Capítulo 1.
-A ver si lo entiendo-decía Konata-. Usted quiere que estudie para mi próximo examen, ¿cierto?
-Exactamente Izumi -dijo Kuroi-. Sino le convenceré a tu padre para que te prohiba usar cualquier aparato electrónico.
-Eso es chantaje sabe.
-Lo sé. Pero es la única forma de que puedas estudiar.
-Además, ¿Cómo sabe que mi padre le hará caso?
-Soy un profesor. Los padres siempre hacen caso a los profesores por encima de los alumnos. Creí que lo sabías.
-Y lo sé. Es algo que no es muy justo.
-Puede ser. Pero quiero que me prometas que estudiarás.
-Está bien sensei-dijo Konata un poco molesta-. Por usted haré lo mejor que pueda.
-Espero que entiendas que esto lo hago por ti -dijo Kuroi.
-Sí, lo sé. No se preocupe.
-Gracias Izumi. Espero buenos resultados de ti, ya puedes irte a casa.
-Adiós sensei -dijo Konata.
Así Konata acabó la ''reunión'' con Kuroi sensei. Donde esta la había llamado para decirle que estaba preocupada por sus notas y quería que ella estudiara más. Konata pudo sentir la preocupación de la sensei en cada palabra que ella decía así que decidió estudiar lo más que pudiera para el examen que tendrían la próxima semana.
-''Estudiar de manera normal...''-pensaba Konata-''¿De verdad podré hacerlo?''
-Hey Konata -dijo Kagami. Quien había estado esperando a Konata junto a su hermana y Miyuki. Pero Konata absorta en sus pensamientos no la escuchó y siguió de largo. Sin notar la presencia de ninguna de ellas-. ¡Hey Konata!
-¡¿Eh?!-dijo Konata sorprendida- ¿Q-Qué sucede?
-¿Qué te sucede?-preguntó Kagami-. Estabas totalmente ida...
-L-Lo siento...-dijo avergonzada Konata-. Es sólo que bueno, estaba pensando.
-¿Pensando? ¿Tú? -dijo burlona Kagami.
-¡Eh! Que hasta yo puedo pensar algunas veces sabes.
-Vale, vale. Lo siento. Dime, ¿Qué te dijo la sensei?
-Verás... Ella dijo que estaba preocupada acerca de mis notas, así que me hizo prometerle que estudiaría más. Al principio pensaba decir que sí para salir del paso pero...-paró Konata.
-¿Pero...?
-Pero no sé. La forma en que lo dijo me hizo sentir rara. Como si tuviera... como si tuviera una madre sabes -decía Konata. Sus amigas sólo escuchaban atentas, no era común que su amiga peli-azul hablara tan sinceramente.
-Creo que te entiendo Konata-dijo Kagami-. La verdad es que me alegra oír que vayas a poner más empeño en los estudios -dijo Kagami con una sonrisa.
-G-Gracias... -dijo Konata sonrojada.
-''¿Konata sonrojada?''-pensó Kagami.
-Creo que debemos volver chicas -dijo Miyuki.
-Tienes razón. Volvamos -dijo Konata sonriendo. Aunque desde hace un tiempo sentía una extraña sensación que le invadía el cuerpo. Y dicha sensación nunca la abandonaba, y no sabía qué era- ''¿Qué será esta sensación...?'' -pensaba Konata mientras miraba a Kagami.
-¿Sucede algo Konata? -dijo Kagami mientras se dio cuenta que su pequeña amiga la estaba mirando fijamente.
-¡N-No sucede nada! -reaccionó Konata violentamente.
-¿Segura...?-dijo Kagami-. Mira, estás muy roja, tal vez tengas fiebre -dijo Kagami mientras juntaba su frente con la de su pequeña amiga para ver si tenía fiebre. Lo único que consiguió fue que esta se sonrojara más.
-''¡¿Pero qué demonios me sucede?!''-pensaba Konata-''¡Contrólate! O pensará mal de ti.''
-E-Estoy bien, tranquila -dijo Konata.
-Hmm. Está bien -dijo al fin Kagami dudosa.
El viaje en tren transcurrió sin ningún percance. Konata, quien seguía un poco alterada por lo de hace algunos momentos, intentó alejarse de Kagami lo más que pudo. Kagami, quien se dio cuenta de esto se extrañó, ya que pensaba que su amiga la estaba ignorando, aunque no sabía por qué no podía dejar de pensar en ello.
Cuando todas las amigas se separaron, Konata se despidió de una manera muy indiferente de Kagami, solamente le dijo un simple ''adiós''. Además, en todo el camino no había hecho ninguna broma con respecto al peso de Kagami, ni siquiera hablado mucho con ella. Kagami difinitivamente sabía que algo pasaba con su amiga, aunque no sabía el qué.
Cuando Konata llegó a su casa...
-Estoy de vuelta -dijo Konata con aire cansado.
-Onee-chan, bienvenida -dijo Yutaka.
-¡Oh! Konata, bienvenida -dijo su padre.
-Buenas...
-¿Te sucede algo Onee-chan?
-No nada. Sólo tengo un poco de sueño-dijo Konata-. Tomaré una ducha.
-Está bien... -dijo Yutaka.
-¿Le pasa algo? -preguntó el padre de Konata a Yutaka susurrando.
-No sé-respondió Yutaka también susurrando-. Parece un poco triste, creo...
-Ya veo... -respondió el padre de Konata.
...
-''¿Qué... estoy haciendo?'' -se decía a sí misma Konata-''O más bien... ¿Qué me pasa?''
...
-''Konata...''-pensaba Kagami-'' ¿Qué le pasaba hoy...? Estaba muy rara.''-pensó Kagami-''Konata...''
...
-''Creo que jugaré un rato...''-pensó la peli-azul. Pero cuando estaba a punto de empezar a jugar se quedó mirando el monitor fijamente. No tenía las más mínimas ganas d jugar, algo sumamente raro en ella. Pero por alguna razón estos últimos días sus ganas d jugar habían ido decreciendo. La sensación que había empezado no le gustaba en lo más mínimo. Nunca tenía hambre, había dejado de lado lo que le gustaba, y siempre estaba pensativa. Pero esto sólo le sucedía cuando estaba con Kagami, o incluso cuando simplemente pensaba en ella. Sí, la causa de todo era ella. Su amiga con coletas a quien siempre molestaba- Kagami... -dcía por lo bajo Konata...
Kagami estaba en una situación similar a la de Konata. Cuando ella hablaba con su amiga otaku, muchas veces las palabras no le salían. Para suerte de ella, nunca estaban solas, así que la conversación era constante. Así le daba tiempo de reponerse para seguir hablando. Muchas veces cuando su pequeña amiga se acercaba a ella por diferentes motivos, para abrazarla por ejemplo, el corazón le empezaba a latir a toda velocidad, algo que ella no sabía por qué.
Las dos amigas estaban en un gran dilema. Ahora su misión más importante era dscubrir la causa de la sensación que las había invadido desde hace ya un tiempo. Pero el problema será si saben cómo dscubrir la fuente de la sencación. Ambas eran realmente unas inexpertas cuando de sensaciones y sentimientos se trataba. Ni siquiera se daban cuenta de que la fuente de su problema estaba frente a sus ojos. Pero eso ya depende de ellas...
