yo! aqui me tienen de nuevo =3= esta vez con un a version de Alicia en el pais de las maravillas versión akatsuki!

La historia original no es mia, le pertenece a lewis carrol, yo solo hago una adaptacion, utilizando a los akatsukis que tampoco son míos sino que pertenecen a Kishimoto-san

Sin mas, empiezo.


A Través Del Agujero Del Conejo

Deidara se moría de aburrimiento, su hermana mayor le estaba leyendo un libro que a su parecer era extremadamente aburrido. Algunas veces ojeaba las páginas por encima del hombro de su hermana, pero en ellas no había dibujos ni ilustraciones. Se recostó con aburrimiento.

Entonces un conejo marrón se acercó a él, sacó un reloj del bolsillo de su traje y exclamó.

—¡Voy tarde! ¡Voy tarde! ¡Voy muy, muy tarde!

Y así repentinamente como había aparecido, se alejó con paso presuroso. Deidara miró fijamente a la extraña criatura, después de darse cuenta de lo que había sucedido, se levantó y corrió detrás del conejo; el animal esquivó unos cuantos árboles y luego saltó dentro de un agujero, Deidara frenó frente al agujero; su corazón iba a mil, nunca había sido especialmente bueno en lo que respectaba a la actividad física, así que seguir a un conejo no sería especialmente reconfortante.

Entonces corrió su cabello rubio y largo por detrás de su oreja y examinó el hueco, era lo suficientemente grande como para que él pudiera pasar por allí, sin embargo... estaba oscuro, no había cosa que el joven odiara y temiera más que los lugares oscuros, y ese estrecho agujero estaba muy oscuro, sintió como aumentaba su ritmo cardíaco y sus mejillas palidecían.

Pero no podía simplemente quedarse allí, tenía que seguir a ese conejo, no podía permitir que su miedo lo controlara, asi que respiró hondo, y haciendo caso omiso a los constantes escalofríos que recorrían su cuerpo y a la fuerte presión en su pecho, entró en el agujero y siguió al conejo blanco.

Entonces Deidara empezó a caer a una velocidad desmesurada, todo era oscuro, arriba, abajo, solo había oscuridad. Cerro los ojos, apretándolos fuertemente, trató de calmarse, pero solo conseguía angustiarse todavía mas, su corazón empezaba a bombear cada vez mas fuerte; presa del pánico, flexionó sus piernas y las abrazó, escondiendo la cabeza en el pecho, sin embargo esto no lo ayudó a vencer sus nervios, estaba seguro de que a su alrededor solo había oscuridad, pero tenía mucho miedo como para abrir los ojos y comprobarlo. El pánico lo llevó a hiperventilar, trató de calmar su respiración, pero ahora mismo solo podía pensar el la oscuridad que lo rodeaba. Su conciencia se desvaneció lentamente, hasta que se desmayó.

Los ojos azules de Deidara se abrieron de golpe, se levantó, con cierta dificultad, y pudo darse cuenta de que estaba en una habitación iluminada (¡Que bien sonaba la palabra!) solamente por cuatro lámparas colgantes; entonces fue cuando se dio cuenta de que había algo extraño, algo distinto, pero ¿Qué era?

Empezó a fijarse en todo su cuerpo, su cabello rubio, atado en una coleta alta, a excepción de un mechón que cubría su ojo izquierdo, su abdomen un poco marcado y su figura delgada fina, casi afeminada; sus uñas pintadas de un color oscuro, las palmas de sus manos que... ¡Espera un segundo! El joven casi se cae de la impresión, en las palmas de sus manos había una especie de... ¿Cómo decirlo...? Bocas.

Deidara se concentro de forma que pudiera mover esas 'bocas' a voluntad, y lo logró después de unos intentos. Rió, divertido, realmente era bastante asombroso, era raro, distinto, original; le gustaban ese tipo de cosas. Pero entonces recordó que ese el el menor de sus problemas: tenía que salir de allí. Miró a su alrededor, había varias puertas en la habitación, así que trató una por una, solo para darse cuenta de que todas estaban cerradas con llave.

Fue hasta entonces que el joven reparó en una mesa de tres patas, toda de cristal, sobre la cual había una pequeña llave de oro, primero pensó que podría abrir alguna de las puertas, pero era muy pequeña para encajar en cualquiera de las cerraduras, hubiese perdido la compostura, de no ser porque en ese preciso momento reparó en una pequeña cortina. Apartó la cortina, para encontrarse con una pequeña puerta ¡Esa debía ser la cerradura en la cual encajaba la llave!

En efecto la llave entró con facilidad y la puerta, negra, con una nube roja en el centro; se abrió, permitiendole a Deidara ver, algo que parecía un bosque, seco, en un paisaje desolado, de inmediato sintió una inmensa curiosidad, y deseos de explorar aquel sitio, sin embargo la puerta era demasiado pequeña para que él pudiese pasar.

Impaciente, Deidara empezó a recorrer la habitación de nuevo, y esta vez, encima de la mesa había una pequeña botella, que ciertamente no estaba allí antes, cuando el joven la miró de cerca se dio cuenta de que en un papel, con letras muy pequeñas ponía '¡¿Qué!? Acaso no es obvio que debes beber, idiota' Deidara leyó y releyó el papel, esto... ¿Era en serio? Suspiró resignado, realmente no había otra cosa que se pudiese hacer en ese cuarto.

En el peor de los casos podía contener veneno y él no era ningún estúpido; sin embargo, tampoco pensaba morir de hambre en ese cuarto, si le daban a escoger, prefería morir arriesgandose y no como un cobarde: Así que destapó la botella y bebió hasta la última gota.

Después vino una sensación graciosa, era como si su cuerpo estuviese siendo comprimido, era extraño; alarmado, Deidara miró todos los objetos de la habitación: se habían hecho mas grandes... ¡No! De hecho era él quien se había hecho mas pequeño! Corrió, emocionado, hacia la pequeña puerta, pero entonces se dio cuenta de que estaba cerrada, y la llave estaba encima de la mesa, que era demasiado alta. Lleno de rabia, empezó a pegarle puños y patadas a una de las patas de la mesa.

—Demonios, tengo que calmarme calmarme, hm —dijo para si mismo.

Siempre había añadido la partícula 'hm' al final de sus oraciones, realmente no recordaba haber hablado de otra forma, y ahora era prácticamente inconsciente, no podía evitarlo, aún si quisiera.

Una vez se hubo calmado, el rubio divisó una pequeña caja, con otro letrero 'de verdad que eres un idiota' Deidara estuvo a punto de mandar la condenada caja al demonio, de no ser porque era pastel de chocolate, si era de chocolate no valía la pena desperdiciarlo. En cuestión de segundos ya se lo había terminado todo. ¿Qué pasaría ahora? Solo faltaba que se volviera demasiado grande como para poder sostener la llave y abrir la puerta de nuevo.


ja! he terminado el primer capitulo TwT

Ya se que hay un montón de OoC... lo siento.

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matta ne!