Disclaimer: nada me pertenece, excepto ideas.

MariSeverus.


¿Y qué hacer?:

Podía escuchar su nariz congestionada y mirar su rostro sonrojado. Parecía tener temperatura.

¡Pero, no podía! Era el día de las madres y tenía que estar bien para ese día. La miré sin comprender. Mi padre estaba sentado a su lado y ella sostenía un pañuelo. Estaba muy congestionada y su voz, parecía que se había confundido con mi papá. ¿Qué le pasará a mi mamá, papito?

Tranquila cariño—me dijo mamá

pronto me voy a poner bien.

La miré, atontada. Me quedé parada a su lado, mientras papá colocaba su mano sobre su cabeza y le acariciaba el cabello. Con una sonrisa, ella me miró y luego, ladeó la cabeza hacia mi papá.

Llévatela, Draco. No quiero que se enferme también.

Papá le hizo caso y yo dejé de verla. ¡Yo estaba muy nerviosa y comencé a llorar! Mamá se me iba a morir. ¡Quería a mi mamita!

Tranquila Cristhine, mamá estará bien. Yo te lo prometo.

¿Y por qué tanto misterio? ¿Por qué no me permitían verla? pasaba mucho tiempo encerrada en su cuarto y pocas veces salía. La escuché haciendo ruidos horrendos. Papá decía que mamá estaba vomitando, que estaba muy enferma.

¿Qué era vomitar?

Y brincaba en mi cama, para que me dejaran salir. Lloraba, pero mi padre no quería acercarme a ella. No quería decirme que ya no tendría mamá y me quedaría sin ella. ¡Mi regalo de las mamis, la había enfermado. Ella lo odiaba y por eso, estaba sintiéndose mal! Todo era mi culpa.

Ya Cristhine, mamá pronto se va a curar. No puedo llevarte a verla, por que está muy enferma. No queremos contagiarte.

¿De qué me estás hablando? No entendía nada de lo que decías. Trataba de llamar su atención, llorando, pero no servía.

¡Quiero a mi mamita!

Entonces, ya no aguanté y un día mientras caminaba, miré la puerta abierta y con toda la fuerza que pude, me hice paso entre ella y me quedé adentro. Mamá estaba dormida o eso creía. Traté de subirme a la cama y me caí muchas veces. ¡Pero no me importó, lo volví a intentar hasta que lo logré!

Me arrastré hasta estar a su lado y allí me tumbé. El movimiento, hizo que abriera los ojos y yo estaba feliz de verla. ¡Mi mamita estaba viva y conmigo! Me acerqué a ella y me abracé en su cuerpo.

Cristhi... ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cómo te has montado en la cama?

Un proceso complicado. Mi papá entró en la habitación y me miró. Le preguntó a mamá si me había traído con ella.

¡No! Solo llegó hasta aquí. ¡Y solo tiene cuatro años!

Pues yo no me iba a quedar sin mi mamita. Simplemente me abracé a ella, mientras mi padre sonreía. Me sostuvo entre sus brazos y me miró.

¿Tenías miedo de quedarte sin mamá? Te dije que solo estaba enferma. Ya se siente mucho mejor y celebraremos juntos; el día de las madres.

Pues sí, mi mamita se puso mejor y entonces, pudimos jugar mucho tiempo. De todas formas, siempre que caminaba por la casa, miraba en dirección a la habitación. ¿Que me pegue papá otro susto? ¡No, otra vez no!