Disclaimer: Los personajes no me pertenecen y tampoco obtengo remuneración alguna por lo que escribo (excepto sus reviews)

Resumen: ¿Qué consecuencias podría acarrear un viaje en el tiempo en la vida de Hermione Granger y Tom Riddle?

Autora: Sigel

Pareja: Hermione Granger/ Tom Riddle

Clasificación: PG-15

Advertencia: Contiene spoilers del séptimo libro (mentira, ya quisiera yo, xD)

Capítulo I: Sombras

¿Qué noticias me traes, Bella? – la figura del Dark Lord, alta, pálida y delgada era más imponente que nunca. La hora de la Batalla Final estaba cerca. Podía percibirlo en el aire, tal como lo harían las serpientes.

Una serpiente. En eso se había convertido. En la más vil y rastrera de todas. Pero no se arrepentía. Hacía tiempo que dejó de hacerlo. Eso era para los débiles. Y debilidad era lo que menos quería demostrar.

Toda su esencia humana había muerto aquella tarde.

Mi señor – una mujer ataviada con una capa negra y el rostro cubierto por una máscara blanca, torció el cuerpo en una exagerada reverencia, hacia el lugar donde se encontraba sentado, en una especie de trono, el temible Lord Voldemort.

En el rostro del hombre se asomó una sonrisa. Disfrutaba con la pleitesía que le brindaban sus seguidores.

Puedes hablar, Bella – respondió con su voz fría, inhumana, haciendo un ademán con las manos, para que la mujer continuara con el informe.

Potter, y los estúpidos de la orden se están acercando. En este momento Nott y los demás están peleando con ellos – respondió la mortífaga, con la excitación a todas luces. Aquella mujer era una verdadera sádica. Gozaba con la vista de la sangre y los cuerpos descuartizados de sus enemigos.

Ésa era Bellatrix Lestrange. Fiel servidora de Lord Voldemort.

Bien – respondió el hombre, visiblemente alterado, pero controlando sus emociones a la perfección – Ya sabes lo que tienes que hacer mi querida Bella.

Sí, mi señor – respondió la mujer con la voz falsamente suave y dulce.

No me defraudes – dijo el Dark Lord mirando fijamente a su servidora a través de sus ojos rojos serpentinos.

Nunca, mi señor – dijo la mujer luego de repetir la reverencia y desaparecer del lugar.

Por fin ha llegado el momento de tu muerte, Potter – Voldemort emitió una sonora carcajada, que hizo estremecer a todos los que se encontraban en aquella mansión, vieja y olvidada…

La luz de la luna llena, iluminaba intensamente aquella noche. Las lápidas rotas e indescifrables, impedían el paso de aquellos jóvenes.

Un ruido seco los sacó de su carrera.

¡Ginny! – gritó Harry al ver que la pelirroja había caído a causa de unas piedras, fragmentos tal vez, de alguna tumba.

La menor de los Weasley emitió un pequeño quejido de dolor. Se había lastimado el tobillo derecho, el cual empezaba a manifestar hinchazón.

Harry, no te preocupes, estoy bien, sólo teng… – no pudo terminar la frase, ya que el moreno cerró sus labios con el dedo índice.

Shhh, Ginny, quédate quieta pequeña, o si no, me será imposible revisar esa pierna – respondió el moreno con esa dulzura que sólo tenía reservada para ella.

La chica se ruborizó intensamente al sentir las cálidas manos de Harry recorrer la zona lastimada, sin embargo, no pudo evitar sentir un estremecimiento de dolor.

¿Te sientes bien, Ginny? – Ron y los demás habían llegado jadeando, a causa del esfuerzo de la carrera, mientras éste se acercó a su hermana y a su mejor amigo.

Luna, silenciosamente se ubicó al lado de la pelirroja, y sin mover los labios, conjuró un hechizo con su varita.

¿Mejor? – le preguntó con sus azules ojos soñadores fijos en ella.

Ginny Weasley pudo levantarse sin sentir dolor alguno. Miró con gratitud a la Ravenclaw de pendientes de rabanitos e ideas poco comunes – Luna, eres la mejor – exclamó la pelirroja, mientras la encerraba en un abrazo.

Unos aplausos interrumpieron la escena.

Es realmente conmovedor – una voz dulce vestida con la característica capa de los Mortífagos, apareció de entre las sombras.

Bellatrix – siseó Harry, poniéndose rápidamente en pie y apuntando a la mujer con su varita.

Potter – respondió la mujer, como escupiendo su apellido con desdén – Veo que has traído a tus amiguitos a jugar – emitió una risita malvada, mientras evaluaba a los demás chicos.

Los pobretones, la lunática perdedora, la insignificante sangre sucia – citaba la mujer, mientras los enumeraba con los dedos – Sí, creo que estamos todos – terminó diciendo la mortífaga, mientras se disponía a atacar.

Bellatrix – la voz de Hermione Granger estaba cargada de odio - ¿Acaso todos los servidores de "Tu Señor" han muerto? No veo a nadie aquí – dijo la chica sarcásticamente.

Sangre sucia – respondió Bellatrix con una mueca sádica – Son demasiado insignificantes, para Mi Señor, así que, como ves, vengo a encargarme de la maldita escoria que eres y de tus amiguitos - ¡Crucio! – gritó la mujer, mientras reía inmisericorde al ver el sufrimiento de la castaña. La locura pintaba cada uno de los rasgos de Bellatrix Lestrange.

¡Maldita! – gritó Harry, mientras él y los demás intentaban atacar a la mortífaga, sin éxito alguno.

Unas risas se escucharon a sus espaldas.

Estaban rodeados de Mortífagos. Habían caído en una emboscada.

Hermione luchaba con todas sus fuerzas, para no gritar. No quería darle el gusto de hacerle saber su sufrimiento a aquella asesina. Aturdida, veía como Harry, Ron, Ginny y Luna, luchaban con otros Mortífagos.

El dolor insoportablemente lacerante había desaparecido. Ella se encontraba caída en el suelo. A los pies, y a merced de aquella mujer. Cerró sus ojos. El momento de su muerte había llegado. Pensó en él. En su sonrisa. En su mirada dulce.

Nunca más te volveré a ver – pensó mientras las lágrimas surcaban sus mejillas.

¡Avada Kedavra! – el inconfundible resplandor verde, brilló en aquel cementerio.

Hermione abrió los ojos. El cadáver de Bellatrix Lestrange se encontraba al costado de ella. Frío. Con los ojos abiertos y una mueca de sorpresa, que la acompañó en el momento de su muerte.

Detrás de ella se encontraba uno de sus mejores amigos. Harry Potter. Él la había salvado, y a su vez, vengado la muerte de su padrino, Sirius.

Herms!!! – gritaron los tres chicos que acompañaban a Harry. Ellos habían derrotado a todos los Mortífagos que los emboscaron. Se encontraban solos. De nuevo, en la aparente tranquilidad de aquella noche tachonada de brillantes estrellas.

Una risa fría y cruel, interrumpió aquella quietud en que se encontraban.

Allí, en frente de ellos se encontraba Lord Voldemort.

Ginny y Luna palidecieron al verlo. Su apariencia no era nada comparada al encuentro en el Departamento de Misterios.

El hombre había recuperado su aspecto casi humano, aunque sus ojos rojos de serpiente, delataban el monstruo que era.

Voldemort – siseó Harry con una furia contenida – Por fin ha llegado el momento de enfrentarnos.

Potter, que alegría encontrarnos de nuevo – dijo el hombre con una extraña cortesía - ¡Has traído a tus amigos! – el hombre hizo una burlona reverencia a los chicos que lo miraban entre furiosos y espantados.

El hombre olfateó el aire – Sí, el olor del pánico es mi favorito – dijo con una sonrisa macabra, mirando con sus ojos color sangre a cada uno de los jóvenes.

Al ver a la dueña de una melena castaña y ojos marrones, la sonrisa del Dark Lord se había esfumado. Dando paso a una expresión de incredulidad, mientras que con la voz totalmente afectada sólo pudo decir - ¿Jane?

Notas Finales: ¡Holita! Aquí me tienen de nuevo con otra historia (see, prometo próximamente actualizar las otras). Seguramente se preguntaran ¿Esta pareja? Bueno, no me pueden negar que el Tom de la peli 2 está re bueno xD. Me gustaría saber si la historia es de su agrado o no, así que está por demás decir que espero sus comentarios con ilusión. Bueno, ya no los aburro más xD. ¡Besitos!