playera para así ser vista por el saiyajin desde la cámara de gravedad. Ella solo se concentró en sus movimientos femeninos para llamar la atención del príncipe que se veía por una de las pequeñas ventanas, estaba entrenando. El primer movimiento que hizo Bulma fue el de sacarse la ropa que tenía encima del bikini con mucha sensualidad.

"Pero qué se ha creído…qué vulgaridad al estar desvistiéndose de esa forma". El príncipe trataba de no ver hacía la ventana. "Concéntrate…concéntrate…¿eh?". Al parecer la vista era demasiado tentativa como para ignorarla con facilidad, su boca se abría lentamente al ver a la mujer con tan poca ropa. Vegeta daba pequeños puñetazos al viento mientras observaba de reojo a la mujer que se sentaba en la silla.

"Hmp…creo que lo tengo, a decir verdad su mirada me pone algo nerviosa, vaya…sí que está mirando". Bulma sonreía al ver la reacción del príncipe, tenía una expresión de embobado que jamás había visto en él. "Bueno…creo es tiempo del paso número dos". Se decía así misma sacando de un bolso una crema de bronceado.

"Esto es inútil, no puedo hacer dos cosas a la vez, ¡maldita mujer!, ¡ahora mi entrenamiento no será productivo!...esto es desesperante". Vegeta miraba repentinamente lo que hacía la mujer cuando comenzó a notar que esta empezaba a masajearse el cuerpo.

Bulma no paraba de sonreír al ver que su plan estaba funcionando, pero el plan estaba a punto de estropearse.

- ¿Necesitas ayuda para eso? - la voz de Yamcha se aproximaba, Bulma quedó perpleja y negó con la cabeza - No seas necia, dame eso - Yamcha le quitó la crema de las manos y empezó a echársela en la espalda. Al sentir la piel de la muchacha este comenzó a tartamudear mientras le hablaba, y un leve enrojecimiento apareció en su rostro.

- Basta, creo que con eso estoy bien - Bulma trataba de detenerlo al darse cuenta de la mirada asesina del saiyajin.

"¿¡Quién diablos se cree que es!?, ¿¡acaso quiere provocarme para luego estar con ese insecto!?

El ki de Vegeta comenzó a aumentar considerablemente, una furia trataba de salir del joven guerrero al ver y recodar la escena.

- Es suficiente, me iré…gracias…cariño - Bulma cogió su ropa y se levantó, pero fue detenida por Yamcha.

- Pues yo creo que me merezco algo más que un simple "gracias" - Yamcha acercó a Bulma bruscamente hacia su cuerpo mientras el mercenario no quitaba los ojos de encima, torturándose al ver cada movimiento.

- Suéltame - le ordenaba Bulma pero Yamcha le tomó el rostro y le dio un apasionado beso. La peli azul hace tiempo que no recibía un beso así, por lo que se dejó llevar por los labios de su novio.

"¡Ahrg! ¡no aguanto más!. Vegeta gritó aún más fuerte expulsando todo su poder al ver a la humana con aquella basura tan cerca de ella.

- Iré a dentro - Bulma entro primero a la casa, seguida por la atenta mirada de Yamcha.

Al pasar un rato el piso comenzó a temblar fuertemente. El señor y la señora Briefs entraron en pánico. Bulma trataba de consolarlos cuando de pronto Yamcha entró volando a la casa, sacándola rápidamente de aquel lugar para llevarlos uno por uno hacia el jardín. Bulma se dio cuenta de inmediato de que la razón de aquel estruendo vino desde donde se encontraba la cámara de gravedad que por una extraña razón había explotado.

"Vegeta"

Pensó enseguida comenzando a correr con desesperación, Yamcha la siguió preocupado y al llegar al lugar ambos quedaron perplejos.

Vegeta yacía casi inconsciente en el suelo debido a la tremenda explosión. Bulma fue la única que se dio cuenta de que Vegeta tenía un leve fulgor amarillo que se desvaneció apenas Vegeta dejó de moverse.

Desde ese momento la muchacha se preocupo de curarle las heridas y de que este se mantuviera en reposo al menos una semana. A medida que los días pasaban ambos comenzaron a sentir una atracción por el otro, no supieron cómo ni cuándo comenzó aquel extraño sentimiento, pero de lo que si estaban seguros es que ambos necesitaban del otro. Puede que aún sigan comportándose como idiotas y peleando por todo, pero eso era lo que Vegeta siempre quería provocar, aquello le recordaba mucho a las mujeres de su planeta.

Cuando Vegeta se recuperó un poco más y mientras estaba sumergido en sus propios pensamientos este recordó lo que le había pasado. Fueron tanto los celos que sintió en ese momento que de pura rabia hizo estallar la cámara con su ki y además recordó algo aún más importante, este se había convertido en súper saiyajin.

Al querer comprobar tal idea, este concentro su ki y un gran fulgor apareció, iluminando la habitación del mercenario. A lo lejos unos ojos azules miraron la escena con gran asombro. Era Bulma quién observaba atenta y llena de curiosidad al ver que el saiyajin se había convertido aún más poderoso.

...Continuará...


Hola a todas :) espero que les haya gustado este primer capítulo, estén atentas que pronto subiré el segundo.

Nos leemos luego ;)