Capítulo Uno
Miró el hermoso vestido blanco encima de su cama y volvió a sentir deseos de no existir. ¿Desde cuando su vida había tomado ese rumbo? Ni siquiera ella se había enterado. Había llegado a ese punto en el que ya estaba resignada, en el que sabía que no había vuelta atrás...
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- No lo harás – dijo mientras se levantaba de su asiento – No lo harás.....
- ¡Silencio! - el golpe estridente que dio Hiashi en la mesa hizo que Hinata se estremeciera.- No cuestiones mis decisiones.
La Hyuuga miró a su padre con miedo, no obstante, no se rindió.
- No tienes derecho – contestó la joven – Mi vida es mía.
- Pero mientras vivas en esta casa, harás lo que yo te diga – sentenció el hombre.
Hinata enfureció. Su rostro se tornó rojo de rabia y no pudo callarse.
- ¡Eso no es justo! - al ver la mirada de su padre, sintió ganas de callar, mas no lo hizo - ¡No voy a casarme con él!
- ¡Hinata, ya basta! - Hiashi se acercó a su hija y tomó fuertemente su brazo derecho – Escúchame bien: dentro de diez días te casarás con él, ya he aceptado.
La Hyuuga se deshizo con brusquedad del agarre de su padre y en sus ojos perla brilló el fuego. Miró a Hanabi, buscando apoyo en ella, pero solamente encontró una mirada baja y un ceño fruncido. Subió a grandes zancadas hacia su habitación, sintiendo el peso de las lágrimas en sus mejillas.
---------------------------------Flash Back End----------------------------
De eso habían pasado ya una semana. Le quedaban solamente tres días. En ese tiempo, se casaría con alguien a quien ni siquiera conocía. Pero eso no era lo que le dolía. ¿Por qué su padre la había vendido? Porque era eso lo que había hecho. ¿Cómo se atrevía a entregarla a otra persona sólo por dinero? Jamás lo entendería. Y eso le comía el alma. Su padre. Su familia. Su sangre...
Pero ese tema inquieto volvió otra vez a su mente. No deseaba pertenecer a nadie. Quería ser libre. Quería estudiar, tener una bueno profesión y hacer su vida. Al lado del hombre con el que se casara y amara, no con el que su padre quisiera... Quería ser libre, realizar sus sueños. Pero eso ya era imposible.
Ya no quedaba nada.
Recostó su rostro lloroso a la almohada y se dejó abrazar por Morfeo.
- ¡Hinata! - escuchó a sus espaldas.
Ladeó la cabeza, intentando encontrar a quien llamaba su atención. Sakura corría hacia ella con semblante contento. Tenía un vestido rosa, a juego con su hermoso cabello. El corsé apretado dejaba ver su hermosa figura y llevaba una bolsa del mismo color del vestido. Hinata envidiaba a Sakura. Envidiaba que ella estuviera con el hombre al que amaba. Envidiaba su felicidad. Pero no por eso dejaba de querer a su mejor amiga.
A Sakura le brillaban los ojos de manera especial. Y de eso Hinata se dio cuenta.
- ¿Sakura? - la Hyuuga sonrió.
- Ya lo sé – contestó recuperando el aliento – Tenía...ganas de...hablar contigo.
Hinata dio tiempo a su amiga a recuperarse. Le dedicó una mirada silenciosa, sonriendo mientras esperada a que se recuperara del todo. Sakura se incorporó con un último jadeo y miró a su amiga, sonriendo.
- Tengo cosas que contarte – su sonrisa se amplió con picardía – Cosas importantes.
La Hyuuga alzó una ceja. Eso significaba una larga charla sobre Uchiha Sasuke, su prometido. Pero le encantaban esas charlas. Así era la única forma de que sus preocupaciones se borraran. Era la única manera de olvidarlo todo, y sentirse ella otra vez. Tuvo una idea.
- ¿Dónde está tu carruaje? - preguntó a Sakura.
- Ahm...- la joven meditó – Le dije al lacayo que viniera a recogerme dentro de un rato. - miró el gran reloj que se alzaba en lo alto de la iglesia – Tengo tiempo.
- Bien – Hinata tomó el brazo de su amiga – Podemos ir al campo, si te apetece. En mi carruaje tengo algo de comida. Planeaba hacer un pequeño picninc, yo sola.
Sakura sonrió.
- ¿Y tú? - inquirió Sakura mientras servía té a su amiga, sin mirarle - ¿Cómo estás?
Hinata dejó de dibujar, haciendo que el sonido del aire fuera el único que se escuchara. Miró a Sakura, buscando apoyo en sus ojos jade, mas no lo encontró. ¿Acaso era un complot para dejarla sola?
- Sakura – le habló. La Haruno alzó la vista, sabiendo que si miraba los perlados ojos de la Hyuuga ahí mismo comenzaría a llorar - ¿Me apoyarías en mis decisiones?
La pelirrosada dejó de servir té. Miró la hoja dibujada que tenía su amiga entre las manos y su corazón se rompió al ver el corazón encadenado que en ésta se dibujaba. Deseaba ayudar a Hinata. Deseaba sacarla de ese infierno en el que vivía y poder darle libertad. Pero, ¿qué podía hacer ella? ¿Qué tipo de apoyo podía darle si ni siquiera era fuerte para mirarla a los ojos?
- Por supuesto – dijo cuando se armó de valor y alzó la vista.
Los ojos de Hinata se pusieron vidriosos. Una lágrima nació en sus ojos y acabó en la falda de su vestido lila. Pero no hizo gesto alguno de dolor. Sin embargo, por dentro ardía. Ardía en muchos sentimientos que deseaba desatar. Le daba igual como fuera, solamente quería deshacerse de ese dolor y esa ira que sentía.
Dejó la hoja y el lápiz en la hierba verde y correspondió al abrazo de su amiga. Se equivocaba. Sakura era lo que siempre le quedaría. Sakura siempre estaría ahí, como siempre lo estuvo. Y sabía que esa amistad era para toda la vida.
Las risas de ambas jóvenes llenaron el ambiente calmado del hermoso paisaje. La tarde había pasado sin más problemas. Y como siempre, Sakura hizo que Hinata se sintiera mejor, contándole historias sobre ella y Sasuke. Le contó que la fecha de la boda había sido fijada en un mes. Pasarían la luna de miel en Francia y luego volverían a Londres. Hinata se deleitaba con cada sonrisa o carcajada de su amiga, sintiéndose la mar de bien por ella y sabiendo que así se ayudaba ella misma.
- Creo que será mejor volver – opinó la pelirrosada.
Hinata asintió, guardando sus dibujos y lápices dentro de la carpeta. Comenzaron a meter los restos de comida en la cesta y cuando acabaron, lo último que recogieron fue el mantel.
- Lady Hinata – el lacayo miró e hizo una reverencia - ¿Ha acabado ya?
- Así es – dijo, entregándole la cesta – Partimos ahora.
- Adiós – dijo, besando la mejilla de la peliazul – Mañana iré a tu casa y me quedaré contigo, hasta que...
- Estupendo – opinó la Hyuuga – Sabes que sería lo mejor.
Sakura entró en el carruaje, observando por la ventanilla como la Hyuuga montaba en el suyo y como éste partía. Recostó la cabeza al espaldar, sintiendo su espalda tensa y una gran tristeza en el alma. Soltó un largo suspiro y miró sus manos, juntas en el regazo.
- Parece que tuviste una tarde ajetreada – una varonil voz hizo que su corazón pegara un brinco y que sus mejillas tomara un leve rosado.
Como era casi de noche, no se percató en la sigilosa figura que se erguía en el oscuro asiento de enfrente. Sasuke miró los ojos verdes de su prometida y sintió como algo se revolucionaba en su interior. Mas sintió que su tensión aumentó.
Sakura miró las oscuras orbes de Sasuke, y aunque estuviera en la oscuridad las pudo distinguir. Irradiaban la misma indiferencia y arrogancia de siempre, no ese sentimiento amoroso y cálido que ella quisiera. Por eso le mentía a Hinata. Por eso le decía que Sasuke era el hombre perfecto. Y que ella lo amaba, y por eso se odiaba a sí misma. Sabía que si le decía a su amiga su verdadera posición, ella se deprimiría aún más. Y Hinata no podía estar más destrozada.
Sakura dirigió de nuevo la vista hacia fuera, admirando el paisaje que la luna creaba.
- ¿Por qué estás aquí? - inquirió la joven.
- El carruaje es mío – le recordó él. En esos momentos, deseó detenerlo y bajarse de ahí. ¡Dios, cuánto lo odiaba! - Además, quería verte.
Esta vez el rosa pasó a ser rojo intenso. Sakura guardó silencio y deseó no estar ahí, como siempre que él se encontraba cerca. Entonces sintió algo a su lado. Ladeó el rostro y se encontró con el de su prometido a escasos centímetros de sus labios. Sus mejillas reventarían, pero de rabia.
Antes de que ella pudiera moverse, él inmovilizó sus muñecas, agarrándolas con ambas manos. Sakura gimió, de sorpresa. Sasuke acercó sus labios, deseando probar el sabor de los que le pertenecían y la rabia creció cuando ella apartó el rostro. ¿Por qué siempre era así? ¿Por qué lo odiaba? La respuesta estaba en dos simples palabras: matrimonio forzado. Pero no quería rendirse. Quería hacerla suya, y no pararía hasta entonces...
- Suéltame – ordenó ella con desdén.
Sasuke sonrió. Y ella lo odió más. La recostó a duras penas en el asiento del carruaje y sujetó ambas manos encima de su cabellera rosa. Sakura protestó con un gruñido que hizo que él se deleitara más con su resistencia. Se acercó de nuevo a ella la miró a los ojos. Esta vez ya no estaban tristes. Esta vez eran desafiante. Y esta vez, sería diferente de las demás.
- ¿Qué piensas hacer, flor de cerezo? - preguntó él mientras besaba su cuello con suavidad.
Sakura soltó una lágrima. No por lo que pasaba en ese momento, sino porque deseaba que eso naciera del interior de Sasuke, de su corazón. Y no de su cabeza e instintos. Deseaba que él la amara, que para él ella fuera lo principal, pero sabía que con Sasuke Uchiha todo era diferente. Todo. Incluso el amor.
Sintió como una de sus fuertes manos viajaba libre hacia su cintura, pasando de ahí a su espalda y masajeándola con necesidad. Tan sólo con uno de sus fuertes brazos podía envolverla toda. Ella era frágil, débil... Y no quería romperla.
- ¿Por qué haces esto? - preguntó Sakura en un susurro ahogado.
Sasuke detuvo sus besos. Aspiró el ligero pero rico olor del cuello de su prometida y suspiró pesadamente. Elevó sus ojos a los de ella, deseando que su mirada fuera la misma de antes, pero no. Miedo...Dolor...Resentimiento...Rencor....Eso se podía leer en su mirada. ¿Por qué? Su sola presencia le causaba todos esos sentimientos. Y no. No quería que ella se sintiera así. Pero siempre la perjudicaba. Siempre tenía que hacer que se sintiera mal. Y se odiaba por ello.
Notas de la autora: Hola! Este es un nuevo fic NejiHina, con un poco de SasuSaku, donde quiero recrear un poco el siglo XIX. La verdad es que en ese tiempo es en el que me hubiera gustado vivir a mí. (Comprenderán que soy una anticuada XD)
Pues aquí son las misma parejas de siempre para mí. Pero las principales son el NejiHina y el SasuSaku. Ya luego agregaré algo de los otros personajes. Tiene casi la misma trama de Mía, sólo que esta tendrá situaciones distintas y será en un universo alterno. Bueno, espero que les guste.
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NejiHien.
