Juntos
Por mayraexitosa
Prólogo
Historia alterna de Candy y Albert, los personajes no son míos es una linda historia de una joven que perdió a su madre, ella estudiaba en Inglaterra, perdió a su Padre, regreso a tomar las riendas de sus bienes, se encuentra que lo que su padre quería no lo había realizado, al parecer cuando estudió en Inglaterra, su padre le comentaba sus planes, más no los llevaba a cabo, al encontrar el diario de él, se dio cuenta que estaba muy triste y molesto con Dios por haberle quitado a su madre, esta lloraba, los empleados no estaban enterados que su padre había muerto al ir a Inglaterra.
Ella no dijo nada, llegó, todo lo que su padre, le había comentado, lo comenzó a llevar a cabo, ella estudio Arquitectura, pero al llegar y ver que todo estaba muy mal, se preparó para picar piedra y comenzar desde cero, así fue como Candy White comenzó el corporativo White, que no tenía nada de corporativo, era solo el sueño de su padre, muchas tierras, una área de transportes de carga, una pequeña central de autobuses, la paquetería, una escuela primaria, con el nombre de la madre de ella, donde se daban clases gratuitas, en el lugar donde su padre era dueño de media ciudad, ella recién titulada, con un toque de dama inglesa, tomo sus cabellos, los ató a un lazo, comenzó a hacer planos, el padre de ella firmaba como C. White su nombre Clint White, ella firmaba igual C. White el cual su nombre Candice White, que cariñosamente su padre la llamaba Candy.
Para poder llevar a cabo su sueño, tuvo que seguir fingiendo que su padre vivía, al menos para sus empleados, pues él había muerto en Inglaterra, nadie sabía nada, solo su nana Gila, una señora bastante mayor, su cabello blanco, su nariz chata y sus labios gruesos, llena de amor, parecía religiosa por sus conocimientos de Dios, sin embargo era una mujer viuda, que solo había tenido un hermano, el cual ya había muerto, lo único que le quedaba era cuidar de su niña.
Pasaban cinco años y ese sueño cada vez estaba más definido para ella, solo que de su persona, no había aquella dama inglesa, era una mujer de trabajo, en una camioneta, intimidante, con el poder del dinero, pero la determinación de sacar adelante un sueño muy añorado.
En otra parte, lejos de ahí, en la ciudad, un hombre exitoso, líder de su corporativo, pensaba en pedir matrimonio a una mujer, a la que no estaba seguro amar, pues no sentía admiración o respeto. Solo costumbre y su exagerado modo de ser, lo empalagaba, veía el anillo de matrimonio que fuera de su madre, y lo consideraba muy hermoso para esa mujer, sin embargo, ya contaba con edad para casarse, deseaba formar un hogar, tener hijos, no estar siempre solo, con una tía preguntando constantemente cuando se casaría.
En una fiesta de lujo, donde la mayor parte de la alta sociedad se daba cita, vio a lo lejos a esa mujer, una modelo espectacular, alta divina un cuerpo escultural de nombre Kimberley Noel, ahí estaba llamando la atención de todos a su alrededor, su cabello obscuro, su grandes ojos brillantes, sus labios rojos y ese vestido que la hacía llamar la atención de todos los caballeros.
Entraba William Albert Andrew, un hombre alto, de cabello corto rubio, ojos celestes claros, una sonrisa encantadora, con una seriedad y notoriedad que todos lo sabían, se distinguía, la vio y no pudo ni esbozar una leve sonrisa, tenía su anillo en el saco, pero le pesaba tanto pensar en proponerle matrimonio.
Capitulo 1
El trato
Se fue a tomar una copa, había muchas personas, pasaban las horas, se decidió a buscarla, y la encontró en el balcón, con el vestido levantado un hombre con su pantalón abierto, la tenía en su cintura, ella agitada habiendo bebido algo, se animaba a tener relaciones a escondidas con un hombre que la adoraba.
Albert al verla sonrió, sin un dejo de preocupación se acercó, la vio a la cara, y el hombre se asustó, salió de inmediato, ella dijo
-Bueno no creerás que eres fenomenal, si ni siquiera me has buscado en toda la noche pensabas que te iba a esperar eternamente, pues no soy una mujer a la que desprecies, ninguna mujer en el mundo, podría soportar a un hombre como tú, que en su egoísta forma de ser, se cree el Dios griego de la caballerosidad, pero en el fondo es muy poco hombre, mostrando su dedo pequeño, agregó y lo tienes así. Albert quiso sonreír, ahora comprendía que clase de mujer era ella, nunca quiso faltarle al respeto, le dio un lugar como su futura esposa a una vulgar mujer, con la cual jamás se había ido a la cama, porque ella prefería esperar, resultó que era mentira. Con toda su caballerosidad, dijo
-Me apena mucho que el periodista que estaba detrás de mí, te haya tomado una fotografía en esa posición, no era una de las más atractivas de ti, sin embargo, con esto me imagino que nuestra relación la podemos dar por terminada. Con permiso.
Salió de ese lugar con media sonrisa, subió a su auto, para manejar he ir sonriendo abiertamente, tomo camino y deseaba manejar lejos de ahí, pensativo rumbo a su mansión tomo el camino largo, pensaba en lo que le había dicho, sonreía al mostrar su dedo meñique moviéndolo de arriba abajo diciendo que él la tenía así, y se reía por la ocurrencia de esa mujer.
No podría estar más feliz y agradecido con Dios de que le abriera los ojos en ese momento, con la vulgaridad que esa mujer mostraba, después pensaba en lo que dijo …ninguna mujer en el mundo, podría soportar a un hombre como tú, que en su egoísta forma de ser, se cree el Dios griego de la caballerosidad, pero en el fondo es muy poco hombre… le ardía que le dijera eso cuando buscaba a una mujer de verdad que realmente lo amará, tanto para formar parte de su vida.
En el camino había un carro detenido con el cofre levantado, de inmediato con toda la caballerosidad del mundo se detuvo, este se ofreció a ayudarlo, en ese momento salió un hombre por detrás le dio un golpe y le robo el auto, dejándolo tirado en el camino, pasaba un tiempo, Candy iba a su casa, vio al hombre en el suelo, bajo de su camioneta, con cuidado
- ¿Estás bien amigo?
-Me asaltaron, se sobaba la cabeza por el golpe,
- ¿Quieres que te ayude?
-Por favor, se lo suplico, me duele mucho la cabeza
-Ven, dime donde vives, y te llevaré a tu casa
-Todavía estoy lejos de mi casa, vivo en Lakewood,
-Vaya que estas lejos, pero te llevaré, estas mal deseas que te lleve a un hospital.
-No, creo que no es para tanto.
- Me dejas revisarte
-Sí, gracias
- Estuvo fuerte el golpe, pero sabes tú dirección, tu nombre, por tanto creo que cuando te deje en tu casa, sería bueno que llamáramos a un doctor,
-Por supuesto, gracias por ayudarme, había un auto con el cofre levantado, quise ayudar y se llevaron mi auto, mi nombre es William Albert
-Yo soy Candy, ya había visto un auto detenido con anterioridad, era rojo, pero como no se de mecánica, pues no me ofrecí a ayudar y no me detenía, ahora veo que hice bien.
-Sabes tampoco sé de mecánica, lo hice por cortesía, si no funcionaba el auto, pensaba llevarlo a un lugar por una grúa.
-Te comprendo, que lastima que abusen de las buenas personas, por eso después ya no queremos ayudar a nadie.
En ese momento, el vio a la señorita, estaba en un jeans con una chaqueta y tenis, su cabello recogido en una coleta, el sonrió y ella lo hizo también, manejaba en silencio, mientras él no podía dejar de hablar con ella, le contaba que había ido a una fiesta, que estuvo muy preocupado, y al final, se aburrió mucho, sin contarle lo que sucedió y ella le dijo
- Tengo como cinco años de no ir a ninguna fiesta, ni tomar vacaciones, solo me he dedicado a trabajar en un sueño para hacerlo realidad, no me percate que ahora que mencionas una fiesta y te veo tan bien vestido, me recuerdas a mi graduación hace tanto tiempo.
-Es en serio, que no tienes vida, no te gusta salir, pasear.
-Me encanta ahorita vengo del campo de trabajo, soy arquitecto, pero desde hace tiempo, me convertí en todo, administrador, líder de proyecto, avance, operativo, y cuando menos lo imagine, ya se manejar un tráiler y hasta un autobús.
- No te creo, sonreía de imaginar a una mujer como ella, manejando un tráiler
- Es la verdad, estudie en Inglaterra era todo tan bello, hasta que me di cuenta que vivía en las nubes, sin saber que realmente todo se podía esfumar de un día para otro, y eso me paso, pero hace cinco años que llegue, me propuse a sacar todo adelante, ha sido muy difícil pero no imposible, cada día veo más cerca mi meta y pronto cumpliré el sueño de alguien importante, con eso, una buena administración, podré darme el tiempo para salir a una fiesta, aunque prefiero ver un atardecer rosado, recostada en el pasto, con flores y agua, suspiraba y el no lo podía creer, escucharla hablar así, tan joven, parecía no tener vida desde hace cinco años con solo trabajar.
Por fin llegaban a Lakewood, lo ayudó a bajar
-¿Quieres pasar a la casa?
-Me gustaría hacer una llamada a mi nana, para que no se preocupe, debí estar con ella desde hace horas.
-Pasa por favor
Albert notaba que todo estaba obscuro, ya era muy noche, la servidumbre se había ido a dormir, pasaban y ella realizaba la llamada
-Nana, discúlpame, se me fue el tiempo, no te preocupes, vete a dormir, llegare en una hora, estoy bien.
-Tu Nana, estaba preocupada Candy
-Si William, siempre llego tarde y ella es mayor de edad, se queda despierta hasta verme llegar, pero me quede trabajando y no me di cuenta del tiempo.
-Te comprendo, ¿ya cenaste?
-La verdad no, siempre como en algún lugar de comida rápida, hoy se me olvido.
-Ven te invito a cenar, si deseas descansa, habla a tu nana que mañana estarás ahí, ya es muy tarde para que te vayas sola, mira que hay personas aquí en casa, pero ya están dormidos.
- No quiero molestar,
-Anda llama realmente te ves cansada, no te haré daño, si me ayudaste, te debo mi vida, ya no estoy tirado y solo en una carretera.
-Gracias, ella llamo, le dijo que se quedaría porque era noche, anoto el dato de donde estaba, mientras él le hacía de cenar.
Cenaron y conversaron un rato, con la obscuridad, no se habían visto, ella era rubia de cabello rizado, ojos verdes muy hermosa, vestía como un joven, por su trabajo, mientras el vestía muy elegante de la fiesta de la que venía.
-Llámame Albert, Candy, así me llaman los que me conocen y me has salvado de quedar en la calle.
-Tienes que reportar el asalto Albert.
-Por supuesto, el hizo la llamada y quedaron de inmediato en buscar su auto pues tenía localizador, de inmediato, los atrapaban. Ambos sonreían por lo tontos que eran esos asaltantes, creen que un auto de ese tipo es fácil de robar.
Candy se estiraba, estaba cansada, pero la conversación seguía muy amena, Albert recordó lo que su ex le había dicho y le comentó a Candy, ella se quedó seria, le dijo
-Lo que sucede es que te equivocaste de chica Albert, debes buscar a una persona como tú, que le gusten las mismas cosas, no lo que le puedas dar, sino lo que ambos se puedan dar, eso es un noviazgo exitoso, aquel que se complementa, que se conoce y se saben bien juntos. En donde trabajo hay un chico es agradable, pero él quiere a la mujer que era antes, la que se pintaba las uñas, se dedicaba a verse bien, y mi meta ahora es mi trabajo, cumplir ese sueño que se quedo en pausa y verlo realizado, no por mí, por alguien que me hizo ser quien soy.
-Tu familia.
-Si mis padres, ya no están, pero desde donde estén quiero que sepan que su sueño se hizo realidad, que hice algo que ellos querían, que se sientan orgullosos de mí. En ese momento Albert la veía, se le salían las lágrimas, dijo
-Yo hice eso hace mucho tiempo Candy, mis padres, me dejaron solo responsable de todo, tuve que hacer lo mismo y sacar adelante a mis sobrinos, son chicos agradables, también pensé como tú, que cuando cumpliera mi meta, podría hacer lo que quisiera, pero no fue así
-Que te lo impide
-Mi sueño era formar una familia, mi ex me dice que no hay una mujer en el mundo que me aguante mi forma de ser.
-Claro que debe haberla, pero gracias a dios, no es una modelo, debe ser alguien completamente distinta a ella,
- ¿Cómo tu?
- No tan distinta, debe ser especial
-Tú eres especial, me acabas de decir todo lo que haces y que debo encontrar a alguien como yo, y al igual que tu, hice lo mismo, solo que ya lo logre y tu ya estás por alcanzar tu meta. Candy estaba cansada, se ruborizo por completo, ese hombre era muy guapo, le decía que eran parecidos, ella se apenaba por completo
- Vamos, estoy segura que habrá otras como yo,
-Te propongo algo
-No acepto cosas indecorosas, estoy cansada, no tomo bebidas y no seas coqueto conmigo. Ambos sonrieron al ver que ella se defendía,
-Ayúdame a cumplir mi sueño y yo te ayudo a cumplir el tuyo.
- No comprendo, que tendría que hacer
- Mi pareja,
-Me estas pidiendo que sea tu pareja
-Si no funciona, no pierdes nada, cumpliré el trato y te ayudare a ver el sueño de tus padres hecho realidad.
Candy echo la cabeza hacia atrás, estaba dormida, estaría soñando, llevaba cinco años trabajando desde en la mañana hasta en la noche y por fin aparece alguien que te dice que te ayudaría, y que ambos saldrían ganando.
-Me estas tentando, dime como me ayudarías
-Bueno soy el dueño del corporativo Andrew, tengo muchas empresas y negocios, puedo ayudarte en todo, administración, operación, todo lo que necesites. Candy sonrió,
-Bueno si no funciona ambos no perderíamos nada,
-Así es, para ti sería como un noviazgo que no funcionó y para mí una empresa a la que no le pude ayudar.
-No sabes todo lo que he hecho, ni sabes nada de mi empresa, dijo con una forma retorica
-No sabes nada de mí, ni me conoces como persona. Le contestó de la misma forma.
-Es como un desquite para demostrarle a tu ex que si puedes conquistar a una mujer
-Es lo que le demostraras a ese chico que quiere a la mujer que eras antes
-Pero no soy la mujer que era antes, ahora soy diferente y me gusta ser buena en lo que hago.
-Ni soy el hombre para mi ex, soy como tú y me gustaría que aceptarás ser mi novia. Candy soltó las quijadas, asombrada, fue directo al grano, ambos estaban siendo sinceros.
-Albert realmente necesito tu apoyo para hacer de mi empresa lo que necesito que sea, no económicamente, pero con tu asesoría podría avanzar muy rápido.
- Candy realmente necesito cumplir mi sueño de encontrar a la mujer que necesito a mi lado, no te estoy comprando, pero me es indispensable que aceptes. Candy sonrió efusivamente, todo lo rebatía con una facilidad,
