Applejack puso la canasta con manzanas sobre la mesa y, al mirar todo lo que le faltaba por recoger, suspiró, pero no se detuvo mucho tiempo y caminó hacia un vestido simple que estaba en el suelo. Cuando lo agarró con la boca escuchó que alguien tocaba a la puerta.

-¡Ya voy! –anunció y se apuró a tenderlo en el ropero.

Abrió la puerta y saludó a Twilight, sintiéndose algo aliviada.

-Twilight, qué bueno que viniste. Disculpa que te pida hacer esto…

-Ay, no te preocupes, la verdad es que tengo algo de tiempo libre e incluso limpiar es divertido cuando tienes a tu mejor amiga cerca- dijo mientras la abrazaba-. Y bien, ¿con qué quieres que empiece?

-Con todo lo que está en el suelo. Yo ya estoy con ello desde hace un rato y todavía falta bastante. No sé cómo es que Rarity las aguanta y Fluttershy las controla… si en un futuro alguien planea pedirme que cuide a esas niñas de nuevo, espero que mejor consigan su cutie marks pronto.

-¡Ja ja ja! Bueno, al menos te divertiste un poco, ¿no?

-Si a divertirse le llamas buscarlas por todos lados sin éxito toda la noche con temor a que se hayan lastimado, pues sí, me divertí mucho.

Twilight comenzó a reír. Al principio Applejack no le encontró la gracia, pero intentó verlo desde otra perspectiva y también rió.

Ambas ponis estuvieron toda la tarde limpiando la casa. La abuela Smith y Big Macintosh habían ido a Appleloosa a hacer algunas cosas y regresarían la mañana siguiente, de manera que la pobre Applejack tuvo que cuidar de las cruzadas sin marca ella sola.

Cuando Twilight anunció que iba a irse, Applejack le ofreció un jugo; de manzana, por supuesto.

-No es que intente decir que no me gusta este jugo, Applejack, en verdad ¡está delicioso! Pero ¿no te cansas a veces de tanta manzana?

-Claro que no, terroncito de azúcar, podrían ser lo único que comiera en toda mi vida, por eso soy de la familia Apple.

-Ah, claro, pero qué pregunta tan tonta he hecho.

-No digas eso. Mejor cuéntame, ¿qué vas a hacer llegando a tu casa?

-Hm, pues no sé aún, revisaré mi lista de pendientes a ver si hay algo por hacer, aunque según mis recuerdos nada queda, pero por eso está la lista, y… lo siento, sigo diciendo tonterías.

-Que no, Twi.

-Bueno, ya; ¿y tú qué vas a hacer cuando me vaya?

Applejack estaba a punto de decir que no quería que se fuera, pero temía que decidiera quedarse, Twilight tenía que descansar, seguramente mañana tendría que estudiar o hacer otra cosa parecida.

-Oh, pues… creo que iré al río a nadar un rato.

-¿Nadar? Yo no podría hacer eso, estoy exhausta, aunque serviría bien para refrescarse… ¿Y si vamos? Sólo meteré las patas al agua.

A Spike se le estaban cerrando los ojos, la verdad se sintió tentado más de una vez a dejarse invadir por el sueño, pero le preocupaba su amiga. Ella había dicho que regresaría después de pocas horas y ya había anochecido. ¿Y si algo malo le había pasado? Empezó a imaginarse malas situaciones, cada vez peores hasta que no resistió. Comió un rubí para darse energía y corrió, trotó, caminó y finalmente gateó hasta la casa de Applejack… o a un lugar cerca de ella.

-Vamos Spike, sólo un poco más, tu amiga te necesita…

Y empezó a roncar dejando caer violentamente su cabeza sobre la hierba. La verdad fue algo de admirar que aguantara tanto ejercicio sin dormirse a mitad del camino; lástima que nadie lo vio.

Applejack y Twilight no paraban de reír. La chica de Villa Pony había empujado sin querer a la de Canterlot al río, empapándola por completo. Queriendo vengarse le arroja una bola de agua con su magia haciendo que el sombrero de su amiga saliera volando, iniciando así una guerra. Ambas intentaban evadir los chorros de agua que la otra le lanzaba; Twiligth con la ayuda de su cuerno y Applejack con la cabeza, quien empezaba a marearse. "Tengo que imaginar otra manera", pensó pero nada se le ocurrió que pudiera hacer… al menos nadando.

-¡A que no puedes atraparme! –grita Applejack, saliendo del río y alejándose una gran distancia, a pesar del frío del viento contra su cuerpo.

Twilight corre tras ella, escalofriándose pero riendo. Alrededor había algunos árboles que proyectaban grandes sombras a pesar de la falta de hojas, cortando la luz de la luna, por lo que era algo difícil ver el suelo y tropieza con una rama, lastimándose el pecho. Giró su cuerpo de manera que quedara boca arriba e intentó mirarse la herida. No dolía mucho, pero no quiso levantarse, más bien juntó las patas a su cuerpo para juntar algo de calor, cerró los ojos y llamó a Applejack. Afortunadamente no tuvo que esperar mucho.

-Muñequita, ¿qué te pasó?

La pony naranja llegó corriendo junto a ella, mirándola desde arriba, aún sin su sombrero. Unas gotas de agua escaparon del cabello de Applejack para descansar sobre la cara de Twilight.

-Ups, lo siento.

Se alejó dos cuatripasos, aunque Twilight prefería que no lo hubiera hecho. La cercanía de sus patas le había dado un poco de calor y bloqueado el paso de la brisa. Además podía ver mejor sus ojos. Cansados y a la vez llenos de energía.

-Nada, sólo me caí… ¡achú!

-Ja, ja, vaya, parece que éste frío te está afectando. ¡Y eso que aún no es invierno! Vamos ya a la casa, te daré algo para que te sientas mejor.

Twilight se levantó y al hacerlo Applejack notó unos raspones. Pensó en nada preguntar hasta que llegaran, pero ¿y si era grave?

-Oye, ¿estás bien? Vi tu herida.

-Me siento bien, sólo arde un poco.

Ya al llegar, Applejack puso una cobija gruesa en el suelo para que su amiga se recostara sobre ella. Le preparó un té caliente y empezó a hornear un postre de –adivina cuál fruta- que según sus palabras estaría listo para comerse pronto. De un cajón sacó un tarro de ungüento y le pidió a Twilight que se sentara para aplicarlo sobre la herida. Ésta se quejó un poco al sentirlo, pero pidió que continuara con una sonrisa fingida y las orejas agachadas. Eran varios raspones en una gran parte del pecho, pero por suerte apenas tenían profundidad y las gotas de sangre que despidieron eran contadas y diminutas.

-…Ya está. Tómate tu té mientras voy por mi sombrero.

Twilgiht asintió y Applejack trotó hacia la puerta, salió y justo antes de empezar a correr, escuchó que era llamada por su nombre.

-…Lo siento.

-Oye, no te preocupes, si no fuera por que me dio por irme corriendo tú no me habrías seguido y esto no te habría pasado.

-Pero yo debí fijarme por dónde iba.

-Twilight… no pidas disculpas. Sólo déjame ir por mi sombrero, ¿está bien?

-…Está bien- acordó mientras asentía con una sonrisa.

Los siguientes minutos no fueron precisamente lindos para Applejack. Buscó por los alrededores su sombrero sin éxito. Seguro no cayó sobre la tierra cuando Twilight le lanzó esa bola de agua y el río se lo había llevado. Qué suerte. Entonces empezó a correr tan rápido como pudo pues cada segundo su sombrero se alejaba más. "¿Por qué no traje una cuerda conmigo? Ahora tendré que mojarme otra vez…" Y suspiró, pero no se detuvo ni redujo su velocidad, aunque sí se sumió en sus pensamientos. Nada muy importante (o al menos así lo describiría ella en esos momentos), sólo recordando aquella tarde y sus momentos más divertidos. Aquella limpiada de la casa y la guerra de agua seguro le sacó energía, y el día siguiente tenía trabajo que hacer. "No debí haber pasado tanto tiempo con Twilight, mañana estaré cansada… ¡No! ¿Qué estoy pensando? El tiempo que paso con ella siempre es el mejor…", y entonces se acordó que la había dejado sola y se dio cuenta de que no había puesto atención al río y probablemente ya había pasado su sombrero. "Estúpida yo". Corrió de vuelta a su casa esta vez poniendo atención a los alrededores, pero no encontró su sombrero. No importaba, ya le pediría a Rarity que le hiciera uno igual.

Twilight estaba acostada sobre la cobija, con la cabeza en alto, esperando paciente aunque un poco aburrida cuando escuchó que algo golpeó contra la puerta, sorprendiéndola. Era Applejack, tambaleándose un poco mientras entraba.

-Uf, lo siento. Es que mi cabeza estaba en otro lado y me di cuenta de que debía frenar algo tarde, je je. ¿Te asusté?

-Un poco, sí- contestó risueña-. Por lo que veo no encontraste tu sombrero. Te pido disculpas. Yo le pagaré a Rarity por uno nuevo.

-Considéralo pagado con el trabajo que hiciste hoy, y no insistas, ¿está bien? No hay problema… ¿Qué es ese…? ¡Oh, la tarta!

-No te preocupes, ya la saqué yo del horno, aunque se ha quemado un poco.

-Oh, ¿pero sabe bien?

-No lo sé, te he estado esperando para probarla.

-Ah, qué dulce de tu parte- dijo con una sonrisa tierna mientras buscaba un cuchillo y unos platos.

Twilight notó que las cintas rojas que sostenían el cabello y cola de Applejack estaban por caerse, ya que casi todo se había liberado de tanto movimiento y se lo mencionó.

-Ah, sí, ¿puedes quitármelas, por favor?

-Por supuesto.

Y así lo hizo. Puso las cintas sobre una mesita de esquina y desenredó su cabello con un cepillo que vio en esa misma mesa. Cuando acabó se le quedó mirando a su amiga como si ella no se diera cuenta, y es que se veía hermosa, Applejack con el pelo suelto, así, era algo que no se veía todos los días.

-Um… ¿pasa algo, terroncito de azúcar?

-Ah, no, nada. ¿Te molesta si me cepillo la crin también?

-Claro que no- dijo al momento que le servía una rebanada de tarta en un plato.

Ambas comieron en silencio. Applejack estaba un poco distraída pensando en su sombrero y en qué iba a hacer en la mañana para no sentirse cansada, pues el reloj marcaba que pronto sería medianoche, pero de repente sintió una mirada sobre ella, aunque cuando la devolvía Twilight observaba hacia otro lado. En esos momentos notó lo linda e inocente que se veía, aún con esa raspadura en el pecho. Por supuesto que no se le quedaba viendo mucho tiempo, no sabría qué decir si era sorprendida haciéndolo. Intentó ser ella quien descubriera a Twilight mirándola más de una vez pero no lo logró antes de terminar la tarta.

-Bueno, Applejack, ya es tarde y no quiero quitarte más tiempo, muchas gracias por la tarta, y el té, y el ungüento…

-No te preocupes, pero…

-¿Sí?- preguntó girando la cabeza hacia ella, pues ya se estaba dirigiendo a la puerta, quedando una de sus patas suspendidas en el aire al detenerse. Al notar la nerviosa mirada de Applejack apuntando al suelo en lugar de su cara sintió una extraña emoción, como si quisiera que pasara algo.

-…No, nada, olvídalo.

Twilight salió y dio media vuelta para despedirse de su amiga, aún con esa extraña sensación en el estómago. Debía ser la locura de la noche, seguro era que no quería que la diversión terminara. Antes de decir lo que iba a decir, notó algo en la cara de Applejack y se concentró demasiado en eso, casi sin querer. Se acercó a ella lentamente a ella relajando los párpados y le dijo:

-Te quedó tarta en la boca.

Y la lamió. Esto tomó a Applejack por sorpresa y al contrario de Twilight abrió bastante los ojos. Cuando la pony violeta se alejó y la miró, de repente se dio cuenta de lo que había hecho y se sonrojó tremendamente. Agachó la cabeza y cerró los ojos como si esperara un golpe.

-¡Lo siento, Applejack! ¡Discúlpame! ¡Te juro que lo hice sin darme cuenta, simplemente pasó y…!

-Entra.

-…¿Eh?

Applejack repitió su orden con la mirada. Aunque su expresión no era severa, estaba seria; Twilight estaba segura de que le esperaba una desagradable charla mientras caminaba. Se paró en medio de la sala y sin abrir los ojos arrepentidos escuchó cómo Applejack cerraba la puerta y se acercaba a ella. Levantó ligeramente la cabeza para pronunciar "co" antes de que una pezuña detuviera su habla. Abrió los ojos ligeramente y ahí estaba Applejack, con la frente casi junto a la suya. Ésta se acercó lentamente cada vez más y sus dientes rozaron su labio inferior hasta morderlo. No la besó con los suyos ni con su lengua, simplemente una suave mordida. No podían negar que eso era tentador. Se miraron unos segundos y Twilight se dejó caer al suelo para que Applejack se acostara sobre ella y así pasó, aunque no pudo evitar soltar un ligero quejido al rozarse sus pechos. Claro, la herida. Suficientemente pequeña para no tener que preocuparse por ella y suficientemente molesta para lograr interrumpir una situación así. Sabían que si continuaban no podrían disfrutar como se debiera gracias a eso, así que Applejack se le quitó de encima y la ayudó a levantarse.

-…Lo siento –se disculpó Twilight.

-Ya te has disculpado desde que estás aquí más de lo que te disculpas en una semana normalmente.

-Pero esto… -Applejack la calló con un beso. Empezó como uno simple hasta que Twilight abrió la boca, alargando la duración del momento por varios minutos. Al terminar ambas sonríen tímidamente y Twilight se sonroja-. Hm, ya me voy, ambas tenemos que descansar, ¿cierto?

-Cierto, ¿qué día, eh?

Ambas rieron ante ese comentario, cosa que les relajó un poco.

-Sí, bueno, que descanses.

-Descansa, Twi.

-Hasta luego.

Applejack le dedicó una última sonrisa antes de cerrar la puerta. Twilight liberó un gran suspiro pensando en su camino a casa y unos segundos después vio algo a mitad del camino. Una pequeña criatura descansando despidiendo sonoros ronquidos.

-Spike, Spike, despierta, Spike…

-…¿Uh? ...¿Twilight?

-¿Qué haces aquí, Spike?

-Oh…- se talló los ojos mientras su amiga pony lo recogía sobre su lomo- Es que te tardaste en llegar y… me preocupé…y…

-¿Sí, Spike?

Pero no obtuvo respuesta. El bebé dragón se quedó dormido de nuevo. Twilight bostezó aunque sin dejar de sonreír. Éste seguro había sido un día cansado, lleno de risas y sorpresas. Pero ¿qué es lo que había pasado en casa de Applejack? ¿Acaso la emoción nocturna se había mezclado con el impacto de ver a su amiga con el cabello suelto y empapado o era algo más que eso? No estaba segura, sólo recordaba haberse enamorado una vez cuando era una potra de un compañero de clase. Hacía mucho tiempo. Pensaba en resolver esa duda con la ayuda de sus libros, pero tal vez eso era algo que sólo el tiempo podía contestar, y tener eso en cuenta era algo que no sabía si le emocionaba o la ponía nerviosa…

Quería ver a Applejack. Sintió la tentación de regresar corriendo a su casa, pero era ridículo; tenía a Spike sobre el lomo, estaba por llegar a su morada y era muy tarde.

Ya sería otro día, se aseguraría de que pasara, cuando su pecho se curara, seguramente en menos de una semana…