Shadow realm Chronicles

En la era antigua, cuando el mundo era tan nuevo que ni siquiera se conocía entero, mucho antes de que los bárbaros invadieran la gran roma, pero mucho después de las cavernas, existieron tres grandes civilizaciones; que con el paso de los siglos se volverían temidas, respetadas y admiradas por las demás: la mística tierra de Egipto, la orgullosa ciudad de Grecia, y la lejana región de la China.

Las tres ciudades eran tan diferentes una de la otra como la primavera es del otoño, y sin embargo, tenían un rumor en común...

Magia, bestias místicas y guerreros de poder incalculable... ¿sólo un rumor del pueblo en verdad?

Capitulo 1: La noche del ataque del Fénix

La noche había caído en la tierra de Grecia, una noche increíblemente calurosa. Las murallas del lugar llamado Santuario de Atena, adorado por todo el pueblo griego, se encontraban silenciosas por completop, a excepción de unos pasos que escalaban la entrada del templo de Aries.

El joven caballero de Aries, Kiki, las había notado hacía ya mucho, y aguardaba paciente a que el intruso intentara penetrar su recinto, y encontrara la muerte de inmediato.

En aquel lugar descansaba la diosa Atena, la única de los grandes dioses olímpicos que había decidido descender a la tierra para velar por los mortales. Y era su deber como caballero dorado de la constelación de Aries detener a cualquiera que pudiera dañarla a cualquier costo.

"ya están llegando intrusos... no cabe duda que se acercan tiempos difíciles. Atena nos a informado, que el dios de los mares, Poseidón, le a suplicado que regrese al Olimpo con los que en verdad la quieren, y ya que ella se ah negado, Poseidón estaba dispuesto a llenar de agua toda la tierra hasta volverla un mar y regir sobre ella, de modo que Atena salga de lo que el llama "necedad".

Pero ni ella ni yo esperábamos que atacase tan pronto... de echo..."

Kiki miró al cielo completamente despejado.

"ni una gota de agua a caído en semanas... todo está seco, e inclusive está haciendo un calor infernal ¿este es el ataque de Poseidón?... No lo parece, y un solo hombre subiendo la escalera tampoco parece el gran ejercito del océano... ¿qué significa todo esto?

- ¡Alto allí intruso, si pones un pie en el siguiente escalón, no puedo asegurarte que continúes con vida para poner el otro. Regresa por donde viniste o enfrentaras la furia de un caballero de bronce...

obviamente, Kiki no había dicho ninguna de estas palabras. El alboroto se había producido varios metros abajo, antes de la curva final que llevaba a la casa del carnero, por lo que no podía ver nada, pero había reconocido la voz al instante.

- ese busca pleitos, no debería estar aquí, los caballeros de bronce deben cuidar otro lugar del templo. Sólo busca un rival para lucirse. Pero debo admitir que me ahorrará un poco de trabajo, un solo rival no puede ser la gran cosa para él...

- ¡Diamante ataca! - dijo una voz áspera que Kiki no conocía

Kiki alcanzó a distinguir un resplandor púrpura en la curva, y acto seguido, una enorme sombra surgió, hubo otro destello, una explosión

Y un grito...

El caballero de bronce fue lanzado con tanta fuerza que llegó hasta donde Kiki podía verlo. Las largas hombreras de la armadura del fénix que portaba se estaban deshaciendo y el casco había sido lanzado tan lejos que ni siquiera podía ubicarlo, y en cuanto al caballero que la portaba, un hilillo de sangre escurría de su boca por entre las líneas azules pintadas en su rostro, y su pelo entre gris y azul había quedado más despeinado de lo que ya lo traía.

- ¡Kai!- Kiki salió corriendo de la entrada para ayudar a Kai de fénix, pero este le hizo un gesto para que se detuviera.

- puedo encargarme de esto Kiki...

- pero... ¿qué es lo que te ah atacado?

- Deberías aceptar su ayuda, tu un simple humano no opondrás resistencia contra mi Diamante, ¡Diamante, ataque de magia oscura!.

Kiki pudo ver otro resplandor verde, que era lanzado contra Kai, pero este logró esquivarlo con un salto.

- no sé que rayos es esa bestia, lo que sí se ¡es que la acabaré!... ¡Ookazi!

Kai apuntó con su puño hacía la bestia, y de este surgió una gran ráfaga de fuego, Kiki tan sólo alcanzó escuchar a gritar al extraño y a la bestia al mismo tiempo, seguido de la risa de kai.

- supuse que si te atacaba a ti, atacaría a esa cosa en realidad, pues tu eres quien la domina, veo que no me equivoque... ¡y aquí voy de nuevo!... ¡Ookazi!

- ¡Sortija del milenio ocúltanos de la amenaza!

aún desde lejos, Kiki supo que el ataque de Kai había fallado, y lo confirmaba su desconcierto, y echo de que la enorme sombra había desaparecido.

- ¿se fueron?...- murmuró Kai desconcertado...

- ¡Detrás de ti!

Kai se dio la vuelta rápidamente, aún no podía ver a la bestia, pero sentía su presencia y su poder, descendiendo rápidamente contra él.

- ¡Maldición!

- ¡espadas de luz reveladora!...

hubo un destello cegador, provocado por una lluvia de espadas de luz blanca que llovieron del cielo, ante su luz, el demonio contra el que estaba peleando Kai se reveló: Era como un Obelisco, un demonio gigante y de color gris, y sus piernas no eran si no una enorme serpiente. Las espadas se ensartaron en él haciéndole gruñir, e inmovilizándolo por completo. También una de ellas había atravesado al intruso.

- No debiste hacer eso Kiki. Yo pude haberlo acabado.

- yo no lo hice, ni siquiera es una de mis técnicas

"fui yo"

Una voz suave y mística se proyecto en la mente de los dos caballeros.

- Shaka de virgo...

- así es Kiki. Kai, debo recordarte que no es tu deber proteger las doce casas, tu tienes otras responsabilidades de las cuales encargarte, y que si alguien intenta atacar el santuario, no debes ponerte a jugar con él, debe ser destruido, no importa por que caballero, en especial en estos tiempos difíciles.No debo recordarles la amenaza que a lanzado Poseidón.

- No Shaka, no es necesario... -dijo Kiki y se dirigió hacía el intruso.

Era un hombre, con una larga capa color vino, cabello gris, piel morena y una larga cicatriz recorriendo toda su mejilla.

- ¿quién eres tu?

- soy tan sólo un pobre egipcio que se a perdido en estas tierras griegas, en mi tierra me llaman Atem o faraón...

- ¿en serio, lo veremos... ¡drenado mental! - Kiki extendió su mano hacía el extraño. Fue como si todo su rostro se rompiera en un espejo, y al deshacerse se pudieran ver varias imágenes entremezcladas de la vida del extraño.

Tan pronto como sucedió terminó y todo estaba igual.

- Eres un Egipcio, tu nombre es Bakura, no eres el faraón, eres sólo un ladrón perseguido por la justicia... ¿por qué buscas tu a Atena?.

Bakura se echó a reír ante esto, y no miró hacía ellos, sino hacía el cielo...

- no busco a su patética diosa, ¡lo busco a él!

Kiki y Kai miraron hacía la casa de Atena y del patriarca, al final de las doce casas, que era hacía donde miraba Bakura.

La ultima llama del reloj de la torre se apagó, y un resplandor rojo surgió detrás de la casa.

- justo a tiempo...

- por Atena... ¡¿qué es esa bestía!...

Quizas Kiki expresará temor, pero a Kai, la presencia de ese ser le inspiró y cautivo al instante. Su brillo rojo, inundó por completo los ojos grises de él, llegó hasta su alma, la encendió con una llama que a pesar de los milenios jamás se apagó...

Era un ave colosal, de plumaje rojo, con una especie de cresta larga de plumas blancas, emitía un enorme resplandor escarlata y un canto increíble...

- ¡contemplen a uno de los guardianes de las sombras!... ¡El amo del fuego Dranzer! - exclamó Bakura - me han atrapado y me han impedido que lo selle ahora, pero cuando el se encargue de ustedes iré tras él y esa vez será mío...

Dranzer lanzó una nota aún mayor que las demás que había cantado hasta ese instante, y con esta lanzó un gran chorro de fuego hacía abajo, que incendió instantáneamente las casas desde Piscis hasta Libra Dranzer lanzó otro canto, y repitió lo mismo con las casas restantes, incluyendo donde estaban Kiki, Kai y Bakura...

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varias horas después, 5 jinetes encapuchados aparecieron en la cima de una colina, desde donde se podía ver completa la ciudad de Grecia, en aquel instante envuelta por completo en las llamas y el caos, pero sin ningún ave volando sobre ella.

-llegamos tarde -dijo uno de ellos.

El que estaba al centro, se quedó contemplando en silencio la ciudad en llamas. Un medallón color plateado y verde con aspas a los lados, colgaba de su cuello. Cuando la ciudad en llamas se reflejo en sus ojos miel, las pupilas de estos se transformaron en dos rendijas felinas.

- no lo perderemos de nuevo Saint Shields, no dejaremos que haga esto de nuevo... ¡hay que seguir hasta sellarlo!... ¡a Egipto Saint Shields!

- ¡A Egipto! - le corearon sus compañeros.

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Y algunas horas más después.

Kai despertó envuelto en carbón en el mismo lugar. La armadura se había regenerado y lo había protegido. Miró a su alrededor de inmediato al incorporarse.

No había rastro del Ave, ni de Bakura, Kiki estaba inconsciente a un lado, la armadura también lo había protegido.

"¿Que era esa ave?... ¿qué es Dranzer?..." la imagen del imponente ave escarlata se presentó vivamente en la mente de Kai "tengo que encontrarla..."

Kai sentía una verdadera necesidad por ver de nuevo a Dranzer. Al haberse alejado, era como si se hubiera alejado también una parte de el, y que nunca regresaría si no domaba a esa bestia... ¿pero como podía domarla?

¿Bakura había mencionado algo sobre sellarla? ¿a que se refería con eso, necesitaba saber más...

Estaba seguro que el ladrón había escapado, de otra forma al menos su cuerpo calcinado estaría, pero no había ni rastro.

"Tendré que ir a preguntarle... tendré que seguirlo hasta Egipto..."

De inmediato, y sin reflexionar ni un instante, Kai empezó a correr alejándose del santuario.

- ¿a dónde vas Kai?

El peliazul se detuvo de golpe al escuchar la voz de Kiki, susurrando tras él.

- a buscar a Bakura...

- ¿no será más bien a buscar a Dranzer?

La mirada de Kai se torno triste al instante. A Kiki no le podía mentir, después de todo era el caballero que había creado la Telequinesis, y la técnica del drenado mental.

- no necesito mis poderes para ver tu mirada cuando esa cosa apareció, ni para sentir que ocurrió algo muy poderoso en tu cosmo cuando la escuchaste. Pero ni Bakura ni esa Bestia nos conciernen, no sino regresan a este santuario. Nuestro deber es proteger a Athena, nuestra primera guerra santa está cerca, deberías saberlo. No es momento para que te vayas tras un capricho...

-hablaste como Shaka...

-ni lo quiera Athena... pero, si te digo que no te puedes ir del santuario...

Kai suspiró.

- lo siento Kiki. Pero siento que esto va más allá de Athena, siento que en verdad debo hacer esto, que este es mi verdadero destino, después de esto, se que si reencarnase algún día como lo hacen los dioses, reencarnaría para esa criatura, y no como un guardián de Athena. Es mi destino, lo sé...

Kiki dudó un instante más, pero Kai parecía aún más decidido que antes, nunca lo había visto así. Si esa ave lo había cambiado de esa forma con tan sólo mirarla, quizás Kai si tuviera que ir tras ella...

- además, si descubro que este no es en verdad mi destino, regresaré aquí y protegeré a Athena hasta la muerte...

"déjalo ir" ... dijo una voz femenina en la mente de Kiki.

"Athena!"

- de acuerdo Kai, si en verdad es tu destino, vete ahora... vete que yo me encargaré que nadie te detenga...

Kai sonrió, y salió corriendo de allí, internándose en la noche.