Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer solo la trama es mía. Advertencias: Alto contenido sexual, algunas escenas violentas y lenguaje inapropiado.
"Mi novio, el poli más malo"
Capitulo 1
Bella suspiró y le dio una última mirada a su cuarto, de su casa allá en Phoenix, Arizona.
Respiro el aire pesado y caluroso, se sentó en su cama y aprecio cada pequeño detalle de ese cuarto.
El empapelado color purpura de las paredes, su escritorio de madera tallada y barnizada que su madre mando a hacer, cuando se mudaron allí, por miedo a que Bella se lastimara con las astillas.
Sus estantes llenos de libros, que trataban desde cuentos para niños hasta temas científicos y filosóficos sobre la humanidad. Todos y cada uno leídos por ella a lo largo de su vida.
Se paro y abrió su armario, se deleito con ver como los rayos del sol bañaban con su luz ese mueble, y como la madera tomaba tonos más claros.
Acaricio los estantes de este, y recordó todas las plantas que había guardado allí.
Sonrió al recordar como las había puesto en pequeñas macetas y las había ocultado atrás de sus zapatos y bajo las prendas que colgaban de las perchas.
-¡Bella, cariño! ¡Baja que se hace tarde!-La llamo su madre desde el piso de abajo.
-¡Voy mama!-Le respondió Bella tomando su mochila de la cama y bajando las escaleras.
Ya a la mitad de la escalera podía ver a su mama, en la entrada del pórtico, de espaldas a ella.
Sabía que ella también estaba diciendo adiós. A la casa, al barrio, al sol, al buena clima, al calor, a las, a Phoenix, a Arizona. A ese pequeño mundo que ella había construido.
-¿Mama?-La llamo Bella una vez que llego al lado de su madre.
-Vamos.- Susurró su madre con voz triste.
Bella la siguió hasta la entrada del garaje donde el auto de Phil estaba estacionado.
Phil Dwyer era el nuevo marido de Renee, su madre. Ya hacían diez años que llevaban juntos y cinco desde que se habían casado.
Un par de meses luego del divorcio de los padres de Bella, Renee había conocido a Phil, cuando el entro en su negocio buscando un ramo de flores de regalo por el cumpleaños de su madre.
Phil era un buen tipo, Bella siempre lo vio como un tío o un familiar cercano,, pero jamás lo vería como su padre. Desde pequeña Renee le había dejado claro que ella siempre tendría un solo padre, y ese era Charlie Swan.
Cuando Bella llego al lado de Renee y Phil, este estaba guardando la ultima maleta en el auto.
-¿Listas para irse chicas?-Sonrió el a ver juntas a Bella y a Renee.
-Sí.- Sonrió Bella antes de subirse al asiento trasero del auto.
El viaje había sido silencioso, en teoría, las dos primeras horas Renee había puesto música clásica, la otra mitad Phil había intentando animar el trayecto con una charla. Diciendo que a Renee le encantaría Jacksonville, y que de seguro Charlie tenía muchas cosas que contarle a Bella.
-Recuerda, si te sientes sola, o necesitas algo, no dudes en llamarnos nosotros iremos para allá. –Le dijo su madre con toda confianza en su voz.
-Tranquila mama, estaré Bien.
-Pasajeros del vuelo 526, con destino a Washington por favor presentarse en la puerta numero veintiséis ahora mismo. –Llamó la voz de los altoparlantes.
-Ese es mi vuelo, adiós mama, adiós Phil. –Les sonrió Bella
-Adiós cariño.-Lloró Renee dándole un último y fuerte abrazo a su hija.
-No llores mama, nos veremos en un par de meses.-Le limpió las lagrimas a su madre con su mano derecha, para luego irse por la puerta numero veintiséis.
-¿Le gustaría alguna bebida para vuelo?
-Un vaso de agua con gas por favor.-Le sonrió a la azafata.
-Aquí tienes.
-Gracias.
-Atención pasajeros, estamos a punto de despegar, por favor abrocharse sus cinturones de seguridad. –Informo el capitán.
Bella obedeció, y luego saco su mp3 para ponerse a escuchar Raised By Swans. Era una banda reciente que había escuchado, se la había recomendado una amiga pocos días antes de decirle a sus amigos de la escuela que se mudaba a Forks.
Sin darse cuenta luego de que el capitán diera la señal de que podían desabrocharse el cinturón, Bella se quedo profundamente dormida.
Se despertó a la mitad del viaje, justo a tiempo de la cena.
Luego de la cena tomo el control remoto de su asiento y se puso a ver las películas que tenía en el menú. Al final se decidió por una llamada "Chloe".
Dejó a Bella un poco "sorprendida" al respecto de cómo las sospechas de que tu esposo te engaña llevan a que te acuestas con una prostituta, y esta se enamore de ti.
Poco después de que el capitán dio la orden de abrocharse nuevamente los cinturones, aterrizaron. Apenas entro al aeropuerto Bella vio a su padre quien al esperaba con una gran sonrisa y un muffin del Starbucks del aeropuerto.
-Bells.-La abrazo, pegándola a su pecho.
-Hola Charlie. Esta respondió al abrazo con la mano que tenia libre, ya que en la otra tenía su valija.
-Déjame la valija.-Ordenó su padre al segundo en que le quitaba la valija de la mano a Bella.
-Gracias.
-¿Cómo estuvo el vuelo?
-Bien.
-¿Cómo estas tu?
-Cansada.
-Cuando lleguemos a casa te podrás dar una ducha.
-Es lo único que quiero en estos momentos.-Suspiró cansada.
-¿Qué has hecho durante el vuelo?-Preguntó arrancando el auto en el estacionamiento.
-Nada, escuche música, y vi una película.
-¿Una película? ¿Y que era?
Diablos
-Era una comedia.
Una pequeña mentira blanca no lastima a nadie
-¿y de que trataba?
-De una mujer que cree que su marido lo engaña, pero resulta que en lugar de eso le esta organizando una fiesta de cumpleaños.
-¿Y cómo termina?
-Bien.
Eso es verdad
-Suena divertida, podríamos verla juntos algún día.
-Claro.
Que no
Un rato después Charlie estaciono frente a una vieja casa de madera, bien cuidada.
Una vez fuera del auto Bella la observo. Estaba tal y como la recordaba. Las paredes blancas, el techo azul oscuro, pasando a negro. Y atrás de la casa estaba el bosque.
-Vamos a dentro Bells.-Le habló su padre quien ya estaba entrando las maletas a la casa.
-Ya voy.-Le respondió esta siguiéndolo hasta su cuarto.
Al llegar a su cuarto Bella no lo reconoció.
Su pequeña cama, que le correspondía a una niña de seis años, había sido remplazada por una de dos plazas para un adulto. Sus cortinas de Barbie ya no estaban, sino que en su lugar había unas color cremas y más largas. Sus libreros con los cuales había decorado con muñecas y juguetes viejos, ahora estaban vacío. Y su pequeño juego de te había desaparecido, y en su lugar había un escritorio nuevo.
-La re decore un poco.
-Sí, ahora es...Diferente.
-¿Te gusta?
-Sí, está linda.-Le sonrió dejando la mochila sobre la cama.
-Bien, ponte cómoda, voy a hacer la cena, ya son las siete.
Bella tomó su valija, la puso sobre la cama y comenzó a desempacar su ropa.
Termino de guardar sus ropas, y como si estuvieran sincronizados, Charlie había servido la cena.
-Bella, baja, la cena esta lista.
-Voy.
Mientras bajaba las escaleras, aprovechó y le echó una mirada a la casa.
Había nuevas fotos colgadas en las paredes del pasillo. La mayoría eran de Charlie junto a sus amigos, a grandes peses que había pescado, o de osos, ciervos y conejos que había cazado.
Fue para la cocina, esta sí que había cambiado.
Los viejos azulejos ahora eran unos nuevos de color blanco, el viejo horno, ahora era una hornalla y al lado de esta había un microondas.
La vieja mesa rectangular de madera, era ahora una redonda de hierro con dos sillas en lugar de cuatro.
-La cocina se ve más grande.-Comentó Bella sentándose a la mesa.
-Es que esa vieja mesa siempre ocupaba mucho espacio.
-Si supongo.
-Fideos con salsa de tomate.
-Tu especialidad.
-Lamento no haber hecho otra cosa.
-Está bien, sabes que adoro tus fideos con salsa.
-Te prometo que me pondré con los libros de cocina.
-No es necesario.
-Cuéntame. ¿Cómo está tu madre?
-Bien.
-¿Y el tal Phil? ¿Todo bien con ese?
-Sí, es agradable.
-¿Te trata bien? ¿A tu mama?
-Papa…
-Solo quiero asegurarme de que el tipo no es un abusador.
-Te aseguro que no lo es.
-Más le vale.
-Cuéntame sobre las fotos, cuando bajaba vi unas fotos en el corredor, y estoy segura de que cuando me fui esas fotos no estaba.
-Son casi nuevas.
-Sabía que pescabas, pero no sabía que cazabas.
-No lo hacía, pero un amigo me insistió en que probara y termino gustándome.
-Ya veo.
-¿Qué hay de ti? ¿Desarrollaste algún pasatiempo nuevo?
-No.
-¿Lo de siempre? Leer y plantas.
-Exactamente.
-Bien, así no tengo que tanto trabajo para tu cumpleaños.-Bromeó Charlie.
-Tienes razón.-Rió Bella.
-¿Terminaste?-Preguntó Charlie señalando el plato de Bella.
-Si.-Bella se levantó y llevo su plato al fregadero.
-Déjalo, yo lo lavo.-Dijo Charlie al escuchar como la canilla era abierta.
-Está bien papa, te tomaste muchas molestias hoy. Esto es lo mínimo que puedo hacer.
-Bella, en serio, deja eso.-Hablo su padre, ahora serio.
-Muy tarde.-Le respondió Bella una vez que terminó de lavar el plato y lo dejo secando.
-Eres de lo peor.- Se levantó e imito la anterior acción de su hija.
-Si.- Prosiguió Bella en un intento de quitarle el plato de las manos.
-No, este lo lavo yo. Tú ve a la sala y ponte cómoda.
-¿Y qué hare allí?-Inquirió sarcástica para quedarse más tiempo allí.
-Puedes prender la tele, el estéreo….-Le siguió el juego a su hija
-Vale, vale, entendí el sarcasmo.
Bella salió de la cocina, cruzo nuevamente el pasillo, se dio una vuelta por la sala.
Los muebles también habían sido cambiados. Antes cuando era pequeña y vivía allí los muebles eran de madera vieja, y sin barnizar. Estos por el contrario eran más claros, y estaban barnizados.
Un librero que era bajito y pequeño llamo su atención. En ese no había trofeos o cosas de caza, sino fotos todas fotos, pero no de Charlie con sus amigos, sino donde aparecían los tres, Bella, Renee y el.
La primera que estaba arriba de todo era de cuando Bella había aprendido a montar en bicicleta. La que le seguía era su primer día de escuela. La siguiente una cuando Bella era más bebe, de cuando había aprendido a caminar. Otra de su primer cumpleaños y la ultima era del en que nació.
-¿Te gustan?-Pregunto Charlie entrando en la sala.
-¿Eh?
-Los muebles, son nuevos.
-Sí. Que coincidencia que estén barnizados como los que tenemos en Phoenix.
-Cuando los compre, tu mama me obligo a hacerlos barnizar.
-Lo lamento.
-No, de todos modos así están mejor, más elegantes.
-Si te gustan.
-Casi lo olvido, te tengo una sorpresa.
Bella ni tuvo tiempo a opinar o hablar cuando su padre ya se había ido por la puerta. Sin más senté en el sillón, se cruzo de brazos y espero. Al volver su padre tenía un budín en una bandeja.
-Te hice un postre.
-Oh, Dios mío.- Sonrió Bella al ver el budín.
-Recuerdo que cuando eras pequeña solías comerlo, asique pensé que sería un buen postre para tu primera noche aquí.
-Es grandioso, gracias papa.-Lo abrazo una vez que dejo la bandeja sobre la mesa y se sentó junto a su hija en el sillón.
Iba a cortar el budín cuando el timbre sonó.
-¿Quién será a estas horas?-Refunfuño Charlie.
Fue hasta el pórtico y abrió la puerta. Bella lo siguió sin que este se diera cuenta y se quedó pegada a la pared que conectaba al corredor con el living.
-Edward, ¿Qué haces aquí?
-Lamento molestar Charlie, pero necesito que me firmes estos permisos.
Bella casi cayo desmaya cuando lo vio. Era un hombre alto, como de dos metros. Grande y musculoso. Su piel era blanca como la porcelana. Su cabello era rubio pasando a rojizo y estaba despeinado. Sus ojos eran verdes como un par de esmeraldas. Su nariz recta como el pico de un águila y sus labios finos y gruesos.
Por amor a todo lo sexual
Bella pudo sentir como se le mojaban las pantis, se le endurecían los pezones y se le sonrojaban las mejillas.
Dios, se sentía como si estuviera a punto de tener un orgasmo.
-Eso es todo, gracias Charlie. Lamento la molestia.
-No es nada. Cuídate.- Cerró la puerta una vez que el gigantesco Adonis abandonó la propiedad.
-Bella ¿Qué haces hay parad? Vamos a comer el budín.
Yo preferiría comerme a ese bombón
New Story Right Here, Right Now.
Hola chicas, soy Ness y esta es mi nueva historia.
En un principio fue un one-shot para un contest. El cual ya ha terminado, y me enorgullece decir que el one-shot quedo en tercer lugar.
En fin, muchas decían que les hubiera gustado que siguiera y fuera una historia. Asique he decidió hacerles caso y lanzarme
¿Qué le ha parecido? Por favor háganmelo saber dejando un comentario
Gracias.
Un beso y hasta el próximo capítulo.
