Aquí estaba yo otra vez, sola por las calles de Seattle, tratando de alejarme de forks. Pensando en el.

Oh, Edward.

Rezando a que regrese algún dia, busque una calle adecuada para agarrar un taxi. Entre por un callejón, que supuestamente debería llevarme a una nueva calle.

Senti pasos detrás de mi.

Voltee hacia atrás, esperando ver a un violador o algo, nada. Suspire mientras el nerviosismo crecia dentro de mi y segui caminando sin hacerle caso.

Luego, otra vez, esos pasos. Me gire mas asustada, un borrón de cabello rojo es lo que vi antes de sentir un dolor punzante en mi cuello. Luego, ardor, fuego.

Cai al piso, escuchando una risa cantarina, como campanillas.

-ojo por ojo…-esa voz, victoria.

Grite al sentir que me quemaba viva, no grite el típico 'AHHHHHH' grite por Edward, esperando a que me salvara como siempre. Nunca llego.

Pude arrastrarme como pude a un pequeño cuarto de limpieza comunitario, que parecía no haberse usado en años.

Al despertar, sabia perfectamente lo que había pasado, y que tenia que hacer ahora.

Olores extraños.

Al transfomarme, fui a cazar al bosque. No quería ser un monstro y andar destruyendo vidas. Asi que decidi hacer la dieta vegetariana, Edward me había hablado de ella. Todos los Cullen lo hacían.

Recuerdo todas las veces que Edward me dejo sola, para irse a cazar. Pero claro, siempre volvia.

Yo, había logrado controlarme, y poder estudiar. Era escritora, mi ultimo libro tuvo mucho éxito asi que ahora tenia suficiente dinero como para ocultarme sin limites.

No aparecía infomacion mia, ni en internet, ni en revistas, ni en periódicos, ni fotos, absolutamente nada. Me hacia llamar solo B. S.

Vivía en D.C, en un pueblito, un poco lejos de forks. Aquí llovia un mas que alla, este pueblo era casi desconocido, las únicas personas que vivian en el, eran como 300. Y todos se conocían desde que nacieron. Yo era 'aquella chica demasiado palida' o 'la de la casa del bosque' para ellos. Nunca se acercaban, y estaba bien. Asi podría respirar en paz.

Mientras caminaba por las calles, entre en la cafetería local y pedi un café. Había descubierto que los liquidos, no me sabían a nada, pero se sentían bien para amortiguar un poco el dolor de garganta producido por la sed.

Cuando salí un extraño olor llego a mi nariz, dulce, cursi, masculino, que me hipnotizaba. Salía de un auto, un mercedes negro, no sabia el modelo exacto pero era mercedes. Escuche una risa cantarina, llaves, y luego el auto arranco y se fue.

Que extraño. Ese olor, aunque era dulce, y atrayente no me parecía comestible. Es como cuando estas rodeado de hamburguesas, y te dan el juguete que viene. Por muy lindo que sea, no lo puedes comer también.

Segui caminando, escuchaba a la gente hablar sobre una nueva familia en el pueblo.

-son parecidos a la chica de la casa del bosque. Raros.-dijo una mujer mayor que miraba en mi dirección.

¿nuevos? ¿parecidos a mi?

Habían pasado mas de 50 años desde que había visto a otro vampiro.

El ultimo que vi fue a Victoria, el dia que me mordió y me dejo en aquel callejón.

Decidi correr un rato antes de ir a casa, correr atrás vez de los bosques que estaban alrededor de mi casa, era reconfortante. Mucho la verdad. Mi casa, parecía una casa abandonada hacia siglos, por fuera, pero por dentro estaba justamente como yo quería que estuviera, hogareña y alegre.

Me recordaba a Charlie, recuerdo como solloze sin lagrimas al saber que el había muerto, 3 años después de que el pensó que yo había muerto. René murió 1 año después, y Phil murió 2 meses después de mi madre.

Suspire.

Al comenzar a correr, note que todo el bosque estaba lleno de esa misma esencia, ese olor, que me hipnotizaba, tan dulce, tan atrayente. Me aturdía. Pare de correr, y respire, de nuevo, sintiendo como ese aroma se mentia en mi nariz, y corria a travez de ella.

Ese aroma, me parecía familiar.

Camine a mi casa, mientras seguía aspirando ese aroma, tratando de recordar, de donde lo conocía, al llegar a mi casa, vi ese mismo mercedes negro estacionado.

Entre a mi casa preocupada, pero no olia a nada. No habían entrado aquí. Pero habían aparcado justamente al frente, demasiado extraño ¿no?

Segui ese aroma, pero aparentemente, rodeaba todo, como si hubieran corrido de aquí para alla, por dos horas. Oi una risa, un chasquido, un 'idiota'.

Camine sin hacer ruido hasta donde lo oi.

No podía verlos bien, ya que me oculte detrás de un árbol, solo veía sus zapatos, caros zapatos italianos.

-Alice, recuerda lo que dijo Carlisle. Ahí que buscar si tenemos acompañante de caza.

¿Alice? ¿Carlisle?

Sali totalmente del arbusto , y vi asustada, y angustiada, a Edward Cullen. Igual que antes.

El se volteo hacia mi, y apenas su mirada me reconoció eche a correr.

Corri y corri.

EPOV.

-Alice, recuerda lo que dijo Carlisle. Ahí que buscar si tenemos acompañante de caza.-le dije a Alice, la cual estaba a unos 20 metros.

En ese momento el viento cambio de dirección y un aroma femenino, y como a fresas paso por mi nariz. Me gire para ver de quien o de donde provenía.

Fue como ver a un espanto.

Bella.

Fue como un borron, apenas mi vista la reconoció, se echo a correr.

Corri detrás de ella.

Era imposible que fuera Bella, ella había muerto. Victoria la había matado.

Recuerdo como Alice impidió que me suicidara a gritos. Yo amaba a Bella, y ella había muerto. Por mi culpa, solo por mi culpa. Por dejarla sola, por apartarme de ella. Al principio pensé que seria lo mejor, pero.. 4 meses después, ya era tarde para volver. Alice vio como Victoria succionaba toda la sangre de Bella. Asi que decidió bloquear la vida de Bella de su mente. Tal vez por eso nunca la vimos otra vez.

Segui corriendo. Maldicion. Era rápida.

-Bella-grite-detente.

Se detuvo en seco frente a la casa abandonada que habíamos visto antes alice y yo.

No se giro hacia mi, solo… se quedo allí parada.

-Bella.-repeti.

Ella se giro y me miro directamente a los ojos. Los suyos eran dorados, igual que los mios.

No marrones chocolate.

-Edward.

Bella era….

-pense que habías muerto-le dije angustiado.

-y yo me convenci de que nunca exististe. Tal como lo pediste.

Ouch. Eso dolio.

-¿Cómo…?-no podía dejar de mirarla. Mi Bella. Di tres pasos hacia ella y ella retrocedió uno mirándome cautelosamente. Me acerque mas hasta que la tuve lo suficientemente cerca como para saber que de verdad estaba aquí.

¿Qué dices chicas? ¿lo continuo?