Nada que reconozcan me pertenece
ya quisiera yo
satinoquierehacertarea
Lo miró.
Él nunca lo supo, pero sus ojos grises estaban clavados con intensidad en él, sus padres estaban en la sala de estar, enfadados y orgullosos sin ninguna intención de detenerlo mientras él le observaba hacer el equipaje, guardar cada una de las cosas que le pertenecían.
Sirius tomó entre sus manos un pequeño payaso aquel que había utilizado para asustarlo cuando el chico tenía cinco años de edad, aún podía recordar lo enfadada que se había puesto su madre cuando se enterase de que su pequeño retoño estaba haciendo tal escandalo por culpa del mayor. Su hermano mayor sostuvo al pequeño payaso antes de dejarlo caer con lentitud a la alfombra y dejarle allí abandonado ante la inclemencia del polvo.
Regulus clavo la mirada en el muñeco mientras que Sirius se movía por toda su habitación tan apresurado que ni siquiera reparaba en él o quizá es que ya no se daba cuenta de su presencia desde hacía tanto tiempo atrás, para su hermano seguramente él no sería más que un adorno más en la casa, otra cosa a la que odiar, una mancha más en su niñez y tal vez su primera decepción.
Por qué Sirius jamás lo admitiría y Regulus nunca diría que lo sabía, pero ambos habían esperado demasiado del menor de los Black, ambos habrían querido que fuera valiente, lo suficiente para enfrentar a sus padres, para pensar por sí mismo y no dejar que nadie manejará su vida...pero en realidad ¿Qué querían? El chico sólo había sido un niño asustado que había tenido que decidir entre la admiración de su hermano o el cariño de su madre...la decisión había sido tomada.
Y allí parado en el umbral de la puerta el muchacho intentaba convencerse de que no había tenido otra opción, después de todo había sido un niño y aún lo era. Su hermano lanzó la última prenda a la maleta y la cerró no sin esfuerzo antes de tomarla de la manija y voltear hacía la salida que en ese momento era bloqueada por él.
Las chicos se miraron uno con desprecio y el otro indiferente. Difícilmente alguien habría dicho que aquellas personas hubiesen sido hermanos alguna vez ya que las diferencias se hacían evidentes con cada detalle; mientras Regulus poseía el cabello corto y bien peinado vistiendo con pulcritud Sirius tenía el cabello largo hasta los hombros y sus jeans tenían agujeros en las rodillas.
Su hermano mayor se irguió en toda su estatura y cargo con las dos manos la maleta antes de caminar hacía la puerta y pasar junto a él sin volver a posar sus platinados ojos en él, dándole la espalda por última vez. Regulus giró la cabeza y le vio girar en la esquina para bajar las escaleras. Corrió por primera vez a lo alto de la escalera y se agachó sobre la barandilla hasta que su cabello se desordenó para ver como su hermano mayor abría la puerta y salía al frío de la calle para no verlo entrar nunca jamás.
Una gota de agua cayo en la cabeza de Kreacher y resbaló por su nariz, el elfo la tomo en uno de sus largos dedos y la lamió descubriendo su sabor salado. Levantó la cabeza y no pudo ver a nadie a su alrededor...Tal vez habría una gotera en la casa.
