Disclaimer: Los personajes de Narutono me pertenecen.

.


.

Drabble/Viñeta #13

Pequeño

.


.

Entornó la mirada un poco más y observó la carriola con recelo, cruzando los brazos mientras se recargaba en la pared y fingía indiferencia, sin dejar de prestar atención a las dos mujeres que reían y hablaban con un tono extraño, como si le hablaran a un retrasado o algo así.

—Sasuke, es hermoso... ¡Ven, acércate a verlo!— exclamó su novia a la vez que hacía unas morisquetas que en lo más mínimo le causaron gracia alguna.

—Estoy bien— se limitó a responder con frialdad; el niño entonces estornudó y tanto su novia como su cuñada se giraron a verlo, lanzando unos cuantos chillidos de emoción.

— ¿No quieres conocer a tu sobrino?— Itachi le puso una mano firmemente sobre el hombro, sonriendo con amabilidad, pero claramente dando un ultimátum— Vamos, Sasuke, acércate.

—Estoy bien— repitió, tozudo.

— ¡Oh, Sasuke! ¡Tiene los ojos de tu familia! ¡Y tu nariz!— dijo Ino, su novia, llena de emoción— ¡Míralo!

—Dije que...— no pudo terminar su frase antes de que Itachi le diera un forme empujón para obligarlo a dar un paso hacia adelante y acercarse a la carriola. Lo sujetó por el cuello con una de sus fuertes manos y, tomándolo completamente desprevenido, lo acercó al niño casi a la fuerza.

—Conoce a tu sobrino— siseó, todavía con una sonrisa amable. Sasuke cerró los ojos por la sorpresa, y cuando volvió a abrirlos se topó frente a frente con la diminuta cara del bebé de su hermano.

El niño era de un extraño color rosa, como si tuviera mucho calor. Tenía una abundante cabellera negra a pesar de tener tan pocos días de nacido, y cuando abrió sus pequeños ojos reveló dos brillantes irises color ónix, idénticas a las suyas y las de todos los Uchiha. Sasuke tuvo que parpadear; sintió una desconocida calidez en su interior y se acercó un poco más al bebé. El niño enfocó sus ojos en él por primera vez y algo extraño pasó; se le quedó viendo muy fijo, como si intentara reconocerlo. Entonces Sasuke llevó un dedo a la rosada mejilla de forma inconsciente, y el pequeño lo tomó, haciendo que volviera a mirarlo a los ojos.

Una sonrisa se posó en los finos labios del hasta entonces menor Uchiha mientras el más reciente miembro de la familia apresaba su dedo, y, sin quererlo ni buscarlo, supo que ya amaba a ese pequeño, innegable sangre de su sangre. Y de pronto se le ocurrió que podría llevarlo de paseo, a ver un partido, a comer un helado o comprarle las cosas que sus padres no querían. Formó miles de planes en sólo un segundo, sabiendo que nunca dejaría de lado a ese pequeño.

—Se parece mucho a mí— resolvió, sin dejar de sonreír, al igual que el resto de los presentes; tocó las mejillas redondas con su otra mano y siguió viéndolo por un buen rato, luego, alzó la mirada hacia Ino y, muy serio, le dijo— Tengamos uno también.

.


.

N del A:

Dedicado al pequeño Sebastian, el más reciente miembro de la familia Hastings, quien sigue cumpliendo con la larga tradición de hijos varones. En más de cien años ninguna mujer ha nacido en la familia, y ahora, aunque al principio no me interesaba, soy el orgulloso tío de un redondo bulto de cabello rubio y mejillas gordas.

Ahora quiero tener el mío, jaja.

Gracias por leer.

Nos vemos!

H.S.