Nota: Este archivo permanece aqui solo cómo un registro de la publicación. Próximamente volvere a compartir el fic, pero en mi Facebook.
x x x x x
Ese era un día como cualquiera, sin embargo, para mí no era así, para mi ese día en particular, era el comienzo de una vida plena de desolación y soledad. Una soledad, que creí duraría por años, tal vez por toda mi vida, esa vida en la que solo recordaba estar con ella; esa vida gracias a la cual, no tenía un solo recuerdo de mis padres, en mi memoria.
Cuando Pauna murió, ahí estaba yo, sentado en un rincón, así es… sentado en un rincón, con la vista nublada, gracias a silenciosas lagrimas amargas… ese día fue el ultimo día en que llore abiertamente, lograba ver la gente que pasaba presurosa de aquí para allá, preparando la mansión para recibir a tantas personas que irían a dar el pésame, todos estaban demasiado ocupados, todos demasiado melancólicos, tocos con sus propios problemas, pero a pesar de ello… yo era el único que estaba solo… Hasta Anthony tenía a su nana, para hacerle compañía…
La tía Elroy me tomo por sorpresa, consolándome, solo por un par de minutos, ya que también ella tenía muchos asuntos que resolver. Esa fue la última vez en que me trato con un palpable cariño. A pesar de la predilección que parecía tenerme, siempre fue estricta, siempre fue severa, siempre tenía muchas obligaciones y cosas o negocios que atender y siempre me decía que algún día todo eso me correspondería a mí.
Pero yo no quería eso para mí, yo no quería tener siempre esa expresión dura en el rostro, yo no quería estar siempre ocupado, y con tantas obligaciones, yo quería ser libre, correr por el bosque y jugar con los animalillos del bosque, yo amaba jugar bajo la lluvia y ensuciarme de lodo o jugar a la pelota con Anthony y comer los dulces que nos daba su mamá, mi hermana…
Ese día, hermoso para unos, sombrío para otros, yo solo tenía 11 años, pero sabía que mi vida jamás volvería a ser igual, me sentía desolado, me sentía abandonado. Sabía que si salía, me regañarían, me exigirían regresar a donde estaba, solo porque decían que a mi edad, eso sería incorrecto. Y deseoso por abandonar mi penosa situación, busque a Anthony por el salón, creyendo que al estar con él, no me dirían nada; pero ya no estaba…
