Bueeeeeeeno... Pues este es mi primer intento de fic de Gundam, a ver qué tal. Ya he visto que hay muy poquitos en español, pero... jejeje, eso es porque poca gente ha visto la serie, ya que hasta hace relativamente poco sólo podía bajarse en inglés (subtitulado del japonés original) y eso frena mucho. Pero bueno, una servidora curra para un fansub y se está trabajando Gundam SEED capi tras capi para que se difunda en español como Diox manda y que así la gente lo vea y DISFRUTE de esta magnífica serie. No digo el nombre del Fansub porque sería Spam, pero vamos...

Yo ya llevo bastantes fics colgados por aquí, pero la mayoría son de Harry Potter (gran personaje hasta que conoces a Kira, claro, y caes rendidita a sus pies), así que esta es una nueva aventura para mi.

Esta historia pretende ser una serie de momentos perdidos entre Gundam SEED y Gundam SEDD Destiny.

Espero sinceramente que os guste.


CAPITULO 1: In this serenity

Anochecía.

El sol, recortado contra el mar en su viaje secular creaba reflejos naranjas, rosas y malvas en el cielo, y las nubes parecían arder de color a medida que el planeta giraba y mostraba sus secretos a la inminente noche. Las olas lamían con suavidad la arena fina y blanca de la playa que se extendía ante el porche del orfanato. En el porche, sentado en una butaca, un joven de algo más de 18 años tenía sus ojos violeta perdidos en el horizonte multicolor.

"Detener el tiempo... Ahora..."

Sus pensamientos vagaban. No quería detenerse en ninguno en especial. Simplemente dejaba pasar el tiempo, los segundos, embebiéndose del ocaso. Quizá empezara a refrescar, pero no le preocupaba. Su mente seguía flotando, sin atreverse a tocar el suelo tan manchado de recuerdos que había revisado tantas veces que habían llegado a convertirse en su obsesión. Pero aquello ya había pasado. Fue duro. Durante los primeros meses de paz después de la guerra, se había encerrado en sí mismo. Sonreía, hablaba y jugaba con los niños, y en fin, seguía viviendo. Pero no era él. Era una especie de máscara de hierro que se había levantado y que mantenía una estabilidad relativa en su vida después de todo lo que había pasado.

Hasta que la máscara se rompió ante lo inevitable.

Pasó dos días con sus dos noches llorando sin cesar. Lacus fue entonces un apoyo increíble. Sin ella se hubiera hundido en lo más profundo. Era curioso lo indispensable que se hacían algunas personas, lo absolutamente necesarias que se convertían hasta para respirar. Si Lacus no existiera, no tendría razón alguna para levantarse todas las mañanas. Sin ella, la vida misma se convertía en un sinsentido, en algo que no quería vivir. Ella le rescató. Ella le sacó de sus propias sombras, de sus culpas, de sus temores. Le ayudó a ver las cosas con la distancia necesaria para aprender de ellas. Y entonces empezó a revisar sus recuerdos desde otro punto de vista. Aunque dolieran. Aunque a veces se encontrara con el regazo empapado de lágrimas. Aunque no quisiera seguir adelante.

Y aprendió. Y seguía aprendiendo. Cada vez que pensaba en todo aquello le daba la sensación de que el mundo a su alrededor se volvía más claro, más simple. Las breves noticias que se colaban en aquel remanso de paz podían haberle alterado hace tiempo, pero ahora no. Ahora, todo lo que parecía una vuelta a las tensiones entre PLANT y la Alianza Terrestre, se iba colocando lentamente en su mente como un gran rompecabezas. Y ese rompecabezas, tenía la sombría sensación, terminaba en él.

Si había algo que le había traumatizado de la guerra, era el haber descubierto sus orígenes. No sólo era un Coordinador, sino que además había sido concebido como el Coordinador Definitivo. Decenas de "intentos fallidos" habían muerto antes que él. Las pruebas sobre seres humanos clonados aún golpeaban sus sueños. Todo para crearle a él. Tanto dolor... por él. Pero no. Eso no era cierto, y hubo muchas conversaciones con Lacus y muchas horas de reflexión antes de darse cuenta y convencerse de ello. Él, era él. Sentía, respiraba, vivía su propia vida, tenía su propio carácter y su propia personalidad. Era un ser humano individual. Independientemente de las intenciones que tuvieran unos terceros cuando le concibieron.

Eso lo tenía muy claro.

Ahora bien, el hecho de que él supiera eso, no significaba que aquellos que en el pasado le "diseñaron" no esperen de él "algo". Eso ya quedaba fuera de sus manos. Si era sincero con él mismo, ni siquiera quería saberlo. Pero tenía muy en cuenta su lugar dentro de la trama de aquella guerra.

El odio entre PLANT y los Naturales empezó con John Glenn y de alguna manera terminaba en él, como Coordinador Definitivo.

Pero en aquel anochecer nada de eso tenía importancia. Sus ojos seguían fijos en el horizonte con una expresión entre soñolienta y pensativa, pensando en nada en concreto, disfrutando del fragante aire de la costa Orbiana a finales de verano.

-Kira.- la llamada fue suave, tenue, como el batir de una mariposa. Aquella voz se coló en sus oídos como un bálsamo y le produjo una sensación de calor dentro de él tan intensa que de pronto tuvo frío de la brisa.- Ha venido Athrun.

Kira se incorporó y fue hasta Lacus, que esperaba bajo el dintel de la puerta. Al llegar hasta ella enredó ligeramente sus dedos en los suyos y la besó en los labios suavemente. Ella sonrió y, pasando una mano por la cintura del chico, fueron hasta la sala donde el recién llegado esperaba.