Naruto no me pertenece, es propiedad de Kishimoto, bla bla bla...

Comprensión

Hinata Hyuga estaba cansada. Estaba cansada de luchar contra algo a lo que no podía ganar. Estaba harta de las palabras hirientes, de las miradas desilusionadas. Estaba harta de que la gente la tratara como a una persona débil, que intentaran no lastimarla, no golpearla fuerte, temiendo que pudiera romperse en miles de pedacitos imposibles de volver a pegar.

Estaba cansada de las palabras dulces que escondían frases amargadas, de la pena, la compasión. Toda su vida había sido controlada, la movían como a una marioneta de preciosos vestidos y cuerdas de oro. Se sentía oprimida. Daba igual lo duro que entrenase, lo fuerte que intentara, no era suficiente. Las manos le sangraban por los golpes. Su cuerpo protestaba por el dolor a causa de los entrenamientos. Su corazón gritaba y sus ojos lloraban.

Hinata esperaba una respuesta que no llegaba. Lo único que la hacía levantarse y no dar la vuelta era Naruto. Así que, cuando vio a Naruto confesarle sus sentimientos a Sakura con la cara seria, su mundo se derrumbó. Se dio cuenta de que Naruto no la vería como a Sakura, no la notaría, o por lo menos, no lo suficiente. Pensó que al final la gente tenía razón. Era débil. Su luz era demasiado débil para ser notada. Y si se marchó de allí sintiendo su mundo tambalear con las lágrimas resbalando por sus mejillas nadie dijo nada. Porque los aldeanos la habían visto muchas veces llorar, demasiadas veces.

Pero poco después, por la noche, Hinata salió a caminar, y se encontró a Naruto en los campos de entrenamiento. Él golpeaba furioso los gruesos troncos, con una expresión derrotada, dolida. Ella sintió que sus ojos picaban, que las lágrimas amenazaban con salir, pero no desvió la mirada.

Por una vez, Hinata no se escondió a mirar a Naruto, si no que se acercó a él. Por una vez, Naruto no sonrió como si todo estuviera bien, y no trató de ocultar las lágrimas y la expresión de tristeza. Por una vez, Hinata actuó por inercia y lo abrazó. No intentó sonreir y decir que todo estaría bien, porque en ese momento no lo estaría y no había nada gracioso en aquella situación. No hizo falta que Naruto explicara porqué lloraba, porque lo entendió; Sakura lo había rechazado. Y se quedó allí, abrazándolo y susurrando ''lo siento'' una y otra vez. Y después Naruto correspondió al abrazo, y se dio cuenta de lo bien que se amoldaban sus brazos a Hinata, de lo fuerte que en verdad era ella. Y aunque ya no lloraba siguió abrazándola, porque se dio cuenta de que en sus brazos todo era mejor.

Y si alguien vio aquello no dijo nada, porque por primera vez, todo estaba bien.