Bueno chicos, aquí les traigo esta nueva historia. La iba a publicar el día 5 de junio, mi cumpleaños, pero al ver que la terminé antes de lo que imaginé pensé: "Qué más da". Así que espero que la disfruten al máximo.
PD: Aun así, si quieren, pueden felicitarme por MP ese día. XD XD
Aclaraciones: El siguiente Fanfic hace referencia a parte de la vida de Silver, en el futuro, luego de los cambios hechos a la línea temporal al final del videojuego "Sonic the Hedgehog 2006".
Disclaimer
Todos los derechos de localizaciones y personajes pertenecientes al universo de Sonic the Hedgehog son propiedad de Sonic Team y SEGA. La historia, así como otros personajes, si es de mi propiedad.
Un Futuro en Crisis
Capítulo 01: Pesadillas de Realidad
POV Silver the Hedgehog.
Elevándose por los aires, el cuerpo felino de mi mejor amiga y compañera comenzaba a desvanecerse en un brillo de luz resplandeciente. "Sacrificó su vida y su alma por la protección de nuestro mundo".
– Good luck, Silver. (Buena Suerte, Silver). – Dijo mi nombre con cariño, segundos antes desaparecer. Al hacerlo, un haz de luz estalló e iluminó los cielos de muerte y destrucción, dejando ahora uno de esperanza para todos los que vivíamos en ese infierno.
– Gracias…– Quise darle las gracias por su acto, pero mi mente lo olvidó. "Olvidé el nombre de la chica que amaba".
Movía mis labios tratando que, por accidente, pronunciara el nombre que aquella felina lavanda, pero nada. Todo era inútil, y caí en llanto. "Quería recordar".
– ¡No! – Mis gritos hicieron eco en toda mi habitación, así como el golpe de mi rostro contra el suelo. Recomponiéndome, sentí pasos que se acercaban más y más.
– Silver. – Oí como mi hermana Pearl entraba de improvisto a mi habitación. Tomando un pañuelo de uno de sus bolsillos de su jean azul limpió el pequeño hilo de sangre que salía de mi nariz. – ¿Por favor dime que no tuviste otra pesadilla? – Tan solo al preguntar y verme directo a mis ojos, supo la respuesta obvia que no quise responderle.
– ¿Está todo bien? – Ahora escuché como preguntaba por mi estado O'Hara, el novio de mi hermana Pearl. Él, al igual que los nosotros, era un erizo antropomórfico de pelaje rojo con partes negras.
– Sí, estoy bien. Solo me caí de la cama. – Declaré viéndolo a sus ojos rojizos, mostrándole una sonrisa falsa para no preocuparlo más. Sobándome la cabeza, besó a mi hermana en sus labios, salió de mi habitación, no sin antes indicarnos que nos prepararía el desayuno y nos avisaría cuando estuviera listo.
– Silver, creo que necesitas contarme que es lo que ves en tus sueños. Llevas casi un mes con lo mismo. – Comentó Pearl, acariciándome mi cabeza.
– Pearl, ya te he dicho que son solo tonterías. – Le dije para disuadirla, pero no parecía satisfecha del todo. – Debe ser que vi una película de terror y no me la he podido sacar de la mente. –
– No te pienso obligar a nada, pero sabes: Espero que creas tus propias palabras. – Con decepción que se le notaba en su rostro, ella solo me dio un beso en mi frente e igualmente salió de mi habitación. Quedando solo, con los pensamientos de agonía que trataba de ocultar, sentí como unas lágrimas de mis ojos brotaron y se deslizaban por mi rostro. No dejaba de pensar en aquella felina lavanda que noche tras noche interrumpía mis sueños, juntos con las pesadillas de un mundo apocalíptico arrasado por un monstruo infernal de fuego y lava.
– ¿Qué demonios me está pasando? – Traté de preguntar a alguna fuerza superior (si existía), pero agarré mi cabeza al sentir como un dolor palpitaba en mi cabeza, como golpes que se repetían una y otra vez sin fin. Al detenerse, por un instante, vislumbre una figura oscura que yacía parada frente a mí. Antes de tan siquiera poder describir quien era, o que era, esta desapareció pero la sensación de terror no abandonaba mi cuerpo. "Quería gritar, pero me silenciaba; quería correr, pero me pasmaba; quería recordar, pero olvidaba"…
– Como recordaran la clase pasada…– Perdiendo la noción del tiempo en la clase de biología, yo solo vislumbraba con la vista vacía por la ventana el paisaje de corriente de mi escuela. De un lado, las porristas practicaban sus movimientos aeróbicos para apoyar nuestro equipo de futbol que ya llevaba casi tres años sin siquiera clasificar a las finales; y estos, sin negar sus impulsos, se abalanzaban sobre ellas para demostrar su masculinidad. Llegaba a sentirme furioso al ver como muchas veces se propasaban con las chicas, pero luego lo olvidaba al darme cuenta como ellas igualmente los manipulaban para su propio beneficio. "Antes disfrutaba ver y observar todo el espectáculo que la escuela me daba, pero desde que comenzaron las pesadillas mi vida no ha sido la misma".
Con bostezos tan enormes por las que mi alma podía escaparse, cerré mis párpados y esperé que al despertar la clase ya hubiera terminado…
– Silver… Silver… Silver…– Como un archivo de audio corrupto, alguien repetía una y otra vez mi nombre sin descanso. Su voz era entre un tono de melancólica y terrosidad, pero a la vez llena de ira y un odio sin igual. Con mis párpados nuevamente abiertos, mi respiración se cortó abruptamente. Las células de mi cuerpo temblaban, y mi salón yacía en llamas que devoraban los cuerpos de mis compañeros, quienes ni se inmutaban de la situación. Todos ellos me miraban, y lo que me perturbaba más es que en donde se suponían que yacían sus ojos solo se veía directamente cuencas o cavidades orbitarias, llenas de sangre que chorreaba sus rostros. Giré a todos lados y entre mis compañeros desfigurados alguien, quien yacía con la cabeza recostada sobre el pupitre, resaltaba como una sombra en medio de la luz del día.
– Who are you? (¿Quién eres?) – Sin responderme, él levantó su rostro. Semidormido, se paró su asiento y estiró uno a uno los músculos de su cuerpo. Todos estos traquearon como nueces al romperse sus cascarones. Aun sin responder, dio pasos que estremecían el suelo bajo mis pies, lo que me hizo retroceder y caer de espalda, chocando mi cabeza contra el suelo. Sobando con mi mano mi cabeza, me percaté que ya se encontraba frente a mí ese erizo antropomórfico de pelaje negro pálido, con franjas azules igualmente pálidas en sus brazos y pies y mechones en parte de las púas de su cabeza.
– Es bueno volverte a ver, Silver. – Declaró de una manera imposible, a la vez que una sonrisa se delineaba en su inexistente boca. – Esto será muy divertido. – Sin tiempo a reaccionar, y lo que creí que sería un puñetazo de su parte, todo su brazo se transformó en un arma filosa. Moví mi cabeza a tiempo para evitar el golpe, pero el viento que chocó con mi cara hizo arder mi mejilla como si hubiera sido un ataque directo. Apreté mis puños, y sin consideración, lancé a aquella criatura infernal contra la pared con mis poderes de telekinesis… solo para darme cuenta en un parpadeo que todo volvía a la normalidad. Mis compañeros de clases se ocultaban de mí en una de las esquinas del salón. Todos ellos trataban de no verme fijamente, pero yo me aterré aún más ver como mi profesor se levantaba del suelo y, cojeando, me agarró de mi brazo para afuera, en dirección a la oficina del directo. Mientras lo hacía, mirando hacia atrás con los demás alumnos de la escuela murmurando entre ellos, pequeñas gotas de sangre formaban un camino por donde caminaba. Toqué mi mejilla y dicho ardor volvió a ser presente en mí. Aquel tono rojizo que empapaba mi mano me dejó en shock.
"Las ilusiones no te pueden lastimar… ¿O sí?".
– ¡Le habló a una silla vacía y de pronto comenzó a atacarme como un loco usando sus poderes (algo que está prohibido en esta institución); y de alguna manera se hirió a sí mismo! – Su enfado no se hacía esperar. Narraba con pelos y detalles mis acciones durante su interrumpida (y aburrida) clase. Pedía mi cabeza (no literalmente) al director.
– Mi hermano ha estado pasando por cosas malas. – Trató de defenderme Pearl. – Ya ha pasado casi tres años desde que nuestros padres fueron seleccionados para dirigir la colonia espacial "A.R.K 43" más allá de Plutón. Pienso que…–
– Disculpe por interrumpirla, pero esta no es la primera vez que el joven Silver ha hecho actos algo inquietantes. – Dijo el director, dejando a mi hermana en silencio. – Otros profesores mencionan que se queda dormido en clase por breves lapsos y, como molestia, murmura palabras inentendibles de algún idioma raro o ficticio que interrumpen la concentración de sus compañeros. – Terminó de informar.
– Eso… no lo sabía. – Dijo Pearl, fijando su vista en mí.
– Si me permite aconsejarla, creo que lo mejor sería que durante unas dos a tres semanas su hermano pasara en un centro de rehabilitac…–
– ¡No meteré a mi hermano en centro de locos! ¡Veré como me haré cargo del problema que presenta! – Les declaró sin titubear, haciéndome sentir algo feliz al ver cómo me defendía.
– De acuerdo. – Sin nada más que decirle, él director firmó un registro de suspensión y nos fuimos inmediatamente de allí.
Sentados en la mesa del comedor de nuestro apartamento (mejor dicho, su apartamento), el silencio absoluto era abrumador. Sé que quería que hablara y le contara lo que me sucedía, pero me apenaba que al oír mis palabras solo creyera que estoy loco y que la hice perder el tiempo en bobadas.
– Estoy esperando. – Insinuó con tal seriedad que yo solo agachaba la mirada con pena de no ser lo suficientemente valiente para contarle mis problemas. – Si así son las cosas, solo me queda una opción. – Cuando dijo esto su tono pareció muy malicioso. Era como alguien que está a punto hacerte una broma de mal gusto. – O'Hara me mostró de un libro antiguo una nueva posición que quería que practicáramos. Sin negarme a ello, luego de desnudarnos él se posó detrás de mí, separó mis piernas y comenzó a…–
– ¡Okay, okay, te contaré todo pero no digas nada más! – Con las palmas abiertas de mis manos golpeé un poco la mesa al sentirme apenado, interrumpiendo a tiempo su relato. Ella solo cayó en carcajadas al verme como me ponía, así como pararse de la silla y darme un abrazo cariñoso. Yo odiaba cuando ella o su novio daban insinuaciones de lo que hacían detrás de la puerta de su habitación, y ellos se aprovechaban de la situación para molestarme.
– Ya lo prometiste. Cuéntame que es lo que te está perturbando. – Con su mirada fija, yacía lista para oírme hablar. Con varios suspiros, no había vuelta atrás ni modo de evitarlo.
– Las imágenes en mis sueños son tan nítidas que parecen que lo que vivo es real. Observo muerte, hambruna y dolor en cada rincón de una ciudad devastada por monstruos de lava que devoran la esperanza de las personas. – Comencé a narrar poco a poco, y la atención de mi hermana aumentaba. – Entre las pocas cosas que puedo recordar con nitidez hay una chica, que es un animal antropomórfico, de especie felina está siempre a mi lado. – Deteniéndome un segundo, cerré mis párpados para visualizarla mejor. – Sus bellos ojos dorados son como soles atrapados en dos pequeñas cuencas que resaltan su delicado rostro y su colorido pelaje lavanda alegra la situación más terrible; y, aunque su poder sea el control del fuego, las llamas que brotan de su cuerpo son una luz que llenan de calidez cualquier espacio conquistado por el frío del sufrimiento. – Terminando, abrí mis párpados solo para encontrar a mi hermana con la boca tapada.
– Oh Silver. – Fue lo único que dijo, con algo de melancolía.
– Lo que más me duele de mis sueños es que no recuerdo el nombre de aquella chica. Sin importar que tanto lo intente, la respuesta yace al final de un sendero que no tiene fin. – Traté de ser fuerte pero lo que sentía por aquella chica, de la cual no podía afirmar si era real o no, era tan grande que no pude evitar sollozar. – Trato de convencer a mi mente que ella es solo una ilusión pero mi corazón se aferra a la idea que es real, y me está esperando. – Las lágrimas ya empapaban todo mi rostro y ahora caían sobre la mesa. Aun con el abrazo propinado por Pearl, yo me quebraba como el cristal. Separándome de ella, corrí a mi habitación. Teniendo que usar mis poderes debido a lo "muy organizado" que estaba mí cuarto, el aura turquesa que brotó de mí rodeó cada objeto. Con mi concentración al máximo, pude ver flotando a un lado lo que quería. Poniendo todo en su lugar (bueno, la mitad de las cosas se cayeron y todo se desordenó aún más), corrí devuelta con Pearl.
– ¿Qué es eso? – Con suspiros, le mostré mi blogs de hojas de dibujos. Allí, con casi 20 ilustraciones, vio a la chica que le describía. No era un experto en dibujar pero podía defenderme un poco, lo suficiente para captar los mejores rasgos de la felina que la hacían diferentes a varias de mis amigas. – Es bellísima, y tenías razón sobre sus ojos. "Parecen pequeños soles". – Diciéndolo con un tono jocoso, me apené un poco. – ¿No te molesta que me quede con los dibujos? Creo saber cómo puedo ayudarte para identificarla. –
– Really? (¿Enserio?) – Pregunté con una pizca de esperanza que hacia retumbar mi corazón.
– Confía en mí. – Con esas palabras de aliento, una sonrisa brotó de mi rostro.
– Ya que dejamos mis pesadillas de lado, ¿Cuál va a ser mi castigo por ser suspendido una semana de clases? – Indagué esperando que no fuera tan grave el castigo que me diera.
– Veamos, que prefiere: ¿Darme tus consolas de videojuegos por dos semanas o escuchar el resto del relato íntimo que narraba cuando me interrumpiste? – Con una sonrisa de victoria delineada sobre su rostro, sin yo tener la necesidad de responderle, fui a mi habitación donde tomé mi consola portátil y se la entregué en sus manos; así como desconecté del adaptador de la pantalla holográfica mi consola de mesa.
– Y yo que quería darle fin a "Bayonetta 28: Mega Revolution HD" esta semana. – Declaré decaído, hasta que una incertidumbre llegó a mi mente. – ¿No tienes que volver al trabajo? –
– Perder un día de paga no es nada porque estar al lado de mi pequeño hermanito vale mil veces más. – Declaró con su típico tono alegre.
– Ojalá mamá y papá pensaran así. –Dije con tristeza que trataba de ocultar.
– Ellos nos aman, pero… no estamos entre los primeros escalones de atención. – Dijo, igualmente con tristeza. – Hey, no te entristezca. Nos tenemos el uno al otro para divertirnos. – Trató de animarme, pero era inútil.
– Sí, lo que dices es cierto. Voy a mi habitación. Quiero descansar un poco. – Asintiendo, me fuí de allí y volví a mi cuarto. Atrancando la puerta, me recosté en la cama. Ahora pensaba en papá y mamá, sin saber qué clase de investigaciones hacían en el A.R.K. Tomando mi celular, reproduje unos de los primeros audios de los dos en su primer año lejos de nosotros. Oyendo sus voces me quedé dormido con el deseo de tenerlos por un día a nuestro lado…
– "Oh no. No hay tiempo de descanso para los malvados." – Aquella misma voz macabra que merodeaba mis sueños volvió. Con mis párpados abiertos vislumbre que otra vez yacía en aquellos parajes de devastación gobernados por la locura. "Solo que esta vez algo era distinto".
– Silver, muévete. – Gritó una voz que tenía tiempo de no oír en persona, que me hizo girar y gritar de alegría (algo que caía en contraste con lo que me rodeaba). Con paso ligero abracé a mi padre, quien en devolverme el cariño que le daba me separó de él, fulminándome con su mirada. – No sé lo que te pasa, pero ahora no es tiempo de bobadas. – Declaró, agarrándome con fuerza de mi brazo y, casi a rastras, me llevaba dentro de un edificio derribado por la mitad. Con pequeñas antorchas caminamos pisos arriba, donde nuestras pisadas en los pasillos y escalones que dejábamos atrás quedaban marcadas por el polvo acumulado. Por estar prestando atención en captar todos los detalles no vi cuando mi padre se detuvo, por lo que no se sintió nada a gusto cuando choché contra él y, sin culpa, casi incineré parte de sus pantalones. – Hoy estás como un idiota. – Con tal declaración aparté mi mirada y oculté mis sollozos. "No parecía ser la persona que recordaba… aunque la verdad, tampoco es que lo conociera mucho".
Oyendo como abrían la puerta en donde paramos, vi a mi madre. Así como hice con mi padre, fui y la abracé con cariño. Esta vez, ella me devolvió el abrazo y me dio un beso sobre mi cabeza. Me dolía ver como su pelaje cian (casi parecido al turquesa de mis poderes) yacía sucio, así como en otras heridas de cicatrices que no sanaron como era debido. Sus ojos dorados me veían con un cariño que no recordaba desde tiempo atrás. El atuendo que portaba sobre su cuerpo ya casi se deshacía por completo, solo cubriendo principalmente sus partes (y eso era decir mucho).
– ¿Lograron conseguir algo? – Escuchando como indagaba mi hermana, me acerqué a ella. Antes de hacer lo mismo que hice con mi padre y mi madre, ella se adelantó y me dio más cariño (no muy distinta a la que recordaba), con besos, abrazos y cosquillas. En peor estado que mi madre, su pelaje casi parecido al mío estaba más sucio de lo habitual y su atuendo era únicamente su ropa interior. Era tal el desgate de estos que ya no se distinguían de qué color era originalmente; y percibiendo algo más allá, la apariencia de Pearl mostraba que debía tener 15 años otras. Observé mi cuerpo, y mi reflejo en un espejo, y quedé atónito. "Yo tenía 5 años (de nuevo)".
– Encontramos muchas provisiones y algo de agua dentro de un edificio a 30 kilómetros de aquí. – Escuché como le respondía nuestro padre, sacándome de mi trance. – Lo más seguro es que un pobre grupo de refugiados murieron tratando de llegar a otro campamento. – Con una sonrisa delineada en su rostro, devorando una mínima parte del alimento, daba una sensación escalofriante de estar alegre por las muertes de personas en este horrendo mundo.
– Nosotros deberíamos ir a uno de esos campamentos. Estaríamos más seguros. – Declarándole, nuestro padre no parecía muy a gusto con lo que oyó por parte de Pearl. Parándose, se acercó a ella y la levantó de su cuello. Queriendo hacer algo para ayudarla, Pearl movió su mano como señal que no me moviera por lo que la obedecí, aun cuando me doliera como la estrangulaba.
– Los alimento a todos pero siempre tengo que soportar tu actitud pedante. Debería castigarte con más fuerza de lo que te hago. – Declaró con locura, entes de fijar su mirada sobre mí. – Oh mejor aún, debería castigar a Silver en tu lugar para varia un poco las cosas. –
– Si te atreves a tocarlo, así sea una de sus púas, te juro que yo misma te mataré. – Bajo esta amenaza, nuestro padre sacó una especie de revólver arcaico y acercó la boquilla del arma al rostro de Pearl.
– No me tientes. A veces pienso que una boca menos para alimentar aliviaría la tensión. – Declarando esto, quería usar mis poderes para desarmarlo pero no tenía nada. Con el rostro un poco azul, él al fin la soltó. Ella no paraba de toser y toser, hasta que vomitó lo poco que había en su estómago (que no era mucho). Ella alzó la mirada y no dejó de verlo con odio. Tomándome de mi mano, fuimos a otra de las habitaciones. Allí, con una pequeña lámpara de gas que encendió para iluminar el lugar, comenzó a llorar.
– No dejaré que te haga daño. No dejaré que te haga daño. No dejaré que te haga daño…– Repetía y repetía con una mirada vacía. "Me perturbaba verla así, pero aún más al no entender que pasaba".
– Vamos a dormir. – Mi sugerencia le cayó bien, por lo que nos acomodamos en la parte menos fría del piso. Abrazándome por la espalda, sentí como se quedó dormida al instante. – "Ya verás que cuando despierte todo estará devuelta a la normalidad". – Decía para mis adentros. "Esto era otra de mis pesadilla, pero más real" fue mi último pensamiento antes de quedar rendido.
Con gruñidos que se sentían tan cerca, nos levantamos con prisa. Nuestro padre y madre ya tenían listos unas bolsas con varias provisiones de agua y comida, las cuales cargamos una parte.
– Hay que movernos. Hay varios Iblis Biters en el edifico, y más temprano que tarde nos encontraran. – Formando gestos con su mano, mantuvimos silencio absoluto y nos escabullíamos con sigilo. Nuestro objetivo era salir a toda prisa vivos.
No puedo negar que hubo momentos que quise gritar de miedo al ver pasar esas criaturas de lava cerca de nosotros. Eran como reptiles enormes listos para devorarnos con sus colmillos de fuego; pero todo la sensación de inseguridad pasó en el momento que logramos abandonar el edificio e irnos bien lejos de allí. Lo malo, fue que no duró mucho la sensación de paz. Como diez de esas criaturas hicieron acto de presencia y estaban listos para atacar. Disparando primero, la puntería de mi padre fue tan eficaz que destruyó a 6 de las 10 criaturas, y dos de ella abandonaron al grupo. Solo quedaban dos, que nos gruñían con más fuerza que antes. "Éramos su alimento y morirían para devorarnos".
– ¡Silver! – Gritó mi madre, saltando frente de mí. Uno de los Iblis Biters decidió que yo era la presa más fácil, pero ahora en sus colmillos yacía mi madre, donde el sonido de su cuello quebrándose no abandonaba mi mente. Los dos Iblis Biters comenzaron a correr lejos de nuestra posición, desmembrando en su camino el cuerpo de su presa en su afán de devorar su carne.
– ¡No! – Gritó mi padre, acabando de recargar el revólver. Persiguiéndolos, otra de esas criaturas apareció de la nada tomándolo desprevenido. Con sus garras arrancó su pierna izquierda sin problema antes de ser eliminado por las balas del revólver. Corrimos hacia él esperando que aún se mantuviera consiente.
– Se te cumplió tu deseo, Pearl. – Insinuó, pero mi hermana le negaba.
– Yo no… no quería que fuera de este modo. – Dijo, pero no importaba ya.
– No importa. Me lo merezco. Les he hecho mucho daño con la excusa de que los "protegía". – Aceptando sus acciones, trataba de soportar mostrar expresiones de dolor – Pearl, perdóname. Perdóname por todo lo que te hice. –
– Aunque me duela decirlo, te perdono. – Lo perdonó, pero no lo vio directo a la cara.
– Silver, Pearl, quiero que sepan que los quiero. – Dijo con una sonrisa. – Váyanse. Dentro de poco vendrán más de esas cosas. No miren atrás por nada del mundo. – Pidió, por lo que asentimos. Dándole un abrazo de mi parte, nos fuimos. "Si tenía suerte, moriría desangrado antes de que lo devoraran".
Sin más fuerzas para caminar, nos detuvimos y nos ocultamos por ese día. En cualquier momento anochecería aún más, y la oportunidad de los monstruos de cazarnos era mayor. Sin ya no soportarlo más caí en llanto al no dejar de pensar en nuestros padres. "No quería creer que estaban muertos".
– Esto no es real. THIS IS NOT REAL! (¡ESTO NO ES REAL!). – Declaré en gritos de agonía, con mis lágrimas empapándome. – Dentro de poco despertaré y todo será normal de nuevo. –
– Desearía poder creerte, pero este es el mudo real. Nuestro mundo. – Decía decaída.
– No, este no es…– Quise negar su declaración, pero todo a mi alrededor dio vuelta y vueltas, hasta que me sentí tirado en el suelo.
– ¡Silver! – Su grito de desesperación me mantuvo despierto. – Tu temperatura está alta. – Informaba, pero me era poco posible creerle al sentir un frio recorrer cada rincón de mi cuerpo.
– Pase lo que pase, quiero que sepas que yo te quier…– Con una cachetada en mi mejilla, ella me interrumpió.
– Tú vas a estar bien, y esas palabras vas a decírmelas cuando te recuperes. – Me dijo con firmeza, abrazándome.
Desde ese momento, yo me volví una carga para ella. Estaba tan mal que no podía ni sostener mi propio cuerpo teniendo que ser cargado en todo el camino, y las necesidades básicas no podía hacerla sin su apoyo; y no hablemos de las provisiones. Por mucho que me negara a recibirlas, era yo quien comía y bebía más de la cuenta al ser alimentado por ella. Y tras de esto, ninguno de nosotros dos quería perder la esperanza pero no habíamos encontrado aún un campamento de refugiados en donde poder resguardarnos. Cada minuto que pasaba mi cuerpo no paraba de temblar involuntariamente y mi hermana ya no sabía qué hacer. En un punto yo estaba tan pasmado como una paleta por lo que cerró mis párpados, pero como si tuviera visión de "Rayos X" como los superhéroes, veía a través de estos y la notaba aún más decaída y sin esperanzas que cuando fingía ante mí que todo estaría bien. "Quería hablarle y calmarla, pero ni eso mi cuerpo ya podía hacer".
– ¡Alto ahí! – Aquella orden dio algo de esperanza. En el poco rango de visión que tenía, pude ver que se trataba de un chico humano de no más de 18 años, que nos apuntaba con un arma.
– Gracias al cielo. Necesito ayuda. Mi hermano está grave y…–
– Ese no es nuestro problema. – Dijo secamente sin escuchar, dejando pasmada a mi hermana.
– Por favor. Ya no tenemos nada y… – Trató de acercarse al joven, pero este se puso más alerta.
– Nosotros solo recibimos a refugiados de otros campamentos aliados. Así que te recomiendo que busques ayuda en otro lugar. – Le dijo con indiferencia, pero en el rostro de Pearl sus expresiones denotaban que no se detendría ante nada.
– ¡Haré lo que sea para salvar a mi hermano! – Gritó mi hermana, poniéndose frente a él con más firmeza.
– ¿Estás segura? ¿Lo que sea? – Con tono malicioso levantó el brasier de mi hermana para ver debajo de estos. Ella se mantuvo firme, pero no trató de detenerlo.
– Lo que sea. – Declaró, quitándose por voluntad propia las dos únicas prendas que tapaban sus partes íntimas. Llamando por radio sin quitar la mirada, él dio aviso que dentro de una o dos horas llevaría a dos nuevos supervivientes al campamento. Del otro lado, se oyó como insinuaban si él había encontrado un nuevo juguete con el cual se divertiría. Sin siquiera responder, se oían risas que captaban el significado del silencio por parte de su compañero. Terminando la comunicación, se desnudó ante mi vista (aunque lo más probable es que para ellos yo seguía aún con los párpados cerrados) y comenzó a besar en todas partes a mi hermana.
– Trataré de ser amable contigo. – Le indicó sin detenerse, ahora acariciándola.
– No es necesario que lo hagas. Cuando mi padre no se sentía satisfecho con mi madre venía conmigo, y me "castigaba". – Insinuando tal cosa, él se detuvo y la miraba fijamente estupefacto. Yo, por mi lado, quería vomitar todo mi interior al imaginarme eso. "Entendía de manera perturbadora porque había tensión entre ella y mi padre".
– Eso es duro. ¿También "castigaba" a tu hermano? – Indagó él con curiosidad.
– Jamás se lo permití. – Dijo ella entre los dientes con ira.
– Vámonos a otro lado. Sería terrible que tu hermano se despierte y nos encuentre haciendo "cositas". – Propuso cortésmente, a lo que asintió.
– No sé si estás despierto y me escuchas, pero si lo estás: "Hago esto por tu bien. Eres lo único que me da fuerzas de seguir con vida". – Limpiándose una que otra lágrima, besó mi frente y se fue a otro lado con aquel humano que no dejaba de sonreír. Con todas mis fuerzas quería gritar, pararme y evitar que mi hermana cometiera una locura, pero mi cuerpo no dejaba de estar inmóvil como piedra.
– Todos sufren solo para mantenerte a salvo, y tú solo disfrutas de la vida como si nada. – Escuché esa voz tenebrosa que no dejaba de merodearme reprocharme. Ante mi vista, ese erizo que vi durante mi clase caminaba más y más cerca de mí. – Es fácil no sufrir si te haces la vista gorda, por lo que déjame mostrarte mejor el panorama. – Oprimiéndome la cabeza con sus manos, todo a mí alrededor cambió para mal. – Disfruta del espectáculo. – Declarando, podía ver ahora lo que le hacía ese humano a mi hermana. Él no dejaba de divertirse y en ella sus ojos estaban apagados, sin brillo alguno.
– Además de las labores obligatorias que tienen los refugiados, creo que encontré el trabajo perfecto para ti. – Se detuvo al informarle esto. – Solo tendrás que hacerlo una vez por semana, pero de vez en cuando te compartiré con mi escuadrón. No quiero que se pongan celosos. – Comentó con malicia pero no hubo ninguna reacción inmediata por parte de ella.
– Ya te he dicho que no importa. Mientras nos des lo necesario para subsistir has lo que quieras conmigo. – Sus palabras solo lo animaron más, quien no parecía tener la intensión de detenerse.
– Basta. Has que se detenga. – Pedía en suplicas en mi mente al no soportar más la escena, pero aquel erizo sin boca solo gozaba de mi sufrimiento. – ¿Qué te hice? – Mi pregunta hizo que me viera fijamente con sus ojos verdes opacos.
– Aun no es el momento, pero muy pronto lo sabrás. – Fueron sus últimas palabras antes de desvanecerse.
Dejándome atrás, seguí viendo durante muchos, muchos minutos como ese tipo desfloraba con placer absoluto en su rostro a mi hermana, destrozando lentamente la poca cordura que me quedaba, hasta que la misma sombra que me hizo ver esto rodeó todo y los sonidos de mí alrededor eran remplazados por una horrenda risa que no se detenía.
"Estaba enloqueciéndome y solo quería despertar de una vez".
Desperté rodeado de oscuridad, pero no a la que le temía. Parándome de mi cama abrí las cortinas de mi habitación y el sol brillante resplandeció mi vista. Una parte de mí se alegraba al observar como todo estaba devuelto a su lugar, con los edificios de la ciudad enormes como siempre y los autos terrestres, y voladores, tomando su respectivo rumbo (sea cual sea). La gente caminaba de aquí para allá, con algún destino especial.
Lamentablemente, ahora no podía olvidar cada detalle que viví de aquella pesadilla. Cada sensación dolor, sufrimiento y remordimiento seguía grabada en fuego en mi cabeza. Esta pesadilla no fue como los anteriores, donde solo pequeños fragmentos me agobiaban. "Era un recuerdo de una vida imposible".
Saliendo de mi habitación vi a mi hermana sentada en el sofá, viendo televisión con tranquilidad. Como los destellos de los relámpagos, recordé lo que hizo para protegerme y salvarme sin importarle su integridad física.
– Wow, Silver! Qué rápido despertaste. Solo dormiste 10 minutos, aunque pensé que…– Dándose cuenta de mí presencia, yo no la dejé terminar de hablar. Con todas mis fuerzas la abracé a más no poder y comencé a llorar.
– ¡Perdóname! – Con confusión, me miraba sin entender por qué le decía eso. Mis lágrimas la contagiaron sin querer y comenzó a llorar al igual que yo. Ella debía presentir que algo me estaba carcomiendo, pero solo trató de consolarme para calmarme. Sentándonos, recosté mi cabeza sobre sus piernas. Nuevamente el sueño que tenía hace unos "minutos" volvió. Mi temor de dormirme se hacía evidente en como mi cuerpo temblaba, pero era algo que no podía evitar; así que sin más, me dormí con la calidez de tener a mi lado a Pearl, y por un breve lapso de tiempo no temí por nada más.
"Quería creer que mis pesadillas pronto terminarían… pero solo estaban comenzando".
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Bueno, espero que les haya gustado este primer capítulo. No olviden dejar sus Reviews con retroalimentación positiva para poder traerles mejores historias.
Nos veremos muy, pero muy pronto. ;D
