Disclaimer: Todo lo que reconozcan es de JKR, lo que no, mio; ni gano dinero ni gano fama, por el contrario un review si que alegraría bastante
Historia; Una navidad con Potter
Lily y James | 7º curso | navidad de 1977
Capt1.) Hogar, dulce hogar
El castillo de Magia y Hechicería se hacia más y más pequeño a medida que la locomotora avanzaba. Afuera, el paisaje del castillo y los alrededores cubiertos de nieve hacían que pareciera la fotografía de una preciosa postal. Como si fuera algo mágico. Hogwarts era mágico.
Volvió a limpiar el vaho que se había producido en el cristal a causa del calor que hacia en el tren y suspiró. Tres semanas de vacaciones de Navidad en casa. Tres semanas aguantando a su hermana Petunia y seguramente a su enorme novio Vernon. Con un poco de suerte conseguía un trabajo temporal y no los tenia que aguantar mucho.
Lily miró a su alrededor y se fijó en sus amigas. Estaban sentadas una enfrente de la otra charlando y riéndose. A su lado se encontraba Anne. Le brillaban los ojos. Siempre le brillaban los ojos debido a que siempre estaba riéndose. Era una chica normal y corriente, de pelo negro corto, justo por los hombros, y unos ojos marrones que se escondían detrás de unas gafas cuadradas rojas. Era muy blanquecina de piel y siempre bromeaba diciendo que cuando fuera millonaria se compraría una casa en las Bahamas y se pondría morena en menos de un mes. Alex siempre la contestaba que cuando fuera a verla a finales de ese mes estaría más roja que un bola de fuego chino.
Alexandra, que odiaba su nombre y maldecía a quien no la llamaba Alex, estaba sentada enfrente de las dos. Era una chica guapísima de ojos azules intensos y el pelo le caía en perfectas ondas hasta la media espalda. Como Anne, Alex tenía el pelo negro, pero a diferencia de su amiga ella era mucho más morena, casi tirando a dorado.
Las tres eran compañeras de cuarto en Gryffindor y eran muy buenas amigas. Prácticamente lo hacían todo juntas. Desayunaban, iban a clase, despotricaban sobre los merodeadores, comían, hacían los deberes… estaban muy unidas.
Lily sonrió mientras veía como Alex intentaba cerrar otra vez su enorme baúl. Ya les había costado cerrarlo en la habitación, las tres subidas encima del baúl de la chica, saltando y haciendo malabares para no romperse una pierna. Lo habían conseguido diez minutos antes de que fuera la hora para la salida del tren, cuando Anne había dicho que tendrían que dejar en la habitación un par de zapatos más. Una de las cualidades de Alex era la perseverancia. Y que cuando se le metía algo entre ceja y ceja era imposible sacárselo. Era una cabezota.
Lily se levantó y después de echar un último vistazo por la ventana se dirigió hacia la puerta del compartimento.
- os veo luego, chicas – Anne asintió mientras se subía de nuevo al baúl de su amiga – Tengo la reunión con los prefectos y luego tendré la ronda.
- alegra esa cara – Alex estaba de rodillas totalmente despeinada intentando en vano volver a cerrar el baúl- sois unos diez en total, dudo mucho que te toque con James.
La pelirroja le mandó una mirada de incredulidad a su amiga mientras que estas reían de nuevo y cerró el compartimento. Para la morena era fácil. Se llevaba bien con Potter. Habían sido vecinos toda la vida y se conocían desde antes de entrar al colegio. Los Potter y los Ross era familias muy antiguas de magos y vivían a dos calles de distancia. Pero para Lily era distinto. No soportaba a Potter. Siempre tan, tan, tan insoportable. Se saltaba las normas junto con sus amigos y les hacían perder puntos en la competición de las casas. Todos ellos se metían en problemas y en peleas con los Slytherins y a ella la sacaban de quicio porque siempre les tenía que delatar a la profesora McGonagall, su jefa de casa.
Luego estaba el hecho de que James Potter estaba "enamorado" de ella. Desde finales de tercer curso el chico se había fijado en ella y desde entonces no había ni una sola semana que no cambiase los turnos para que le tocara las rondas de vigilancia con ella, que intentara sentarse a su lado en las clases que les tocaba juntos o que la pidiese salir cada martes. Era tradición ver como cada martes el chico se ponía de rodillas en la sala común y la pedía una cita mientras la perseguía hasta las escaleras de chicas entre risas de los demás compañeros. Ella por supuesto nunca había aceptado ninguna de las invitaciones, pero el chico no se rendía. Como el muchacho la gritaba desde el primer escalón: "bueno… lo intentaré el próximo martes. ¡Estamos destinados a estar juntos Lily!".
Lily entró al compartimento de los prefectos. La reunión ya había empezado. James, que estaba de pie apoyado en una de las ventanas mientras hablaba sobre los horarios de rondas que iban a realizar durante el trayecto, la sonrió al entrar. Ella respiró hondo y pidió perdón al resto de sus compañeros mientras se sentaba en el asiento más cercano.
- James estaba a punto de realizar una partida en tu búsqueda – Lily miró al chico que tenía al lado. Remus Lupin – Me ha costado convencerle de que simplemente te habías retrasado
- Para una vez que se cambian las tuercas… siempre es él el que llega tarde
- si, pero tu lo que haces es rezar para que se lo haya tragado el calamar gigante – Remus rio junto con Lily – tu no te preocupas por él…
- ¡oye! que si me preocupo… – dijo mientras fruncía el ceño en un falso enfado – el pobre calamar tendría indigestión durante una semana mínimo… pobre…
Remus ahogó una carcajada mientras James, que seguía hablando a los prefectos, les miraba curiosamente. Remus Lupin era un chico rubio oscuro de ojos azules. Eran compañero de Hogwarts y uno de los integrantes de los merodeadores. Parte del tiempo tenia un aspecto enfermizo y cansado, mientras que la otra mitad se le veía como un chico fuerte y guapo. Era muy inteligente y prefecto de la casa desde quinto.
- ¿llevabais mucho tiempo? – Lily volvió a hablar con Remus
- un poco. –Remus le pasó uno de los pergaminos que había repartido James anteriormente – las fechas de las reuniones hasta las vacaciones de pascua, las guardias de los fines de semana y los horarios de las rondas… tanto del colegio, como de los viajes
- ¿las rondas del trayecto también? – preguntó mientras miraba rápidamente los pergaminos
- si… - el merodeador la miró riéndose – y créeme, sé que no te va a gustar las noticias…
Lily levantó la mirada de los pergaminos. James Potter. Su compañero era James Potter. Maldita suerte la suya. Vio como el chico, que acababa de terminar la reunión, la miraba sonriendo. Estúpida sonrisa.
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- Acuérdate de que el martes hemos quedado para comprar los regalos de Navidad – Le dijo Lily a Alex mientras la daba un abrazo – A las cinco en el caldero chorreante
- Allí estaré – Alex sonrió- reconocer que no podéis vivir sin mí ¡nos vemos!
Anne y Lily se despidieron de su amiga por última vez y vieron como se iba con sus padres. Las dos empezaron a caminar por la estación de King's Cross hacia una de las salidas muggles. Anne vivía con su madre muggle en un pequeño y céntrico apartamento en Londres. Su madre era enfermera y trabajaba para mantenerlas a las dos. Estas vacaciones le tocaba hacer turnos dobles por lo que no podía ir a recoger a su hija a la estación. Lily se había hecho cargo de la situación y había escrito a sus padres si podían acercar a su amiga a casa cuando fueran a por ella. No hace falta decir que aceptaron encantados.
- ¿sabes? Aún no han empezado las vacaciones y ya estoy deseando volver al colegio – Dijo Anne mientras empujaba su baúl por la estación
- ¿tanto echas de menos los deberes, las horas de estudio…?
- ¡no es eso! – cortó a la pelirroja – pero pasarte tres semanas trabajando en un McDonald's sirviendo hamburguesas no es muy navideño
- ¡Por lo menos no tienes que aguantar a Vernon! – Lily suspiró – preferiría pasar las vacaciones con Potter y sus amigos antes que aguantar cinco minutos al novio de mi hermana.
- hablando de Potter… ¡me has hecho ganar dos galeones! – Lily miró a su amiga con una cara que dejaba claro que no sabia de que estaba hablando – Aposté contra Alex – continuó encogiéndose de hombros – aposté que te sacaba de quicio y le pegabas un puñetazo en la cara… ella… Alex dijo que te secuestraba y te encerraba en un compartimento donde os dabais el lote, así que…
- ¡Ja! – Lily se rio de la imaginación de su amiga. Como era amiga de James desde pequeña y se llevaban muy bien, siempre se ponía de parte del muchacho cuando tenía ocasión de juntarlos. Opinaba que Lily sería una buena señora Potter.
- en cualquier caso yo fui la que más me acerque, porque cuando pasasteis por delante de nuestro compartimento la cara que tenias era un poema. Parecía que le ibas a matar y enterrar allí mismo.
- ¡Lily! ¡Lily!
Su padre le saludaba desde la ventana delantera de su coche. El trayecto fue corto, pero cuando llegaron a casa de Anne, ya había anochecido.
Cuando Lily cruzó la puerta roja de su casa, se le dispersó cualquier duda que tuviera acerca de esas vacaciones. La casa tenia un olor a galletas recién hechas y en el salón había un árbol de Navidad muy bien decorado. La chica se acercó a la cocina, donde sabía exactamente que se encontraría su madre. Allí estaba, haciendo otra ronda de galletas más que Lily se comería gustosamente. Se acercó por detrás y la dio un abrazo.
-¡Lily! ¡Cariño! – Su madre la besó – cuanto me alegro que ya este en casa, ves a cambiarte y ponerte cómoda, cielo, la cena estará en media hora
Después de dos abrazos más y de que su madre la regañara porque la encontraba muy flacucha, Lily subió a su habitación. Subió los escalones de dos en dos mientras escuchaba a su padre quejarse del peso de su baúl. Seguro que no se hubiera quejado tanto si hubiera cogido primero el de Alex, pensó riéndose.
Su cuarto se encontraba tal y como lo había dejado a finales de Agosto. Las paredes estaban pintadas en un tono suave de naranja, y varios cuadros de mariposas las cubrían junto con fotos. Fotos de su familia y sus amigas, que las saludaban desde la pared. Una cama con un montón de peluches, un pequeño escritorio con una estantería llena de libros y un armario terminaban de componer la habitación. Rebuscó en su armario hasta que encontró unos vaqueros y un jersey gordo de cuello vuelto beis.
- ¿Y Tuney? – Preguntó la pelirroja mientras se sentaba a la mesa que su madre ya había preparado
- Hoy no cenará con nosotros –Respondió su madre y añadió en un susurro para que su padre no la oyera – Tiene una cita con Vernon
Lily miró a su padre y sonrió. Su padre, Robert Evans era un señor de mediana edad, con el pelo rubio y por el que asomaban ya bastantes canas. Trabajaba de banquero en una de las oficinas del Lloyds Bank y una de sus grandes aficiones era la pesca. Lily recordaba con especial cariño todos esos veranos donde se habían ido de vacaciones todos juntos a Fowey, un pequeño pueblo costero, y que a ella le encantaba coger cangrejos y perseguir a su hermana, que no hacia más que quejarse del calor y los bichos.
Su madre, Margaret, a la que todo el mundo llamaba cariñosamente Marge, tenia una belleza deslumbrante su sonrisa, siempre en los labios, hacia que te sintieras en paz. Era pelirroja al igual que Lily, pero como su marido tenía los ojos marrones. Era una fantástica ama de casa a la que le encantaba estar cocinando.
- ¿Qué tal la escuela?- Preguntó Robert mientras se servía más ensalada en su plato – Estarás llena de exámenes
- Bueno… esta última semana ha sido horrible pero temo que será peor cuando nos acerquemos a final de curso
- ¿ya has decidido que estudiar después del colegio?
- Aún no, papa – Lily vio como su madre le daba por debajo de la mesa una pequeña patada a su padre – hasta después de pascua no tenemos las charlas con los jefes de casa
- ¡Robert! La niña acaba de llegar, deja que se despeje del colegio un poco, no la atosigues
Después de una cena agradable con sus padres y de que su madre la mandará a la cama cuando por tercera vez casi se queda dormida en el sofá, Lily volvió a su cuarto a dormir. Estaba feliz, por fin en casa, aunque solo fueran tres semanas.
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Lily se colocó otra vez sus guantes cuando salió a la calle. Aunque hacia mucho frio aún no había nevado. Las calles, como era lógico en Londres y más en esas fechas, estaban abarrotadas de gente que compraban los regalos para Navidad, a finales de esa semana. Lily miró el número en el telefonillo que había en el portal y llamó. Quinto "b".
-¿Lily? Digo… ¿si? ¿Quien es? –Se escuchó la voz de Anne por el otro lado
- Anda, ábreme
Era martes por la tarde. Las cuatro y cuarto y Lily acababa de llegar a casa de su amiga para dirigirse juntas al caldero chorreante, donde habían quedado con Alex.
El día anterior lo había pasado con su familia. Había preparado galletas con su madre y su hermana y cuando había llegado su padre de trabajar y habían comido todos juntos fueron a comprar los regalos de Navidad. Se lo había pasado realmente bien. A su padre le había comprado unos anzuelos nuevos e hilo de pescar. A su madre le compró junto con su hermana una fina pulsera de plata con unas pequeñas margaritas esculpidas. A petunia la compró una falda azul, había visto como su hermana la echaba el ojo mientras estaban en la tienda. Y a Vernon, bueno… a Vernon le compró unos calcetines.
El resto de regalos, es decir el de sus dos amigas, lo iba a comprar con ellas esa misma tarde en el callejón Diagon. Anne había trabajado en turno de mañana por lo que tenían toda la tarde libre para ellas.
- ¡hola! Cuanto tiempo…- la saludó cuando abrió la puerta – Espera que coja mi abrigo ¿Hace mucho frio?
- bastante, si – respondió Lily
- mi madre esta de turno de tarde – dijo Anne mientras se ponía la bufanda y el gorro – asique esta noche ceno sola, ¿os apetece cenar conmigo?
- ¡claro! Se lo proponemos ahora a Alex, podemos cenar en la taberna – contestó a Anne mientras cerraba la puerta del apartamento
Poco después se encontraban en el caldero chorreante esperando a su amiga. Habían cogido el metro para acercarse hasta allí. Aunque estuvieron esperando a Alex que no apareció hasta las cinco y diez.
-¿Dónde está tu sentido de la puntualidad? – preguntó Anne mientras se saludaban
- que preguntas tienes Anne – dijo Lily bromeando – sabes que no tiene de eso.
Cuando lograron esquivar un par de golpes de la morena entraron al callejón Diagon. Estaba lleno de magos y brujas comprando regalos de navidad, y había también muchos estudiantes que habían ido a comprar más materiales o recambios para la vuelta a clase.
Después de una tarde de compras, (Lily les compró a Anne un libro sobre medimagia intermedia, dado que la idea que tenía la chica era convertirse en medimaga y seguir los pasos de su madre aunque en el mundo de la magia, y a Alex una vuelapluma, porque detestaba hacer los trabajos y deberes de la escuela, así por lo menos no tendría que escribir mucho) risas (Anne se había antojado comerse un helado en Florean Fortescue pese al tiempo que hacia) y encontrarse algún compañero con el que estuvieron hablando fueron a la taberna del caldero chorreante, donde estuvieron hablando y riendo aún más mientras que cenaban.
- ¿sabéis? Creo que tendría que poner yo también a trabajar –dijo Lily después de un momento en el que ninguna de ellas habló
- ¿en serio? – preguntó Anne
- si… lo estuve pensando de cuando volvíamos de Hogwarts y creo que estaría bien – Continuó – quiero decir… podría sacarme algún dinero para nuestras vacaciones de verano, además de que conseguiría alejarme un poco de casa y no tendría que ver a Vernon
Las chicas se rieron de la cara que puso Lily al decir el nombre del novio de su hermana. Alex asintió mientras que bebía un poco de zumo de manzana y la comentó:
-yo conozco un sitio donde a lo mejor podrías conseguir trabajo – Vio como Lily la miraba con interés y prosiguió – es una agencia donde contratan a chicas para el servicio de casa, mi madre suele coger de allí a las empleadas del hogar, y además, como se acerca la navidad y todas las fiestas y reuniones familiares suelen coger a más gente, podrías intentarlo
- O si no, puedo intentar meterte en la Hamburguesería donde trabajo yo – La dijo Anne – pero no te lo recomiendo, terminas oliendo a frito
Las tres chicas se rieron del comentario de Anne y Alex quedó en que le preguntaría a su madre por el lugar y la mandaría al día siguiente una lechuza con la dirección de la agencia.
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¡Hola a todos! Bueno, lo primero deciros que es mi primera historia de Lily y James asi que no tiréis muchos tomates, por favor. El otro día estaba delante del ordenador escribiendo el sexto capitulo de Rumores y mentiras cuando una idea se empezó a formar en mi cabeza y ¡tachan! Este es el resultado.
El fic constará de unos… veinte capítulos más o menos, y ya tengo toda la trama, solamente queda desarrollarla, pero estaba ansiosa de compartirla con todos vosotros
¿Os gustó? ¿Lo odiáis? ¡Dejar un review comentándolo y me haréis la más feliz del mundo mundial!
Solamente me queda deciros que los dos-tres primeros capítulos son un poco más flojos porque estoy presentando a los personajes, pero que los siguientes serán… ¡puff! Tengo muchísimas ideas.
¡Un beso!
JoaZB
