00. Premoniciones
Hacía tanto frío aquí. El rubio se abrazó a sí mismo intentando proteger del frío atroz. Miró a su alrededor. Todo estaba muy oscuro. Estaba en un bosque con árboles sin hojas y grandes ramas que daban una apariencia terrorífica. No recordaba cómo había llegado hasta aquí. Él no recordaba cómo había llegado aquí.
Echó para atrás su cabeza y observó que había estrellas titilantes en medio de una noche de tonos morados tirando a negro y sin luna.
Y algo le aterró: al darse la vuelta completa, se dio cuenta de que estaba solo.
¿Cómo iba a salir de este horrible bosque si ni siquiera conocía el lugar y para colmo, perdido? De repente, se escuchó un crujido justo detrás de él. Bastante cerca para apreciar con perfecta nitidez como la rama se rompía en dos.
El bosque cobró vida. Los árboles desnudos comenzaron a mecer fantasmalmente a pesar de que no había viento. De las feas y raquíticas ramas comenzaron a brotar hojas color negro azulados, todos con una rapidez pasmosa. Pero las hojas comenzaron a supurar gruesas gotas de sangre que comenzaron a cubrir el suelo.
Al pobre chico sentía que todo era demasiado, que su corazón iba a estallar al ver unos ojos amarillos y azules observando con malignidad desde los danzantes árboles. El grito se le murió al ver unos dientes blancos inusualmente grandes y bastante humanizados. Cuando iba correr a correr oyó unos sollozos. Provenía de una enorme roca. Unas piernitas se asomaban detrás de la roca.
-Disculpe, ¿estás bien? ¿Porqué lloras?- el chico se acercó cautelosamente queriendo ayudar al niño, a pesar de que tenia un mal presentimiento.
El niño lloró más fuerte. Algo no estaba bien. Tardó un poco en darse cuenta de que el niño ya no lloraba más. Parecía que estuviera sofocando sus lloriqueos. Volvió a llorar y a gritar más fuerte hasta convertir en un grito espeluznante, largo, anóma-
lo que le heló la sangre y su corazón se detuvo por algunos segundos.
Entonces el niño comenzó a transformarse violentamente. Su espalda comenzó a agrandarse, sus brazos se volvían musculosos, a aumentar su tamaño en medio de gruñidos salvajes. El rubio no quería quedarse ni quería mirarlo. Iba a suceder algo muy malo. Corrió pero parecía que iba muy lento a pesar de que los árboles corrían a sus lados. (¡Esto es lo malo de las pesadillas! TT) ¡Tenía que encontrar la salida carajo! Dobló a la derecha pero un gruñido muy cerca de su oído lo hizo sudar frío. Otro gruñido más amenazante sonó en el otro oído seguido de su fétido aliento con olor a sangre. Sus ojos se dilataron aun más. No.
No quería mirar.
¿Por qué?
Porque tenía demasiado miedo.
Miedo de que no sólo el monstruo lo atrapara, sino también de que resultaría espantoso ver a este monstruo.
De pronto el escenario cambió.
Ya no estaba en el bosque y tampoco era de noche. Estaba en su casa, en una mañana de color naranja lechoso y el clima estaba muy bien. No frío, apenas fresco. ¿Pero dónde estaba el monstruo? Miró a todos lados y sólo había poca gente caminando sin fijarse en él. Ya iba a devolverse a casa, cuando unos gritos le llamaron la atención. Miró a la izquierda y vió un pequeño grupo de jóvenes que a juzgar por el logo de los maletines eran universitarios que estaban tirando unas bombas de gas a un rincón. Su corazón casi le llegó a la garganta cuando un pote azul de basura voló por los cielos anaranjados y cayó a dos metros de él. Luego siguió otro aún más cerca. Se apresuró a toda prisa hacia la seguridad de su casa mientras la lluvia de potes continuaba con más violencia por encima de los gritos de guerra de los estudiantes. Tuvo que sofocar un pequeño grito al ver una sombra negra correr pesadamente a su lado. Casi le arranca su brazo izquierdo de una dentellada al dar la vuelta para cerrar la puerta. Por el ojo del buey pudo ver unos largos pinchos que salían de la espalda y los brazos.
Cuando el monstruo alzó la cabeza para también mirar por el ojo de buey, su corazón paró.
Los ojos rojos con un tizne de dorados mostraban furia, crueldad y sobretodo, poderío.
Sin embargo, le resultaban muy familiares. Le recordó a alguien que tenía esta última característica, autoridad y soledad.
El monstruo comenzó a hablar con una voz distorsionada aunque también igual de familiar que los ojos:
-Ven a jugar conmigo… libertad…destrucción…luna oscura…soy paciente…
Una risa áspera salió de los retorcidos labios armados de dientes afilados y blanquísimas le erizó los pelos de la nuca. Para su horror, el monstruo se sentó a esperar. La madre se apareció por detrás y quitó el seguro de la puerta y puso mano al cierre.
-¡No mamá! ¡¿Qué haces?!
Ella lo ignoró y jaló el cierre.
-Ella no puede oírte ni puede ayudarte Rad-susurró una vocecita cruel en su cabeza.
-¿Qué…?-tardó un poco en procesar que la voz pertenecía al monstruo.
-Sí, yo. Lo adivinaste muy bien. Los humanos mayores son incapaces de comprender lo que espera afuera. No quieren ver más allá de su palma de la mano. Son de mente muy cerrada y estúpidos. Pero los cachorros como tú si pueden porque son de mente más abierta y son…curiosos.
La puerta comenzó a abrir y unas hileras de humo escuro comenzó a filtrar por entre la abertura de la puerta hasta convertir en unas garras. El asqueroso olor a sangre comenzó a invadir las fosas nasales de Rad.
-Lástima que tu madre no te pueda ayudarte-el tono era de desprecio e indiferencia.
Casi resignado y lloriqueando, sólo atinó a preguntar:
-¿Porqué yo?
-¡Ah!-Un joven de cabellos rubios y ojos azules se despertó de la horrible pesadilla.
Restregó los ojos y soltó un suspiro cansado. Miró el reloj que señalaba las cuatro de la mañana.
-¿Qué voy a hacer? Ya van cuatro semanas con esta misma pesadilla y ya no sé qué hacer. Uno más y me volveré loco. ¿Pero a quién le voy a contar?
Pensó en sus amigos. Alexis era una buena amiga, pero ella pensaba que los sueños eran bobadas. Carlos uf, ni hablar. Demasiado chismoso y ya podía ver el jaleo que armaría. Fred y Bill tampoco. Ambos eran muy torpes en eso y le llevarían a una gitana para que le predijera sus sueños. Y menos a sus padres. Se preocuparían demasiado, pensarían que estaría loco y lo llevarían a un psicólogo. Rad tembló.
Luego pensó en los autobots. ¿Tal vez Hotshot? Probablemente. Pero era un joven soldado al igual que Sideswipe y esto era muy personal. ¿Blurr? Un bravucón que dejaba en claro que no le gustaba los niños y prefería la soledad. ¿Alerta Roja? Muy formal, pero muy ocupado con las investigaciones. ¿Scavenger? Un candidato excelente, no por nada había sido el mentor de Optimus y el más viejo guerrero. Optimus… otro candidato perfecto, no hacía bromas como Scavenger, era serio y tomaba muy en cuenta a los demás. Bueno, si uno estaba ocupado al menos podría intentar hablar con uno.
Trató de volver a dormir y a olvidar de estas tenebrosas pesadillas.
-Si al menos acabara todo esto…
5:00
En casa de Rad
Eran como las cinco cuando salió sigilosamente de la casa sin hacer el menor ruido y fue al encuentro de Hotshot. Pasaron unos minutos en silencio hasta que Rad bostezó.
-¿Y los demás?
-Están en la base. Eres el último.
Hotshot decidió preguntar lo que le pasaba a su amigo.
-Te ves muy mal Rad. ¿Acaso no pudiste dormir?
Rad suspiró cansadamente.
-No, no pude.
-¿Porqué no?
-Pesadillas.
-¿Tan espantosos o muy extraños?
Rad se sintió tentado de contarle pero no sabía si decirlo o no, así que optó por el misterio.
-Ambas.
-Hmmm…Scavenger, Blurr y Optimus saben de estas cosas.
-¿En serio? Pero no sabía que Blurr supiera de esto.
-¬u¬ Te sorprenderías. Si quieres te llevo para que lo preguntes.
-Muchas gracias amigo pero al que no voy a preguntar es a Blurr.
-¿Porque es un bravucón?
-Sí… pero no le digas nada.
-No te preocupes, no le diré nada. Si llega a enterar, te protejo con mi vida.
Ambos se rieron con ganas. Llegaron a la base autobots y Rad se bajó para hablar con los otros.
-Hey buenos días a todos.
Alexis, Carlos, Bill y Fred lo saludaron e hicieron un poco de espacio para que Rad se sentara. Alexis trataba de ajustar la imagen del televisor para ver mientras desayunaban cereal.
-¿Qué están viendo?- inquirió Hotshot sentándose atrás.
-EL Cazador de los Sueños, ya vamos por la mitad en donde el gordo está en el baño-Carlos trataba de comer más rápido su chocolate.
-Sí, es para morirse de miedo-farfulló Bill ocultando detrás de la enorme caja de cereal al igual que Fred.
En este momento vino Alerta Roja quien notó que los niños se encogían de miedo detrás de sus desayunos, menos Rad que estaba distraído. Miró a Hotshot y al televisor tratando de ver cual era el miedo reflejado en los niños. Vio al asqueroso monstruo tratando de salir del sanitario y que un hombre lo sujetaba valientemente mientras pedía al otro que se fuera y cerrara la puerta. Luego de la nada el mons-
truo apareció saltando en el aire mostrando su vertical boca de triples colmillos y Alerta Roja casi saca su pistola por el susto. Pero recordó que sólo era una película y los monstruos no podían salir de la pantalla.
-Estoy muy viejo para esto-puso una mano en su pecho.
-¿Quién está viejo para cuál?- era la voz de Scavenger que apareció por detrás.
Casi todos se sobresaltaron.
-¿Quieres dejar de hacer esto? ¡Casi nos matas de susto!-protestó Bill.
-Si yo también- secundó Hotshot.
-Pero si yo no hice nada…-Scavenger estaba confundido por el comportamiento de los humanos.
-Olvídalo, es sólo una película de terror- Alexis mostró una pequeña sonrisa como disculpa- Deberías verlo.
-Observa las reacciones de ellos-le indicó el médico al viejo maestro.
Los niños se escondían detrás de sus rodillas o desayunos cada vez que el mons-
truo iba a aparecer o daban opiniones como Yo no me quedaría en un lugar como ése Yo le pegaría con una escoba Debería tener un encendedor en vez de fósforos, mira que lo dejó caer y cosas por estilo.
-Es interesante el impacto de una película de terror en unos niños- tomó unos apuntes en una pequeña computadora-Tengo que verificar esto.
Pero Scavenger se fijó en que Rad estaba dibujando algo en un papel, pero el niño no estaba concentrado sino mirando la televisión mientras la mano hacía su trabajo. Se arrodilló y se acercó tratando de ver lo que dibujaba Rad. Eran unos bocetos de unos árboles secos en una noche sin luna. Esto le extrañó.
-¿Rad?-el mencionado se sobresaltó y se volvió. Se veía muy cansado- ¿Qué estás dibujando mientras ves la película?
En esto Hotshot se acordó de la promesa y se levantó.
-¿Eh, señor? Rad quería hablar de algo contigo.
-¿Sí? ¿Y qué es?
A juzgar por la cara de vergüenza parecía que Rad quería estrangular al joven soldado de ser un bocón.
-Pues… es una historia larga… y muy complicada- de nuevo bostezó.
-Deberías descansar.
-No… no quiero dormir…
-Dice que las pesadillas son muy extrañas y terribles que no puede dormir-lo interrumpió Hotshot
-Entonces llamaré a Alerta Roja.
-¡No! Es que…es muy privado para mí.
Scavenger entrecerró los ópticos dorados en un gesto de suspicacia.
-De veras no es nada importante- protestó Rad sintiéndose cohibido.
-Sí lo es. Si no puedes dormir es que algo en tus sueños trata de advertir de algo. Vamos. Te llevo en mis manos.
Rad suspiró sintiendo las miradas de sus amigos en la espalda mientras lo llevaban a la bahía de recuperación. No le gustaba que lo miraran de esta forma.
-Bien, empecemos.
Scavenger lo puso sobre la cama se cruzó de brazos esperando la explicación mien-
tras miraba los dibujos bajo una gigantesca lupa.
-Pues… todo comienza en un bosque de noche y hace mucho frío. Veo las estrellas brillando en el cielo y no hay luna. Tengo mucho miedo porque no conocía el lugar y hay algo que esta conmigo pero que no es amistoso. Ahí es donde el bosque cobra vida, los árboles bailan atrás y adelante, brotan hojas negro azuladas y chorrean sangre mi corazón se para por unos segundos al ver ojos azules entre los árboles…-la voz se le cortó.
-Sigue- lo animó Scavenger.
-Detrás de una roca hay un niño llo-llorando……le pregunto…..si es-tá bi-en-el horrible grito grabado a fuego resonaba en su cabeza-aunque tenia un mal presentimiento pienso que trata de sofocar los llantos…pero…..gri-ta…..de una manera horrible como inhumano……como venido del infierno…-Rad se tapó los oídos tratando de ignorar el grito infernal-Y se transforma en un monstruo… que me persigue y huelo este asqueroso aliento oliendo a sangre en mi cuello y mis orejas. Pero no lo miro. Porque tenía d-demasiado miedo de que resultaría horrible verlo y de que me atrapara. Y el escenario cambia. Estoy en mi barrio, en mi casa. Es una mañana dorada, fresca y hermosa y hay paz. No hay rastros del monstruo-Rad bajó su cabeza para no mirar al viejo guerrero- Pero se desató una guerra entre unos pocos universitarios tirando algo blanco y dos potes de basuras salen volando por los cielos hasta aterrizar a pocos metros cerca de mi. Me aterro y me preparo a correr-los dedos se clavan con fuerza en las rodillas-Pero una sombra gigante me persigue en cuatro patas y casi me muerde cuando entro a la casa……..
Por el ojo de buey veo al monstruo que tiene unos largos pinchos en la espalda y en los brazos y piel rojiza con un poco de negro. Este monstruo también hace lo mismo que yo: mirarme. Pero…..sus ojos rojos con un poco de dorado me parecen muy conocidos al igual que la voz. Dice algo de destrucción, libertad, paciencia y a jugar con él-intentó suprimir un estremecimiento- Y dice que mi mamá no puede ayudarme porque no lo ve, que los humanos adultos son estúpidos y de mente cerrada y los niños son todo lo contrario a ellos y que son curiosos mientras mi mamá abre la puerta. Humo filtrando por debajo de la puerta y olor a sangre en la sala. Y me despierto.
-…….
-…………….. ¿Qué?
-¿Desde cuándo tienes estas pesadillas?-Scavenger se acercó tanto que Rad podía ver los detalles ópticos y la forma como se retraía el iris.
-…..Cuatro semanas….
-¿Siempre es igual?
-Sí.
-Rad, no quiero presionarte, pero me estás ocultando algo.
-¿Cómo…?-empezó el pelirrubio.
-¿Lo sé?- terminó Scavenger por él-Estos sueños te advierten de un peligro. La forma como se han repetido sin alterar en lo mínimo, tu miedo a este monstruo y a la oscuridad, es que no es una simple pesadilla.
-¿No?
-No.
Rad percibió que Scavenger estaba titubeando entre si decirlo o no.
-Scavenger, ¿vas a decirme qué pasa?
-¿Honestamente? Lo que viste en tu sueño va a suceder en la vida real. Es una premonición.
Un silencio de ultratumba cayó sobre ellos. ¿Una premonición? ¿Él? Era imposible. Él no tenía este don para adivinar este futuro. Hasta que la carrasposa voz de Scavenger lo sacó de sus atribulaciones.
-Rad, me ocultaste algo al final del relato. ¿Me puedes decirme qué era?
-……….. ¿Porqué yo? ...-Rad se sentía avergonzado y muy expuesto después de este relato y esperó una regañina o una broma.
Pero él no se burló, ni criticó nada y esto lo agradeció. Lo que no esperó fue que el viejo mentor mirara el cuadro de los árboles.
-¿Cuántas estrellas viste?
Rad aunque extrañado hizo un esfuerzo por recordar:
-Como una docena.
-¿Qué viste en los ojos de este monstruo?
-Pues…..como un combinación de crueldad, furia y poder. Pero a la vez también tenía soledad y autoridad.
-Mhhh…pero dices que la voz te pareció conocida.
-Sí. Me recordaba a alguien pero no me acuerdo.
-¿Los ojos son rojos?
-Con manchas doradas y brillaban mucho.
Scavenger casi tira sus dibujos pero lo agarró a tiempo. Rad se extrañó por el ra-
rísimo comportamiento y quiso preguntar si estaba bien.
-Así que no eres el único que tiene las mismas pesadillas.
-¿Perdón?
-Pero lo ve desde otra perspectiva.
-¿Quién?
-Prométame que no dirás a nadie, ¿está bien?
-Lo prometo.
Scavenger sacudió la cabeza, miró a todos lados para asegurar de que no hay nadie y al chico.
-Optimus.
-¿Qué?
-Él también está tan cansado como tú, las mismas pesadillas, los dos a punto de volverse locos. Ambos tienen las mismas pesadillas que ocurrirán en el momento menos esperado. Pero no saben si serán reales o algo distinto. Pero yo sé una cosa. Lo que soñaron…..va a ocurrir-Rad tragó saliva- Por favor no le digas esto, de lo contrario me despellejaría vivo.
-Está bien, señor.
-Con que aquí estaban-una profunda voz sonó a la izquierda asustándolo.
-Optimus, ¿quieres matarme del susto?-le reprendió su viejo mentor guardando de nuevo su arma.
Los ópticos de Prime se tornaron juguetones casi maliciosos, cosa que le recordó mucho al monstruo. Un escalofrío cruzó la espalda.
-Deberías relajarte, tanto tiempo con los Decepticones te ha dejado paranoico-su tono era sedoso, divertido. Su vista bajó al ver a Rad-¿Porqué estás en la bahía de recuperación? ¿Estás bien?-se arrodilló para verlo de cerca-Te veo cansado.
-No eres el único-empezó Scavenger.
-¿Y éstos qué son?
Demasiado tarde. Rad estaba muy ocupado mirando los detalles ópticos del viejo líder autobot que dejó caer las hojas que había dibujado desparramando por todo el suelo. Y ahora Optimus estaba mirando el dibujo de la extraña bestia rojiza. Se lo enseñó al chico. Sus ópticos ambarinos parecieron ensancharse por un momento. Agarró el papelito.
-¿De dónde lo sacaste?-su tono era urgente, exigente.
-No es nada…-Rad trató de agarrar el papel, pero Optimus alzó el papelito fuera del alcance del humano.
-Rad, dime la verdad- la voz de Optimus era suave pero firme sin lugar a protestas.
Rad tragó saliva y miró a Scavenger quien también estaba igual de nervioso. Se rascó la cabeza.
-¿Honestamente?
-Sí.
-No sé si me creerás pero al parecer tenemos el mismo sueño. Y no es culpa de Scavenger-añadió al ver que se dirigía a éste-Es mía.
-¿Cómo puede ser tu culpa si teníamos las mismas pesadillas a menos que te lo dijera Scavenger?-dijo de manera astuta.
Rad bajó los ojos y esperó su sentencia.
-Bien, por lo menos no estoy loco-Rad volvió a mirar casi ansioso-Tienes suerte de que estoy tan cansado como tú, pero hablaremos más tarde. Con ustedes dos.
-¿Qué? ¡Pero Optimus…!-exclamó Rad.
-¡Yo no dije nada!-protestó su viejo mentor.
Optimus alzó una mano en señal de que guardaran silencio. Los otros obedecieron.
-No he terminado-Optimus se arrodilló frente al rubio-Al parecer tenemos una conexión con nuestros sueños que tratan de decirnos algo. Pero sí sé una cosa: lo que nos sucederá no nos va a gustar a los dos y estamos relacionados con algo pero no sabemos porqué. Quizás esta tarde o esta noche hablaremos largamente. ¿De acuerdo?
-Sí…
Aunque por dentro, ambos tenían un mal presentimiento para hoy.
